Violencia De Género Durante La Cuarentena
Comenzando la crisis sanitaria, muchos países empezaron a implementar en sus territorios medidas para mantener un control sobre la pandemia y reducir el número de contagiados por el Covid 19 (también llamado “Aplanar la curva”). Esta medida (y la más común) fue la cuarentena, que consiste en mantenerse en sus hogares encerrados hasta nuevo aviso, dicho por el gobierno. A consecuencia de este llamado a quedarse en sus casas trajo consigo un aumento de llamadas a las líneas de emergencias sobre casos de violencia de género, el cual es una realidad muchas veces silenciada en varios lugares del mundo, pero desde hace mucho tiempo antes de esta crisis.
Según la ley chilena (ley 20.480), un feminicidio es el asesinato de una mujer realizado por quien ha sido o es su esposo o su conviviente. Dicho delito es la forma más extrema de violencia contra la mujer y demuestra que en la sociedad actual todavía creen que los hombres tienen derecho a ejercer fuerza o manipulación sobre las mujeres y su vida. Las sentencias para quienes hayan cometido este delito en territorio nacional van desde los quince años y un día hasta la cadena perpetua.
Acudiendo a la definición que nos señala la Resolución de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU 2001/49 nos dicta que:
Todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada, e incluida la violencia doméstica, los delitos cometidos por cuestiones de honor, los crímenes pasionales, las prácticas tradicionales nocivas para la mujer, incluida la mutilación genital femenina y el matrimonio forzado .[…] la violencia contra la mujer constituye una violación de los derechos y libertades fundamentales de la mujer y menoscaba o anula su disfrute de estos derechos y libertades(2).
Dicha esta definición por la ONU se considera que la violencia de genero también es una violación a los derechos humanos que tiene la mujer afectada, o sea, no es un problema de un sector privado o aislado, sino un mal que afecta a la sociedad en su conjunto que requiere una solución estatal lo más pronto posible. Así, asiéndose responsables de manera fundamental en dicha materia es el Estado, que a través de sus medios deben orientar a su intervención a la prevención, represión y la protección de las víctimas. Entonces en nuestra realidad chilena, ¿Cuál es la solución que nos da?.
Los datos que nos da el Gobierno hasta el momento son de que las denuncias por violencia intrafamiliar han disminuido entre 12% y 20% desde el inicio de la pandemia. Sin embargo, los llamados al Fono 1455 de Orientación han aumentado en un 80% en el mismo periodo según el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género. Aunque esta realidad no es solo la chilena, se tienen datos como las líneas de ayuda han aumentado 91% en Colombia, el 60% en México, el 40% en Australia, el 30% en Chipre, el 20% en Estados Unidos y en España un 10,5%. En Francia las intervenciones policiales por violencia doméstica aumentaron el 30% en una semana. También cabe destacar que en España ocurrió lo mismo con las denuncias, que se redujo un 40%.
Los casos del número de este delito tampoco son alentadores, actualmente en chile se registran 14 feminicidios consumados y 39 feminicidios frustrados. El cual no es una cifra alentadora y además bastante preocupante para la seguridad de las mujeres después de la declaración de la cuarentena. Este confinamiento puede aumentar los comportamientos de violencia y control de los maltratadores, hasta aislamiento social. El limitante de la movilidad física aumenta considerablemente la vulnerabilidad de las víctimas que sufren de esto. Además, el acceso a los sistemas de protección y apoyo puede ser limitado. Por ejemplo, muchas veces la primera vía de salida para las mujeres es el servicio de salud. Pero en la actual situación de emergencia sanitaria dificultan considerablemente la detección eficaz de la violencia de género y agudizan la sobrecarga de estos servicios ante la crisis.
El Estado ha lanzado un Plan de Contingencia específico para las víctimas, que según dice “[…]busca resguardar a cada una de las mujeres de nuestro país que están expuestas durante la cuarentena, ya que, podría aumentar el riesgo de sufrir situaciones de violencia por parte de sus parejas o convivientes” (Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género). Dejando claro que las oficinas de las secretarias regionales en todo el país están activas en los horarios respectivos, con medidas de higiene implementados y realizando turnos telefónicos y presenciales. Entre otras se pueden destacar el reforzamiento de turnos al fono de atención 1455, una coordinación con el gremio empresarial para una implementación de políticas sobre violencia en que organizaciones entreguen un completo apoyo a las trabajadoras que pudieran ser víctimas de violencia intrafamiliar, creación de canales para la comunicación silenciosa (como chat web 1455 y WhatsApp), y dos de las que más se han nombrado: La “Mascarilla 19” y Campaña “Hazlo por ellas”.
