Yo Tengo Un Sueño' De Martin Kuther King Jr
Este texto fue pronunciado en la escalinata del Lincoln Memorial en Washington DC, cuando se cumplían cien años de la Proclamación de Emancipación de Abraham Lincoln, con la cual se ponía fin a la esclavitud.
Es la culminación de varios años de protestas contra la segregación racial en Estados Unidos, miles de personas se congregaron para escuchar el discurso que cerraba la manifestación (coordinada por organizaciones sindicales, religiosas y defensoras de derechos civiles) que marchó sobre Washington en 1963.
Para entender cómo se llegó a este punto, es importante hablar de las leyes Jim Crow, que era un sistema de discriminación que se infiltró en casi todos los ámbitos y marcó la vida y la convivencia de los estadounidenses. El sistema dividía los espacios públicos en base al color de piel: los baños, los asientos de los autobuses e incluso los parques. Además, a las personas negras se las descartaba en algunos empleos, los niños no podían asistir a escuelas para blancos, eran víctimas (de forma constante) del abuso policial y, por si esto fuera poco, eran perseguidos por el Ku Klux Klan, que era una organización extremista de orientación racista y xenófoba que cometía terribles crímenes contra los afroamericanos.
Un hecho significativo que influyó y formó parte del inicio de todo este movimiento fue el momento en el que Rosa Parks se negó a ceder su asiento a un blanco, lo que la llevó a la cárcel y a pagar una multa de 14 dólares. Esto ocurrió en 1955, cuando los asientos de los autobuses estaban divididos: los blancos se sentaban delante, los negros detrás y los asientos del medio podían ser usados por negros siempre y cuando los blancos no los requiriesen. Este fue el caso de Rosa Parks, que se negó a levantarse cuando un blanco subió al autobús. Con este gesto, se inició una protesta en Montgomery, en la que se llamó a la población afroamericana a no usar los autobuses. Fue muy efectivo, estudiantes iban andando o hacían autostop, otros iban en taxi o en coches privados, incluso se podía ver a hombres montando mulas o coches de caballos circulando por las calles. La población negra preparó un sistema de viajes compartidos y preferían caminar decenas de kilómetros antes que coger un autobús, y algunos blancos participaron y ayudaron en la protesta. Gran parte de los autobuses dejaron de recibir pasajeros ya que la mayoría de la población de la zona, eran negros y, finalmente, el Tribunal Supremo de Justicia de los Estados Unidos declaró inconstitucional la separación racial en los autobuses y tuvieron que terminar con la segregación en este transporte. Pero, aunque se consiguiese el objetivo de la protesta, los días que esta duró, las personas negras no se libraron de los actos violentos. De hecho, era una situación tan tensa que lanzaron bombas incendiarias a la casa de Martin Luther King mientras estaban allí su mujer y su hija. Además, incendiaron cuatro iglesias y atacaron la casa del pastor Ralph Abernathy, también organizador de la campaña.
Después de esto, vino una ola de protestas y resistencia, claramente no-violenta (fieles a los valores que defendía Martin Luther King), que exigían un trato igualitario. El movimiento se extendió por todo Estados Unidos en masivas marchas y acciones que mostraban las condiciones tan precarias en la que se encontraba la población negra.
Y, por su parte, Martin Luther King, continuó con la lucha después de que hubiese conseguido la igualdad entre blancos y negros en el transporte público. De hecho, fue elegido presidente de la Conferencia Sur de Liderazgo Cristiano, una organización que participaba activamente en el movimiento por los derechos civiles, de forma pacífica.
Años más tarde fue cuando se produjeron las protestas y los boicots en la ciudad de Birmingham, que hicieron que Luther King fuera arrestado en abril de 1963. Una semana después, fue liberado ya que recibió el apoyo del que era, en ese momento, el presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy. Pero el tiempo que estuvo en prisión le llevó a escribir un ensayo en el que explicaba el porqué de sus protestas, la famosa Carta desde la cárcel de Birmingham.
En junio de 1963, después de muchos episodios violentos, acabaron las protestas de Birmingham, cuando finalmente los lugares públicos como las bibliotecas, los estacionamientos o los comedores, fueron abiertos a los negros.
Dadas las circunstancias en las que se encontraba la comunidad negra, se comprende perfectamente que las protestas tuvieran tanto éxito. Miles de personas se manifestaban y seguían con la lucha, aunque tuviesen miedo, aunque tuviesen mucho que perder, aunque tuvieran que recibir ataques de todo tipo por ello. Y lo hacían porque la situación en la que vivían era peor y mucho más aterradora, merecía la pena luchar por esto para poder cambiar una vida totalmente injusta y deplorable. Y lo más importante, era un movimiento bien organizado, en el que se hacían notar y con el que, poco a poco, conseguían pequeños objetivos.
En este discurso se deja claro que, a pesar de los logros conseguidos por la comunidad negra, queda mucho camino por recorrer y se debe aspirar a mucho más, ya que todavía los negros no son libres. Aun así, no dejan de ser unas palabras cargadas de esperanza y optimismo y, por eso, Martin Luther King dice que sueña con un día en el que la injusticia y la opresión se sustituya por libertad y justicia, en el que nadie sea juzgado por el color de su piel, en el que las personas negras y las blancas puedan convivir con total igualdad habiendo dejado atrás toda discriminación. Y lo dice con la confianza de que ese mundo con el que sueña, se puede alcanzar.
Además, exige el derecho que, según la Constitución y la Declaración de Independencia, deben tener todas las personas. Es decir, el derecho a la vida, a la libertad y a la búsqueda de su felicidad, algo que no se está cumpliendo si nos referimos a la gente de color. También explica que la lucha debe continuar, que no se darán por satisfechos hasta que no haya justicia y libertad absoluta, pero esto debe producirse sin que esta lucha nos lleve a la violencia, debe ser un movimiento no-violento, un movimiento llevado a cabo a través de la acción directa y pacífica. Ya que Martin Luther King siempre defendió estos métodos, usando como inspiración la figura de Gandhi y la teoría de la desobediencia civil de Henry David Thoreau, defendía los principios de la democracia y los principios religiosos. Aplicó el concepto de la no violencia en todas sus campañas, lo que le convirtió en un líder prestigioso del movimiento y, además, le llevó a conseguir el premio Nobel de la Paz en 1964.
Después del asesinato de Martin Luther King en 1968, el movimiento negro estadounidense se alejó bastante de los valores y de la inspiración cristiana y emprendió un camino mucho más revolucionario y violento. A pesar de eso, él siguió siendo considerado un ejemplo y lo sigue siendo a día de hoy.
Y por todo esto ha pasado a la historia Martin Luther King y su famoso discurso, que pronunció en uno de los momentos culminantes de su lucha, el momento en el que encabezó esa gigantesca marcha en Washington conocida como “Marcha sobre Washington por el trabajo y la libertad”.