Úlceras Gástricas Por Abuso De Alcohol
Introducción
Una de las funciones más importantes que se llevan a cabo dentro de nuestro organismo es la asimilación de alimentos para convertirlos en energía necesaria para el desarrollo de actividades cotidianas y funciones vitales. El sistema encargado de cumplir dicha función es el digestivo que se compone de órganos como la cavidad bucal, esófago, intestino delgado e intestino grueso. El órgano encargado de desdoblar los alimentos para su absorción es el estómago a través de la producción de jugos gástricos compuestos de enzimas como la pepsina. En condiciones normales, el revestimiento estomacal protege al estómago de cualquier daño provocado por la acidez que producen los jugos gástricos. Sin embargo, existen condiciones que pueden alterar el equilibrio existente en este órgano. Dentro de estas podemos mencionar al consumo excesivo de alcohol, el cual genera irritación e inflamación en el revestimiento estomacal pues los mecanismos correspondientes no se pueden adaptar al exceso de acidez. Si se mantiene esta disfuncionalidad, es probable la aparición de lesiones en la mucosa a las cuales se denomina ulceras.
La ulcera péptica es una afección de la mucosa gastrointestinal que se propaga a través de la muscularis mucosae y se mantiene debido a la actividad del jugo gástrico. Encontramos dos tipos: la ulcera gástrica (que se desarrolla en el estómago) y la ulcera duodenal (que se presenta en el duodeno). Esta investigación se enfocará únicamente en conocer de qué manera se producen las ulceras gástricas a partir del consumo en exceso del alcohol, así como de averiguar qué estructuras se ven particularmente dañadas y como se da la alteración tisular a nivel del estómago.
Objetivos
Objetivo General
Determinar de qué manera el consumo excesivo de alcohol provoca ulceras en el estómago.
Objetivos Específicos
- Conocer la anatomía topográfica y descriptiva del estómago.
- Conocer la ubicación de la lesión en el tracto digestivo.
- Identificar histológicamente la afección de la mucosa gástrica.
- Explicar la fisiología de la ulcera.
- Investigar como los componentes del alcohol alteran la función de la mucosa gástrica.
Úlcera Gástrica Provocada por Consumo de Alcohol
Generalidades del Estómago: Órgano Afectado
El estómago es un segmento dilatado del tubo digestivo en forma de una bolsa musculosa situado en la curva que se encuentra entre el esófago y el duodeno ocupando la parte superior izquierda del abdomen debajo del diafragma. Mide 25 cm de largo, 10 a 12 cm de ancho y 8 a 9 cm en sentido anteroposterior (Rouviere, 2005).
Presenta la forma de una J mayúscula. La parte curvada hacia fuera recibe el nombre de curvatura mayor y se dirige hacia abajo y a la izquierda. La parte del estómago curvada hacia dentro, en la parte opuesta del estómago, está dirigida hacia arriba y a la derecha y se denomina curvatura menor (Rouviere, 2005).
En el estómago podemos identificar dos caras: una anterior y otra posterior, separadas una de la otra por los bordes o curvaturas del estómago. El estómago comunica superiormente con el esófago por medio del orificio del cardias e inferiormente con el duodeno por medio del orificio pilórico (Rouviere, 2005).
El estómago posee una función de conducción que se realiza por el adosamiento de las caras anterior y posterior de la mucosa, formando el canal gástrico que siguen los líquidos que llegan por el cardias. Además, funcionalmente constituye el reservorio donde finaliza la trituración de los alimentos iniciada en la cavidad bucal donde comienza su digestión. Este proceso se efectúa gracias a la secreción de las glándulas gástricas. La porción pilórica consta de glándulas mucosas y endocrinas que secretan gastrina. Esta hormona efectúa la secreción gástrica de la parte descendente del estómago y de las enzimas necesarias para la digestión (Rouviere, 2005).
