El Estrés Académico Y Como Manejarlo 

La manifestación del estrés en los estudiantes de cualesquier sean los niveles y años es una situación que aparece en las universidades académicas y se da con una frecuencia elevada.

Según Pina, en los últimos cincuenta años, los magnos adelantos en la tecnología y la ciencia han concedido el desarrollo en la investigación acerca de numerosas enfermedades que afectan de alguna condición a las personas. Muchas de estas patologías han tenido una impresión importante en las distintas sociedades, lo cual ha derivado en las innumerables ONG de lucha contra el cáncer, campañas para prevenir el VIH, programas para combatir la anorexia y la bulimia, campañas de vacunación contra influenzas, etc. Al igual que estas, si no en mayor proporción, el estrés también ha tenido una fuerte huella en la nación, pudiéndosele clasificar como un padecimiento de moda, sobre todo por el hecho de que en varios casos se lo considera promotor de otras enfermedades.

El fenómeno del estrés, según Muñoz, acostumbra dilucidar en relación a un amplio grado de experiencias, entre las que lo conforman el nerviosismo, la tensión, el agotamiento, la pesadumbre, la intranquilidad y otros efectos similares, como la exagerada presión escolar, laboral o de otra índole. Igualmente, se lo atribuye a situaciones de miedo, temor, angustia, pánico, afán por cumplir, vacío existencial, celeridad por cumplir metas y propósitos, incapacidad de afrontamiento o incapacidad interrelacionar en la socialización.

Según Galán y Camacho, en su libro el estrés y salud, desde su uso inicial por Seyle en 1936, el concepto de estrés ha estado íntimamente relacionado con el de la homeostasis. (…) Seyle define al organismo como una vía dinámica que busca mantener la proporción de su estado interno. Esta proporción, llamado homeóstasis, estaría asiduamente amenazado por la exposición a eventos nocivos o estresantes. Así, el estrés, inicialmente llamado “reacción general de alarma o síndrome de adaptación general”, representaría un esfuerzo del organismo para adaptarse a esas condiciones nocivas.

Estos estímulos tensores mencionados por Seyle, provienen del entorno en el que se desenvuelve el individuo, apareciendo en mayor o menor cantidad de acuerdo a las actividades que se realizan y las circunstancias, es por ello que “hoy día se acepta que para predecir el resultado de la estimulación tensores es necesario considerar la interacción entre la naturaleza de la estimulación y el estado fisiológico del organismo”.

Según Barraza y Silero, en la docencia superior de pregrado y postgrado, las investigaciones implican diferentes carreras y estadios. En la carrera de Ciencias Médicas han sido reportadas como una de las ramas donde los universitarios manifiestan mayores niveles de estrés. Según Carmel y Bernstein, la escuela de medicina es un medio muy estresante y agotador. Algunos estudios realizados en el continente africano ubican la incidencia de estrés en un 64,5% en estudiantes de primer año de Medicina. Pero en nuestro continente son diversas las investigaciones publicadas al respecto, destacándose países como Chile, México, Perú, Venezuela. A pesar de algunas contradicciones, los estudios concuerdan en mostrar una elevada incidencia de estrés en estudiantes universitarios, alcanzando valores elevados al 67% de la población estudiada en la categoría de estrés moderado. Del mismo modo se sugiere asociación entre el estrés y el sexo femenino, así como son el nivel cursado en la carrera. Un hecho curioso resultan las contradicciones encontradas sobre la asociación de los niveles de estrés y el rendimiento académico.

Desde este punto de vista, según el Instituto Nacional de Salud Mental, se ha investigado la respuesta ante ciertos acontecimientos externos y, en general, se acepta que hay contextos universalmente estresantes, prestando menor atención a las diferencias individuales en la percepción de la experiencia. Como una respuesta o variable dependiente, el estrés se refiere a la manifestación cognitiva, emocional y conductual de estar sometido a tensión. Un último enfoque, considera que la esencia del estrés se sitúa en la transacción entre el individuo y el ambiente; Así, un suceso o unas circunstancias serán estresantes o no en función de la divergencia entre las capacidades de respuesta que cree tener el sujeto para responder y la percepción de las exigencias del mismo.

Según Carrillo-Mora. En la actualidad, la investigación sobre la biología del sueño y los efectos clínicos de sus trastornos, va dejando muy en claro que el sueño es un proceso de vital importancia para la salud integral del ser humano. Sin embargo, en algunos estudios, la tendencia en la población mundial es hacia la reducción del tiempo total de sueño, lo cual se ha reflejado en la elevación de trastornos del sueño. En este sentido, la población joven es especialmente proclive a desarrollar trastornos del sueño principalmente debido a factores externos (sociales y ambientales) y a diferentes hábitos que pueden afectar su calidad (consumo de alcohol, tabaco, cafeína, etc.)

