Profeta Isaias: Pecado nos Separa del Dios
En la primera parte del Libro de Isaías encontramos la narración de las visiones qué el profeta Isaías tuvo sobre el Judá y Jerusalén. Estas visiones tenían qué ver con todo lo que pasaría a está nación por causa de apartarse del Señor, de su pecado constante en el qué vive, de su falta de temor a Dios.
Sabemos qué aquellos que se revelan contra Dios o simplemente se apartán, tendrán consecuencias graves. Esto no lo escribo como una opinión, pues la misma palabra del Señor lo expone claramente desde Génesis hasta Apocalipsis. El Señor nos creo con el propósito de adorarle, de servirle y glorificarle, de vivir vidas santas. Por eso en el antiguo testamento vemos cómo el Señor se revelo a su pueblo por medio de profetas, de siervos, con el propósito de darnos a conocer su grandeza, su caracter, su eterno poder, justicia y amor. En el antiguo testamento también encontramos una serie de rituales y mandamientos qué nos enseña el anhelo del Señor para qué llevemos vidas santas, de comunión permanente. También encontramos qué el Señor hizo todo y todo era bueno hasta el día en que el ser humano decidió desobedecer sus mandamientos y caer en pecado; pecado qué provoco la muerte espiritual del ser humano, su destitución de la gloria de Dios. Sin embargo a pesar de qué el ser humano no corresponde a ese amor tan bueno y perfecto de Dios, Dios tiene misericordia, compasión, y permanece fiel con las promesas qué hizo por el bien de su creación.
El Señor también utilizo a sus profetas para cuminicar su voz al pueblo, a su creacion. Por medio de ellos llamó su atención debido a la perdición en la qué las naciones se encontraban. Comunicaba los juicios qué iba a esteblecer a causa de olvidarse de él. Sin embargo, siempre hay un mensaje de esperanza, de reconciliación, la oportunidad qué todo ser humano tiene para ponerse a paz y salvo con Dios. El libro de Isaías nos habla claramente de un salvador del mundo, de aquel qué por medio de sus dolores, y sufrimiento, iba a quitar el pecado del mundo. Este Salvador es nuestro Señor Jesucristo, el cordero Santo, Dios con nosotros, el mismo Dios hecho hombre, el unico qué por su perfección e inocencia podía quitar el pecado del mundo.
El Libro de Isaías nos muestra la historia de la redención, pues primeramente nos permite ver lo pecadores qué somos los seres humanos, y cómo ese pecado nos separó del Señor y causo la muerte espiritual. Nos enseña tambíen qué habrá un juicio por causa de nuestras transgresiones, pero al mismo tiempo nos revela la cura, la solución o el único medio qué tenemos para reconciliarnos con el Señor por la eternidad.