Reseña del Libro 'La Meta': Parámetros de Gestión y sus Análisis

Ideas de Eliyahu Moshe Goldratt sobre los momentos claves del logro de las metas de empresa han servido un origen para mi ensayo. Libro ‘La meta’  nos dice que la única meta de una empresa es la de ganar dinero, ahora y en el futuro; los restantes objetivos son simples medios para este fin. De acuerdo con ello, será productivo para la empresa todo lo que contribuya a conseguir dicho objetivo, si se aumenta el rendimiento individual de un determinado centro de trabajo para conseguir un incremento de producción no vendible en estos momentos, no será productivo en términos de “la meta”, el análisis del grado de acercamiento de una empresa a su meta está basado en variables financieras que llama parámetros de gestión.

Estos son la utilidad neta, la rentabilidad y la liquidez:

  • El primero, como medida absoluta del dinero ganado durante un determinado período de tiempo.
  • La segunda, como medida relativa que complementa a la anterior en el sentido de medir la “productividad” del dinero invertido.
  • Y la tercera, tomada en el sentido tradicional, la cual puede convertirse en el factor determinante más del fracaso que del éxito de la empresa.

No es difícil comprender que cualquier aumento del beneficio neto que sea acompañado de un incremento paralelo de la tasa de rentabilidad y de la liquidez acerca a la consecución de la meta, aunque una buena marcha de los tres parámetros, simultáneamente, no sea fácil de conseguir.

Por otra parte, estos indicadores son demasiado generales como para ayudar a la toma de decisiones en los niveles operativos de la empresa. En este punto, el libro propone otros tres parámetros, que son definidos utilizando la misma unidad que la meta, el dinero.

  • Ingreso neto (Troughput): dinero generado a través de las ventas; es decir, todo el dinero que entra en el sistema.
  • Inventario (Stock): todo el dinero que el sistema invierte en adquirir bienes que venderá; es decir, el dinero que, por cualquier motivo, está retenido en el sistema.
  • Gasto de operación: Todo el dinero que gasta el sistema para convertir el inventario en ingresos netos; es decir, el dinero que sale del sistema.

En cuanto al orden de importancia de los parámetros de explotación: cualquier organización que pretenda desarrollar un proceso de mejora continua debe situar como primer parámetro de referencia los ingresos netos, ya que su incremento no está limitado, a diferencia de lo que sucede con las posibles disminuciones de los gastos operativos y los inventarios (limitados por el cero).

En el libro se propone situar el inventario en el segundo parámetro de la escala de valores, colocando en último lugar los gastos operativos. De igual forma se encuentra su punto de partida en la identificación de dos características fundamentales de las organizaciones:

  1. La estructura jerárquica piramidal.
  2. La configuración organizacional como una sucesión de acciones en cadena.

Parte del hecho de que el rendimiento de cualquier cadena siempre está determinado por la fuerza de su eslabón más débil, los eslabones son denominados limitaciones del sistema y se definen como las partes débiles de la organización que le impiden o dificultan acercarse a la meta.

En el desarrollo de la meta durante su proceso de mejora continua en la búsqueda de su meta podemos enlistar las siguientes acciones que se llevaron a cabo durante el proceso de mejora.

  1. Identificar las limitaciones del sistema: Una vez localizados aquellos recursos que, por su escasa disponibilidad, limitan el rendimiento global del sistema, deben ser “explotados” al máximo, aprovechando toda su capacidad.
  2. Decidir cómo explotar las limitaciones: Si la limitación se encontrase en un determinado centro de trabajo, explotarla significa obtener el máximo rendimiento del equipamiento de dicho centro de trabajo. Ello implica, por ejemplo, eliminar cualquier causa de tiempo improductivo.
  3. Subordinar todo a las decisiones adoptadas en el paso anterior: En la fase anterior se establecía explotar al máximo la(s) limitación(es) de la organización; sin embargo, hay que ser conscientes de que estas representan un pequeño porcentaje de los recursos totales de la organización. Debido a ello, a pesar de esta decisión, una determinada limitación (Centro de Trabajo o Etapa del Proceso) puede verse obligada a interrumpir su trabajo si los recursos no limitados (el resto de los Centros de Trabajo o Etapas del Proceso) (la gran mayoría) no le suministran los componentes (o lo que fuere que suministren) que necesita.
  4. Elevar la limitación: Esto significa superar las restricciones marcadas por su falta de capacidad. En ocasiones, una vez que se analiza el trabajo de la limitación en el paso dos y se decide una forma de explotar su capacidad, la limitación desaparece. Ello aconseja no precipitarse y realizar este paso en su justo momento, es decir, en cuarto lugar.

    Una vez realizados los cuatro pasos anteriores, es posible que, a fuerza de mejorar la utilización de la limitación o de incrementar su capacidad, ésta haya desaparecido. Ello no constituye, sin embargo, el final del proceso de mejora continua.