Bioquímica Estomacal
El volumen normal del líquido estomacal es de 20 a 100 mL y su pH es muy ácido tomando valores de 1,5 a 3,5 (Medlineplus, 2018). Con la ingesta de alimentos, las células parietales, secretan el ácido clorhídrico en concentraciones de 160 mmol/l, equivalente a un pH de 0.8 aunque en un estado de reposo este valor puede variar entre 1–3 en adultos y cerca de 4 en bebés. La proporción de secreción ácida varía ampliamente de acuerdo a cada persona y depende de varios factores como la edad y el sexo (Barraguirre, 2018).
La acidez del estómago está controlada por varias hormonas entre las que destacan la acetilcolina, la histamina, la secretina, la prostaglandina E2 y la ya mencionada gastrina. Los valores normales de esta última generalmente son de menos de 100 pg/ml. Sin embargo, al aumentar sus niveles normales puede provocar un incremento en la secreción de ácido y conducir a la formación de úlceras (Medline plus, 2018). Algo similar sucede con la histamina pues su acción repetida sobre los receptores H2 del estómago también incrementa la secreción gástrica conllevando a la formación de ulceras estomacales (Bioquímica estructural y aplicada a la medicina, 2013).
Histológicamente el estómago está formado por cuatro capas:
Primero, la mucosa presenta epitelio simple de células cilíndricas altas que forman pliegues muy compactos. En estos pliegues se distinguen unas cavidades en las que desembocan las glándulas gástricas. El epitelio de revestimiento está formado por células secretoras de moco que lubrican la superficie de la mucosa y la protegen de posibles lesiones (Atlas de histologia animal, 2019).
Podemos distinguir características histológicas propias en algunas zonas como son el cardias que presenta un epitelio prismático simple. En esta porción se encuentran células mucosas secretoras de gastrina; que es la hormona encargada de la movilidad del estómago y la activación de células secretoras (Atlas de histologia animal, 2019).
Segundo, la submucosa está formada por tejido conectivo laxo en el que están incluidos linfocitos y células plasmáticas, vasos sanguíneos y linfáticos (Atlas de histologia animal, 2019).
Después, viene la capa muscular constituida por tres capas de musculo liso; una interna oblicua, una intermedia circular y una externa longitudinal. Las cuales cumplen la función de contraer el estómago para digerir la comida (Atlas de histologia animal, 2019). Y por último una capa serosa que es la continuación del peritoneo de la cavidad abdominal y visceral (Atlas de histologia animal, 2019).
Ulcera Gástrica: Generalidades
La úlcera gástrica también conocida como úlcera péptica se puede definir como una llaga abierta que se desarrolla en el revestimiento interno del estómago (MayoClinic, 2018). En nuestro país, a partir de un estudio realizado con 60 pacientes se demostró que la causa de ulcera péptica en el 43% de ellos fue el consumo de alcohol. Se presentan como síntomas asociados de esta enfermedad el dolor de estómago, náuseas y vómitos (especialmente después de comer), aunque en algunos casos el paciente puede no presentar síntomas durante un periodo prolongado de tiempo (Vargas, 2015).
Anatomía Patológica
La lesión ulcerosa consiste en una pérdida de sustancia localizada de la mucosa y, en grado variable, de las restantes capas de la pared gástrica. La ulcera gástrica suele ser redondeada u oval aunque puede ser lineal, y su diámetro es en general menor de 3cm. Puede aparecer en cualquier porción del estómago, pero en más de la mitad de los casos, se localiza a lo largo de la curvatura menor, cerca de la unión del cuerpo con el antro gástrico (Rozman, 2013).
De acuerdo a su localización, según Johnson las podemos clasificar en (AMEG, s.f.)
- Grado I: Úlcera ubicada en la curvatura menor. Se relacionada con un gasto de ácido normal, constituye del 50 al 60% de las úlceras gástricas.
- Grado II: Úlcera de localización gástrica y duodenal. Está relacionada con un gasto de ácido normal, constituye el 20% de las úlceras gástricas.
