Supervivencia en Auschwitz: Si Esto es un Hombre
Escrito por Primo Levi entre diciembre de 1945 y enero de 1947. Este libro inaugura la trilogía en la que el autor cuenta la experiencia durante su cautiverio en el campo de exterminio nazi de Auschwitz, durante la Segunda Guerra Mundial.
Biografía
Primo Levi nació el 31 de julio de 1919 en el seno de una familia judía acomodada, culta y liberal. El padre era ingeniero. Fue el mayor de dos hermanos, de carácter apocado, pero excelente estudiante. Se graduó en Química en la Universidad de Turín en 1941. Debido a las nuevas leyes raciales Levi tiene muchas dificultades para encontrar empleo y trabaja clandestinamente en una mina, momento que coincide con la muerte de su padre. Después se marcha a Milán para trabajar en una compañía farmacéutica suiza a la que no afectan las leyes raciales.
En 1943 él y unos camaradas salieron al campo e intentaron unirse a la resistencia antifascista italiana. Completamente inexperto para tal aventura, fue arrestado el 13 de diciembre de 1943 por la milicia fascista, que lo entregó al ejército alemán al identificarse como judío (de haberse identificado como partisano lo habrían fusilado inmediatamente). El 21 de febrero de 1944 fue deportado y al mes siguiente llegó a Monowice (Monowitz), uno de los campos de concentración que formaban el complejo de Auschwitz, situado en la Polonia ocupada por los nazis, donde pasó diez meses antes de que el campo fuera liberado por los rusos. De los 650 deportados italianos con los que viajó el escritor, sólo sobrevivirían 24.
A su llegada a Auschwitz fue tatuado con el número 174517. Tras nueve meses de los trabajos más duros, Levi consigue entrar como ayudante químico en la fábrica de Buna (goma sintética). Gracias a ello, trabajará a cubierto durante las semanas más crudas del invierno polaco, lo que probablemente le salve la vida. Poco antes de la liberación del campo, Levi cae enfermo de escarlatina y es internado en el barracón de infecciosos. La llegada adelantada de los rusos y la huida precipitada de los alemanes impiden la liquidación de los últimos. La enfermedad libraría a Levi de seguir el destino de la mayoría de los que participaron en la evacuación, muertos de agotamiento y asesinados en las cunetas de los caminos. Tras la liberación, volvió a Turín, donde le esperaban su madre y su hermana, que habían logrado sobrevivir escondiéndose en pueblos de alrededor. Primo Levi comienza a trabajar en una fábrica de pinturas y más tarde monta un pequeño taller químico junto con un amigo. Se casa con Lucia Morpurgo, una amiga de la adolescencia, con la que tiene dos hijos. En 1974 (con 55 años) se retira parcialmente de su trabajo de químico para dedicar más tiempo a la escritura.
Levi murió, aparentemente por suicidio, el 11 de abril de 1987. Se precipitó por el hueco de las escaleras de su edificio, desde el tercer piso en el que vivía. Todavía se desconoce si fue realmente un suicidio.
Resumen por capítulos
El viaje
El primer capítulo del libro Primo Levi cuenta como fue capturado por la Milicia fascista y por temor a acabar muerto, confesó ser un ciudadano italiano de raza judía. Como judío le enviaron al campo ce concentración de Fossoli donde en pocas semanas eran más de 600. Pronto supieron que se iban a ir de allí. Les cargaron a todos en las camionetas y les llevaron a la estación Solo habían 12 vagones y ellos eran 650. fueron trasladados en tren comprimidos como mercancías, durante días, con frío, sed, golpes, largas paradas y pésimas condiciones a su nuevo destino, Auschwitz.
Al bajar del tren Los SS interrogaron a algunos, no a todos, los hombres útiles en un grupo, del resto nunca más supieron. Le subieron en un autocar con treinta más y un soldado alemán les preguntó cortésmente si tenían dinero o relojes para dárselos.
