Sobrepeso y Obesidad en los Adolescentes de la Ciudad de México
Índice de sobrepeso y obesidad en la región centro del país
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino (Ensanut) en la región centro del país, se encuentran los niños de edad escolar, de cinco a 11 años y los adultos de 20 años o más con mayor sobre peso. En esta zona el sobre peso en niños de edad escolar era de 18.7% en 2012 y aumentó a 23.1% en 2016. En sobre peso infantil, esta región centro tiene la cifra más alta del país y en obesidad la tiene la región norte con 17.6%. (Ensanut 2016)
En adultos de 20 años o más, los índices de masa corporal señalan que la zona centro el 41.8% de esta población tienen sobre peso (la cifra más alta del país) y el 29.4% en obesidad, la más baja a nivel nacional. El índice más alto en obesidad se registra en la región norte 37.8%. (Ensanut 2016).
Así mismo el mayor sobre peso de la población (42.7%) se ubica en la zona rural contra 38.2% de la zona urbana y la cifra más alta de obesidad está en la urbana con 37.4% contra el 28.9% que hay en las partes rurales. (Ensanut 2016)
Por género, en la Ensanut se observa que la prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad es mayor en el sexo femenino representando un 41.2% mientras que en el masculino es de un 32.1% (Ensanut 2016).
Índice de sobrepeso y obesidad en la CDMX
En la Ciudad de México se observa un incremento de adolescentes con sobre peso y obesidad. El 39% de los adolescentes de12 a19 años presenta sobrepeso y obesidad (Elizondo M. 2015) Siendo las delegaciones Iztacalco, Azcapotzalco, Miguel Hidalgo, Cuauhtémoc y Venustiano Carranza las principales con este problema, así lo informó Mónica Hurtado, secretaria técnica del Consejo para la Prevención y Atención Integral de la Obesidad y los Trastornos de la Conducta Alimentaria en el DF (Educación y Cultura 2013).
Aumento de Sobrepeso en escolares y adolescentes
En los últimos años, la Ciudad de México ha presentado un aumento generalizado de sobrepeso y obesidad en escolares, adolescentes y adultos. En 2012, 8.2% de los niños menores a cinco años, 35.2% de los escolares (5-11 años), 39% de los adolescentes (12-19 años) y 74% de los adultos (20-65 años) padecían sobrepeso u obesidad. En 2012 se presentaron en prensa los resultados del Censo de Peso y Talla en población de 6 a 12 años de escuelas primarias públicas del Distrito Federal 2010-2011, refiriendo que 43% de los niños y 37% de las niñas de entre 6 y 12 años presentan problemas de sobrepeso u obesidad según nos comparte Elizondo.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino 2016, elaborada por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), revela que en la zona conurbada de la Ciudad de México aumentó seriamente el porcentaje de adolescentes con sobrepeso u obesidad, siendo mayor el incremento en esta última condición, al pasar de 14.9 por ciento en 2012 a 18.8 por ciento en este año. (Ensanut 2016)
Este aumento de kilos en la población joven pone a la ZMVM por encima de las regiones norte, centro y sur del país, ya que la encuesta muestra resultados porcentuales por regiones, pues evaluó el estado nutricional de dos mil 581 adolescentes del país, una muestra representativa de los 18 millones 492 mil 890 habitantes en este sector de edad del territorio nacional. (Ensanut 2016)
Se creería que la población rural tendría menor índice de sobrepeso y obesidad, pero lo que se observa es que tanto como en zonas rurales como en zonas urbanas el porcentaje es similar. Las encuestas nacionales de Salud del 2016 arrojan datos de que la población rural “ya está tan enferma como la población urbana y los que vivimos en ciudad. (Ensanut 2016)
Causas probables
Uno de los resultados que nos mencionan en la Encuesta Nacional de Salud 2016 es que el 76.3% de la población no sabe cuántas calorías debe consumir al día y en la población rural esta cifra aumenta al 82.5%, adicional se menciona que el 30.5% de la población reporta que el etiquetado nutrimental no es comprensible. A nivel nacional solo el 40.6% de la población lee el etiquetado nutrimental de los alimentos donde la región centro tiene más arraigada esta costumbre (45%) en comparación con la zona norte (35%). Algo que llama la atención, de acuerdo con la Ensanut, es que el 28.5% de la población mexicana nunca compra un alimento por la información nutrimental que viene en la etiqueta. (Ensanut 2016).
