Violación de Derechos Civiles y la Lucha por su Cumplimiento en Puerto Rico
Los españoles que llegaron a América establecieron clases sociales que ya estaban conformadas en Europa, por ejemplo, estaba conformada la clase social alta, personas de élite quienes podían sufragar y pertenecer a los cargos públicos y su contraparte la clase baja caracterizada por no ser alfabetizada estos se dedicaban a ser la mano de obra, luego estaban los sirvientes, en su mayoría, convictos a quienes no se les pagaba, no podían sufragar, ni casarse. Ahora bien, si se analiza la historia de los pueblos latinoamericanos y caribeños, en la actualidad, este acontecimiento sigue marcando a las poblaciones.
Los objetivos que planteaba la colonización estaban destinados a la obtención de riquezas. Desde aquí inicia en América y El Caribe la desigualdad que más tarde viene a ser la llave para abrir el proceso libertador que proponía que los ciudadanos fueran iguales y libres. Con todos estos datos históricos se puede percibir que las políticas sociales de Puerto Rico aún son afectadas por la estructura colonial. Aun es necesario descomponer las divisiones racistas, la clasificación de estas clases sociales tan marcadas desde la llegada de los colonos. Es necesario como señala Sierra (s/f) “Los medios de comunicación, la educación pública y el lenguaje son centrales en la dispersión de estas ideas. El orgullo de lo bello, está en apreciar la diversidad y promover el valor que tiene ser puertorriqueño”. Es así como los pueblos de Latinoamérica y del Caribe se convirtieron en una mano obrera de otras potencias, una mano explotada, que aun en el presente momento histórico sigue luchando por la reivindicación de sus derechos sociales, humanos, por su justa remuneración, por el derecho a recibir un trato de respeto, por recibir educación y servicios de calidad.
El desarrollo de un país se mide por sus altos niveles de vida. Por el desarrollo humano, productivo, industrial y comercial. También se determina por la independencia en la toma de decisiones para el ejercicio de su soberanía. Es decir, que el desarrollo de un país depende en gran medida de las medidas políticas, sociales y económicas bajo las cuales habitan sus ciudadanos. En el caso de Puerto Rico, las políticas sociales nacen, como señala Rivera (2015:64) De la complejidad de los factores históricos, políticos, económicos e instituciones. No solo es preponderante el hecho de la existencia de la corriente neoliberal en el país, sino la circunstancia histórica bajo la cual Puerto Rico ha tenido una relación colonial con Estados Unidos. Los detractores de esta relación de dependencia señalan que las políticas coloniales han dejado a un lado los derechos humanos y se han interesado más por sus injerencias políticas.
En Puerto Rico a diferencia de otros países de Latinoamérica los sindicatos no son bien vistos. Es más bien un mecanismo que interfiere con la prosecución de los objetivos del Estado. Cada día, en Puerto Rico, se reforman las leyes que amparaban al trabajador como por ejemplo la congelación de los convenios colectivos, la reducción del salario de quienes se inician como asalariado y la disminución de beneficios que ya habían sido adquiridos por los trabajadores. El neoliberalismo es entonces en Puerto Rico una manera de acumulación de ganancias que no mide las secuelas que generará al trabajador. Como consecuencia se presenta la desigualdad, la exclusión y la pobreza. Se puede decir entonces que el neoliberalismo en Puerto Rico, por su condición de colonia de Estados Unidos, ha penetrado las instituciones del Estado con el propósito de desertar de las formas de protección social por las cuales se ha luchado desde los procesos independentistas. El hecho no tener acceso a, por ejemplo, servicios de salud o de poder desarrollarse académicamente acarrean consecuencias en los grupos familiares y se manifiesta como señala la autora en altos índices de homicidio, maltrato, delincuencia, uso de sustancias estupefacientes y demás. Se puede considerar entonces que el modelo neoliberalista de Puerto Rico representa una relación de dominio, de poder que va más allá de una estructura económica.