La “Mascarilla 19” es una propuesta del gobierno para que todas las mujeres que estén en una situación de peligro para su integridad física, psicológica y/o sexual, puedan ir la farmacia más cercana y a través de esta frase, el farmacéutico encargado contactara con el fono de orientación 1455 o a carabineros de chile. Esta medida se adoptó en el país justamente para esta crisis del virus y viendo que funciona con éxito en otros países. Como dice el propio gobierno:
La medida ha sido implementada con éxito en países como España y Argentina, y consiste en aumentar los canales que tienen todas las mujeres para pedir ayuda, […] la experiencia internacional señala que en situaciones de estrés y presión,[…] las mujeres tienen más probabilidades de ser víctimas de agresiones por parte de sus parejas.
Ahora refriéndose a la campaña #HazloPorEllas, llama a la ciudadanía a involucrase en la prevención y erradicación de la violencia contra la mujer, haciendo alusión de que un tercero también puede denunciar dicho abuso, guiarlo en el procedimiento y siempre acompañando a la afectada. En este mismo sitio web señala el cómo apoyar a una mujer que vive violencia, donde se puede denunciar, que puede hacerse si es un testigo, y hace un llamado de reflexión para todo el público, que esta es una realidad nacional e incluso llamándola “La otra Pandemia” y que es muy importante hacer las debidas denuncias y llamados.
Internacionalmente también se han tomado medidas parecidas a la del ministerio, como en Reino Unido que elaboro “Guía Coronavirus: apoyo para víctimas de abuso doméstico”; en Francia que reforzó el teléfono de información sobre la violencia de género; en Italia se aportó 30 millones de euros adicionales para la lucha de violencia intrafamiliar; en Argentina se incorporó 22 líneas telefónicas para atender estas denuncias y campaña “Barbijo Rojo” para solicitar ayuda en las farmacias. Todas estas medidas implantadas después de decretada la cuarentena en estos países e incrementar las tasas de abuso domestico en ellas.
Con todas estas medidas se esperan buenos resultados de ellas y en lo posible poder erradicar por lo menos un porcentaje de estos abusos. Que han sido en una medida traspasados de una sociedad conservadora y misógina a tiempos actuales (cabe recalcar que en menor medida considerablemente), ya que en dichas épocas era un tema controversial y tabú que se mantenía en secreto estas violaciones a los derechos a la mujer. Por eso es importante que desde temprana edad se les enseñe a los infantes sobre el respeto y educación que deben tener no tan solo con las mujeres, si no con la sociedad y el entorno general, una sana y tolerante convivencia de ella. Cambiar actitudes que se vienen arraigando de las anteriores generaciones para evolucionar y desarrollarnos mejor como ciudadanos. También, para un futuro en que las nuevas generaciones finalmente desechen estas actitudes violentas hacia el género y no lamentarse por las pérdidas de seres queridos o abusos y traumas sexuales de ellos.
Finalmente, luego de todas estas medidas, ¿qué pasará cuando termine la crisis? Esta es una pregunta que nos acompaña, ¿qué ocurrirá después?, ¿cambiaremos mucho?,¿crearemos una sociedad mejor y sin abusos de género?, por consecuencia del aislamiento ¿se volverá a compartir de la misma manera las relaciones cercanas?, ¿funcionaran todas estas medidas? Quizá en poco (o en mucho) tiempo sabremos como van dando los resultados y si han surgido efecto o no, analizar sus estudios y saber si fueron fructíferos. Asimismo, aprender de esta cuarentena y reflexionar la realidad que vive cada uno, incluyendo su entorno, su compañía social (hablando de comunicaciones virtuales) y de poder ser de ayuda al presenciar abusos y/o comportamientos agresivos dentro del ambiente comunitario. Aprovechando de recordar la importancia de todo el profesional médico que aporta con avances, estudios y aportes a la población mundial para enfrentar las adversidades que sufre, tanto del coronavirus, como de la violencia de genero. Para que pronto acabe esta crisis de los dos índoles y consigo reflexionar, analizar y aprender de la experiencia que llevo el vivir una cuarentena.