Siria: Tierra de Continuos Enfrentamientos y Conflictos Armados

Todo empezó en marzo de 2011 a causa del arresto, por parte de las fuerzas de seguridad, de unos adolescentes que pintaron unos murales revolucionarios. La población salió a la calle a manifestarse reclamando más derechos y democracia con grandes revueltas por todo el país, las más conocidas fueron en Alepo y Damasco. La respuesta del gobierno de Bashar al Assad, que lleva desde el 2000 en el cargo, fue abrir fuego contra los manifestantes, y estos empezaron a pedir la dimisión del presidente. El conflicto estalló en la guerra civil que conocemos hoy en día, pero sin embargo, hacia tiempo que se estaba cociendo. Los sirios llevaban varios años con altas tasas de desempleo, corrupción, falta de libertad política y represión, haciendo que la vida en el país fuera dura y asfixiante.

La oposición empezó a armarse para luchar contra el régimen de Al Assad. Dentro de esta agrupación encontramos a varios grupos que luchan juntos para conseguir el mismo objetivo: la destitución del presidente. Entre ellos destacan los rebeldes moderados, como sería el caso del ELS (Ejercito Libre Sirio), y los grupos islamistas y yihadistas, formados por el Frente al Nusra (filial de Al Qaeda en Siria) y el EI (Estado Islámico). No obstante, estos últimos se han enfrentado a la oposición, a los islamistas y al gobierno haciendo que actúen por libre dentro de la guerra, conquistando territorio y fundando su propio califato.

En referencia a las grandes potencias mundiales que actúan en esta guerra encontramos por un lado a Arabia Saudita, Turquía y EE.UU apoyando a la oposición, y por el otro lado están Rusia e Irán, apoyando a Al Assad. Sin embargo, todos luchan contra el EI o el Frente al Nusra.

Los intereses de Rusia en la guerra son varios. Para empezar, Siria es su principal comprador de armamento y además, tiene la única base militar rusa en el extranjero que le otorga salida al Mar Mediterráneo. Todo esto hace que Putin sea el gran aliado de Al Assad seguido de Irán, que apoya al régimen por intereses religiosos y económicos. Irán necesita a Siria para poder enviar su armamento al movimiento chiita Hezebolá en el Líbano entre otros factores.

Si analizamos los intereses de las potencias que ayudan a la oposición encontramos a de EE.UU, que pretende contener el poder de Rusia y derrotar a los grupos terroristas. Turquía y Arabia Saudita, ambos países sunitas, luchan en esa eterna rivalidad religiosa entre los sunitas y los chitas para conseguir el poder. Además, tenemos que contemplar que Turquía tiene problemas con la insurgencia kurda. Finalmente estaría Europa, que se niega a dar asilo a los refugiados, y Francia y Reino Unido, invierten especialmente muchos recursos en derrotar al EI junto a EE.UU.

Por último, un actor importante en la guerra es la posición geográfica de Siria, ya que tiene un gran valor geoestratégico. Permite conectar importantes fuentes de gas y petróleo con Europa, Oriente y el Mar Mediterráneo.

Las grandes potencias están jugando un papel muy importante en este conflicto, que podemos decir que es a nivel internacional. Su apoyo militar y financiero ha contribuido a la intensificación del problema, que solo se solucionará cuando se sienten a buscar un entendimiento común que beneficie a la población, y no sus propios intereses políticos. Sin embargo, esto nunca ocurrirá y ahora mismo la situación en Siria solo hace que empeorar y convertirla en un campo de batalla abierto.  

24 May 2022
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