Relación Padre-Hijo Y La Educación
Los tiempos han cambiado, las familias también y con ello los padres, estos también han evolucionado, regularmente cuando escuchamos decir familia se nos viene a la mente; madre, padre e hijos. Desde el punto de vista progresivo, la familia es un grupo vital con historia, que atraviesa fases en su desarrollo, donde intervienen crisis por las que la familia se transforma, crece, madura o que incluso puede romperse.
Las relaciones que se establecen con los individuos determinan en cierta medida el estar en el mundo. Por ello, es importante, poner énfasis, en una de las amistades que tiene grandiosas repercusiones en la vida, como es la del vínculo tan cercano, tan íntimo y tan amado: de los padres e hijos.
Algunos investigadores de la conducta humana discuten sobre la importancia del compromiso, otros sobre la educación, otros sobre los métodos y formas de comunicación con los hijos. Son ellos, quienes pueden guiar cuando los padres se sientan perdidos, en la vía de la educación de los hijos. Sin embargo, esos métodos que plantean son solo invitaciones, que no precisamente, establecen la práctica. Es decir, cada padre y cada madre, pretenden valorar su contexto, las particularidades de su medio familiar, así como el modo de ser y las formas de conducta de los niños.
En realidad, no hay mejores o malas maneras de educar, depende del niño, de las situaciones, del carácter de sus progenitores, del ambiente por el que están pasando en el día a día. También de la historia personal, de las formas y manera como cada uno de ellos concibe la educación.
Para poder ofrecer a los hijos una educación y crianza de calidad, es necesario tener en base algunos semblantes que ayudan a la formación de los mismo, dándoles así un mejor futuro en la sociedad:
Los hijos no son una extensión de sus progenitores, son personas independientes, que sienten por sí solos, que piensen por sí mismos y que cuentan con una personalidad que se destaca desde que nacen. Son especiales. Por ello es muy importante tomar en cuenta que los hijos no van a realizar las cosas tal cual como los padres quieren que hagan, cada uno va a realizarla a su manera, y esta es una parte donde los padres se frustran y no dejan que ellos lo hagan de acuerdo a sus destrezas.
Los padres son sólo facilitadores del progreso de los hijos, esto quiere decir que no son de su propiedad. Y que, además son individuos que están en un proceso de avance en el cual tienen que consolidar la autoestima, autoconcepto y personalidad.
Los padres tienen que ser una autoridad para sus hijos. Hoy en día, a los padres parece que les cuesta trabajo encontrar formas de disciplinar, por un lado, se sienten culpables cuando llaman la atención, y por otro, los compensan con un montón de cosas materiales para que se sientan felices. Las normas, los límites y la autoridad de los padres sobre los hijos no es negociable.
Es necesario reflexionar sobre estos aspectos que determinan la vida entre los padres y los hijos. Se requiere formar hombres y mujeres de bien, comprometidos, que sean capaces de enfrentar con herramientas sólidas el mundo que les toca y les tocará vivir.
El núcleo familiar es fundamental, no solo como modelo o apoyo fuera de la institución escolar, sino también por su trabajo vinculado con los educadores. Es importante tener informados a los maestros de los intereses o dificultades de los niños y, a la vez, interesarnos por la labor del profesorado, así como tener en cuenta sus opiniones, sobre todo ante situaciones difíciles.