Reseña Sobre Héroe Trágico de Antígona de Sófocles
En la obra Antígona de Sófocles (496-406 AC), uno de los autores más importantes de la tragedia griega junto con Eurípides (485-406 AC) y Esquilo (525-456 AC), se desarrolla una evidente tensión entre el “sentimiento individual” y el “sentimiento social”, con Antígona centrándose más en la perspectiva del individuo y Creonte centrándose en el ámbito público.
En este ensayo se va a comentar sobre esta tensión presente en la obra y cómo los personajes se cierran en su propia postura y no ceden a lo que dicen los demás en ningún momento. Por “sentimiento individual” se comprende el ámbito privado de los personajes que generalmente le da un valor muy elevado al parentesco familiar, y por “sentimiento social” se comprende la identidad que tenían los griegos por su propia sociedad y por el ámbito de su polis.
En primer lugar, Antígona se ve centrada en la obra sobre una perspectiva individual y actúa en defensa de las leyes de la familia y por ello se siente obligada a enterrar a Polinices por más que él había atacado a Tebas rompiendo los principios que un hombre de Tebas debía honrar como parte de la sociedad. Por ello Antígona declara: “Hubiera sido inmenso mi pesar si hubiese tolerado que el cuerpo del hijo de mi madre, después de su muerte, quedase sin sepultura.”
Al hacer esto Antígona está cumpliendo con su deber de hermana pero al mismo tiempo se está oponiendo al resto de la sociedad que sigue el mandato de Creonte de no enterrar a Polinices ni llorar su muerte por lo que se genera una gran tensión en la obra.
Por su parte, Antígona siente que es su deber enterrar a Polinices por más que ello implique su muerte, ya que la sociedad, que tiene como representante a Creonte, condenará esta acción y no perdonará las acciones de Antígona. Ante esto Antígona dice: “Yo, por mi parte, enterraré a Polinices. Será hermoso para mí morir cumpliendo ese deber.”
Esto demuestra cuán cerrada está Antígona en su postura frente al sentimiento de individualidad que ella posee al poner a la familia sobre la sociedad de Tebas. El hecho de que Antígona sea un personaje femenino que rompe las leyes de la sociedad hace que ella se sienta más alejada de la sociedad a la que pertenece ya que en las sociedades griegas las mujeres no eran “completamente ciudadanos” ya que su rol era mucho menor al de los hombres. Por ello es que Antígona se encierra tanto en su entorno privado y familiar, porque la sociedad griega era machista y le daba más valor a los hombres que a las mujeres. En general, el hecho de cumplir las leyes se relacionaba a los hombres, por ello no es coincidencia que la que rompa la ley en Antígona sea una mujer; más comúnmente identificada por los griegos como irracional y emotiva lo cual es el caso del personaje de Antígona.
Por otro lado, la tensión que hay en Antígona en torno al individuo y la sociedad se mantiene durante la obra ya que tanto Creonte (quien representa el sentimiento de la sociedad) y Antígona (quien se ve representada por su sentimiento de individualidad) mantienen cerrada su posición frente a la postura del otro. De esta manera se crea un conflicto que no tiene aparente solución fuera de la tragedia ya que ningún personaje cede frente al otro y su comunicación no llega a tener un verdadero sentido más que mostrar en qué se basa cada personaje para su razonamiento. Esto se puede ver claramente cuando Antígona le dice a Creonte: “Pues, entonces ¿qué aguardas? Tus palabras me disgustan y ojalá me disgusten siempre, ya que a ti mis actos te son odiosos.
¿Qué hazaña hubiera podido realizar yo más gloriosa que la de dar sepultura a mi hermano?” En esta cita se puede ver que Antígona mantiene muy firme su postura de sentimiento individual y su postura frente a sus actos llegando hasta glorificar el hecho de haber enterrado a su hermano. Esto mantiene la tensión como fue mencionado anteriormente ya que Antígona mantiene su postura oponiéndose fuertemente a la posición de la sociedad y de Creonte. Por otro lado, Creonte también refuerza su postura frente a la esfera pública cuando le dice a Antígona: “baja, pues, bajo tierra a amar a los que ya están allí. En cuanto a mí, mientras viva, jamás una mujer me mandará.” (pág. 49) Esto muestra cuán inflexible es Creonte con los demás personajes ya que pone su propio bien sobre el bien común diciendo que nunca nadie le dará órdenes, mucho menos una mujer como Antígona; lo cual también muestra lo machistas que eran las sociedades griegas como la de Tebas que es representada por Creonte.
Además, Creonte continúa con su fuerte perspectiva desde el punto de vista de la sociedad y esto prolonga el conflicto que ya estaba presente en contra del sentimiento de individualidad. Esto se puede ver cuando Creonte enuncia: “Esta ha sabido ser temeraria infringiendo la ley que he promulgado y añade una nueva ofensa a la primera, gloriándose de su desobediencia y exaltando su acto.” (pág. 47) Aquí se puede apreciar cómo
Creonte se refiere a Antígona mostrando que ella no solo ha desobedecido la ley que él había decretado sino que glorifica el hecho de haber enterrado a su hermano Polinices lo cual se contrapone al sentimiento social que tiene Creonte y el resto de la sociedad. Esto demuestra claramente que Creonte no aceptará nada que sea contrario a su noción de ciudadanía por lo que el conflicto que ya está presente seguirá desenvolviéndose a lo largo de la obra. Se puede decir que Creonte considera que la obediencia a la autoridad es esencial para la sociedad y por ello es que no cederá frente al sentimiento de individualidad que presenta Antígona, ya que para él, el estado es mucho más notable que el individuo. Sin embargo, tanto Antígona como Creonte defienden valores que deberían complementarse ya que se necesita un balance entre ambos valores, el sentimiento individual y el sentimiento social. Por ello es que en la obra se entra en un conflicto sin resolución, ya que hay que tener en cuenta ambos puntos de vista, el del individuo y el de la sociedad para no limitarse a solo una perspectiva.
En conclusión, en este ensayo se argumentó que en la obra Antígona hay una evidente tensión entre el “sentimiento social” el cual es representado por Creonte y el “sentimiento individual” el cual es asumido por Antígona, quien antepone a la familia sobre la sociedad. Esta tensión que se presenta en la obra se mantiene durante la misma ya que tanto Antígona como Creonte se cierran completamente en su postura de una manera muy inflexible que no considera las opiniones de los demás. Se puede asumir que Sófocles, el autor de esta obra pretendía que el lector se diera cuenta de lo inflexibles que son Antígona y Creonte y se percatara de cuán trágico es su final para que no se basen en un solo punto de vista para su razonamiento y sean ciudadanos que tienen un buen balance entre su noción de ciudadanía y su noción individual.