Abandono Escolar: Un Problema Que Cada Vez Preocupa Más
En contextos de pandemia, el abandono escolar no es un tema menor. La falta de conectividad, dispositivos y la organización del tiempo en el hogar han hecho de la educación una hazaña de héroes. Innumerables son los docentes que alegan que es un mínimo porcentaje de alumnos que durante el primer trimestre entregaron los trabajos. Basta sólo con preguntarle a cualquier padre para que nos conteste si su hijo ha entregado las tareas a tiempo, solo aquellos que lograron una excelente optimización del tiempo, buena conexión y disponibilidad de dispositivos dirán que están al día.
Cuando hablamos de abandono escolar nos referimos a la deserción del alumno, cuando no concurre más al establecimiento educativo y no finaliza los años obligatorios de escolaridad. El abandono escolar es un problema social. Aquellas personas que no completan la formación obligatoria que fija el Estado no cuentan con los conocimientos necesarios para insertarse con éxito en el mercado laboral. De este modo, solo pueden aspirar a conseguir empleos informales o precarios, sin posibilidad de progreso. Puede decirse que estos individuos se encuentran en desventaja ante aquellos que sí completaron sus estudios escolares.
Las escuelas que registran mayor deserción son aquellas que atienden las necesidades educativas de estudiantes con un NES bajo. Lamentablemente, para muchas familias, contratar un servicio eficiente de internet significa desembolsar mucho dinero, por ello el Estado ha repartido cuadernillos de actividades para abarcar aprendizajes prioritarios propios de cada nivel.
Una de las principales desventajas de la educación a distancia es la dificultad de seguimiento de la trayectoria educativa de cada alumno, por ende no se puede atender puntualmente a sus necesidades. Las cronologías de aprendizaje de cada alumno son de suma importancia para el acompañamiento de su trayectoria. La adaptación del currículo para los alumnos que tienen dificultades de aprendizaje se ha convertido en toda una odisea para aquellos padres que no poseen capacitación para hacer un correcto acompañamiento al niño.
En estos tiempos que atravesamos, la empatía es la base de construcción de una educación que permita que el alumno continúe sus estudios, que no vea a la escuela como una obligación, sino como una oportunidad, una llave que abre miles de puertas cargadas de sueños por cumplir, de emociones y de libertades.
