Susan B. Anthony: El Feminismo
Introducción
La Segunda Ola del feminismo abarca la segunda mitad del siglo XIX y el XX, hasta la Segunda Guerra Mundial. Si la Primera Ola trajo consigo las mejoras en educación, la Segunda Ola apuesta por conseguir el derecho de voto femenino. En 1843 surge la obra “Unión Obrera” de manos de Flora Tristán, la cual sufrió amenazas y agresiones por parte de su marido y decidió huir, potenciando así su compromiso con los movimientos obrero y feminista.
En esta obra condena todo lo que reduce a las mujeres y en la obra “Méphis” critica abiertamente el uso del corsé. Cinco años después, Europa se conmocionó con un nuevo proceso revolucionario que prendió en varios países a la vez, puesto que este año estuvo plagado de agitaciones y manifiestos. Entre ellos se encuentra la “Declaración de Seneca Falls”, que fue un texto firmado por setenta mujeres y treinta hombres de diversos movimientos y asociaciones políticas de talante liberal en el que se recogieron doce decisiones y dos grandes apartados: por un lado, las exigencias para alcanzar la ciudadanía civil para las mujeres y por otro lado, los principios que deben modificar las costumbres y la moral.
Desarrollo
Esta declaración fue la punta de lanza de lo que llegó a conocerse como movimiento sufragista. Las que más tarde serían editoras y compiladoras de un texto clásico del sufragismo, “La Biblia de la Mujer”, iniciaron sus ideas en esta declaración. En 1867 se propuso el cambio de la palabra “hombre” por la palabra “persona” en la Segunda Reforma Electoral, a manos de John Stuart Mill y Henry Fawcett para promover el voto femenino propuesto anteriormente por Emily Davies y Elizabeth Garret Anderson.
No obstante, ambas propuestas fueron rechazadas. “La sujeción de la mujer”, obra de Stuart Mill de 1861, se convirtió en un libro de referencia, que tuvo un buen recibimiento por parte del feminismo. En 1870 surgió un movimiento sufragista de la mano de Elizabeth Cady Stanton, Susan B. Anthony y Lucy Stone, en torno a la Asociación Nacional Americana por el Sufragio de la Mujer, la cual estaba dirigida por Carrie Chapman Catt y desde la que defendían el derecho a voto femenino sin excepciones.
El movimiento comenzó en Wyoming, para continuar por Utah, Colorado, Washington, etc. hasta 1920, cuando se generalizó a todos los estados el derecho al voto femenino con la aprobación de la XIX Enmienda a la Constitución. Estas mujeres lo que reclamaron no solo fue el derecho femenino al voto, sino también una mejora en la educación y la capacitación profesional, una equiparación de sexos en la familia y la incorporación de las mujeres al mundo laboral. Fue en 1897 cuando se consolidó la Unión Nacional de Sociedades de Sufragio Femenino, reuniéndose así todas las activistas pro sufragio femenino en las ciudades inglesas.
En 1903 nace, en torno a Emmeline Goulden Pankhurst, el grupo más importante de sufragistas compuesto por mujeres socialistas del Partido Laboralista Independiente. Así se constituyó la Unión Social y Política de las Mujeres, que reclamaban el voto femenino, el cual fue rechazado al año siguiente, desencadenando así una reivindicación violenta frente al Parlamento, que dejó dos fallecidas y numerosas heridas. Sin embargo, no todas las mujeres estaban a favor de los actos violentos, por lo que se fundó la Women’s Freedom League, la cual organizaba mítines callejeros.
Pero, es en 1914, con la Primera Guerra Mundial presente, cuando las mujeres deben trabajar en puestos que habían desarrollado típicamente los hombres hasta el momento, consiguiendo así el mismo salario para el mismo trabajo. Otro hecho a destacar fue la aprobación de la Ley del Sufragio Femenino en Inglaterra en 1918, a través de la cual las mujeres mayores de 30 años podían votar, debiendo esperar 10 años más para que las mujeres mayores de 21 años también pudieran hacerlo.
Del mismo modo que en la Primera Guerra Mundial, en la Segunda los hombres fueron llamados a filas y las mujeres asumieron los puestos laborales en las industrias y administraciones, suponiendo así una nueva libertad femenina. Es en 1884 cuando Friedrich Engels escribe “El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado”, obra en la que habla del materialismo histórico y las relaciones de poder. Indica que las mujeres están sujetas a estas relaciones, no por condición biológica o física, sino por las cuestiones sociales presentes.
De esta obra, además, se deriva la idea de que la independencia económica femenina permitirá la emancipación de estas relaciones. Engels junto a Max Weber señalan que el concepto de ‘patriarcado’ se presenta como un sistema de poder y de dominio de los hombres sobre las mujeres, es por ello que el concepto de ‘patriarcado’ aparezca vinculado con el socialismo y con el marxismo.
Una de las figuras fundamentales del socialismo de principios del siglo XX fue Clara Zetkin, una mujer que participó como dirigente en el Partido Socialdemócrata Alemán; fue fundadora del Partido Comunista Alemán; editó el periódico “La Igualdad”, que fue un periódico de mujeres socialistas; fue diputada del Congreso Nacional Socialista de Mujeres en 1920 y es considerada la fundadora del movimiento socialista femenino, abogando al sistema capitalista y explotación económica como responsables de la problemática femenina.
Además, en 1910, Clara participó en Copenhague en la Conferencia Internacional entre organizaciones socialistas del Mundo, donde propuso la creación de un Día de la Mujer, que se conmemorara a nivel mundial. Es por ello que, en 1975, las Naciones Unidas declararon como Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo. Pero este día no fue elegido al azar, sino que se remonta al 8 de marzo de 1857, cuando miles de trabajadoras textiles deciden salir a las calles de Nueva York con el lema “Pan y Rosas” para protestar por las míseras condiciones laborales y reivindicar un recorte del horario y el fin del trabajo infantil.
Conclusión
Esta es la explicación más verosímil, ya que fue una de las primeras manifestaciones para luchar por sus derechos. Pero el capítulo más violento de la lucha por los derechos de la mujer se produjo el 25 de marzo de 1911, cuando se incendió la fábrica de camisas Triangle Shritwaist, lo que produjo un total de 123 mujeres fallecidas entre 14 y 23 años. Asimismo, el color morado es el color representativo del Día de la Mujer, ya que fue el color que en 1908 utilizaban las sufragistas inglesas y en los años 60, las mujeres socialistas escogieron este color como símbolo de lucha feminista.
En cuanto a Rusia, la figura más destacada es la de Alexandra Kollontai, que comenzó a luchar por la liberación de la clase obrera y los derechos de las mujeres, alejándose del marxismo para apostar por ideas más cercanas a lo que sería posteriormente el feminismo radical. Defendía el amor libre, el salario igualitario para las mujeres, la legalización del aborto, el cambio de la vida íntima y sexual de las mujeres, la socialización del trabajo doméstico y el cuidado de menores. Además, el año 1917 destaca por la participación de Alexandra en el Gobierno de Lenin como comisaria del pueblo, siendo la primera mujer en la historia de Rusia que conseguía un puesto así.
Los principales cambios de esta Segunda Ola fueron: la vindicación de la condición de libres e iguales para las mujeres, el sufragio universal, la educación superior, el acceso a las condiciones laborales y los derechos y deberes matrimoniales equivalentes a los varones, se declaran libres pensadoras, cambian de vestimenta con faldas cortas y sin corsé, empiezan a conducir, practicar deportes y visitar sitios de ocio. Además escriben e intercambian ideas y experiencias y defienden que sin derechos políticos para las mujeres no hay paz ni democracia.
