Protestas Contra el Gobierno de Ortega en Nicaragua
Desde el año 2007, Nicaragua está bajo el mando del presidente Daniel Ortega. Este hombre ya era muy conocido por el pueblo de Nicaragua. Él fue un gran actor en los eventos de hace 40 años atrás, ayudó a sacar al dictador Anastasio Somoza del poder. Tras 5 duros años de tratar de recomponer su país debido a la dura dictadura, Ortega trató de ganar elecciones para presidencia en el año 1990, pero fracasó. Sin embargo, su derrota no significó que cedería el poder tan fácilmente. En todas las siguientes elecciones, Daniel Ortega se postuló y llevó a cabo grandes campañas presidenciales, pero sólo pudo obtener éxito en el año 2007. Al momento de empezar su mandato, Ortega pudo declarar inconstitucional la prohibición de la reelección presidencial. Estos hechos sorprendieron a la población nicaragüense: el hombre que había ayudado a derrotar a la Dinastía Somoza, estaba haciendo típicas acciones de un dictador y toma un tipo de gobierno conocido como violento. Entre los nicaragüenses se escuchaba el uso de “las dos P” por parte del gobierno: “plata para los amigos, palo para los enemigos”. A medida que pasaron los años Ortega tomó control de todos los poderes, entre ellos la policía, jueces, Ejército, entre otro. Daniel Ortega aseguraba su poder poniendo a su familia en el gobierno. Por ejemplo, uno de sus hijos controla 8 de los 9 canales abiertos de la televisión de Nicaragua.
Pero el pueblo nicaragüense soportó este abuso de poder hasta este año cuando el gobierno de Ortega llegó a un punto crítico cuando se anunciaron las reformas introducidas por el gobierno a principio del año 2018: los trabajadores en vez de dar un 6.25% de su salario al gobierno, darían un 7%, los empleadores pagarían un 22% por cada salario de sus trabajadores ( antes era un 19%) y los jubilados deberían darle al gobierno un 5% de su jubilación. El objetivos de estas reformas era mejorar la situación financiera del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) ya que, según Ortega, expertos internacionales aconsejaron estas reformas debido a que serían la única forma posible para evitar el quiebre del INSS. Pero esto solo provocó que toda la población nicaragüense resulte afectada. Todas las clases sociales se enfurecieron debido a la decisión tomada por su gobierno. Esto se puede ver en los reclamos de la empresa privada ya que estas reformas se acordaron sin su consentimiento y sin embargo, estas no mejorarían la situación del INSS, y en cambio, sólo afecta para mal la vida de los nicaragüenses. La respuesta de los habitantes fue a través de protestas. Estás protestas están presentes desde el 18 de abril de 2018 y desde ese día, no ha habido país en Nicaragua.
Universitarios salen a las calles día a día para demostrar su descontento hacia las reformas y gobierno de Ortega. Esto fue el primer acto masivo de rebeldía contra el presidente. Ningún grupo había hecho antes una protesta tan grande en contra del gobierno. Las protestas se localizan en distintas ciudades de Nicaragua.
La respuesta del gobierno fue la violencia. Miles de nicaragüenses resultan heridos debido a las duras respuestas de la policía. Hasta el día de hoy, más de 400 nicaragüenses han muerto debido a la represión. La respuesta del gobierno frente a estas muertes es la negación, culpan a los protestantes de ellos ser los causantes de la violencia. Esto lo podemos ver en discursos de Rosario Murillo, vicepresidente de Nicaragua y esposa de Daniel Ortega ; “tóxicos, malos hijos y gente mezquina’ fue la clasificación de vicepresidente a la gente que protesta. Sin embargo, el uso de la violencia no fue la única medida utilizada, el gobierno amenazó, en las primeras protestas, al canal de televisión “100%”. Les dijeron al canal que si querían seguir en el aire, deberían parar con las críticas hacia el gobierne. En adición, cualquier persona que esté sacando fotos de las protestas, el policía saca el celular de la persona. De esta manera la población nicaragüense tiene menos oportunidades de transmitir a los países extranjeros la terrible situación por la que está pasando el país. Prohibiendo la libertad de expresión, se viola de uno de los grandes pilares de la democracia, dando lugar a una clara dictadura. Debido a los múltiples asesinatos a la población, los habitantes nicaragüenses continúan sus protestas para remover al presidente. Sin embargo, la limitación a la libertad de expresión no significó que países o instituciones opinen o traten de prevenir la gran violencia. La Iglesia de Nicaragua se ha puesto del lado de las protestas y tratan de proteger a los ciudadanos para prevenir más muertes, el gobierno ha calificado a la Iglesia como “golpista” y son perseguidos como a cualquier protestante. Países como Costa Rica han llamado a la paz y libre expresión en Nicaragua. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) han responsabilizado al gobierno nicaragüense por las múltiples muertes de sus habitantes.
