Sevicio de Aprendizaje: Conceptos y Claves
Desde hace unos años el nombre del aprendizaje-servicio (APS) se ha empezado a escuchar cada vez con más frecuencia en el ámbito educativo, desde de la Educación Primaria hasta la universidad. Ahora bien, ¿qué es el aprendizaje-servicio?
El APS es un programa, una filosofía y una pedagogía. Esta última aproximación pretende destacar las actividades psicopedagógicas a través de los cuales el alumnado se educa, pero la cuestión es determinar qué tipo de mecanismos ponen en marcha los educadores y qué tipo de procesos viven los niños para asimilar las transformaciones que acabamos denominando desarrollo y formación.
Por ello, una definición sobre aprendizaje-servicio en el ámbito de la educación es la que expone Jacoby (1996): El aprendizaje servicio es una forma de educación basada en la experiencia en la que los estudiantes se comprometen en actividades que relacionan las necesidades personales y de la comunidad con oportunidades intencionalmente diseñadas con el fin de promover el desarrollo y el aprendizaje de los estudiantes. La reflexión y la reciprocidad son conceptos claves en el APS.
Como dice la cita, el aprendizaje-servicio es una forma de educación basada en la experiencia en la que el aprendizaje se produce a través de un ciclo de acción y reflexión gracias al cual los estudiantes trabajan con otros compañeros en un proceso de aplicación de lo que han aprendido a los problemas de la comunidad y, al mismo tiempo, reflexionan sobre la experiencia de perseguir objetivos reales para la comunidad e incrementar su propia comprensión y destrezas. Es decir, “desarrollan de manera conexa las múltiples dimensiones humanas –intelectuales, afectivas y prácticas– y cultivan la responsabilidad cívica y social” .
En este proceso, el alumnado identifica en su entorno próximo una situación con cuya mejora se compromete, desarrollando un proyecto solidario que pone en juego conocimientos, habilidades, actitudes y valores.
Un ejemplo de esta metodología puede ser en el proyecto: “Campaña de recogida de alimentos”, donde los adolescentes mejoran sus conocimientos y actitudes sobre la nutrición, el hambre y la inequidad, diseñando y llevando su propia campaña en colaboración por ejemplo, con el Banco de Alimentos.
Pero, ¿por qué merece la pena impulsar este proceso de aprendizaje-servicio en los centros educativos? En cuanto al alumnado destacar que favorece el aprendizaje significativo, mejora la motivación y los resultados académicos y promueve su desarrollo personal y social y, en relación al profesorado, concreta la educación para la ciudadanía, facilita la evaluación de las competencias básicas, mejora la convivencia en el aula y favorece la relación entre escuela y comunidad. De igual forma, para toda la comunidad también existen beneficios y estos son que mejora las condiciones de vida de las personas, refuerza el sentimiento de pertenencia de sus miembros y estimula la participación ciudadana’.
Por ello, estamos hablando de una pedagogía que parte de actividades reales que lleva a cabo el alumnado, las cuales siempre se completan mediante la reflexión sobre todas y cada una de las vertientes de la experiencia y, por último, de actividades diseñadas de modo que la relación entre los jóvenes que prestan un servicio y los receptores del servicio sea recíproca: ambos deben ganar algo y ambos deben ofrecer algo.