En el fondo
El autocar se detuvo y vieron una gran puerta y encima un letrero que recordaría muchas veces: Arbeit Macht Frei (el trabajo nos hace libres). Les hicieron entrar en una sala, a esperar, cansados, en pie, donde hay un grifo que gotea pero no pueden beber (más tortura). Entró un SS, les hizo ponerse en filas de cinco, desnudarse y hacer un hato con la ropa. Después entraron unas cuantas personas con navajas de afeitar, brochas y maquinillas rapadoras; en un momento estaban desnudos y rapados. Les hicieron duchar, desinfectar y les dieron zapatos y ropa, pero no los suyos, sino como a todos los demás (zapatones con suela de madera y andrajosa ropa de rayas).
Le explican que están en un Arbeitslager, un campo de trabajo y todos los prisioneros trabajan en una fábrica de Buna. Se entero de que era un Häftling, (recluso del campo), se llamaba 174517, y mientras viva lo tendrá tatuado en el brazo. Solo si enseñaban ese número les daban de comer, era su identificación dentro del Lager. Les habían quitado todo lo que tenían (ropa, zapatos, el pelo y hasta el nombre).
En el Lager (lugar de trabajo) había unos 60 barracones de madera que llamaban Blocks. Los Blocks comunes de viviendas están divididos en dos locales; en uno (Tagesraum) vive el jefe del barracón con sus amigos y lleno de comodidades; el otro local es el dormitorio con literas dispuestas como en una colmena, apretadas hasta el techo, donde viven los Häftlin o prisioneros. También hay barracones destinados a enfermería, cocinas, letrinas prostíbulo… Los huéspedes del Lager se dividen tres categorías, en criminales, en políticos y en judíos que se les distingue por un triangulo cosido en la chaqueta de distintos colores. Hay SS pero pocos y fuera del campo.
Aprendieron a contestar jawhol (a la orden), a no hacer preguntas, el valor de los alimentos, que todo es útil, y que te roban al mínimo descuido. Conocieron el reglamento del campo y un sinfín de prohibiciones. Trabajaban todos menos los enfermos, durante todas las horas de luz del día independientemente de las inclemencias del tiempo y estaban subdivididos en Kommandos que son buenos y malos y que están bajo el mando de un Kapo. Levi cree haber llegado al fondo.
La iniciación
Le asignaron el block 30 y una litera donde estaba durmiendo Diena, que le recibió amistosamente. El comenzó a hacerle preguntas, pero Diena sabia lo mismo que él, así que le respondía con otras preguntas. Tenía ganas de hablar, pero le gritaban desde todos los lugares del barracón Rue! (silencio!). Renunció a hacer peguntas y se hundió en un breve sueño, amargo y tenso.
A la mañana siguiente, las luces del barracón se encendieron y todos se agitaban, corrían afuera para ganar tiempo porque repartían el pan. Después aprovechaban para volver a las letrinas a fumar o al lavabo para lavarse. El lavabo era un sitio poco atractivo, mal iluminado, y el suelo estaba cubierto por una capa de lodo; el agua no era potable y olía mal, pero en este lugar, lavarse aunque sea con agua turbia, es importantísimo como síntoma de un resto de vitalidad, y necesario como instrumento de supervivencia moral.
El instinto de limpieza había desaparecido en Levi, pero su amigo Steinlauf le dijo una vez, que precisamente porque el Lager es una gran máquina de convertir a los hombres en animales, no tenían que convertirse en animales; se podía sobrevivir y tenían que querer sobrevivir para contarlo, para dar testimonio. Son esclavos, sin derechos, abocados a morir, pero sin perder la dignidad.
KA-BE
Null Achtzehn, en realidad el 018 era su compañero de trabajo, es joven y está débil, pero cumple las órdenes de forma indiferente. Tenían que transportar una pieza pesada pero muy corta, por lo que se les resbaló y la arista le corto el dorso del pie izquierdo a Levi. Fueron al barracón y miró su pie, no parecía que el hueso estuviese roto pero el zapato que estaba lleno de sangre mezclada con fango. Esa noche inmediatamente después de la sopa se iría al Ka-Be, que era una enfermería. Allí dentro tenían que curarse o morir.
