Psicología Evolutiva Enfocada En La Niñez Y La Adolescencia
La Psicología Evolutiva es la parte que ocupa un espacio en la psicología general que se enfoca en procesos de los cambios psicológico que ocurren al largo de la vida de un ser humano. Tiene dos objetivos fundamentales: describir la conducta de los sujetos y la manera cómo evoluciona e identificar las causas y los procesos que producen cambios en la conducta entre una época y otra.
La Psicología Evolutiva se ocupa de la descripción, explicación y modificación del cambio inter-individual del comportamiento a lo largo del ciclo vital, y de diferencias interindividuales en el cambio interindividual.
Puede estudiarse en forma de Diseño Longitudinal o de Diseño Transversal existiendo tres trayectorias dentro del desarrollo del ser humano en las que se basa la psicología evolutiva como método de estudio y son:
- Desarrollo físico: Son los cambios que tiene el cuerpo como la estatura, peso, desarrollo cerebral y el desarrollo de las habilidades motoras.
- Desarrollo Cognitivo: Cambios en los procesos mentales de las personas que afectan el aprendizaje, las habilidades lingüísticas y la memoria.
- Desarrollo Psicosocial: Cambios en la interacción social y emocionales de la personalidad.
Definición de adolescencia
El tema desarrollado está enfocado en la crisis de identidad, teniendo como respuesta a la pregunta ‘quién soy en realidad’. Los jóvenes necesitan desarrollar sus propios forma de pensar desarrollando sus propios valores, y no sólo pensar en repetir los de sus padres. Descubrir nuevas cosas y sentirse orgullo de sus metas. Dándose cuenta que haciendo las cosas por su propia se darán cuenta de la sensación de sentirse queridos y valorados por como son y no por quienes quisieron ser.
El niño logra su identidad mediante un proceso de identificación con los demás, haciendo suyos los valores e ideas de otros. Los adolescentes, en cambio, han de formar su propia identidad y ser ellos mismos. Una de las características más importantes está en la búsqueda de profesión y quien quiere ser en la vida. Suele pasar que los adolescentes suelen adoptar una aptitud infantil y poco despreocupada para evitar resolver problemas y actuando de mala manera hacia las demás personas. Es posible observar todas las definiciones se asemejan y tienes varias características en común, y la más destacada es la siguiente: desarrollo biopsicosocial del adolescente durante este período.
Etapas del adolescente y el factor sexo
Desde mi punto de vista estas etapas ambos sexos difieren en su lucha para definir la identidad. Por lo general las mujeres suelen juzgarse según capacidad para cuidar de sí mismas y de otros. Ellas tienden a alcanzar su identidad más a través de la cooperación que de la competencia. Las niñas adolescentes maduran más deprisa que los varones. Estas diferencias surgen hacia el final de la niñez, aumentan alrededor de los 11 años y son bastante amplias durante la adolescencia.
Mientras los chicos permanecen en su egocentrismo, las chicas han pasado por la etapa de la conformidad social, y cuando empiezan hacer parte de dicha etapa las chicas se vuelven auto consientes. Resulta irónico que a medida que pase el tiempo se les concede más libertad e independencia a los chicos más que a las chicas sabiendo que a esa edad ellas son más maduras.
- Primera adolescencia (10 a 14 años)
- Adolescencia media (15 a 17 años)
- Adolescencia tardía (18 a 21 años)
Crisis de identidad
Los jóvenes son vulnerables a tener crisis de identidad durante su adolescencia lo que les permite analizar sus opciones buscando comprometerse con algo en lo que puedan tener fe. Esta situación puede ayudar con el ingreso de una universidad bien equipada con todas las actividades que desee el estudiante. Estos compromisos hacen que el carácter del adolecente se fortalezca de manera ideológica o personal ayudando a formar su identidad moldeando su vida en los próximos años. El nivel que alcanza durante este periodo influye de manera eficaz en sus capacidades para resolver sus crisis de identidad. Durante la crisis de identidad surge la fidelidad o lealtad a algo siendo constante y perseverante a la vez.
