Teorías Sobre la Autoconfianza en el Deporte
Introducción
Si pensamos que no somos capaces de realizar determinada tarea o habilidad a la perfección probablemente no seremos capaces de hacerlo. De ahí parte la importancia de la autoconfianza en el deporte. La autoconfianza es un constructo en el que inciden diferentes matices que hacen que su comprensión sea a veces complicada. La autoconfianza es la convicción que una persona tiene, en que puede llevar a cabo unas habilidades necesarias, para ejecutar con éxito la conducta requerida y producir un determinado resultado.
En el ámbito deportivo se utiliza con frecuencia para referirse a la percepción que tiene la persona sobre su capacidad para enfrentarse a una determinada tarea. Pero no sólo poseer una autoconfianza óptima hace mejorar el nivel de rendimiento del deportista, sino lo que es aún más importante es que previene lesiones, ansiedad, estrés etc.
Teorías sobre la autoconfianza
- Teoría de la autoeficacia de Bandura (1977)
Para Bandura existe una unión de tres factores básicos que influyen en el rendimiento óptimo: factores personales-cognitivos, ambientales y conductuales.
Las expectativas que nos planteamos antes de la acción: eficacia, si poseemos la creencia de superar una prueba, y resultados, si poseemos la creencia que un comportamiento inducirá a un tipo u otro de resultados. Para formarnos expectativas Bandura propone 4 fuentes posibles: Capacidad de ejecución, Aprendizaje por observación de otras personas, Persuasión verbal y Nivel de activación fisiológica.
Bandura propone un modelo para evaluar la autoconfianza basándose en un microanálisis, es decir, en mediciones de cada tarea y en tres dimensiones: magnitud, fuerza y generalidad. Se le pregunta al deportista si se siente capaz de realizar una tarea y en qué medida (1-100), y a mayor puntuación obtenida mayores expectativas poseerá el deportista.
- Modelo de confianza de Vealey (1986)
Este programa se basa en dos tipos de confianzas: Rasgo y Estado. La Confianza Rasgo es el grado de creencia que normalmente tenemos sobre nuestra habilidad para tener éxito en el deporte, mientras que la Confianza Estado es la confianza que poseemos en un momento particular sobre nuestra habilidad para tener éxito en el deporte. Es decir, como si habláramos de confianza general-específica respectivamente.
Para medir la autoconfianza Vealey propone tres instrumentos: confianza rasgo, confianza estado y orientación competitiva. En los dos primeros se le pregunta al deportista el grado de realización óptima que obtendrá en ámbitos como concentración, consecución de metas, preparación para la competición. Mientras que en el tercer instrumento se estudia la orientación hacia obtener unos buenos resultados o hacia la victoria.
- TESTS
- Vealey
Vealey determina los niveles de autoconfianza del modelo que ella propone. Para medir los tres constructos del modelo, ella elabora tres instrumentos específicos:
- TSCI: El inventario de confianza en el deporte rasgo.
- SSCI: El inventario de confianza en el deporte estado.
- COI: El inventario de orientación competitiva.
- Bandura
Microanálisis, a través de la cual se hacen mediciones específicas para cada tarea. Los pensamientos autorreferentes están tomados en forma de auto percepciones particularizadas de eficacia que puedan variar a través de distintas actividades y situaciones. Se realiza a través de un análisis de las expectativas de autoeficacia de los sujetos analizando y valorando esos pensamientos a lo largo de tres dimensiones; magnitud o nivel, fuerza y generalidad. Se realizarán preguntas sobre la actividad deportiva de la que se vaya a valorar la autoconfianza, desglosando tareas y en orden de dificultad creciente.
- Relación entre confianza y rendimiento
La autoconfianza no garantiza el éxito en la ejecución pero, si no se tiene confianza, es menos probable que se obtenga un adecuado rendimiento. Muchos consideran que tener confianza es creer que van a ganar y aún cuando no sea posible que puedan lograrlo se les anima diciendo que son capaces de ello. Pero la realidad es que tener autoconfianza es tener una perspectiva realista sobre lo que se puede conseguir. No es lo que los deportistas esperan hacer, sino lo que de forma realista sienten que son capaces de conseguir. Si se tiene un nivel óptimo de autoconfianza, se establecerán unas metas acorde con las habilidades y características individuales de cada sujeto, conocerán lo que pueden conseguir y cuáles son sus límites, reconociendo errores y luchando por corregirlos.
El nivel de autoconfianza de los deportistas afecta a sus niveles de motivación, concentración, resistencia física, manejo de la presión etc. Si la autoconfianza es baja, no se esforzarán lo suficiente y su rendimiento será menor. El exceso de autoconfianza es tan perjudicial como la falta de ésta. Niveles altos de confianza hace pensar al deportista que ya no debe esforzarse tanto para conseguir una adecuada ejecución pudiendo llegar al fracaso. Es importante que los deportistas analicen y tomen conciencia de las situaciones donde hayan experimentado excesiva o escasa confianza, así como también donde el nivel fue óptimo. Así sabríamos en qué áreas intervenir para obtener su mejor nivel de confianza.
- Factores que pueden afectar la autoconfianza
- Resultados Deportivos
- Nueva Destreza
- Falta de Motivación Extrínseca
- Percepción de Preparación
- Metas Irreales o Inadecuadas
Conclusiones
Es misión y función de los educadores, dirigentes y padres transmitir a los niños y jóvenes, futuros adultos el hábito de disfrutar y pasarlo bien haciendo deporte y no ser causa de abandono del mismo. Muchas veces los padres o los educadores, con las mejores intenciones son fuente del fracaso, del estrés y del abandono del deporte de sus hijos. Es función de los mismos, transmitir mensajes de solidaridad y cooperación en los deportes de equipo, difundiendo valores sobre nuestra cultura. A su vez, Es función de los médicos, cardiólogos, nutricionistas, psicólogos, etc., incorporar el ejercicio físico adecuado como parte del tratamiento de los pacientes para crear hábitos saludables y favorecer una mejora de la calidad de vida de éstos.
Bibliografía
- CAGIGAL, J. Mª. (1991): “Ocio y Deporte”. Revista Citius, Altius, Fortius, tomo XIII, INEF, Madrid.
- DEVIS, J. Y PEIRÓ, C. (1993): “La actividad física y la promoción de la salud en niños/as y jóvenes: la escuela y la educación física”. Revista de Psicología del Deporte. pp.71 – 82.
- GARCES DE LOS FALLOS RUIZ, E. (2006): Psicología y Deporte. Diego Marín. Murcia.
- ROFFÉ, M. (2000). “El componente psicológico en la práctica de los deportes y actividades físicas”. EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires – Año 5 – N° 23.