Sobre la Sexualidad Humana

¿Sabemos lidiar con nuestra sexualidad? ¿Tenemos el control de nuestra sexualidad? Y lo más importante ¿Aceptamos nuestra sexualidad? Son las principales preguntas que deberíamos hacernos al momento de querer conocer más de nosotros mismos, aunque la introspección sea un método no tan aceptado por la ciencia creo que en situaciones como esta es importante que demos una vista a nuestro interior para poder saber que somos y que queremos. Aunque la mayoría de personas piensen que existe solo la sexualidad representativa de hombre y mujer, creo que nuestro espectro sexual es mucho más amplio, esto lo digo bajo mi criterio personal. Como seremos humanos adquirimos un esquema mental heredado por nuestros antepasados donde concebimos lo que se nos ha enseñado como único, pero los psicólogos deben romper todos los paradigmas establecidos y ver más allá de los enfoques culturales. Debemos entender que tenemos que tener 0 tolerancia con los prejuicios, ser objetivo y más que nada tener respeto hacia todas las sexualidades que existen.

Cuando hablamos de sexualidad es importante el poder definir que es algo que nos representa además de que, la sexualidad va más allá de mantener relaciones sexuales ya que podemos atribuirle también una conexión sentimental hacia otra persona o un vínculo donde llegamos a conocernos realmente, aceptar nuestro cuerpo y respetar nuestra integridad personal. Basándose en varias de las creencias ya sean religiosas o morales, podemos decir que el amor es un medio de conexión con nuestra sexualidad, mas allá de lo que el género y los gametos sexuales puedan definir, el amar a alguien, es una de las expresiones donde marcamos nuestra sexualidad, nuestras inclinaciones y preferencias.

Es bien sabido que la educación sexual en las primeras etapas del individuo desde saber cómo se llaman sus partes íntimas hasta lo que es tener relaciones sexuales y que solo puede hacerlo bajo su consentimiento, ya que de lo contrario sería considerado abuso, es muy importante ya que contribuye mucho a la estabilidad emocional de el mismo, sus familias y su pareja, fortaleciendo en si el amor propio, la responsabilidad sexual y la interacción con los demás.

Es una dimensión fundamental del ser humano porque es necesaria para identificar al ser humano como tal, ya que está íntimamente relacionada con la afectividad, la capacidad de amar y la aptitud para relacionarse con los demás (Cameron et al., 1996).

Es importante tener una sexualidad sana frente a las situaciones que se nos presentan es por eso que Santos establecía que tener un buen asertividad frente a nuestra sexualidad con nosotros mismos y los demás es importante. Entonces se dirán ¿Qué es el asertividad? Pues es ser libres al momento de expresar lo que sentimos y sincerarnos en lo que queremos ya que esto nos ayudara a tener un mejor control de nuestro cuerpo y de nuestras decisiones. En la actualidad tenemos miedo de expresarnos de decir que nos gusta o que queremos realmente, vivimos con el temor constante de que disfrutar de nuestra sexualidad sea visto como algo negativo, estigmatizamos mucho la libertad sexual, ya que no solo debería existir asertividad al momento de tratarse de una relación entre un hombre y una mujer. Sino que también cuando personas del mismo sexo quieran demostrar su amor o decidir que quieren hacer o con quieren estar.

Como es que basándonos en estigmas ya sea culturales y religiosos podemos determinar bajo nuestro criterio que es bueno o que es malo, cuando fue nos convertimos el jueces y verdugos frente a las elecciones de otras personas. El amor es amor y la sexualidad conjunta con el pueden ser un gran enfoque que podemos tratar. La libertad sexual que podemos o no tener solo depende de nosotros es por eso que al conocer bien nuestro cuerpo y cuando tenemos control sobre el sabemos que elegir y que no, la gente piensa que el cohibirse de experiencias o tocar el tema como tabo es la mejor manera de prevenir muchas malas experiencias, pero no hay peor error que la ignorancia sobre uno mismo y sobre lo que quiere.

Los psicólogos tienen que entender que hablar es mejor solución para todo, el saber decir no cuando algo no nos gusta y el disfrutar nuestra sexualidad sin hacerle daño a nadie es la mejor respuesta y es por eso que estos tres autores defienden tanto la asertividad ya que mediante esto se pueden evitar experiencias negativas en nuestra sexualidad.

