Concepto y Características de la Educación Pública
Introducción
La Educación Pública es la única que garantiza la educación en igualdad entre todos y todas, la que cambia con la realidad, con una mirada siempre hacia el futuro. La Educación Pública es el modelo educativo que promueve el derecho fundamental y democrático de una educación gratuita. La escuela pública es el legado más importante de la historia del sistema educativo nacional, es un compromiso de todos los y las educadores de nuestro país. Defender la escuela pública para favorecer la educación a través del dialogo la reflexión y la participación de toda la comunidad educativa.
Desarrollo
Lograr una escuela más participativa. Que el objetivo principal de la escuela sea actuar como una auténtica comunidad educativa a través de: la construcción de estructuras y procesos de participación real (participación integrada escuela-familias-comunidad), para lograr también una mejor convivencia; como también una promoción del dialogo, cooperativo y solidario, potenciando así una educación también ética. Desde nuestro lugar como docentes defendemos e intentamos que la escuela sea un espacio de diálogo, reflexión y participación.
La educación es un derecho humano fundamental que posibilita el ejercicio de los demás derechos humanos. Es el instrumento esencial para niñas, niños y adolescentes puedan desarrollarse plenamente y participen en la vida social en todos sus ámbitos.¿Por qué la escuela debe ser un espacio de dialogo? La escuela de hoy vive una realidad diferente a la de décadas pasadas y de seguro también serán diferentes las escuelas del futuro, ya que la sociedad cambia vertiginosamente. Las escuelas de hoy exigen una capacidad mayor de escucha.
Pero también de mayor preparación técnica para develar lo que acontece en su interior. Dado a que no solo enseña, sino también, aprende de sus propios aciertos y sus errores. Una educación de calidad exige reconocer a actores y autores implicados en toda la planta funcional de cada institución desde los directivos, docentes, alumnos, auxiliares, familias etc. Exige, en el caso de los estudiantes, escuchar su voz que se articula desde sentimientos y experiencias, Es un lenguaje propio que, para escucharlo, previamente hay que reconocerlo.
En como ciudadanos y ciudadanas, con una serie de derechos y deberes, su valor no radica en la potencialidad de ser ciudadanos del futuro, son ciudadanos y ciudadanas ahora. De aquí la necesidad de conocer y abrir espacio en la cultura escolar. Sin un conocimiento sociológico de los alumnos y alumnas de hoy, es difícil el logro de una educación de calidad y sobre todo en nuestra escuela pública. Nuestras escuelas no pueden dejar de reconocer las demandas sobre la inclusión y la diversidad. Saber dialogar es una capacidad de cada ser humano.
Pero como toda capacidad necesita de un aprendizaje para poderse llevar a cabo. Es sumamente importante fomentar el dialogo desde la institución educativa para logra el deseo de participación, flexibilidad y tolerancia una actitud empática, libertad y autonomía, cooperación y solidaridad. Ya que la incapacidad de dialogar provoca otros contravalores como pueden ser, la intolerancia, el fanatismo, el individualismo, la discriminación, la insolidaridad, la imposición el desinterés, la antipatía, y el aislamiento y no es lo que la escuela, ni nuestra sociedad debería adquirir.
Por tal motivo para convivir debemos estar atentos a los otros, los escuchamos y pensamos que los demás también tienen ideas interesantes, aunque a veces sean diferentes de las nuestras y entendiendo que los conflictos se resuelven dialogando y eligiendo las palabras adecuadas para no ocasionar, ni provocar discusiones. ¿Por qué la escuela debe ser un espacio de reflexión y participación? La participación, es un componente sustantivo de una democracia. Por ello, desde la escuela es necesario abordarla.
Es decir, desde el trabajo docente para la participación y la democracia con una idea metodológica que parta de la pedagogía del diálogo y de la participación. La escuela debe tener estrategias que fomenten la participación de la comunidad educativa. La escuela como espacio de participación busca integrar a la familia, proporcionándoles herramientas que permitan mejorar la educación de sus nuestros hijos, desarrollando valores de solidaridad, responsabilidad y tolerancia, escuela donde se genera un aprendizaje colectivo asociado con todo su entorno, para hacer valer el derecho de la educación con igualdad de oportunidades.
El diálogo y la reflexión, dos conceptos básicos que son herramientas esenciales a la hora de desear crear una cultura escolar de participación, de comunicación y de análisis que favorezca el aprendizaje significativo. No me cabe la menor duda que, en nuestro país, muchas comunidades educativas están haciendo un gran esfuerzo por crear y generar espacios de diálogo y reflexión. Tal vez nos falta mucho para que estos momentos sean de calidad; Desde el punto de vista social, a través de la participación familia – escuela se identificarán los factores de riesgo social.