Salas nos menciona que la obesidad se da cuando ocurre un desbalance de energía, cuando consumimos más energía de la que gastamos. Este balance positivo de energía no ocurre de manera independiente, detrás de ello existe un sistema causal complejo que ayuda a que esto pase. Existen cambios sociales, epidemiológicos, nutricionales, sociales y económicos influyen sobre lo que comemos, cuando y como, además de la falta de actividad física. (Salas 2015).
Azúcares y Grasas como factor
Levy nos menciona que los principales factores a los que se le atribuyen causar sobrepeso y obesidad son el consumo de alimentos hipercalóricos, ricos en grasas, sal y azucares y pobres en vitaminas, minerales y fibras; así como la poca actividad física originada por el sedentarismo y los modelos urbanos actuales sin dejar de lado algunos factores genéticos. (Levy 2015).
Los esfuerzos actuales se enfocan en estudios de las causas inmediatas que generan el sobrepeso y la obesidad, nos comenta Levy, como el desequilibrio energético, las dietas con alta densidad energética, la calidad de macro y micronutrientes y los factores subyacentes como el acceso a las fuentes de alimentos, las políticas de mercadeo y publicidad, así como los ambientes generadores de obesidad. Levy nos menciona que la perspectiva futura se debe enfocar al empoderamiento de la comunidad, así como generar un marco legislativo que proteja a la población. (Levy 2015)
Dieta de los adolescentes de la CDMX
En la Ciudad de México los adolescentes tienen una dieta rica en lácteos (68%), carne no procesada(54.8%) y frutas (47.9%) pero llama la atención que también incluyen un porcentaje elevado de alimentos no recomendables como son botanas dulces (64.3%), cereales dulces (52.6%) y lo que más llama la atención es que los adolescentes prefieren el consumo de bebidas endulzadas (84%) y esto puede derivar en los índices de sobre peso y obesidad que actualmente van en aumento en la ciudad. (Ensanut 2016)
Nuevas costumbres y cambios sociales
Salas nos menciona que la obesidad esta ligada a dos transiciones, la demográfica y al epidemiológica. Nos explica que la sociedad en las últimas dos décadas ha adoptado dietas altas en grasas y azúcares, alimentos refinados y pobres en fibra alimenticia, adicional los estilos de vida son sedentarios y esto se refleja en cambios de estatura, la composición corporal y la morbilidad. El origen de estos cambios nos menciona Salas, son la urbanización, el crecimiento económico, el cambio tecnológico y la cultura. Situaciones como el crecimiento de las ciudades, el crecimiento de las mujeres en el mundo laboral, los cambios en los precios de los alimentos y lo que se conoce como globalización, han formado los patrones de comportamiento de las personas, la forma de elegir y consumir los alimentos ya no es como lo hacían décadas atrás. (Salas 2015).
Grandes empresas del ramo publicitario, nos comenta Salas, aprovechan y dirigen anuncios de comida chatarra en ciertos horarios, algunos autores como Lobstein y Didd, menciona Salas, aseguran que existe evidencia suficiente para aseverar que la publicidad si influyen en la probabilidad de padecer sobrepeso. Algunos adultos que consumen alimentos de preparación rápida que no aportan los nutrientes suficientes para una dieta equilibrada y estas costumbres son aprendidas por los hijos de estas personas, así es como el hábito se socializa y es adoptado por costumbre por los niños. (Salas 2015).
Falta de actividad Física
En la ciudad de México el 64% de los hombres, así como el 74% de las mujeres realizan alguna actividad física, mientras que el 19.42% de hombres y el 12.1% de las mujeres permanecen inactivos, esto nos muestra que gran parte de la población en la ciudad tienen grandes posibilidades de padecer sobrepeso y obesidad por la falta de actividad. (Ensanut 2016).