- Grado III: Úlcera de localización pre pilórica. Se encuentra relacionada con un gasto de ácido normal, constituye el 20% de las úlceras gástricas.
- Grado IV: Úlcera en el fondo gástrico o alta de la curvatura menor. Su frecuencia es igual o menor al 10%.
- Grado V: Úlcera Secundaria al uso prolongado de AINEs. Presenta un alto riesgo de perforación y hemorragia, comúnmente asintomática.
Histológicamente, las lesiones en la mucosa gastrointestinales se clasifican en:
- Erosiones: Son lesiones superficiales y redondeadas, de menos de 5mm de diámetro, márgenes poco sobre elevados, fondo pardo o enrojecido, y por lo general múltiples. Histológicamente, la perdida de tejido se limita a la mucosa, donde se observan restos necróticos, neutrófilos y hematíes con un infiltrado por polimorfonucleares en la periferia (Rozman, 2013).
- Úlcera Aguda: Son lesiones únicas o múltiples de aspecto similar, pero de mayor tamaño de las erosiones. Histológicamente, son más profundas y se extienden al menos hasta la muscularis mucosae. En el fondo de la ulcera se puede observar algo de tejido de granulación con escasa reacción fibroblástica. Los epitelios de revestimiento y glandular periférico muestran un aspecto activo debido a que a partir de ellos se produce la regeneración (Rozman, 2013).
- Ulcera Crónica: Se caracteriza por la existencia de fibrosis en su base, que determinara la cicatrización de la zona. Histológicamente, penetra en la mucosa, la submucosa, y por lo general en mayor o menor grado en la capa muscular. Presenta cuatro capas muy características que del interior al exterior son: una capa superficial de exudado fibrinoleucocitario; una capa de tejido necrótico eosinófilo; tejido de granulación muy vascularizada con fibroblastos y abundantes células inflamatorias linfoplasmocitarias y polimorfonucleares y, por último, una capa de fibrosis de grosor muy variable (Rozman, 2013).
Fisiología de la ulcera
El concepto más admitido para explicar la fisiología de la ulcera gástrica es que es consecuencia de un desequilibrio provocado entre los factores agresivos y defensivos que regulan la función de la mucosa gástrica (Vadibia, 2013).
El estómago produce un ácido potente, el ácido clorhídrico, para desdoblar los alimentos. Como protección contra este ácido el estómago tiene una barrera que reviste la parte interna del estómago. Esta barrera está constituida por componentes pre epiteliales, epiteliales y sub epiteliales (Vadibia, 2013).
Elementos preepiteliales
Comprende una capa de moco y bicarbonato que actúa como una barrera fisicoquímica contra múltiples moléculas. La totalidad de la superficie de la mucosa gástrica existente entre las glándulas posee una capa continua de células mucosas superficiales, encargadas de secretar un moco viscoso para cubrir las células epiteliales. El grosor de esta capa es casi siempre mayor de 3mm (Díaz-Casasola, 2015). Los componentes principales son mucinas (glicoproteínas), bicarbonato (HCO3−), lípidos y agua (95%) (Díaz-Casasola, 2015).
El moco gástrico se dispone en dos capas:
- La capa interna o moco visible: forma un recubrimiento gelatinoso con una alta concentración de bicarbonato para mantener un pH neutral (7.0), protegiendo a la mucosa del ácido corrosivo, retardando la difusión retrógrada de iones hidrógeno (H+) y manteniendo el bicarbonato secretado por el epitelio (Díaz-Casasola, 2015).
- La capa externa o moco soluble: se encarga de la liberación constante de óxido nítrico (NO) y de la unión con agentes nocivos, se mezcla con los alimentos y se desprende (Díaz-Casasola, 2015).
Elementos epiteliales
Las células epiteliales brindan protección mediante diversos factores. Entre estos se encuentran transportadores iónicos que mantienen el pH intracelular, la producción de moco, bicarbonato y proteínas de choque térmico. Estas últimas impiden la desnaturalización de proteínas, protegiendo a las células de factores como el aumento de temperatura, agentes citotóxicos o estrés oxidativo. La exposición de la mucosa a diversos agentes agresores puede causar un desequilibrio entre la pérdida y la renovación celular (Díaz-Casasola, 2015).