  5. Si en los pasos previos se ha quebrado una limitación, hay que volver al primer paso: E. Goldratt realiza una consideración especial al enunciar este paso. Las limitaciones impactan en todas las áreas de la empresa, todo se debe subordinar al logro de su máximo aprovechamiento. Si se ha roto una limitación en los pasos anteriores, hay que volver al primer paso, pero sin permitir que la inercia provoque una limitación al sistema.

Desde mi perspectiva creo que desarrolla un nuevo enfoque en la Dirección de las Operaciones Productivas de la empresa.

Sus principios básicos pueden resumirse en nueve reglas:

Regla 1:

No se debe equilibrar la capacidad productiva sino el flujo de producción.

En toda planta productiva existen dos tipos de hechos: sucesos dependientes y fluctuaciones estadísticas.

  1. Los primeros (sucesos dependientes) vienen determinados por la propia secuencia de operaciones que obligatoriamente tiene que seguir el producto en su elaboración, en un orden predeterminado y rígido (aunque los cambiemos tanto como queramos, después cada cambio queda definida una secuencia fija de operaciones).
  2. Las segundas (fluctuaciones estadísticas) aparecen en determinadas etapas sobre las que no se puede determinar su resultado exacto, sino sólo sus valores medios.

En otras palabras hay que recordar la marcha de los Boy-Scout. Volviendo al ejercicio de la lectura  imaginemos una marcha de boy – scout colocados en fila india. La marcha no será perfecta. Los problemas pueden ser intrínsecos a algunos de los miembros, o provocados por algún fenómeno aleatorio.

Un problema intrínseco puede surgir si algún miembro de la excursión va a un ritmo de paso menor que el del resto de sus compañeros o, simplemente, menor que el del que le precede.

Si cada uno anda al ritmo que le marca su capacidad, aumentará la diferencia existente entre el predecesor y el de menor capacidad o con ella, la longitud total de la fila.

En función de esto, la analogía que se establece entre el ejemplo anterior y los sucesos de cualquier planta productiva es la siguiente:

Cada miembro de la excursión se puede asimilar a un determinado centro de trabajo. El centro de trabajo que incorpora la materia prima al proceso productivo sería el primer boy-scout de la fila, mientras que la terminación del producto sería el último. La cantidad de productos en curso (producción en proceso) sería la longitud total de la fila, y la cantidad de productos vendidos coincidiría con el camino ya recorrido y que ha sido sobrepasado por el último elemento de la fila.

En el caso de que se produjese algún fenómeno aleatorio, por ejemplo, una avería que limite la producción de un determinado centro de trabajo, se darían los siguientes fenómenos:

  • Se acumularán los inventarios en curso delante de ese centro de trabajo, ya que el que le antecede en el proceso productivo sigue suministrándole componentes al ritmo normal y el centro de trabajo en cuestión los está procesando más lentamente. Aumento de la longitud de la fila que es igual al aumento de inventario.
  • La facturación desciende y, por tanto, los ingresos netos, ya que el último centro de trabajo, sólo puede trabajar sobre la menor cantidad de componentes que le suministra ahora el centro de trabajo que ha sufrido la avería.
  • La facturación perdida, o pedidos acumulados durante el periodo de avería será difícil de recuperar, ya que, al estar la planta perfectamente equilibrada, cada centro de trabajo tiene justo la capacidad necesaria para responder a la demanda presente, pero no capacidad extra para recuperarse del retraso.
  • Desde luego, las ventas no realizadas significan menos ingresos netos.

Los gastos de operación no tienen por qué disminuir sino que, incluso, pueden aumentar.

 Ello es debido a los costos originados por mantener grandes stocks de productos semiterminados innecesarios y que de mantener la planta equilibrada de forma continua, nunca se utilizarán.

La mejor solución para asegurarnos de que la fila marchará siempre de forma compacta. Se podría instrumentar de la siguiente manera:

Como primer ejercicio, colocando a los miembros de la excursión en orden inverso a su velocidad de marcha, es decir:

Dar prioridad y poner a la cabeza a los miembros más lentos de la marcha.

Como segundo ejercicio se colocaría al que le siguiese por orden inverso de velocidad y, así, se llegaría hasta el último puesto, donde se situaría al más rápido de los boy-scout.

Esta solución que puede no convencer, ofrece las siguientes ventajas:

  • Se sigue recorriendo el mismo camino, puesto que éste no se da por terminado hasta que pasan por todos los miembros de la fila.
  • Se evitan las dispersiones de la fila puesto que, siempre, el sujeto que va detrás tiene más capacidad que éste. Esto implica que, en caso de que cualquiera sufriera algún retraso, éste sería recuperable.

En otro ejemplo se debe aumentarse la capacidad del elemento más lento, que ahora va primero marcando el ritmo, Cuando más camino ande el primero, más camino andarán los demás y antes llegarán a la meta.

De la analogía anterior, podemos deducir que el intento de equilibrar la capacidad de cada uno de los recursos con la demanda del mercado no es una buena estrategia.

