Arte Contemporáneo: El Museo Leganes

Introducción.

La escultura forma parte de una serie de piezas que en su conjunto se conocen como Esculturas al aire libre. El arte que respira, Un recorrido de piezas a lo largo de la ciudad de Leganés que se encargan de hacer alusión a la escultura española del siglo XX y principios del siglo XXI y con el objetivo de compartir y divulgar la escultura contemporánea, sus técnicas, materiales, influencias y corrientes artísticas a través de esta gran colección representada en su mayoría por escultores pertenecientes al siglo XX y hasta hoy día.

El museo de escultura de Leganés surge en 1984, entre un grupo de escultores y el ayuntamiento de Leganés. La intención de crear un gran museo al aire libre de unos 27.000 m² era una propuesta con las expectativas muy altas, la idea se recibió con apoyo y su desarrollo también. Muchos de los artistas costearon los trámites, pero el elevado coste que suponía, hizo que se impidiera su materialización, tal y como cuenta El país en unos de sus artículos “un proyecto ejemplar para Leganés” en 1984.

Desarrollo.

La intención de mantener el proyecto lleva a la Comunidad de Madrid a apoyar la decisión, asumiendo sus gastos y la mayoría de los escultores solo realizaron obras para Leganés; Francisco Leiro, Tony Gallardo y poco a poco se fueron recibiendo adquisiciones de artistas como Emilio Barral, Jose Luis Sánchez, Juan Bordes; artistas como cierto reconocimiento. Para comprender la importancia del museo y su atrevida propuesta, debemos recordar que el pilar fundamental del museo de esculturas contemporáneas constituye al depósito temporal de museos como: Museo del Prado, Museo de la Reina Sofía, Centro de arte dos de mayo de la comunidad de Madrid.

La llegada de estas obras amplió la proyección del museo más allá del ámbito estrictamente local y el 24 de septiembre de 2005, la ministra de cultura formalizó su apertura. Desde la avenida Fuenlabrada de Leganés descansa una de las piezas que se conoce como “Los cabezones”, Le-ga-nes” y forma parte de una de las creaciones que Juan bordes que cumple con todos los rasgos que caracterizan al artista figurativo con tendencia neo clasicistas características. Aunque no es reconocida en la comunidad de Madrid como una de las fuentes documentales más influyentes del España es conveniente saber esta importancia de decorar las fuentes nos lleva hasta mediados del siglo XVII.

Historia de las fuentes monumentales

Al igual que las rotondas, las fuentes han servido de motivo decorativo aunque su verdadera función era la de control del tráfico y afluencia urbana. Las rotondas son una oportunidad perfecta para difundir arte haciendo de los ciudadanos; críticos y expertos en la materia, aunque no gusten a todos y sean muchos los que critiquen casi siempre los estilos ilógicos contemporáneos; con formas inusuales, colores llamativos, conjuntos descompensados ​​y materiales muy variopintos. Muchas veces el problema es la descompensación entre la obra y el lugar donde se instala y no el desconocimiento cultural del espectador, que también se le suma, y ​​solo nos deja ver lo miramos, y nos negamos a observar.

A finales del siglo XX, con el aumento de los niveles de tráfico y con intención de controlar y deshacernos del conflicto, se plantearon nuevos acondicionamientos urbanísticos que desviaran el tráfico, evitando pasar al núcleo urbano, mejorando la calidad de vida de los ciudadanos y desviaban a los que solo pasaban de largo y cuando dirección era otra.

El sentido de las rotondas puede entenderse también como un equilibro entre todas fachadas verticales, edificios alargados, carteles publicitarios, elementos de señalización e iluminación, contrastando y rompiendo la monotonía decorativa. El nombre de la ciudad es sostenido mediante tres cabezas gigantes sujetadas por tres columnas rematadas, un conjunto de elementos constructivos figurativos anatómicos inspirados en modelos clásicos: cabezas, manos, fundidos de bronce y elementos letristas que dan la bienvenida a la ciudad de las rotondas.

Alberga diferentes acondicionamientos, se apoya sobre una superficie de piedra y esta a su vez en una circunferencia de césped y blindada por un perímetro de seguridad y acompañado de una pequeña cartela lo suficientemente grande para verse, hacerse notar, aunque tan pequeña que no permite su lectura.

Aunque la obra funciona como obra, no podemos olvidarnos de que forma parte de un recurso urbanístico y como tal debe tratarse desde su funcionalidad y su acondicionamiento paisajístico, es decir, el conjunto de recursos que se emplean para asegurar su urbanidad y funcionalidad, que aun de ser tratada, restaurada o incluso trasladada debería de cumplir:

• Una buena identificación y percepción desde su cercanía y lejanía.
• Canalizar el recorrido de los peatones y asegurar la coexistencia con diferentes funciones.
• Convertir el espacio que rodea en un lugar atractivo y agradable.
• Lugar identificable.
• Marcar una separación, símbolo, señal, frontera o emplazamiento.
• Actuar como punto de referencia, o indicador.
• Control de velocidades para los conductores y prohibición del paso a peatones.
• Función embellecedora de la ciudad.
• Prestigio para la ciudad.
• Importancia cultural y social.

Tal y como lo observamos, podemos ver que el artista utiliza el medio natural como escenografía de esta y de muchas de sus obras monumentales. Los elementos extrínsecos que van ligados a ella desempeñan un papel muy importante: La lluvia, la humedad, el frío, el calor, etc. El artista deja participar esta serie de elementos junto a la obra, sabiendo que limitará sus posibilidades como escultura o incluyéndola en este tipo de piezas efímeras que tienen fecha de caducidad. La obra se encuentra en medio de carretera de entrada y salida de la ciudad de Leganés, donde descansa desde 1997, junto a otros conjuntos monumentales. 

Conclusiones.

En los últimos años, la ciudad ha experimentado un constante crecimiento demográfico haciendo de sus monumentos testigo de ello, aunque nunca ha sido cambiada ni modificada, el entorno si ha protagonizado constantes cambios, tanto estéticos como climatológicos. Este desconocimiento sobre los intereses que giran en torno a esta obra nos trasladan al siguiente capítulo donde el conservador y restaurador se pone en manos del artista, informándonos y documentando desde su carácter artístico hasta sus anécdotas personales, con el fin de recabar toda la información a cerca de su escultura y su trayectoria como artista