El asertividad sexual ha sido definido de múltiples formas. Painter (1997) sostiene que es la capacidad para llevar a cabo el asertividad social en un contexto sexual. Por otro lado, también se defiende que es la conciencia de uno mismo como ser sexual y el uso, con poca ansiedad, de un conjunto de habilidades conductuales para obtener satisfacción sexual de uno mismo y de su pareja. (Santos-iglesias, 2010). Pero, sin duda, una de las definiciones más aceptadas sostiene que es la capacidad para iniciar la actividad sexual, rechazar la actividad sexual no deseada, así como negociar las conductas sexuales deseadas, el empleo de métodos anticonceptivos y los comportamientos sexuales más saludables (Morokoff et al., 1997).

¿Cómo llegamos a conocernos? ¿La sexualidad define nuestra personalidad? ¿Freud tenía razón al decir que somos seres sexualmente reprimidos? Pues la sexualidad es algo ignoto de nuestro ser, no solo lo digo porque tenemos gametos sexuales que definen nuestro género y nuestra orientación desde el momento que nacemos, sino que las experiencias que tomemos de nuestro entorno cultural puede definir nuestra personalidad y carácter hasta cierto punto. La sexualidad es una dimensión importante de la personalidad y estado de salud que se expresa de manera diferente en cada una de las personas. No todos tenemos el mismo concepto de la sexualidad, ni la expresamos de la misma forma. Cada grupo social y cultural construye y recrea imaginarios sociales particulares: su sentido, su valor y su papel en la existencia humana, esta complejidad hace difícil su estudio y en parte justifica la falta de efectividad de las intervenciones.

La sexualidad es una parte integral de la personalidad, está presente durante toda la vida del ser humano desde el nacimiento hasta la muerte y la manera de manifestarla y vivirla es diferente en cada persona, así como su forma de expresión varían según cada época de la vida.(Reynoso, 1984).

Como seres humanos estamos llenos de interrogantes sobre ¿Cómo funciona nuestro cuerpo? Entre otras preguntas y muchas de las veces buscamos respuestas en lugares o personas que no saben dar una respuesta correcta. La conducta erótica que desarrollemos es una proyección de nuestros instintos, pero nuestra sexualidad va más allá de eso, va más allá de la intimidad o el contacto sexual. Nuestra sexualidad es un conjunto de calores, actitudes, experiencias y conocimientos adquiridos a lo largo de nuestra vida y reprimir todo esto solo podría crear un concepto negativo de lo que queremos. Es por eso que la educación sexual dentro del hogar como primera escuela es importante, responder preguntas sobre el futuro sexual del niño también genera un vínculo de confianza con los demás, convirtiéndolo en una persona más segura y confiable.

Es bien sabido que los estigmas religiosos pueden obstaculizar nuestro pensamiento a la hora de tener una mejor aceptación sobre lo que es la sexualidad fuera del contexto de que un hombre este con una mujer y viceversa. Pero qué hay de las parejas homosexuales y su sexualidad. Alguna vez nos hemos detenido a pensar ¿Qué sienten ellos? ¿Por lo que ellos están pasando? Nos encerramos tanto en nuestro pensamiento arcaico de que las personas con gustos diferentes no tienen derecho amar o que deben reprimir su cariño hacia los demás solo porque no nos gusta a nosotros. Generando odio hacia esas personas, cuyo pecado fue amar equivocadamente. Pero ¿Por qué debería ser así? Y si todo fuera diferente, si ser heterosexual fuera el pecado en nuestra sociedad ¿estaríamos de acuerdo con eso?

El valor simbólico que le damos a nuestra sexualidad, tiene gran poder de generar problemas de ansiedad hacia las demás personas, poder hacer sentir de menos a alguien y causar muchos problemas psicológicos. Como profesionales debemos entender de que cada persona es libre de elegir con quien estar y qué hacer con su cuerpo, generar tensión social en los individuos que son perseguidos por personas que tal vez no comparten su pensamiento tiende a ser una experiencia muy fuerte para ellos y más aún escuchar que personas de su mismo círculo familiar generan odio hacia ellos, todo esto es inconcebible e inaceptable.