Entrar en Ka-Be con zapatos esta estrictamente prohibido y tenían que ir desnudos. Llego su turno y fue admitido por el médico, luego el enfermero anunció que no tenía fiebre y le expulsaron de allí. Al día siguiente tenía que ir a un reconocimiento definitivo.
Cuando estaba preparado para el reconocimiento, el médico le miró y le palpó el pie hinchado y sanguinolento, con lo que gritó de dolor. El médico dijo: Aufgenommen Block 23 (Barracón de reposo). Unas horas después le hicieron unas preguntas, y por fin pudo irse al dormitorio; le asignaron la litera número 10.
Esa noche entraron dos SS, hablaron con el médico jefe, e hicieron la selección. Al día siguiente salieron dos grupos distintos. El primero afeitados y rapados, el segundo como estaban, nadie les había despedido.
El Ka-Be es un Lager sin las incomodidades materiales. Allí tenían todo el tiempo para ellos, estaba lleno de palabras, recuerdos y de otro dolor, el Heimweh. (el dolor de hogar). En la enfermería, está un tiempo, hasta que se recupera. Tiempo para descansar, no trabaja y coge unos kilos. Pero también se da cuenta de que muchos de los que están ahí van a ir directos al crematorio.
Nuestras nochas
Después de veinte días de Ka-Be, le mandaron fuera. A quien a la salida no contaba con ayudas especiales, le asignaban otro barracón, otro tipo de trabajo y ropa y zapatos “nuevos”, pierde su cuchara y su cuchillo y todo era otra vez nuevo y desconocido.
Le habían asignado el Block 45, y repentinamente un pensamiento le llenó de alegría; ese era el barracón de su mejor amigo Alberto, de 22 años. El habría querido tenerlo como compañero de litera, pero no pudo ser.
Por la noche, el ingeniero Kardos iba curando los pies de los heridos y así solucionaba el problema de su subsistencia. También el coplero saca su pellizco, y se produce la llamada a los que tenían los zapatos rotos causando gran alboroto; finalmente las luces se apagan y se tienen que acostar.
Levi no sabía quién era su vecino de litera. Su compañero casi no le dejaba sitio, tiene los pies en su cara. Se duerme con un sueño ligero, y empieza a imaginarse a su familia, hablando con ella, es un placer estar con ellos pero siente gran dolor al despertar y comprobar la realidad.
Por las noches se tenían que levantar para eliminar la gran dosis de agua que estaban obligados a tomar por el día en un cubo, y cuando ese cubo estuviera lleno, debía vaciarlo el último, salir en mitad de la noche, con el frío y en camisa y calzoncillos.
Cosas como las de vaciar el cubo, les provocan pesadillas, que solo terminaban por el sobresalto, o por las voces del guardia diciendo por la mañana que se levantaran. Todo para comenzar otro día igual que todos, tanto frío, tanta hambre, tanto cansancio. Cuando se puso los zapatos, se volvieron a abrir las heridas y empezó una nueva jornada.
El trabajo
Ahora Levi duerme con Resnyk, es polaco, alto, pero no es mal compañero. En el trabajo tuvieron que descargar un enorme cilindro de hierro, que pesaba varias toneladas, si se distraían podría aplastarles. Luego tenían que traer unas traviesas para desplazar el cilindro, y Levi cogió a Resnyk como compañero. Cuando llevaron la primera traviesa, pidió permiso para ir a las letrinas y así retrasar el trabajo. Después hizo un par de viajes mas con su compañero, la mañana ya estaba terminando y pronto iban a comer. Una vez alimentados todos se iban a dormir y comenzaban otra vez los sueños. Hasta que se anuncia la llegada de la 1, y con ello la vuelta al trabajo.