Como ya se sabe la globalización y el neoliberalismo han ido de la mano durante el presente siglo todo producto de los intereses de las potencias mundiales, sin embargo, la globalización también debe ser aprovechada como un recurso para la propuesta de la igualdad en los derechos humanos y de la facultad de los puertorriqueños para decidir el tipo de ordenamiento jurídico y de Estado que merecemos tener. No solo basta con una constitución sino con el establecimiento de garantías democráticas que regulen el valor del desarrollo económico del territorio tomando como base los principios de humanidad, igualdad y progreso. Las últimas noticias durante el mes de mayo de 2018 revelan la lucha por la población joven porque se reivindiquen sus derechos salariales, porque puedan gozar de una educación gratuita y de calidad. El primero de mayo se llevó a cabo un paro nacional en el cual de acuerdo con Mazzei redactora del The New York Times Los manifestantes demostraron su rechazo al cierre de escuelas y al aumento deliberado de las colegiaturas universitarias, a los recortes de las pensiones y otros beneficios que ya habían sido adquiridos por ley. También hay que recordar que el Huracán María se manifestó como un ciclón tropical de alta peligrosidad que arrasó con Puerto Rico y las Islas de Barlovento. Ya este acontecimiento natural ha tenido bastante impacto en el territorio como para que como señala Mazzei las medidas económicas obliguen a mas habitantes a partir de la isla.
Principalmente los derechos fueron creados para proteger los intereses de los burgueses, de hecho, todavía lo son. Desde entonces la humanidad que se conoce como “el otro” ha luchado siglos por los mismos. Con la llegada de los colonos se establecen clases sociales marcadas por su piel, por sus orígenes y su condición social. Otro ejemplo sería el caso de la población judía, a través de los nazis sufrieron durante la segunda guerra mundial la violación de los derechos humanos más grande de la historia. Pero un ejemplo más reciente sería el de la mujer, también hemos sido parte de una lucha inacabada por nuestros derechos y por la igualdad en la sociedad. Razones como las mencionadas a través de la historia han generado la lucha por los derechos civiles que no son más que los derechos que protegen al hombre de la represión, son derechos que garantizan el recibimiento de un trato igualitario, a no recibir discriminación y gozar de condiciones básicas para su existencia tales como la educación, la salud, la vivienda así como también sus garantías como ciudadano para ser activo en las decisiones políticas del Estado en el que vive.
El inicio de la lucha por derechos civiles viene por las manifestaciones de los pueblos afrodescendientes por participar en la sociedad, sin embargo, el término se puede expandir o integrar hacia el logro de la igualdad entre los seres humanos con relación a su raza, nacionalidad, religión, edad, sexo, entre otras. Los derechos civiles se diferencian de los derechos humanos, ya que los civiles tienen el reconocimiento de todos los ciudadanos dentro de un Estado a través de su legislación, por otra parte, los derechos humanos tienen una escala internacional y vienen dados como un derecho a la vida. El derecho civil viene a regular la existencia de las personas en la sociedad, los elementos que determinan las condiciones de vida de cada individuo, su relación jurídica con otros como por ejemplo: el estado civil, el domicilio, la nacionalidad, las relaciones de propiedad y las formas de adquirirla y poseerla, las normas de responsabilidad civil, las derivaciones jurídicas de poseer un parentesco, una familia, un matrimonio y la forma en que se transmiten los bienes. La existencia de los derechos civiles, así como de los derechos humanos se justifican en la medida en que todo Estado debe garantizar el ejercicio de la ciudadanía y velar por las garantías del derecho a la vida, a la seguridad, a comunicarse, a la igualdad y a la no discriminación de ningún tipo, a la libertad de expresión de sus pensamientos e ideas, al sufragio, a la manifestación no violenta y a la equidad procesal. La mayoría de los países del mundo tienen establecidos sus derechos civiles y, por supuesto, han firmado los derechos humanos pero no significa la garantía de su cumplimiento.