No es raro que la crisis de la identidad pueda durar hasta cerca de los 30 años. Si bien durante la infancia es importante confiar en otros, sobre todo en los padres, durante la adolescencia es importante confiar en uno mismo. También transfieren su confianza de los padres a otras personas, como amigos íntimos o parejas. El amor es parte del camino hacia la identidad.
Al abrirse emocionalmente hacia otra persona en la que deposita su confianza, el adolscente está explorando su identidad posible, y viéndose reflejado en la otra persona a través de la cual puede aclarar mejor quien es. No obstante, la intimidad madura, que implica compromiso, sacrificio y entrega, no se alcanza hasta haber logrado una identidad estable.
Niveles de identidad
- Exclusión en este nivel existe un compromiso, pero no ha habido crisis.
- Moratoria (crisis sin compromiso) cuando el adolescente se encuentra en una situación de crisis: El joven considera varias alternativas mientras lucha por tomar una decisión la cual lo compromete de manera personal.
- Alcanza su identidad (crisis que lleva al compromiso) en este nivel, el adolescente se ha comprometido con algo después de un periodo de crisis; es decir, después de un tiempo dedicado a pensar y sopesar alternativas.
- Confusión de la identidad (sin ningún tipo de compromiso, crisis incierta) durante este nivel pudieron haberse considerado las opciones como también no, pero se evita el compromiso.
Toma de decisiones
La adolescencia es una etapa en la que el adolecente comienza a experimentar varias experiencias en su vida como: juntarse con bandas, sus primeras relaciones sexuales son preservativo, comienzan a probar los drogas o les llaman la atención los deportes extremos.
Estas conductas se asocian a cambios que ocurren a nivel fisiológico y también psicológico tradicionalmente, para dar explicación a esta peculiar etapa psicológica se hace referencia a la perspectiva cognitiva propuesta por Piaget e Inhelder, que plantea que estos comportamientos se deben fundamentalmente a la inmadurez en las habilidades de razonamiento (Inhelder, 1975) los adolescentes, a diferencia de los jóvenes y los adultos, muestran una mayor ineficiencia en todas sus estrategias de pensamiento junto con las habilidades metacognitivas en general, lo que les impide analizar de forma adecuada en las situaciones y la consecuencia es que entorpece la toma adaptativa de decisiones. Se ha confirmado recientemente que se ha ofrecido una explicación alternativa a estas peculiaridades comportamentales de la adolescencia.
De acuerdo con esta nueva teoría, la dificultad de los adolescentes para tomar decisiones adecuadas no radica exactamente en su inmadurez cognitiva, sino en el desequilibrio entre el procesamiento emocional y racional de las situaciones (Steinberg, 2009)
Este Nuevo enfoque, llamado “Modelo del Sistema Dual” argumenta que la inmadurez es una característica en las decisiones en los adolescentes la cual se debe a la interacción entre dos sistemas neurales con distintos grados de desarrollo: un sistema esencialmente emocional, orientado hacia la búsqueda de recompensas y un sistema de naturaleza lógica y racional.
De acuerdo con el modelo, durante este periodo como lo es la adolescencia el Sistema de Control Cognitivo no ha alcanzado completamente su maduración, mientras que el Sistema Socioemocional sí. Por esta razón, en esta etapa aparecen conductas con elevados componentes de riesgo, debido a que los impulsos generados por las estructuras profundas del cerebro no pueden ser adecuadamente inhibidos por las regiones de la corteza prefrontal.
De cierto hay que estas situaciones no ocurren durante la niñez porque los dos sistemas poseen niveles de desarrollo equivalentes, como también ocurre en la juventud y la adultez.
Esta peculiaridad se convierte en un desafío a la hora de regular el comportamiento en los adolescentes, debido a que la mayor parte de los impulsos emocionales no encuentran una “barrera” que pueda contener la intensidad emocional que motiva la conducta.