Supuesto Progreso en la Historioa de la Humanidad

La historia es tomada como un acontecer, en donde siempre el que juega el papel principal son los vencedores y son a quienes se les atribuye el proceso y la evolución de la sociedad. Ellos han construido un mundo ilusorio lleno de franquicias que han mantenido el control dentro de la sociedad. Pero en realidad esa no es la verdadera historia ¿dónde queda el otro lado de la moneda (historia)? Para Benjamin se debe volver al pasado para contar y traer la historia de los vencidos y marginalizados. Se debe volver al pasado y ver el otro lado de la historia, analizarla a contrapelo y así poder comprenderla y analizarla desde esas mimas realidades que se siguen reproduciendo y poder lograr su emancipación. Regresar al pasado en este sentido es romper con las formas de opresión que se han ido generando, mostrando los sufrimientos de los vencidos y sus resistencias para poder emancipar las subjetividades del pasado en el presente y seguir con una historia verdaderamente horizontal en donde cada una ha surgido de diferentes tiempos, no con las mismas perspectivas, sino de diversas maneras.

La historia desde la narrativa de un historiador crítico materialista va a pretender todas las identidades del pasado. La historia tomada desde la perspectiva de los vencedores siempre tiene empatía con estos, dejando por un lado las atrocidades que cometieron, como una formulación del progreso para la sociedad, dejando en el exilio a los derrotados. Solo se ha reproducido el mismo panorama que justifica la actitud de quienes vencieron para seguir reproduciendo una utilización y avasallamiento a los oprimidos. Pero lo que realmente se debe hacer es un cuestionamiento de esa normalidad, de la cual, se ha producido una marginalidad, con lo que se pondría en evidencia que la grandeza de los vencedores que narran los historicistas no es como pretenden mostrarlo: Una muestra del avance creciente de la humanidad. Por eso el historicista crítico materialista va a transformar esa realidad, le dará identidad a cada movimiento y grupo construyendo el pasado desde diferentes líneas, proyectos que pueden entrar a sí mismo en conflicto para trazar el verdadero curso de la historia. No todo ha tenido un mismo punto de inicio y tampoco un mismo horizonte, con ello se puede reivindicar cada perspectiva y conocer el mundo desde diferentes horizontes.

Se debe construir todos los pasados dejados en el olvido, los cuales siguen en un espacio invisibilizados por la historia de los vencidos. No se puede juzgar cada cultura, cada particular movimiento si solo se le toma importancia a los grandes relatos que se han transmitido y se han impuesto en la sociedad. Después de ese triunfo (de los vencedores), quienes dieron sus vidas para salvar a los suyos, aún se encuentran sus raíces, sus huellas, aunque tapadas por dicha modernidad. Se buscan esos silencios, la voz de los derrotados, no solo el dominante vence, sino que esa derrota está puesta en que el muerto no puede dejar viva su voz. Se piensa el futuro, esta especie de historia como aquel que ponga en jaque aquella historia lineal que genera una redención no solo de todos los perdedores vivos, sino también de todos los que a lo largo de la historia han sido derrotados y de los que ni siquiera se recuerdan de su lugar o no se los recuerdan.

Pero para poder comprender desde un punto de vista crítico la historia y el pasado se debe restituir en su generalidad. Solo es posible cambiando el rumbo de la historia, no quedarse con las bases establecida por sus protagonistas, sino tomando en cuenta todos los puntos de vista que han estado en disputa y conflicto, antes de que entre ellos se haya nombrado uno como ganador; donde hay posibilidades de tejer la historia no contada, esa que se ha quedado relegada y le ha tocado revivir sus memorias de manera oral, y que al momento de darla a conocer la han callado o matado. Puede suceder que siempre dentro de ellas se difunda una como la más importante, y es allí donde se debe trazar lo que Benjamin habla: Una historia a contrapelo. Solo así hay una posibilidad de poder deconstruir la historia y reestablecer la de los vencidos que han sido prácticamente invisibilizados y olvidados en la historia.

Hay un ideal puesto en el futuro que tiene que ver con un futuro que no es lineal, que interrumpe la línea de la historia para que todo se cuente de diferente manera. Es una crítica al progreso, a la modernidad, al capitalismo a esta idea de una historia que se cuenta en función de un objetivo al que uno parece encaminarse, un objetico en el cual hay una realización pero que funciona siempre en función de que algunos que vencen y otros que quedan afuera. Esto solo ha sido una acumulación de desastres, de un conformismo que los pintan como buenos y perfectos para un cambio social, un cambio que va a favor de unos pocos. Para poder dar la vuelta se debe volver al pasado, regresar a esas voces calladas que no combatieron en vano, que aún mantienen sus raíces, pero relegadas porque no han querido escucharlas. Por eso, el tiempo no es igual uno a otro, cada segundo es diferente; cada memoria es innegable y ha transcurrido con dificultad de ser reconocida.