Puerto Rico ha tenido una tradición marcada por su condición de dependencia de los Estados Unidos. Las políticas neoliberales impuestas por este gobierno no son precisamente las más idóneas para garantizar los derechos humanos de los habitantes de la isla. Se puede decir que las luchas sindicales y obreras responden a la necesidad de la población por defender los derechos que habían sido adquiridos en luchas sociales y que se encuentran amenazados por los factores políticos que imponen los Estados Unidos. Para la población puertorriqueña la condición de colonialismo imperante desde 1898 ha generado de acuerdo con Luther King discriminación territorial y falta de igualdad. Las decisiones que se toman cada día producto de la ideología neoliberalista han generado desempleo, inseguridad laboral, aumento de pobreza, poco acceso al sistema educativo, lo cual en vez de generar derechos civiles genera la división de las clases sociales. Un ejemplo sería que cerca de 3.3 millones de puertorriqueños en la isla no tienen derecho a votar en los Estados Unidos. Hecho que fragiliza el hecho de sentirse y verse como ciudadanos.
¿Realmente un sistema neoliberal con las características de Puerto Rico garantiza la evolución de sus ciudadanos, el ejercicio de los derechos civiles por los cuales se ha luchado históricamente? Pues la respuesta es no, esto solo les hace más vulnerables a aquellos sectores en desventaja social y económica de nuestro país. Si se observan los noticieros se puede percibir que muchas vidas se han puesto en riesgo y han cobrado sus vidas por reivindicaciones salariales, por los costos de la privatización. Señala que no puede permitirse que la niñez puertorriqueña crezca inclinada a un sistema político que no ofrece alternativas de progreso más que para las altas burguesías. Puerto Rico forma parte de una lucha entre el poder imponente de un Estado que le gobierna y sus deseos por conservar la constitución caribeña. Esto implica sumergirse en el conjunto de procesos históricos que originaron su conformación. El poder se manifiesta en la medida en que una clase social domina a otra y le prohíbe de derechos que han sido de tradición universal. El sistema de dominio viene dado por la limitación de la población de instituciones necesarias para su vida, por ejemplo, al sistema de salud, el cierre de las escuelas y colegiaturas universitarias. Desde el mismo momento en que el Estado limita a sus habitantes de sus derechos impone, ejerce poder y control social.
Dentro del contexto colonial y neoliberal las políticas sociales tienen una incidencia directa sobre los derechos civiles del hombre. Los efectos de las políticas producen una condición de fragilidad en la población del país. Especialmente en la población joven. Muchos pueden cuestionarse desde una visión externa por qué una sociedad confluye de una manera y de no de otra. Por qué su población tiene tan escasa producción académica, por qué las altas tasas de mortalidad, por qué la educación no rinde suficientes resultados. En el caso de Puerto Rico, el contexto de la política social actual esta matizada no solo por la corriente neoliberal, sino también por la relación colonial de Puerto Rico con los Estados Unidos. La imposición del gobierno de los Estados Unidos genera molestias, ya que recurren al discurso de la privatización tomando como base el neoliberalismo. Esta acumulación de riqueza del paso del sector público al sector privado, se sustenta en la mano de obra barata. Tal y como sucedió en los procesos de colonización de la isla. A partir de esto, surge la pregunta.
¿Le conviene al Estado la emancipación del pueblo puertorriqueño? Por supuesto que no. En la actualidad, Puerto Rico atraviesa un gran vacío ya que la isla quedó devastada con el paso del Huracán María. Muchos perdieron sus bienes materiales, sus hogares, sus familias y junto a ello, han sido reprimidos en las últimas protestas debido a las exigencias de un salario justo y por el derecho a recibir educación y salud. Todo ello deja demostrado que aun en el siglo XXI los pueblos latinoamericanos y caribeños continúan su lucha por ser reconocidos, por no ser discriminados y por no ser sometidos a trabajos forzosos que generan altas ganancias a los países del primer mundo. Las políticas del Estado norteamericano cada día se benefician de este sistema en el cual, la sociedad obrera no puede reivindicarse a través de sus luchas sindicales y donde todos los servicios necesarios para abastecer a la población son regulados por la empresa privada. Es así como surgen otros problemas como la delincuencia, la inseguridad, el índice de pobreza, entre otros. La lucha de los puertorriqueños será inacabada mientras no se reconozcan los procesos históricos tal y como sucedieron.