Generando un clima de reflexión y orientación interrelacionada en todos los actores responsables sobre la formación en el hogar y su participación responsable y coherente en el proceso enseñanza – aprendizaje, a partir de la revisión de las características particulares del niño o niña y de su entorno para buscar las mejores vías hacia el éxito personal y profesional. Además, se trata de encontrar los elementos más idóneos que permitan generar cambios los de conducta apropiada y que permitan mejorar la calidad de vida de la colectividad.
Logrando así la inserción del estudiante en la vida productiva de la comunidad. Debemos percibir la escuela como una comunidad donde los problemas a superar involucran a toda una comunidad que forma parte de la red social en que se encuentra inmersa. Un segundo paso es darles a todos los actores las herramientas y conocimientos que permitan potenciar sus recursos: los profesores necesitan herramientas y conocimientos que les faltan no sólo para elevar su capacidad docente, sino también para entender y comunicarse con los padres que integran el sistema y son parte de las soluciones a los problemas.
Una escuela como espacio de dialogo, reflexión y participación, recobra los ejes fundamentales de la política educativa Escuela como institución social, Inclusión socio-educativa y calidad educativa; planteándolos como transversales a la formación. La calidad educativa entendida, como la construcción colectiva de saberes socialmente relevantes, como también una forma respetuosa participativa y democrática de habitar y construir el mundo. Una calidad educativa que se hace cargo de que la distribución desigual de los saberes y habilidades contribuye así mismo a la generación de desigualdades sociales.
También la igualdad es muy importante; las oportunidades para el acceso, permanencia, aprendizaje y egreso de los niños, niñas, jóvenes y adultos a través de las distintas instancias educativas que posibilitan una inserción social profunda. La perspectiva de Inclusión socio-educativa recupera la centralidad de una educación para todos problematizando los viejos formatos anclados en propuestas pedagógicas homogeneizadoras. Pensar la Escuela como institución social implica no sólo aceptar que la escuela está siendo interpelada por problemáticas sociales que la atraviesan e impactan en su cotidianeidad.
Sino fundamentalmente pensar la escuela en cada contexto particular específico y que la escuela como institución social implica abrir los lazos al entorno para construir una certeza: la escuela no está sola. En dicha escuela se busca la construcción de un espacio, un tiempo y una propuesta para que los docentes de cada escuela puedan reflexionar sobre las problemáticas que los atraviesan, producir instrumentos de evaluación de esas situaciones y proponer formas de abordaje. La propuesta consiste en construir con otros, formas de pensar y de abordar problemas.
También reconoce como actores estratégicos a los supervisores, docentes, directivos, facilitadores, referentes pedagógicos y equipo de gestión. ‘La educación es por definición sinónimo de negociación, paz y consenso’. ¿Por qué los docentes defendemos la escuela pública? Porque queremos una sociedad más democrática e igualitaria, la educación es un derecho, un derecho de los niños a recibir conocimientos en igualdad de condiciones. El mundo real está lleno de desafíos, y la escuela es un sitio estratégico para que la sociedad aprenda a convivir en la heterogeneidad.
La educación pública tiene que dar herramientas a los alumnos y alumnas a saber, criticar, comparar, filtrar contraponer y formular hipótesis sobre la información que reciben continuamente como también trabajar en equipo y resolver problemas, a comprometerse con los problemas de su comunidad, a conocerla y transformarla. Los que defendemos la Educación Pública, sabemos que partimos de una sociedad que prefiere invertir más en los jóvenes y niños de los sectores ricos que en los sectores medios y pobres.
Además tenemos que soportar un discurso destructivo hacia la educación pública, con fuertes intereses, fundamentalmente económicos, para su privatización. Una escuela como un espacio de diálogo, reflexión y participación es una institución que comparte responsabilidades del sostenimiento de la estructura social, en tanto allí se produce un variado método de correspondencia, de experiencia, discursos y conocimientos, con las relaciones entre las personas y entre éstas y sus ideologías, sus normativas, sus principios y sus valores.
Conclusión
Identificando así una institución en función a los aprendizajes significativos, con un orden cultural que se configuran, en la relación escuela – sujeto, sentidos de identidad y de construcción como también autónomos, con capacidad de ejercer su ciudadanía. Pensar en las escuelas de hoy, es pensar una escuela que se represente desde las diferentes miradas, que la comunidad tienen de ella; una escuela que se muestre como línea y guía de negociación e interacción; una escuela que se construya en lo cotidiano; que sea dinámica, flexible, abierta y que construya su sentido y deber a partir de las necesidades de sus estudiantes.