Elementos subepiteliales
La microvasculatura subepitelial tiene el efecto protector más importante de la mucosa gástrica. Tiene a cargo mantener el flujo sanguíneo ininterrumpido hacia las células epiteliales, sirviendo como medio de transporte de nutrientes y productos de desecho, además de ser una fuente productora de prostaglandinas importante. Estas sustancias son las encargadas de estimular los mecanismos protectores (Díaz-Casasola, 2015).
El consumo constante de bebidas alcohólicas aumenta la producción de ácido gástrico provocando la irritación e inflamación estomacal (Apocatastasis, 2018).
Cuando esto sucede, el ácido puede adelgazar la pared interior del aparato digestivo y crear una lesión abierta conocida como úlcera. Por lo tanto, las úlceras aparecen cuando el ácido clorhídrico entra en contacto con las paredes del estomacal (Apocatastasis, 2018).
Las células epiteliales del estómago secretan mucosa como respuesta a la irritación del revestimiento epitelial y como resultado de la estimulación colinérgica. La porción superficial de la mucosa gástrica existe en forma de una capa gelatinosa, impermeable al ácido y la pepsina. Otras células gástricas secretan bicarbonato, que ayuda a regular el ácido cercano a la mucosa, este es el caso de las prostaglandinas tipo E que tienen un papel importante de protección debido a que no solo incrementan la producción del bicarbonato, sino que también aumentan la secreción mucosa (Philip O Katz, 2018).
Cuando el ácido ingresa a la célula, ciertos mecanismos adicionales se ponen en marcha para reducir la herida. Dentro de las células epiteliales, se liberan iones en la membrana basolateral celular para regular el pH intracelular a través de la eliminación de iones hidrogeno en exceso. Mediante el proceso de restitución, las células saludables migran hacia el sitio afectado. El flujo sanguíneo de la membrana remueve el ácido que difunde a través de la mucosa dañada y provee bicarbonato a la superficie de las células epiteliales (Philip O Katz, 2018).
A pesar de que la mucosa presenta todos estos mecanismos de protección, el consumo excesivo y frecuente de alcohol no permite que se lleven a cabo de manera adecuada pues esta bebida produce la inhibición de los estos métodos de defensa. Por esta razón, se presentan los casos de ulceras de tipo gástrico (Philip O Katz, 2018).
Conclusión
En conclusión, el consumo excesivo de alcohol es un factor que puede generar la ulcera gástrica pues debido a su alto nivel de acidez provoca alteraciones en el funcionamiento normal del estómago. Este órgano de por sí ya contiene una secreción acida con el propósito de digerir los alimentos pero si encima se le agrega una sustancia de un pH similar (1,5 a 3), el resultado será un cambio de las funciones biológicas normales y por lo tanto la generación de una ulcera. Esto se debe a que el alcohol en exceso inhibe el trabajo normal de la mucosa y no le permite ejercer su propiedad de protección. Se ha encontrado que las lesiones de este tipo, se ubican en distintas zonas del estómago siendo más reincidente en la curvatura menor, y por supuesto se puede mencionar que desde el punto de vista histológico la capa más afectada del estómago es la mucosa.
En otras palabras, bajo condiciones normales, hemos visto que existe un balance entre la secreción acida y la defensa mucosa gastrointestinal. El daño en la mucosa (que es la ulcera gástrica) ocurre cuando el balance entre los factores agresivos y el los mecanismos de defensa se altera. En este caso, el factor agresivo ha sido el consumo excesivo de alcohol pues esta sustancia no solo provoca el aumento de secreción gástrica sino que interrumpe el mecanismo de defensa de la mucosa impidiendo que se produzca el moco, bicarbonato, la restitución celular y por último la regeneración epitelial.