Sexismo: Historias que el Mundo debe Saber
El Sexismo en el siglo 20
Pablo tiene cuarenta y cinco años. Nacido en San Sebastián. Es el cuarto de seis hermanos, cuatro chicas y dos chicos. Su padre era un prestigioso abogado de la ciudad, su madre ama de casa. Estudió en los mejores colegios y Universidades de España y Estados Unidos y consiguió graduarse con las mejores calificaciones como abogado, tal y como había deseado siempre su padre. Consiguió formar parte de uno de los bufetes más prestigiosos de la ciudad, donde su padre era socio y demostró en poco tiempo que su conocimiento y capacidades eran brillantes.
Era pulcro, educado, de buena familia, tenía todos los ingredientes para convertirse en el punto de mira de todas las mujeres. No tardó en enamorarse de una joven abogada que colaboraba directamente con ellos. Linda, su novia, se convertiría en poco más de 2 años en su mujer, con una sonada boda que sería recordada durante mucho tiempo, donde fueron invitadas más de doscientas personas de gran influencia en la ciudad, amigos del padre del novio, la gran mayoría.
Pablo fue criado bajo el principio de que el hombre debe trabajar para mantener a la familia y la mujer debe dedicarse al cuidado de la casa y de los hijos. Su primer hijo nació al año de casarse, y pronto vendría el segundo y el tercero, hasta llegar a cinco. La vida de Linda no fue como ella se esperaba; bajo una vida llena de comodidades, se escondía una realidad bien diferente. Linda no veía la oportunidad de reincorporarse al trabajo; tenía que dedicarse al 100% al cuidado de la casa y de sus cinco hijos, porque, tal y como su marido le había dicho, no había labor más importante para ella que dedicar todo su tiempo a educar a sus hijos, al igual que lo había hecho su madre con ellos. Lo que no tenía en cuenta es qué pensaba Linda de todo esto.
Linda recordaba cuando sus padres, hija de contable en una mediana empresa y de madre modista en un taller de confección, la educaron como que en la vida hay que luchar para seguir adelante, porque trabajar dignifica, nunca depender de nada ni de nadie, y aprender a valerse por sí misma. Claramente no había sabido tomar ejemplo de la lección. Linda tenía claro que no quería que sus hijas pasaran por su misma suerte y que sus hijos supieran dar a las mujeres el respeto que se merecen.
Por eso Linda se esforzó en educar a sus hijos bajo el concepto de igualdad de oportunidades; todas las noches les explicaba que la sociedad no trata por igual a los hombres y a las mujeres; que a los hombres se les trata como si fueran superiores a las mujeres y a eso es a lo que llamamos machismo. “Imaginaros, les decía, que vosotros trabajáis en una empresa y un compañero vuestro cobra más que vosotras haciendo el mismo trabajo porque es hombre; pues esto ocurre en muchos países; las mujeres en cuanto tienen hijos pueden perder sus trabajos, por el que tanto han luchado en su vida. Por suerte, se están haciendo unas leyes para que todos seamos iguales y tengamos los mismos derechos y oportunidades y podamos participar por igual en las decisiones políticas y económicas”. Siempre les decía que ellos podrían ayudar en ese plan si se lo proponían.
“Imaginaros, les contaba, que hasta el año 1933 las mujeres no tenían ni siquiera derecho a votar. Gracias a mujeres luchadoras, finalmente lo consiguieron y fue un gran paso” (ABC actualidad,1,10, 19/11/2013). A sus hijas les decía que debían ser como aquellas mujeres para conseguir la igualdad. Con esto les quería decir que nunca dejaran de luchar por lo que quieren, ya que con el esfuerzo y constancia lograrían lo que se propusieran.
Linda les decía que ellos podrían hacer grandes cosas, pero siempre deberían asegurarse de llevarse el reconocimiento que se merecen, porque en la historia han existido grandes mujeres que hicieron grandes descubrimientos, pero nunca nadie se lo reconoció. Fue una mujer, Maria Winkelmann, como bien dice Lara Gómez Ruiz, quien descubrió un cometa y su mérito no fue reconocido nunca en su vida; su marido se atribuyó el descubrimiento durante muchos años. (La Vanguardia,3,3, 09/12/2018)
También hubo otra mujer, Rosalind Franklin, tal como nos lo explica BBC news, el mundo, que investigó sobre la genética. Gracias a ella se supo cómo funcionan los genes pero fue su marido quien ganó un premio Nobel 1958 y no ella. Nunca nadie la mencionó. (23,3, 26 mayo 2018).
Hubo otra gran mujer, Maryam Mirzakhani, como nos dice Agata Timón, que fue la primera en obtener una medalla muy importante, la Medalla Copley, y fue la única mujer británica en conquistar un Nobel en categorías científicas (El País, 1,7, 14 julio 2018). No obstante, en su momento, los periódicos británicos titularon la noticia como ‘Ama de casa de Oxford gana un Nobel’.
Es triste pensar que hoy día existen lugares, como África, donde a la mujer la obligan a casarse contra su voluntad y más triste todavía cuando las obligan a practicar una mutilación genital, por temas culturales o religiosos, llegando muchas de ellas a morir con esta práctica. ¿Sabes lo que es más triste aún? Que hoy en día esto sigue pasando y en aumento, lo vemos y nadie hace nada al respeto. Tú puedes ser el cambio que esta sociedad necesita.
References
- Agata Timón (2018). El País: 1,7, 14 julio 2018
- BBC news (2018). El Mundo. 23,3, 26 mayo 2018
- Lara Gómez Ruiz (2018). La Vanguardia. ,3,3, 09/12/2018
- http://revista.iaa.es/content/maria-winkelmann-una-astr%C3%B3noma-en-la-sombra
- https://www.lavanguardia.com/cultura/20181209/453351288767/maria-winkelmann-primera-mujer-descubrir-cometa.html
- https://www.bbc.com/mundo/noticias-44225714
- https://elpais.com/especiales/2018/mujeres-de-la-ciencia/rosalind-franklin.html
- https://elpais.com/especiales/2018/mujeres-de-la-ciencia/maryam-mirzakhani.html