Un día bueno
En aquel entonces su finalidad era llegar a la primavera, y no se preocupaban de nada más. Ese día, por primera vez el sol había salido, terminaba el frio. Miraron el paisaje que los días de invierno no les dejaban ver, y descubrieron las dimensiones del campo en el que estaban. Era un buen día, si no fuera por el hambre, pero estaban se suerte ya que ya que encontraron una marmita de 50 litros de sopa que habían abandonado. ¡Comerían más!
Más aca del bien y del mal
Toca la ceremonia del cambio de ropa interior que tantos días llevaban esperando, así podrían coger pequeños trozos de ropa para plantillas, etc.
En la Bolsa se negocia con todo, cambian media ración de pan o medio litro de potaje por tabaco o por botones y alambre para coserlos, venden su camiseta o la cambian por otra más nueva, tienen que conseguir cuchara para poder comer la sopa a cambio de algo…siempre intentando que el Kapo no se entere porque le golpearía.
Había gente que montaba sus pequeños “negocios”. El trueque, el hurto, la especulación, el trapicheo, el mercado negro, la corrupción, el contrabando… todo está permitido, autorizado, incluso estimulado por los SS en la Buna. Es un modo más de supervivencia
Los hundidos y los salvados
Levi nos cuenta la vida ambigua del Lager, y se pregunta si realmente merecía la pena que quedara algún recuerdo de esta, a lo que responde afirmativamente, ya que pensaba que cualquier experiencia humana no carecía de valores fundamentales, aunque no siempre positivos.
En el Lager hay dos categorías de presos: los salvados y los hundidos. Los hundidos, la masa de no-hombres que marchan y trabajan en silencio, que se han dejado caer y no tienen ni ánimos ni fuerzas ya ni para sufrir y los salvados, aquellos que luchan por su existencia con inteligencia, astucia y una buena imagen.
Con el término “musulman” , los veteranos del campo designaban a los débiles, los ineptos, los destinados a la selección; eran los hombres que se desmoronaban, a los que no valía la pena dirigirles la palabra porque se lamentarían y te contarían sus penas. Eran los que morían sin dejar huella en la memoria de nadie. Cumplían las órdenes, no comían más de lo dictado, y se atenían a la disciplina del campo. Estos, excepcionalmente, vivían más de tres meses, y si lo hacían, iban a la cámara de gas.
Los prisioneros judíos veteranos eran pocos, ya que no sobrevivían. Los prominentes judíos son el producto de la estructura en el Lager: se le ofrecía a algunos individuos en estado de esclavitud una posición privilegiada, exigiéndoles a cambio la traición a sus compañeros. Les convertían en monstruos insensibles. Los prominentes no judíos eran criminales comunes, escogidos en las cárceles alemanas como vigilantes en los campos para los judíos.
Para mostrarnos algunos modos de acceder a la salvación, nos cuenta la historia de algunos que habían luchado por sobrevivir , los cuatro muy distintos, pero coincidían en una cosa: estaban dispuestos a todo por la supervivencia. (Spechschel, igual era capaz de crearse cómplices que de traicionarles a su favor. Alfred L por su perfección en la forma de ser sin tener en cuenta el entorno en el que se encontraba, pero posiblemente siga sin ser feliz. Elías Lindzin, un chico fuerte, trabajador, activo, listo, alegre, etc… quizás demente, virtudes que le hacen vivir más feliz. Henri, gran estratega, seductor, encerrado en su coraza e inhumanamente listo que suele conseguir lo que quiere.)
Examen de química
Se anuncio oficialmente la constitución del Kommando químico, un grupo de quince Häftlinge se reunió con el Kapo que les iba a dirigir pero que ni siquiera era químico.