Así mismo, Según Collazo. Los jóvenes universitarios que empiezan con una carrera superior se ven obligados a enfrentar una responsabilidad mayor, cursos y docentes que les exigen y asignan diversas actividades, como sustentar trabajos grupales, presentar informes, llevar a cabo prácticas, trabajos de investigación, casos clínicos, participar en diferentes ferias de proyectos y exámenes con una exigencia suprema. Por ende todos estos elementos constituyen situaciones de evaluación en las que es importante que sean exitosos, pues facilitan el paso al siguiente semestre o una entrada más rápida a la vida profesional.

Todos los factores antes mencionados, no solo pueden constituirse en fuentes de estrés, sino que también pueden incidir en el buen dormir del sujeto. En cuanto al sueño, Miró. Indica que la productividad académica en los adolescentes se ve muy afectada cuando hay falta de sueño, pero si se compara con la cantidad del mismo con la forma de ejecutar o actuar de los jóvenes durante el día (en la forma de sentirse, de pensar, aprender y recordar).

En general, en una gran parte de trabajos que se encontró sobre el tema de estrés académico demuestran la existencia de muchos argumentos destacados de estrés entre los alumnos universitarios de tiempo completo, y siendo así estos más altos por ejemplo, en las etapas de exámenes parciales, practicas calificadas, cuando se tiene sobrecarga académica en los primeros cursos de carrera, una enseñanza y educación demasiado centrada en la memorización, cuando hay falta de tiempo, las exigencias de algunas materias, durante las intervenciones en público, en el momento que existe deficiencias metodológicas del profesorado y cuando se obtienen resultados no satisfactorios.

En cuestión de los universitarios de la carrera de medicina, la vida pre y post-universitaria puede ser el comienzo del estrés psicosocial, la competencia con los compañeros de grupo, la sobrecarga de trabajos, proyectos, prácticas calificadas, casos clínicos y las evaluaciones por parte de los docentes, señalan los principales factores de estrés, que llegan a concluir con ciertos padecimientos por ejemplo las exposiciones físicas que puede ser la fatiga crónica o manifestaciones psicológicas en las cuales se da la ansiedad, angustia o desesperación por parte de los alumnos y en las manifestaciones comportamentales el incremento o disminución en el consumo de los alimentos.

Sin embargo se puede decir que también el acelerado ritmo de estudios, trabajos y prácticas clínicas pueden causarles a los estudiantes ciertos dificultades de salud, siendo los más frecuentes el exceso de peso, el sedentarismo y el incumplimiento de esquema de inmunizaciones, sumado a lo anterior la red de apoyo y la funcionalidad familiar puede llegar a ser deficiente en un alto porcentaje de todos los universitarios.

Es así que citamos como antecedentes los siguientes:

En los últimos años se ha venido observando detalladamente dentro de los estudiantes de medicina problemas correspondidos con el estrés académico y como esta variable influye sobre el sueño y la alimentación. Que se realizó dentro de la Universidad Privada Antenor Orrego, primero se tomó al total de la población de práctica (N=112), estos resultados demostraron que existe problemas en el amaestramiento y desempeño, determinado posiblemente por la dificultad y exigencia de la carrera y/o por la metodología de enseñanza que puede no estar siendo efectiva y esta apreciación se ve reforzada con el dato de que el promedio de notas de los alumnos fue de 9.97. El bajo rendimiento académico fue más frecuente en hombres (45.5% de hombres) que en mujeres (44.1% de mujeres), esto no es un dato menor, ya que las mujeres maduran más rápido y en general son más responsables que los hombres, una vez que ya pasaron la fase de adaptación que ocurrió el primer año de estudios.

Los estudiantes universitarios y en especial los de ciencias de la salud tienen una elevada prevalencia de problemas del sueño debido a horarios irregulares, carga académica más intensa y turnos nocturnos. Se encontró un alto porcentaje (>50%) de “malos soñadores según el índice de Pittsburgh” en estudios ejecutados en los siguientes países: Argentina (83%), Perú (85%), España (60%), Colombia (76,5%), Estados Unidos, Panamá (67,6%) y Paraguay (66%). 

En los últimos años se observó dentro de los estudiantes de salud dificultades en relación a la mengua de rendimiento académico es mayor en los varones, teniendo un desequilibrio sistémico ya que al no poder lograr sus objetivos curriculares, ocupa tiempo demás para mejorar el resultado. Esto genera desorden en los hábitos de sueño y porque no decirlo también dentro de la alimentación. 

17 August 2021
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