tolerancia Religiosa, Étnica Y Cultural En Europa 

¿Qué religiones viven actualmente en Europa?

En Europa, si hablamos de religión, las predominantes son el cristianismo (en sus variables), el islam, el judaísmo y el budismo, aunque también podamos encontrar otras presentes. La mayoría de los europeos que creen en una religión son cristianos, divididos en diferentes tendencias.

El catolicismo romano es la denominación más abundante en la Europa latina (incluye Francia, Italia, España, Portugal y Bélgica del Sur), Irlanda, Lituania, Polonia, Hungría, Eslovaquia, Eslovenia, Croacia, la República Checa, también las regiones del sur de la Europa germánica (incluida Austria, Luxemburgo, Bélgica Norte, Sur y Alemania Occidental, y Liechtenstein). Por otro lado, el protestantismo y la ortodoxia, también importantes aunque con un número de seguidores minoritario, se dividen en muchas iglesias diferentes, sobretodo en Europa oriental.

El Islam llegó a diversas islas europeas y las costas en el Mediterráneo a lo largo del siglo VII. Durante el expansionismo otomano se difundió el Islam en los Balcanes y el sureste de Europa. También, ha estado históricamente presente en Rusia. Pero en los últimos años, los musulmanes han emigrado a Europa con el propósito de ser trabajadores temporales o como residentes.

Los Judíos fueron dispersados ​​dentro del Imperio Romano desde el siglo segundo. Durante un tiempo, el judaísmo fue una práctica generalizada en todo el continente europeo. Desde la Edad Media, los Judíos se enfrentan con frecuencia a discriminación, prejuicios, etc. y la población de Judíos en Europa se vio duramente reprimida durante el Holocausto, lo cual provocó la migración a gran escala de Judíos de toda Europa. Actualmente, Francia es el hogar de la comunidad judía más grande de Europa con un 1% de la población total. Otros países europeos en los que encontramos población judía son Alemania, el Reino Unido, Rusia e Italia.

No hay que olvidar el resto de religiones presentes en Europa, entre las que incluímos el budismo, dispersos por toda Europa y de rápido crecimiento en los últimos años; el hinduismo, mayoritarios en Reino Unido; el sikismo, de nuevo destaca en Reino Unido y también en Italia; sin olvidar las pequeñas religiones que han llegado hasta Europa debido a la afluencia de inmigrantes de otras partes del mundo. Es importante, además, el creciente número de personas que se describen como ateos o agnósticos a sí mismos.

Aceptación y conflictos religiosos en Europa

La libertad o tolerancia que cada país le quiere dar a la religión en su sociedad, no viene marcado por un modelo único de relaciones entre la Iglesia y el Estado, sino que cada cual ha desarrollado su propio equilibrio entre estos. En países como Alemania, Grecia e Irlanda hay menciones específicas a Dios en la Constitución; otros Estados miembros, como Eslovenia, Portugal y Eslovaquia tienen un concordato con la Santa Sede; y también hay casos como el de Francia, que sería el otro extremo, la laicidad es un hecho consagrado en su Carta Magna. Pero a la hora de hablar de forma más general, sí que se ha promulgado durante las últimas décadas la separación Iglesia-Estado como rasgo común a la mayoría de los países europeos y, más concretamente, en los últimos años, dichos países están promulgando más y más leyes para controlar, reducir o incluso prohibir determinadas prácticas religiosas. Asimismo, es notorio que el objetivo de estas leyes es, sobretodo, el islam.

Como consecuencia de estas leyes y las prohibiciones que promueven, han surgido numerosos conflictos entre los religiosos que no las consideran oportunas o que incluso no las respetan.

Para introducir dichos conflictos, no se debe empezar por otra realidad que no sea la de los rezos en público. Esta tradición de numerosas religiones (sirviendonos de ejemplo el Islam), ha desembocado en controversia en muchos lugares debido a varios factores. Hay quien considera dichos rezos como una forma de aprovechar el espacio público: de igual manera que este se usa para actividades de ocio personales, puede ser utilizado para actividades religiosas. Por otro lado, encontramos aquellos que creen que es imprescindible diferenciar el espacio público del espacio personal, y entre sus motivos también encontramos temas ligados a la oposición religiosa, es decir, la mayoría que están en desacuerdo pertenecen a una religión diferente y no consideran oportuno compartir el mismo espacio para manifestar sus creencias.

Sean o no sean oportunos dichos rezos y las diversas respuestas a ellos, buen ejemplo de este desacuerdo es lo que ocurre en Granada. Esta ciudad ha sido históricamente un territorio que presenta gran diversidad religiosa y convivencia, siendo el último enclave musulmán en la Península y coexistiendo siempre con el cristianismo, religión principal de España. Pero a pesar de la tradición de convivencia interreligiosa, en este territorio siguen existiendo desigualdades como espacios de culto (principal motivo del escrito), recursos educativos, relaciones políticas y financieras, etc., que alimentan los prejuicios y estereotipos que se crean por ciertos sectores de población.