Los próximos días habría un examen de química. Sabía que se salvaría si se convertía en Especialista, y solo lo conseguiría superando el examen. De los quince iniciales solo quedaban doce y cinco no eran químicos. Al fin, hace el examen, sin saber si se acordará de algo y muerto de miedo, le sale bien, pero mejor no hacerse ilusiones.
El canto de Ulises
Jean, el Pikolo(el pinche letrado), era el Häftling (recluso del campo) más joven del Kommando químico. Era un privilegiado, pero no se olvidaba de las relaciones humanas con los compañeros menos privilegiados y se había ganado la confianza del Kapo. Amigo de Primo que le invitó a acompañarle a buscar la marmita de cocina, lo que supuso un agradable paseo de ida mientras conversaban y Primo le recita los versos que recuerda de La Divina Comedia (se podría relacionar la historia de la divina Comedia con la historia de Levi, ya que es un episodio trágico pero con un final feliz debido a la libertad).
Los acontecimientos de verano
Comienzan los bombardeos de los enemigos con el fin de parar el trabajo del campo. El campo sufre una crisis, donde el trabajo es irregular. Había refugios donde los presos podían descansar y habla de Lorenzo, su viejo amigo del que recibe ay
En el mes de agosto de 1944, llevaban cinco meses en el campo de concentración, ya eran veteranos. Empezaron los bombardeos de la Alta Silesia, El el trabajo de la Buna se detuvo bruscamente. Los esclavos tenían que construir rápidamente refugios a los que ellos tenían prohibido el acceso y la Buna había comenzado a caerse a pedazos alrededor de ellos. Les estaba prohibido el acceso a refugios acorazados Al presenciar esos sucesos, los políticos, los triángulos verdes y los SS veían en nuestras caras la triste alegría de la venganza, por lo tanto su ferocidad aumentó.
Levi se encontró con Lorenzo, un obrero italiano que le llevo pan y las sobras de su comida durante seis meses, le dio una camiseta y escribió para él una carta a Italia sin pedir nada por ello. Levi cree que debe a Lorenzo estar hoy vivo, no por su ayuda material si no más por la ayuda moral, por recordarle que todavía había un mundo justo fuera de allí, no corrompido y salvaje, ajeno al odio, por el que merecía la pena salvarse. Gracias a Lorenzo no se olvidó de que él mismo era un hombre. Lorenzo simboliza, para Levi, la libertad y la vida.
Octubre de 1944
De nuevo llega el invierno y eso saben lo que quiere decir: sufrir y morir, siete de cada diez morirán. Además el Lager está saturado y también saben lo que quiere decir : selección (Selekcja), la palabra que se oye en muchas conversaciones.
Era domingo de trabajo, y misteriosamente todos sabían que ese día era la selección. Esa misma mañana había habido una selección en la enfermería y la chimenea llevaba humeando diez días. Parecía que todo marchaba como todos los días, pero luego se oyó la campana y comprendieron que todo iba en serio. Les encerraron en la barraca, les dieron una ficha con sus documentos y les hicieron desnudarse, luego esperar a que llegara la comisión, les empujaron hacia el Tagesraum que es la Comandancia, un cuarto de siete metros por cuatro donde están comprimidos. A la puerta se pone un SS, el arbitro de su destino, por donde pasan rápido, entregan la ficha y el SS decide su destino, su suerte;, a la derecha, la vida, a la izquierda, la muerte. Levi vio que su ficha fue a la derecha. La selección había terminado, por lo que estaban en clausura. Igualmente se hizo repartió el potaje, y a los seleccionados se les daba una ración doble, que nadie sabía bien por qué.
Kraus
Llovía desde hace diez días y la tierra estaba completamente encharcada, trabajaban empapados, pero siempre puede ser peor ya que no soplaba el viento.
Trabajaban clavados en el fango, en cadena. Kraus es húngaro, trabaja demasiado deprisa, como si le fueran a dar más de comer y su ritmo de trabajo condicionaba el de los demás.
