Breve Historia del Sufragio de las Mujeres en España y América Latina
Para nadie es un secreto que las mujeres han sido privadas históricamente de algunos derechos que los hombres gozan sin restricciones. Como menciona Richard Melzer, “Mientras que a las mujeres se les considera de primero en la sociedad educada, se les da el último lugar cuando de eventos históricos se trata” (Melzer). Uno de los ejemplos más comunes de esta desigualdad de género es el derecho a votar, que las mujeres no recibieron sino hasta mucho después que los hombres. “El discurso republicano más clásico y hegemónico contenía en sus planteamientos límites muy significativos a la igualdad entre mujeres y hombres. Entre ellos, una prevención histórica ante la libertad y la autonomía femeninas, que era justificada por la tradicional vinculación de las mujeres con la religión” (Aguado).
La primera vez que se reconoció en España el sufragio femenino fue en la Constitución de 1931 de la Segunda República Española. Mientras tanto, el primer país de América Latina en aprobar el sufragio femenino fue Uruguay. Allí, las mujeres pudieron votar por primera vez el 3 de julio de 1927. No obstante, pasarían varios años más antes de que las mujeres participaran en una elección nacional. La proximidad entre las fechas de estos importantes eventos evidencian la innegable influencia que tuvo la política española en Latinoamérica y viceversa. Además del derecho a votar, otras libertades como el derecho al control del cuerpo propio, derecho a una remuneración justa e igualitaria, derecho a poseer propiedades, derecho a la educación, y los derechos matrimoniales y parentales, han sido motivo de lucha por décadas.
Desde la década de 1870, las feministas avanzaron el concepto de maternidad voluntaria y criticaron la maternidad involuntaria, pero no fue sino apenas hace 40 años que se legalizó la píldora anticonceptiva en España. Simultáneamente, en esa década las mujeres latinoamericanas se encontraban luchando contra las dictaduras y las guerras civiles, por lo que los movimientos feministas y de control natal tardaron más tiempo en llegar. España es comúnmente observada como la patria moderna que Latinoamérica debe seguir, pero el franquismo hizo que eso cambiara. Mientras que en Evita Perón impulsaba la sanción de la ley argentina del sufragio femenino en 1947, las mujeres españolas se veían forzadas a seguir las machistas reglas del régimen franquista. Peor aún, treinta años atrás durante la revolución mexicana, ya habían mujeres latinoamericanas cuestionando los roles de género y exigiendo libertad a elegir su futuro.“Mujeres de todas las edades y clases sociales participaron desinteresadamente, frecuentemente dedicando su vida entera para promover los derechos de las mujeres mientras que luchaban por la revolución”. (Melzer).
Así nos damos cuenta de que esta lucha por los derechos traspasa siglos, edades, géneros, y que traspasa al Atlántico. Hoy en día, ahora las mujeres del siglo XXI, son las responsables de la nueva revolución y lucha por los derechos de equidad. Si tienen suerte, lograrán terminar lo que sus contrapartes iniciaron.