Lo que ocurrió pues en Granada fue la celebración de un acto denominado “Conoce el Ramadán”, con varias actividades destinadas al aprendizaje de aspectos culturales del islam, destinadas tanto para adultos como para niños y niñas. Fue el 10 de junio de 2017, y así constituyó el primer acto público y abierto compartido por las comunidades musulmanas en Granada. Lo que realmente supuso el problema de todo esto, fue el lugar elegido para la celebración de dicha fiesta: los Jardines del Triunfo, en cuya parte superior se encuentra una estatua de la virgen de la Inmaculada. Aquí es donde desemboca la controversia entre los que consideraban este lugar como un espacio católico por la presencia de la Virgen y, los defensores de los valores multiculturales e interculturales partícipes de una convivencia pacífica.

Con lo cual, existen argumentos de todos los tipos: en contra tales como “[…] ir a un país musulmán a hacer una procesión de semana santa y verás lo que ocurre […]”  o “Todo occidente es de cultura y tradición cristiana y greco-latina. Está en nuestra identidad”; y a favor así como “muchos de los musulmanes residentes en Granada somos españoles, no sólo de nacimiento sino de genealogía, ciudadanos tan de pleno derecho dado por la Constitución española a celebrar nuestros ritos y fiestas como cualquier católico” o “Son tan granadinos como cualquier otro, por lo que tienen derecho a usar los espacios públicos de esta ciudad. Aún más cuando es para organizar una jornada de convivencia que solamente pretende dar a conocer otra cultura (que por cierto, tanto tiene que ver con nosotros), y abrir un poco la mente de esta ciudad tan cateta que tenemos”.

En segundo lugar, otro de los problemas religiosos más generalizado en Europa viene a ser el uso de atuendos que ponen en duda la igualdad entre hombres y mujeres. Tales como vestidos, mantos, velos, etc. que el Corán, libro sagrado de los musulmanes, manda a las mujeres vestir para mantener escondidas su belleza y sexualidad con el fin de no excitar a los hombres. Cierto es que encontramos una amplia gama, no toda igual de restrictiva, y el objetivo de los gobiernos europeos es vetar el uso de los más integrales, tales como el ‘niqab’ y el ‘burka’, en los espacios públicos.

Encabezando la lista de los más restrictivos se haya Bélgica. Una Comisión de Interior del parlamento belga ha aprobado por unanimidad la prohibición del burka en la vía pública a través de una modificación del código penal. Este veto iría más allá del francés, que restringe el empleo del velo islámico integral solamente en ciertos lugares públicos. Se entiende como ‘espacio público’ calles, caminos, parques, terrenos deportivos, así como edificios de servicio público. El llevar cualquier prenda que tape totalmente el rostro podría suponer multas entre 15 y 25 euros, así como una pena de prisión entre 1 y 7 días.

Como ya se ha nombrado, Francia tampoco es partidaria de este tipo de prendas y así lo expresaba el presidente Nicolas Sarkozy: ‘Quiero decirlo solemnemente: el burka no es bienvenido en Francia’, o ‘No podemos aceptar en nuestro país mujeres prisioneras tras una rejilla, aisladas de toda vida social y privada de toda identidad. No es la idea que la República francesa tiene de la dignidad de la mujer’.

Finalmente se concluyó que el velo integral será vetado en los servicios públicos, tales como escuelas, hospitales, o transportes, pero no así en la calle. Este país no consideró una prohibición absoluta pues podía ser considerado inconstitucional, pero la desobediencia a sus límites establecidos llevaría a denegar la nacionalidad francesa y el permiso de residencia a la mujer que viste tales prendas y a su cónyuge, por práctica radical de la religión incompatible con los valores republicanos.

En Italia la controversia surge en las aulas. Una ministra italiana de Igualdad de Oportunidades, Mara Carfagna, inició en octubre de 2009 su cruzada contra el burka en la escuela. Quiere prohibir tanto el burka como el niqab en las aulas italianas al entender que esta prenda es una manifestación de sometimiento de la mujer y un auténtico obstáculo para su integración, además de no considerarlo oportuno en un país donde, según las últimas encuestas publicadas, más del 80% de la población se declara católica.

Por el contrario, en cuanto al uso de símbolos católicos, el Tribunal de Estrasburgo, emitió una sentencia en la que condena la exhibición obligatoria de crucifijos en las aulas por ser contraria al derecho de los padres a educar a sus hijos conforme a sus creencias y al de libertad de religión de los alumnos.

Estos son solo algunos de los ejemplos respecto a este tema en Europa, pues también encontramos otros testimonios, por ejemplo españoles como ‘Ellos pueden vestir como les dé la gana, mientras ellas se ven obligadas a llevar vestidos largos que les tapan el cuerpo y un pañuelo sobre la cabeza que les cubre el cabello’ que critica la que fue ministra de Igualdad, Bibiana Aído; o casos como el de Rusia que prohíbe usar velos a las mujeres en la fotografía del pasaporte.