A la vuelta Levi habló con Kraus, le contó que había soñado con él, que estaba en su casa y le daban de comer, de beber y cama para dormir aunque no le entendía y le contestó con palabras de las que Levi solo entendió su nombre.
Die drei leute vom lavor
Eran 97 cuando entraron, y solo 29 sobrevivieron hasta octubre, y de esos, 8 se fueron a la selección. Apenas había empezado el invierno y solo quedaban 21. Sigue trabajando en el Komando Químico pero con pocas ventajas sobre los demás
Llegaron al Lager más prisioneros y superaban el número de cincuenta mil. Sólo quedaban 18 en el Komando ,cuando el Kapo dijo que tres Haftlinge habían sido elegidos para el laboratorio, y entre ellos estaba Levi. Aquí disfrutará de más privilegios como camisa y calzoncillos nuevos, la temperatura es maravillosa con lo que el problema del invierno queda resuelto, y el problema del hambre no es difícil de resolver. El trabajo es sentado con un cuaderno y lápiz ,nadie le pega, tiene jabón, puede roban y vender sin mucho riesgo para conseguir otras cosas. Una esperanza de sobrevivir.
Con las mujeres del laboratorio, los tres se sentían avergonzados, no las podían mirar como mujeres ya que ellos no parecían hombres, y ellas los despreciaban.
El último
Desde que Levi está en el laboratorio no trabaja con su amigo Alberto pero se siguen viendo y hablando.
Un día, les hacen asistir a ver cómo ahorcan a un preso responsable de la destrucción de uno de los crematorios, algo que les impactó. Todos oyeron el grito del moribundo, como si les golpeara: ―Kamaraden, ich bin der Letze! (¡Compañeros, yo soy el último!)
Historia de diez días
Levi enferma de escarlatina y tiene que ingresar en el Ka-Be donde está en una habitación junto con otros doce enfermos.
Allí se entera de que van a evacuar el campo, incluidos los enfermos que podían andar, el resto se quedarían abandonados en la enfermería en manos de la suerte y entre ellos Levi. Su amigo Alberto se fue a despedir de él y todos los sanos partieron la noche del 18 de enero de 1945, cerca de veinte mil, y casi todos desaparecieron durante la marcha, entre ellos Alberto.
En el Ka-be se quedaron unos ochocientos, en la habitación de Levi eran once, y así comenzaron para ellos diez días fuera del mundo y del tiempo. En esos días tienen que conseguir una estufa para no morir de frio, mantas, comida, sobrevivir a los bombardeos y a su propia enfermedad. Compartieron la comida, repartieron las tareas, se cuidaron unos a los otros, se organizaron, podían hablar de todo… en definitiva volvían a ser hombres. Aquí conoció a Charles y Arthur, gracias a su ayuda lograron sobrevivir ,se deben por ello mutua gratitud.
En el campo los alemanes habían desaparecido, todo estaba desierto, destruido, sucio, algún prisionero enfermo deambulando, cadáveres, cuervos,… Finalmente el 27 de enero llegaron los rusos al campo, después de diez días sólo uno de los once había muerto.
Ensayo moral y Reflexiones
Primo Levi escribió “Si esto es un hombre “ a los pocos meses del regreso de Auschwitz, en caliente, para transmitir todo lo que allí había vivido, narrándolo en primera persona, hechos vivido en su propia carne e intentando comprender en la medida que se puede la tortura y el genocidio gratuito.
Trata de escribir siendo lo más neutral posible, narra los hechos sin juzgarlos, simplemente los describe. Es una historia de supervivencia y Levi da gracias por poder contarla.
En Auschwitz se levantó un conglomerado de campos de concentración, y allí fue deportado Levi, después de ser capturado en Italia en el invierno de 1944 y donde permaneció hasta la primavera de 1945 en que fue liberado; once meses que el autor pasó en el Lager de Monowitz-Auschwitz, un campo de trabajo que proporcionaba obreros esclavos para la industria química que los alemanes trataban de construir a las afueras de la localidad. Allí, en este lugar, murieron miles de personas en manos de los nazis, la mayor parte judíos.
