Psicoterapia Infantil: Planteamientos Generales, Evolución del Tratamiento Científico
Lo primero sería declarar que la definición de psicoterapia infantil va a variar en dependencia de la corriente que se asuma. Por esa razón, no consideramos prudente encontrar la definición exacta, sino que se abordará los elementos que consideramos de más relevancia.
Para comenzar, nos parece que un interesante punto de partida es la definición que plantea Olivares, Méndez y Maciá (1997), la cual plantea que se entiende por “tratamientos psicológicos para niños y adolescentes aquellos que han sido diseñados y confeccionados para promover el cambio y / o ayudar a niños y adolescentes a cambiar, con el fin de que puedan desarrollar hasta donde sea posible sus potencialidades y; por consiguiente, funcionar de un modo autónomo y competente, aumentar su capacidad para satisfacer y cumplir las propias posibilidades, capitalizar las oportunidades que se dan en su medio social y ajustarse de un modo eficiente al mismo. Es decir, se trata de aquellos métodos de intervención psicológica que tienen en común el objetivo de promover cambios que conduzcan a una mayor felicidad, competencia y satisfacción personal de los niños y los adolescentes.”
En su relación con la psicoterapia general, la infantil ha tenido muchos menos estudios y profundidad, además de que en muchos casos se ha tratado de hacer coincidir la una con la otra haciéndolas participes de los mismos principios. Sin embargo, se considera necesario señalar algunos elementos que según la Dra. Garcia la diferencian de la psicoterapia general (2003; p. 13-16):
- Los sujetos no acuden voluntariamente a consulta.
- Carecen de conciencia de enfermedad.
- No desean curarse.
Si se realiza un análisis de estos elementos encontramos que existe una gran relación entre los mismos. Primero, la demanda en la mayoría de los casos viene de los padres, familiares cercanos o maestros; esto puede ser un primer inconveniente porque el interés y el problema no estarán ubicados en el lugar adecuado para su solución. Esto es importante porque se conoce que la motivación que se tenga para el tratamiento será uno de los factores que más contribuirán al éxito del mismo. Por el contrario, en la mayoría de los casos los niños no saben ni para qué están en un lugar como ese, ni entienden bien la figura del psicólogo. Eso puede tender a complicarse porque los niños carecen de una conciencia de enfermedad, lo cual quiere decir que no tienen una conciencia de insatisfacción o de displacer. Además, en muchas ocasiones lo que sí existe es una conciencia de una “posible enfermedad” de los padres con respecto al niño que en muchas ocasiones ni siquiera es el problema real. Esto se convierte en un reto para los procesos de psicoterapia infantil porque se necesita atrapar al niño en el proceso.
Por otra parte, un elemento importante de la psicoterapia infantil es la relación “triangulada” que se establece, la cual implica que no sea posible dejar de involucrar a los padres en este proceso: “La psicoterapia infantil no puede explicarse sólo como la psicoterapia de un niño ‘psicológicamente alterado’, sino que con más frecuencia de lo que pudiera suponerse, el niño es la expresión -tal vez más evidente- de un contexto familiar, escolar, comunitario, etc. también alterado y que los cambios en el niño pueden ser difíciles de concebir si no van acompañados de un cambio en el contexto; en estos casos el contexto, más que el propio niño, sería el foco principal de atención.”
Aun con lo anteriormente mencionado, no podemos quitarle importancia a la necesidad de comprender mejor el mundo interno del niño. Como plantea el Dr. Roca: “Posiblemente uno de los más serios errores que tiene la educación en general sea la ‘cosificación’ del niño, el hacerlo tributario de consejos, buenas intenciones, atenciones especiales, de información transmisora de lo que ‘debería’ hacer y de lo que es correcto que se haga porque es lo que le conviene, etc. pero sin considerar que es él el protagonista principal del proceso educativo ignorando o menospreciando sus percepciones, sentimientos e intenciones acerca de lo que está ocurriendo a su alrededor. Así, la psicoterapia infantil no puede ser ajena a lo que ocurre en el mundo interno del niño; la psicoterapia infantil, supuestamente va a corregir errores en la educación y formación del niño y es ella misma en muchos aspectos, también un proceso educativo y formativo, de aquí que no debe seguir las mismas vías que tradicionalmente se han intentado para lograr algo del niño y sus resultados no han sido los deseados.” De igual manera, resulta relevante la idea de considerar al ser humano como ser bio-psico-social, donde van a lograr que se integren y desarrollen sus potencialidades desde la interacción social.
Los planteamientos generales sobre la psicoterapia infantil estar relacionadas con el enfoque en que se basa esta propuesta del Enfoque Histórico – Cultural, porque aun cuando el mismo Vigotsky no se refirió a la clínica, la realidad es que muchos de sus postulados si resultan aplicable a esta práctica. De esta manera, es que se trata de establecer métodos y técnicas que puedan ser ajustadas al contexto, a las características actuales de los niños y por supuesto a la propuesta que se está presentando.
De esta manera, podemos traer a esta propuesta y vincularla con nuestra posición en cuanto a la psicoterapia infantil, tres categorías básicas que ya fueron mencionadas con anterioridad: Situación Social del Desarrollo, Zona de Desarrollo Próximo y Vivencia. Ya desde el vínculo con esta propuesta de intervención, se van a explorar las características del contexto, es decir, las condiciones específicas de cada uno de los casos, así como su relación con la familia y la escuela.
Dentro de la psicoterapia, la propuesta de psicoterapia grupal va a ser una alternativa con grandes potencialidades desde el punto de vista de intervención. El trabajo grupal hace posible que puedan abordarse una mayor cantidad de casos. Para los efectos de esta propuesta, el grupo es visto como un espacio psicológico, así como un mediador de intercambio que va a potenciar de manera directa la zona de desarrollo próxima de los niños potenciando al máximo sus potencialidades.
Mientras que las vivencias que traen los niños al grupo van a estar en constante reestructuración a partir de las interacciones que en el mismo ocurran. De esta manera lo que se busca es despertar sentimientos, posibilitar nuevos aprendizajes y promover emociones; lo cual tendrá después una implicación en el medio en donde se desarrollen. En este sentido, el poder utilizar el arte como instrumento mediador va a servir como facilitador del proceso de reestructuración y adquisición de herramientas para la edad. Aunque, esto siempre desde la perspectiva que “el propósito fundamental del grupo psicoterapéutico infantil no es la formación artística, sino el enfrentamiento terapéutico a la problemática del niño emocionalmente perturbado” .