En tercer lugar, otro de los temas que genera discusión es el del sacrificio animal justificado por cuestiones religiosas. Este 1 de septiembre ha entrado en vigor la prohibición de sacrificar a los animales sin antes haberlos dejado inconscientes en la región belga de Valonia, como ya se hizo a principios de año en la de Flandes. Esto afecta directamente al conocido como ‘rito halal’ que consiste en sacrificar animales para el consumo humano en el islam. En él, se degolla al animal todavía consciente (tarda pocos segundos en perder la consciencia por la hipoxia cerebral) y se le deja desangrándose durante horas. Sin rito halal, los practicantes musulmanes no podrían consumir carne, pero no son los únicos. En los ritos ‘kosher’ judíos también se exige que el animal esté consciente ante la realización de un rito similar pero efectuado por practicantes judíos.

Bélgica no es el único país europeo donde se prohíben tanto los ritos halal como los kosher. En otros países como Suecia, Noruega, Islandia, Dinamarca y Eslovenia, es obligatorio que antes de pasar el cuchillo al animal, se le aplique algún sistema que lo deje inconsciente. Mientras, en Países Bajos, Suiza, Liechtenstein y Alemania permiten ciertas excepciones, aunque bastante limitadas.Aunque los legisladores belgas encuentran sus argumentos en la protección de los derechos de los animales, algunas voces tanto dentro como fuera del país señalan una presunta islamofobia, además de un ejemplo del creciente sentimiento antiinmigrante y antimusulmán, no solo de los propios flamencos, sino presente en todo el continente.

Este descontento queda reflejado en algunos testimonios como que la prohibición fue motivada “más por la estigmatización de ciertos grupos” que por las preocupaciones sobre el bienestar animal, y el gobierno podría tomar otras medidas para reducir el sufrimiento animal, “sin violar la libertad de religión belga y la regulación europea con respecto a este asunto”, señaló Joos Roets, abogado que representa a una organización paraguas de instituciones islámicas; o que “Los judíos serían una víctima colateral de la campaña antimusulmana de partidos como la N-VA (Nueva Alianza Flamenca)”, afirma el presidente de la Confederación de Rabinos Europeos, Pinchas Goldsmidt, Este además, considera que “con estas leyes antimusulmanas, Europa se adentra en una nueva Edad oscura” (en referencia a la Edad Media); o también que “Los creyentes se verán obligados a elegir entre comer carne y violar sus creencias religiosas” según el abogado estadounidense Wesley J.Smith, del Discovery Institute’s Center on Human Exceptionalism, en un artículo titulado «Europa continúa reduciendo la libertad religiosa».

Por último, otro asunto entre los otros muchos que se podrían señalar en cuanto a cuestiones religiosas, es la circuncisión. Esta es conocida como “Brit Milá” en hebreo o como “Tahara” en árabe y tiene su origen en el antiguo Egipto hace más de 3.000 años. Fue asumida como ritual por los pueblos semitas, mucho antes del surgimiento de las tres grandes religiones contemporáneas y actualmente es especialmente practicada por las comunidades judía y musulmana.

Para los varones judíos se trata de un rito de “comunión con Dios” que tiene lugar al octavo día de nacidos. Y en cambio, entre los musulmanes, aparece más bien como una costumbre u obligación religiosa, que además puede aplicarse o bien durante los primeros días de nacidos, o en años posteriores, siempre que se realice antes de la pubertad; y se le atribuye además una función higiénica, de protección contra enfermedades.

Un buen ejemplo es el debate que se ha abierto en Alemania. Allí, la libertad religiosa y de culto están constitucionalmente protegidas pero encuentran límites si se trata de estar atentando contra otra libertad fundamental, la “integridad física”. Los juristas de Colonia afirmaban que esta se daña de forma “irreparable” por una circuncisión, a no ser que un adulto decida someterse a ella por sí mismo.

Para Christoph Türcke, un profesor de filosofía y teología evangélica en Leipzig, la eliminación del prepucio del recién nacido varón representa un “ritual arcaico”, y considera mejor opción seguir el ejemplo del cristianismo, que utiliza el bautismo como “la señal de pertenencia a la comunidad”, una práctica más avanzada que la circuncisión.

En el caso de los musulmanes, en el Corán no hay ninguna referencia a la circuncisión pero esta se menciona en la Sunnah, un texto preislámico que recoge tradiciones, costumbres y normas de los pueblos de origen árabe. “De todos modos, debería ser la comunidad religiosa la que decida sobre la posibilidad de una adecuación contemporánea del ritual”, opina Türcke, cree que sería como si en un país islámico se prohibiera el bautizo.

El mayor acercamiento entre ambas partes que se ha conseguido sería posible, teóricamente, con un retraso del ritual hasta la mayoría de edad, con la decisión consciente de los involucrados. Pero el presidente del Consejo Judío de Alemania se ha negado a valorar la opción y además desde el punto de vista médico se considera que hay menos dolor y riesgo de formación de cicatrices en edades tempranas.

Igualmente, hablando desde un punto neutral y sin entrar en qué es lo que está bien y lo que no, existe un miedo a que si la circuncisión es criminalizada, se realice de formas ilegales y peligrosas o que no se realice en manos de un médico y se ponga en peligro la vida de los bebés.  

21 July 2021
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