En el campo de concentración está prohibido todo, no por ninguna razón oculta, sino porque el campo se ha creado para ese propósito. Si quieren seguir viviendo tienen que aprenderlo rápidamente.
Las condiciones de vida para los presos eran terroríficas. Después de ser trasladados en vagones de tren en pésimas condiciones, enjaulados como animales, quien consigue pasar la primera selección por parte de los SS eran llevados a un barracón, donde eran desprovistos de todas sus pertenencias, su ropa, les pelaban, afeitaban y eran tatuados. Acaban en pocos minutos con la dignidad de un hombre, con su identidad, dejan de ser personas y pasan a ser un número. Después, el kapo (prisionero de confianza con autoridad sobre los demás presos) o jefe del barracón, les asignaba un hueco libre en una litera que a veces era compartida con otros esqueléticos prisioneros; estos
provenían de varios países de Europa, hablaban lenguas diferentes, y no se entendían entre sí. Además las ordenes a los presos se las dan en polaco, lengua que muchos no entendian y acababan golpeándolos.
El resto de sus compañeros de viaje desaparecian en un instante, sin dejar huella, sus padres, hijos, familiares…y no pudieron despedirse de ellos. Desde el primer momento Levi comprende que los valores morales que existen fuera del campo desparecen y el único valor es la supervivencia.
En el Lager está prohibido todo porque para ello ha sido creado, un mundo de miseria, de horror, de injusticia, de humillaciones, de maldad, una ruleta rusa en la que cualquiera puede morir. Su cuerpo le deja de pertenecer, dejan de sentir emociones, se convierten en animales y la violencia es el único lenguaje.
Debían de luchar contra el hambre, ya que las raciones de comida eran mínimas, el frío extremo en invierno era una amenaza más, las enfermedades una plaga, las carencias y el trabajo en hombres hambrientos y enfermos un gran enemigo.
Les castigaban y golpeaban con brutalidad pero no se revelaban ni se resistían, no le quedaba más remedio que sucumbir y cumplir órdenes porque el más mínimo gesto de rebelión le podía suponer la muerte. No eran cobardes simplemente era aceptar el sistema, así se podía durar más.
La duración de su estancia en el Lager era trágicamente breve, la población disminuía continuamente por la muerte y se renovaba por la llegada de nuevos prisioneros. Los recién llegados no sabían qué le tenían preparado: los recibían con frialdad e indiferencia, a algunos se les invitaba a desnudarse «para la ducha», a veces se les entregaba una toalla y jabón, y se les prometía un café para después del baño, cuando en realidad iban a las cámaras de gas que estaban camufladas como salas de ducha y nunca más de sabía de ellos. Otros, los que podían ser explotados como trabajadores, eran destinados a los campos donde perdian todos los derechos como ser humano, pasaban a ser esclavos.
La ley del Lager dice que si puedes robar el pan al vecino, se lo robas, está permitido el hurto, el tráfico de objetos, el trapicheo… las raciones diarias eran moneda de cambio; no le queda más remedio que aprender y adaptarse, porque lo más importante es llegar vivo a mañana. Si por cualquier razón no se adaptaban al brutal régimen de la vida en el campo de concentración su tiempo en dicho lugar será muy breve.
A pesar de todas las atrocidades, Levi describe algún “día bueno”, porque ha salido el sol o porque consigue una ración más de comida y tiene algún momento de felicidad, aunque sea fugaz.
¿En qué se convierte un hombre al que se lo han arrebatado absolutamente todo, que ha tocado fondo en la condición humana? Había conseguido sobrevivir gracias a su voluntad de seguir viendo a los hombres como hombres, no como cosas. El simple hecho de dar betún a sus zapatos o lavarse la cara, aunque fuera con agua sucia, suponía un acto de dignidad e higiene que le permitía seguir aferrándose a la vida, a no hundirse y empezar a morir, porque aunque les hubieran quitado todo, a lo que nadie podía acceder era a su libertad de pensamiento.