El libro propone una solución alternativa que sirve de base para dirigir eficientemente las empresas. Esta se basa en el conocido concepto de cuello de botella, el cual se produce cuando la capacidad de un recurso es igual o inferior a la demanda.

De acuerdo con ello, distingue entre recursos cuello de botella (CB) y no cuello de botella (NCB), y enuncia la Primera regla básica: “no hay que equilibrar la capacidad y demanda del mercado. Lo acertado es equilibrar esta última con el flujo de materiales de la fábrica” 

No hay que preocuparse de equilibrar la capacidad de la planta, sino de equilibrar el ritmo de producción de los recursos no cuello de botella al ritmo que marca la limitación del CB y, en segundo lugar, debe intentarse elevar la capacidad de éste hasta que se logre el equilibrio con la demanda.

Regla 2:

La utilización de un recurso no cuello de botella (NCB) no viene determinada por su propia capacidad, sino por alguna otra limitación del sistema.

Regla 3:

La utilización y la actividad de un recurso no son la misma cosa:

  • “Utilizar” un recurso significa hacer uso de él para que el sistema se dirija hacia la meta.
  • “Activar” un recurso sería como apretar el botón de “encendido” de una máquina, que comenzaría a funcionar, se sacase o no beneficio de su trabajo.

Así, activar al máximo un centro de trabajo (CT) no cuello de botella es de una ineficacia total.

Cuando se hace trabajar a los NCB a plena capacidad, no se consigue vender ni una unidad por encima de las que permite el CB o admite el mercado; por lo tanto, no nos acercamos a la meta.

En todo caso, al aumentar los inventarios y los gastos de operación, nos alejamos de ella.

Esto ocurre cuando los NCB están activados, pero no correctamente utilizados.

Regla 4:

Una hora perdida en un cuello de botella es una hora que pierde todo el sistema:

  • Los recursos cuello de botella también pueden ser definidos como aquellos cuyas limitaciones locales de capacidad se convierten en limitaciones para todo el programa de producción.
  • La capacidad del cuello de botella, determina la capacidad de todo el sistema.
  • El tiempo que se pierda en él o cualquier disminución de su capacidad, hará disminuir, en igual medida, la capacidad global del sistema.

 

Regla 5:

Una hora ganada en un recurso no cuello de botella es un espejismo:

Si equilibramos la utilización de todos los recursos no cuellos de botella con la capacidad del recurso CB, ello significará, necesariamente, que los primeros tienen capacidad ociosa.

No tiene sentido invertir dinero o energía en aumentar la capacidad o ganar tiempo en un recurso que en nada aumentará la facturación de la empresa y que, por lo tanto, no incrementará ingresos ni beneficios.

Regla 6:

Los cuellos de botella rigen tanto el inventario como la facturación del sistema:

Los CB determinan la facturación, siendo los que verdaderamente fijan la capacidad de la planta (del proceso global).

Es decir: Por definición, la demanda será igual o superior a la capacidad del CB, por lo que todo lo que se produzca (a su ritmo) podrá venderse

Regla 7:

El lote de transferencia puede no ser, y de hecho muchas veces no debe ser, igual al lote en proceso:

Se distinguen dos tipos bien diferenciados de lotes.

Por una parte, el lote de proceso, que se puede definir como el realizado por un determinado centro de trabajo entre dos preparaciones sucesivas y que, tradicionalmente, con objeto de evitar las grandes ineficiencias de los largos tiempos de preparación de la maquinaria, suelen tener un tamaño grande; por otra, el lote de transferencia, que es el que se usa para transportar producto entre dos centros de trabajo.

Regla 8:

El lote de proceso debe ser variable a lo largo de su ruta y también en el tiempo:

La séptima y octava reglas recomiendan acortar, dividir o solapar los lotes, con lo que resulta más fácil adaptarse al comportamiento dinámico de

cualquier sistema de producción, donde los cuellos de botella pueden ser flotantes a lo largo del tiempo, dependiendo del programa de producción a realizar.

Regla 9:

Las prioridades sólo pueden fijarse teniendo en cuenta simultáneamente todas las limitaciones del sistema.

El tiempo de fabricación es una consecuencia del programa.

Conclusión

El control de los recursos cuello de botella es el más importante, ya que de ellos dependerán en gran medida los ingresos netos de la empresa y el evitar la acumulación de inventarios.

Por ejemplo: la calidad debe ser controlada antes de que los productos hagan uso de las horas limitadas de los cuellos de botella; los productos que ya incorporan estas horas deben ser tratados con sumo cuidado, puesto que cualquier circunstancia que dé lugar a la pérdida de uno de ellos se transforma automáticamente en un producto menos para la venta.

Este enfoque comporta una visión sistémica del Subsistema Productivo en particular y de la empresa en general, rechazando explícitamente la búsqueda de óptimos locales salvo que de ello derive un acercamiento a la meta; en definitiva, el objetivo es conseguir un óptimo global.

11 February 2023
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