En cambio los protestantes (universitarios, Iglesia, trabajadores,etc) a parte de protestar, tratan de dialogar con el gobierno. La Iglesia ,representada en la Conferencia Episcopal de Nicaragua (EPN) es un gran intermediario entre Daniel Ortega y el pueblo de Nicaragua: ‘Claro que sí vamos a recibir propuestas de la población, de manera especial de los actores, que es la gente..” argumenta el obispo Brenes. La EPN y el actual presidente se han reunido reiteradas veces para tratar de resolver la creciente crisis. La Iglesia reclama un adelanto de las elecciones presidenciales, piden que se realicen en marzo de 2019 y no en el año 2021. Y piden paz y termine la reiterada violencia por parte del gobierno. Sin embargo, las reuniones entre Ortega y los obispos tuvieron que ser suspendidas debido a la violenta respuesta de la policía a una marcha multitudinaria, dejando 16 muertos. La EPN reclamó en mayo que solo volverían las reuniones si el nivel de violencia baja y así fue como en junio los obispos y Daniel Ortega se reunieron de vuelta.
Las reiteradas protestas, según Lesther Alemán, gran figura joven en los reclamos, son la única opción que los lleva al diálogo con el gobierno.
El gobierno ha caracterizado las protestas y los pedidos de la EPN como un método para llegar a un golpe de estado con el fin de terminar el mandato del presidente Ortega antes de tiempo. Esto se puede ver en los discursos dichos por el canciller Denis Moncada ante una reunión de la CIDH: ‘Estas son acciones encaminadas a una ruptura del orden constitucional con una exigencia de renuncia del gobierno y adelanto de elecciones para hacer un cambio de gobierno por la vía fáctica”. Como mencione antes, las elecciones para cambio de presidencia son en el año 2021 y debido al cambio de la Constitución Nicaragüense, Daniel Ortega está en su 3er mandato consecutivo. Rosario Murillo argumenta que su gobierno exige la paz: ‘Todos queremos la paz, queremos el diálogo, queremos trabajar juntos y escucharnos, discutir todos los temas porque para todo hay solución’, pero los protestantes no lo ven de esta manera ya que la policía, en nombre del gobierno, ha matado a una gran cantidad de nicaragüenses.
Habiendo considerado lo dicho previamente, en mi opinión, la mejor solución para terminar con la crisis de Nicaragua es la intervención militar por parte del Ejercito nicaraguense. Hasta ahora, este último no ha ayudado al gobierno de Ortega a parar las protestas. Considero que si el gobierno no escucha las protestas de su país para parar con la crisis, un golpe de estado sería inevitable. Pero la gran pregunta es, si lo hay, ¿Quien tomaría el poder hasta que se elija a un nuevo mandatario?. En las protestas no se ha visto a un líder que pudiera tomar el control. Por estas razones, el Ejército, en la mayoría de los golpe de estado, asume el poder.
La intervención militar debería permanecer en Nicaragua hasta que se pueda elegir una nueva fórmula presidencial. De esta manera la influencia de Daniel Ortega y su familia pararía en el pais y como consecuencia las protestas y violencia terminarían. Sin embargo, esta influencia debería establecerse bajo condiciones para tratar de que el encargado militar que ocupe el puesto de mandatario, no planee quedarse en el poder. Estás pueden ser: el ejército solo intervenga si jura quedarse en el poder hasta que se realicen las elecciones más cercanas, en este caso 2021. Pero, en el caso de no cumplir, instituciones como la ONU o países como Estados Unidos debería intervenir para sacar al ejército, de esta manera, el país no volvería a sufrir por las mismas crisis que este año. Con la ayuda de intervención militar, la Constitución Nicaragüense no se cambiaría dando lugar a la elección presidencial en el año que corresponde.
Por otro lado, es un riesgo muy grande llevar el ejército al mando del poder ya que en muchos casos, como en nuestro país, ha llevado a malos resultados donde mucha gente resulta asesinada. Por lo tanto, mi otra solución recomendada sería intervención internacional por instituciones y países con grandes influencias como Estados Unidos, Francia, ONU, etc. Esta intervención debería sacar a la fuerza a Daniel Ortega y todo su gobierno del poder. Nicaragua no puede soportar más las duras represiones y protestas. A parte de herir a muchas personas, las manifestaciones afectan económicamente al país. Un ejemplo puede ser que una protesta interrumpa el acceso a los trabajadores para que puedan ir a su trabajo o turistas no van al país debido al peligro constante al que están sometido. Durante las manifestaciones, se puede decir que el país está “parado”.
Por lo tanto, deberían convocar a elecciones de inmediato para buscar a un mandatario. De esta manera, las frecuentes protestas terminarían y la terrible represión causada por el gobierno llegaría a su fin.