Quien construya y reestablezca la historia no debe optar por la que pinta más bonito el paisaje o por la que “más ha contribuido al cambio social”, esa historia solo ha producido una continua pérdida de la libertad de hombres y mujeres. Este supuesto progreso solo ha suprimido otras muchas alternativas posibles de desarrollo reivindicadas por los que han sido derrotados. El pasado no sólo reconocería la subjetividad de varias formas de sentido, sino también iluminaría el presente para tomar un papel concientizador. El tiempo no es el mismo un segundo a otro, en cualquier segundo todo puede cambiar, no es un tiempo lleno de vacíos y con una historia sin sentido. En cualquier momento se puede detener o cada segundo puede tener diferentes sentidos apareciendo nuevos presentes que implementan nuevas formas de sentido y actualiza y comprende muchas formas de ser en la sociedad, lo que revivirá a los muertos que fueron callados y que lucharon por una mejor sociedad, así estarán a salvo de esos enemigos que supuestamente los vencieron (tesis vi).

Siempre la historia que se nos ha sido transmitida es una llena con muchas fantasías y victorias que permitieron lo que actualmente el hombre posee. Una victoria llena de mentiras y que ha favorecido solo a unos pocos. Se ha manifestado e inyectado un supuesto progreso que es mejor que el pasado y será muchísimo más productivo en el futuro. Ha dejado relegadas muchas subjetividades que han mantenido la historia y el complemento de la historia solo de manera oral. Cuando ha logrado salir a la luz ha sido opacada y manipulada por los que mantienen el poder para seguirlo haciendo. Benjamin da la oportunidad de darle la vuelta a la historia y pasarle el cepillo a contrapelo para poder regresar al pasado y poder comprender el presente. Reconocer a quienes han sido oprimidos y ver que aún siguen con vida marginalizados por los opresores; analizar la historia y ver que no todo ha sido igual, sino que hay muchas formas de significar el mundo y muchos horizontes que le dan sentido.

No somos piones del ajedrez para que nos siga manipulando el gobierno de los vencedores. Ha habido mucho dolor por querer transformar la sociedad, pero ese dolor no se ha quedado vacío, ha logrado y mantenido la memoria de los marginalizados. Somos los propios constructores de la historia y para sacar la verdadera verdad se debe regresar al pasado y construir y traer a flote las diversas líneas del tiempo, ya que no ha sido el mismo en cada segundo como se pretende, cada una de ellas dará un flashazo de lo que verdaderamente ha acontecido y con lo cual se puede hacer un análisis crítico de lo que realmente ha sucedido. Lo que hace pensar la historia no como se ha transmitido por generaciones, sino de una forma distinta a la de la historiografía. Así no se verán a los revolucionarios como los villanos del cuento, porque ha sido como los han pintado.

Se debe romper con ese reloj de arena que se ha manejado de manera sistemática y de una forma vertical, teniendo en la superficie a los vencedores y relegados a los vencidos. No todos han tenido el mismo punto de partida para desarrollarse en la sociedad. Solo volviendo al pasado se sabrá porqué cada colectivo sigue sufriendo opresión y es justificable su maltrato y porqué unos pocos son privilegiados con respeto y dignidad.

La resistencia de los oprimidos no ha sido en vano, el pasado enseña una manera de pensar revolucionariamente un mundo posible desde lo imposible (tesis ii). Se trata de ver la realidad con ojos críticos, más allá de lo que a simple vista se ha presentado. Aún hay muchos que quieren ser escuchados y luchan por hacerlo, pero hasta no ver con ojos críticos la historia, no se conocerá la verdad, no se verán los diferentes sentidos que se desarrollan y se han desarrollado con el paso del tiempo. No ha habido un tiempo homogéneo vacío de significado, en donde cada segundo es igual. El tiempo se ha detenido y a constituido muchas formas de ser y actuar en la sociedad.

Solo así se podrá conmemorar a nuestros ancestros, a aquellos que dieron hasta su vida para poder seguir existiendo, pero que han sido invisibilizados por un sistema que fetichiza las subjetividades. Cada sujeto dentro de la historia no se define por pertenecer a una clase social, se define porque participa de un proceso de transformación (teisis xii). No se debe restituir la conciencia desgraciada y desdichada por una ilusoria de progreso social que ha considerado una mejor condición de vida, tanto social, como económica para los explotados y excluidos del sistema. Este progreso solo puede seguir reproducción opresión y daño a los seres humanos y a la naturaleza que solo busca explotarla y saquear a quienes quieren preservarla. La historia no es un orden secuencial y lógico porque de ser así solo nos seguirá mostrando una historia llena de escombros, desolación y muerte: barbarie que deja por un lado el progreso. Por eso también es importante tomar la historia de los vencidos y de los caídos en las luchas emancipatorias, de los esclavizados, de los excluidos, de los olvidados. Historia que será opuesta, contra la historia oficial, la de los vencedores: va a “cepillar la historia a contrapelo”.

Es necesario traer la lucha de los vencidos al presente para redimir la felicidad no alcanzada, aquella que fue negada¬: Las ausencias el dolor, la soledad. Ese pasado tiene la capacidad de redimir en la propia redención, es decir reparar todo ese sufrimiento. Pero con ese regreso al pasado y redimiendo el presente, no solo se redime el presente, sino también se le hace justicia a los que fueron cayados y relegados en el pasado. Se puede construir una historia con muchos significados y horizontes. 

08 December 2022
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