Los ejecutores de órdenes inhumanas, eran gente cualquiera. Esos monstruos eran hombres comunes, dispuestos a creer y obedecer sin discutir, eso es lo realmente terrible e incomprensible, que unos tipos corrientes fueran los verdugos. Dentro del campo, los verdugos eran muchas veces los mismos prisioneros, que por una ración mas de pan o por un poco más de sopa actuaban como ejecutores y sicarios de los nazis. En la escala superior, los que daban las órdenes, podían ser padres de familia que al finalizar su trabajo volvían a sus casas con sus mujeres y sus hijos y continuaban con su vida como si nada estuviese ocurriendo.
No todos los prisioneros eran iguales, había clases entre los prisioneros, que podía estar definida por la prodecencia (polacos, alemanes, italianos…), o por el número que llevaban tatuado (los números altos eran prisioneros más novatos, los bajos prisioneros antiguos). No todos eran judios. Según su condición llevan cosido en la ropa un distintivo u otro (los judíos una estrella roja y amarilla, los presos políticos un triángulo rojo y los criminales uno verde).
En todo este laberinto apenas aparecen los SS, están muy por encima y apenas se dignan a mezclarse con los esclavos, sólo muy de vez en cuando entran en el campo para realizar las selecciones y decidir quién ha de morir y quién ha de vivir aún un poco más.
Al lado de todo este mundo despiadado, Levi encontró algún caso de solidaridad como el caso de Lorenzo, un trabajador civil italiano, albañil de profesión que le estuvo llevando durante seis meses pan y las sobras de su comida todos los días. También le dio su camiseta y le hizo llegar una carta a su familia sin pedir nada a cambio. Gracias a él recordó que aún quedan personas buenas y solidarias ahí fuera y le ayudó a no olvidarse que él mismo era un hombre
También Jean Samuel , que era un Pikolo pacífico y amigable y no se olvidó de mantener relaciones humanas con los compañeros menos privilegiados. Incluso habla de un buen amigo, Alberto, con quien comparte muchas charlas y hasta el último gramo de comida.
De otros compañeros que guarda un buen recuerdo son Arthur y Charles con quien compartió sus últimos diez días en la enfermería y gracias a su trabajo en común lograron sobrevivir, volvieron a ser hombres.
Reflexiones
Después de leer todo el terror y maldad que tuvo lugar en el holocausto nazi, pienso que si los que tuvieron más suerte son los que murieron el primer día en las cámaras de gas, pero también entiendo a los que se hundieron y cayeron rápidamente en el fondo y a los que lucharon cada día por su único objetivo que era sobrevivir aunque fuera en condiciones inhumanas.
¿Cómo puede haber hombres que cometen semejantes atrocidades y que además no se sienten culpables porque simplemente estaban haciendo su trabajo y cumpliendo órdenes? ¿Son personas las que actúan como ejecutores , que se encargan a llevar a sus semejantes a la muerte, y las que deciden si viven o mueren?
Todo era injusto, les maltrataban, les hacían pasar hambre, no tenían una higiene digna, eran tratados como esclavos, no se respetó ningún valor ni es más mínimo derecho humano. ¿Se puede perdonar todo esto? ¿Se merece alguien que le odien?
El holocausto nazi ha ocurrido, hay muchos testimonios que lo confirman, terminó hace tiempo, lo malo es que todavía hay muchas guerras que ocurren a nuestro alrededor y aunque no sean de tal magnitud continúan muriendo inocentes.
Levi murió, aparentemente por suicidio, el 11 de abril de 1987 sin dejar ninguna nota de despedida. Siempre luchó por mantenerse optimista, pero queda la duda si este hecho es una consecuencia de los horrores y de las heridas aún sin cerrar de su estancia en Auschwitz.