Los cambios que en las últimas décadas se van presentado en el país como son la industrialización, el acceso a nuevas tecnologías, nuevas costumbres alimenticias aprendidas de nuestro vecino del norte donde se consumen alimentos con altos contenidos de colesterol, grasas saturadas, sodio y azucares afectan y se relacionan con enfermedades crónicas. Fausto nos menciona como la industria alimentaria se va modificando constantemente y se adapta a las nuevas necesidades apoyándose de mecanismos como la publicidad para ofrecernos estos nuevos alimentos e incluirlos en nuestra dieta. Los productos de una menor calidad se dirigen al sector de la población con menor poder adquisitivo es mayor el nivel de grasas que se incluyen en estos productos. Fausto nos comenta que generalmente los productos industrializados que se consumen por antojo van dirigidos a la población con menor capacidad monetaria y estos alimentos son los menos recomendados para una dieta equilibrada. (Fausto 2006).
En México han cambiado los patrones de compra del 2000 al 2010, Salas nos menciona que por costumbre se comprar alimentos que contribuyen poco nutrimentalmente, pizzas, carnitas, pollo rostizado, barbacoa, atole, flautas, hot dog, tacos, tamales, sopes, etc. Son los alimentos que mas se frecuentan en la actualidad. (Salas 2015).
Fausto, en su publicación, menciona que la disminución de la actividad física contribuye a la creciente tendencia de obesidad en la población. Se ve una tendencia al comportamiento sedentario en la población por la mecanización del transporte, las actividades que realizamos en tiempos libres y del trabajo, los alimentos se adquieren de manera sencilla y la actividad es sedentaria. La sociedad del pasado ocupaba su tiempo en la agricultura, la caza, la pesca para obtener alimentos y ahora esas actividades ya no son frecuentadas en la ciudad. Fausto comenta que los niños de ahora se ven afectados por los espacios reducidos para su recreación y en las grandes ciudades se alienta a ya no tener actividad física en comparación con ciudades desarrolladas que fomentan el deporte en todos los niveles de educación. (Fausto 2006)
Ortíz en su publicación: “Obesidad, conducta alimentaria e inseguridad alimentaria en adolescentes de la Ciudad de México” del Boletín médico del Hospital Infantil de México, nos menciona tres factores que impactan en la obesidad de los adolescentes de la Ciudad que son: consumo de alta densidad energética de menor precio y de mayor capacidad para generar saciedad. El segundo cuando no se tiene acceso a los alimentos existe pérdida de peso, pero cuando se tiene acceso existe un aumento del mismo, lo que provoca cambios en la composición corporal y metabolismo que hacen que sean más eficientes para acumular grasa corporal. El tercero cuando las personas sufren de inseguridad alimentaria
y cuando se tiene acceso a los alimentos centren su atención en ellos y esto se demuestra con consumo en demasía cuando se tiene acceso a ellos. (Ortíz 2012)
Uno de los resultados que más llaman la atención fue el publicado por Ortiz Hernández donde se muestra que el 7.6% de los adolescentes de la ciudad de México esto en un estudio del 2003, pero lo que realmente resalta es que los primogénitos de cada familia y los hijos únicos son los que más desarrollan esta enfermedad. Además, que las familias que tienen un nivel socioeconómico mayor presentan frecuentemente índices de obesidad. (Ortíz 2012)
Obesidad como epidemia
Existen dos elementos en el balance de energía, la energía requerida y el gasto de energía, nos menciona la maestra salas. Los alimentos son los que aportan los macro y micro nutrientes, la metabolización de estos en glucosa, ácidos grasos y aminoácidos son la energía que entra al cuerpo y esta energía nos ayuda al trabajo físico, mantener la temperatura corporal y el trabajo de todas nuestras funciones corporales, así es como nuestro cuerpo gasta la energía. De tal forma que el balance positivo de energía se traduce en el aumento de grasa corporal, aunque es un tema mas complejo ayuda a entender con más claridad el problema. (Salas 2015).