Los actuales conflictos sobre los valores sexuales y la conducta erótica tienen mucho en común con las disputas religiosas de siglos pasados. Adquieren un inmenso valor simbólico. Las disputas sobre la conducta sexual se convierten a menudo en instrumentos para desplazar las ansiedades sociales y descargar la intensidad emocional concomitante a ellas. En consecuencia, la sexualidad debe tratarse con especial interés en épocas de fuerte tensión social.(Rubin & Vance, 1989).

La sexualidad empieza su proceso de formación desde el primer encuentro que el bebé tiene con el mundo, que en ese momento se centra principalmente en su madre. Las primeras vivencias relativas a la sexualidad tienen que ver con el contacto con sus padres y las sensaciones de satisfacción asociadas a este contacto. La familia juega un rol muy importante ya que determina la forma de percibir y enfrentar el mundo. Según lo que aprendamos en nuestra familia de origen actuaremos y determinaremos lo que es aceptable o inaceptable, para nosotros y los nuestros. En este sentido la familia es fundamental para construir la visión que se tenga de la sexualidad. La sexualidad es el conjunto de condiciones anatómicas, fisiológicas y psicológico-afectivas que caracterizan el sexo de cada individuo. También, desde el punto de vista histórico cultural, es el conjunto de fenómenos emocionales, de conducta y de prácticas asociados a la búsqueda del placer sexual, que marcan de manera decisiva al ser humano en todas y cada una de las fases determinantes de su desarrollo en la vida. Durante siglos se consideró que la sexualidad en los animales y en los hombres era básicamente de tipo instintivo. En esta creencia se basaron las teorías para fijar las formas no naturales de la sexualidad entre las que se incluían todas aquellas prácticas no dirigidas a la procreación.

La sexualidad humana es un fenómeno sociocultural que está influido por la calidad de las relaciones interpersonales, el contexto en que nos desenvolvemos y por la integración que hemos hecho de las experiencias vividas. La identidad, el deseo y comportamiento sexuales son componentes esenciales de nuestra sexualidad (Pérez Martínez, 2008).

Es bien sabido que la educación sexual en las primeras etapas del individuo desde enseñarle cómo se llaman sus partes íntimas hasta lo que es tener relaciones sexuales y que solo puede hacerlo bajo su consentimiento, la adolescencia es una de las etapas donde más se despiertan estas interrogantes. La sexualidad es bien definida como un conjunto de aptitudes, sentimientos, experiencias entre otros enfoques psíquicos y físicos que forman al ser humano en su totalidad, es muy importante ya que contribuyen mucho a la estabilidad emocional del mismo, sus familias y su pareja, fortaleciendo en si el amor propio, la responsabilidad sexual y la interacción con los demás. En la actualidad tenemos miedo de identificarnos, de decir que nos gusta o que queremos realmente, vivimos con el temor constante de que disfrutamos de nuestra sexualidad sea visto como algo negativo, estigmatizamos mucho la libertad sexual, ya que no solo debería existir asertividad al momento de tratarse de una relación entre un hombre y una mujer.

Referencias

  1. Cameron, L., Berman, C., Gossain, S., Henderson-Sellers, B., Hill, L., & Smith, R. (1996). Perspectives on reuse. SIGPLAN Notices (ACM Special Interest Group on Programming Languages), 31(10), 101–103. https://doi.org/10.1145/236338.236345
  2. Pérez Martínez, V. T. (2008). Sexualidad humana: Una mirada desde el adulto mayor. Revista Cubana de Medicina General Integral, 24(1), 1–8. http://scielo.sld.cu/pdf/mgi/v24n1/mgi10108.pdf
  3. Reynoso, M. (1984). Adolescencia y sexualidad. En Familia (Santo Domingo, Dominican Republic), 2(2), 21–24. http://scielo.sld.cu/pdf/hmc/v17n3/hmc10317.pdf
  4. Rubin, G., & Vance, C. (1989). Reflexionando sobre el sexo: notas para una teoría radical de la sexualidad. Placer y Peligro: Explorando La Sexualidad …, IV, 113–190. http://webs.uvigo.es/xenero/profesorado/beatriz_suarez/rubin.pdf
  5. Santos-iglesias, P. (2010). El papel de la asertividad sexual en la sexualidad. International Journal of Clinical and Health Psychology, 10(3), 553–577. https://www.redalyc.org/html/337/33714079010/%0Ahttps://www.redalyc.org/articulo.oa?id=33714079010
30 August 2022
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