La obesidad es una enfermedad que ya se padece a nivel mundial y con ella se desencadenan una gran cantidad de enfermedades físicas y psicológicas nos dicen Días y Enríquez en su Boletín Clínico del Hospital Infantil de Sonora, donde una de las causas que hace a las personas consumir alimentos de forma desmedida en la ansiedad, además de los patrones que se van aprendiendo de forma familiar y que influyen en la forma de cada individuo de comportarse, alimentarse y la actividad física que se tenga. (Días 2007)
Obesidad causa de muerte
La Maestra Salas nos menciona que la obesidad ya es considerada por la OMS como epidemia internacional solicitando al gobierno de México meter a la obesidad en la agenda pública como tema prioritario, esto derivó con la publicación del “Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria” publicada en 2010. Salas comenta como razones puntuales el cambio de las dietas de las madres repercutiendo en cambio genéticos. Menciona que la obesidad se contagia de manera acelerada ya que influyen muchos factores que provocan esta anomalía, factores como la familia, la escuela, los círculos sociales en los que nos desenvolvemos, todo esto influye en consumos hipercalóricos y estilos de vida sedentarios que con el tiempo se contagian. (Salas 2015).
Se considera que la obesidad es la quinta causa de muerte en el mundo, de acuerdo con una publicación de la Revista Digital Universitaria publicada en 2015 “Desnutrición y Obesidad, la doble carga en México”, donde Levy, Amaya y Cuevas nos comentan que en el mundo hay 2,8 millones de muertes de adultos por esta causa, además resaltan que la obesidad está ligada directamente con enfermedades que causan la muerte (44% de muertes por diabetes asociada con la obesidad). México ocupa un nada honroso 4° lugar mundial en obesidad infantil y el segundo en obesidad entre adultos. (Levy 2015).
La Obesidad problema de salud pública
Se debe considerar a la obesidad como una epidemia por tanto problema de salud pública de alta prioridad que genera nos menciona Pérez Noriega. Estudios revelan que la obesidad está ligada a enfermedades como la hipercolesterolemia, diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial y cardiopatía isquémica. En este contexto investigaciones han demostrado que una dieta no saludable e inactividad física se encuentran fuertemente asociados con la obesidad. Pérez nos menciona que la repercusión de la obesidad se ve reflejada en el panorama epidemiológico del país, según datos del INEGI en el 2002, las principales causas de muerte general son: enfermedades isquémicas del corazón, diabetes mellitus, tumores malignos y enfermedad cardio bascular. (Pérez 2006)
Pérez nos afirma que la obesidad es uno de los principales factores de riesgo en el incremento de las enfermedades crónicas del adulto, la prevención del aumento de peso es determinante para disminuir la presencia de estos problemas patológicos. La actividad física y una dieta saludable son las estrategias para combatir los problemas asociados con la obesidad. (Pérez 2006).
Prevención de la obesidad
Barquera propone una combinación de estrategias y acciones para erradicar la obesidad:
- Fomentar la actividad física en la población escolar, laboral, comunitario y creativo con la colaboración del sector público, privado y social.
- Aumentar la disponibilidad, accesibilidad y consumo de agua simple potable.
- Disminuir el consumo de azúcar y grasas en bebidas. Incrementar el consumo de verduras y frutas, cereales de grano entero y fibra de dieta, aumentando su disponibilidad, accesibilidad y fomentando su consumo.
- Mejorar la capacidad de toma de decisiones informadas de la población sobre una dieta correcta, un etiquetado útil de fácil comprensión.
- Promover y proteger la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de edad y promover la alimentación complementaria adecuada a partir de esa edad.
- Disminuir el consumo de azúcares y otros endulzantes calóricos añadidos en los alimentos, entre otros aumentando la disponibilidad y accesibilidad de alimentos reducidos o sin edulcorantes.
- Reducir el consumo diario de grasas saturadas en la dieta y reducir al mínimo el consumo de grasas transgénicas de origen industrial.
- Orientar a la población sobre el control de tamaños de porción recomendables en la preparación casera de alimentos, poniendo accesibles y a su disposición alimentos procesados que se lo permitan e incluyendo en restaurantes y expendios de alimentos tamaños de porciones reducidas.
- Disminuir el consumo diario de sodio, reduciendo la cantidad de sodio adicionado y aumentando la disponibilidad y accesibilidad de productos de bajo contenido de sodio. (Barquera 2010).