Clasificación De La Violencia En La Etapa Del Noviazgo
El presente trabajo se plantea con un afán informativo, con el objetivo principal de realizar una revisión de las diferentes variables que se han asociado a la violencia cometida y sufrida en la relación de noviazgo.
Por ende, La violencia se ha definido como una acción donde se justifica la ofensa, el maltrato hacia alguien, puede ser de coacción física o psicológica que puede llevar a corromper la voluntad y obligarla a ejecutar un acto no deseado.
En torno a las relaciones de pareja se hace alusión a toda acción u omisión que daña tanto emocional, sexual y físicamente para tener un control o dominio de su pareja. La violencia no es una conducta exclusiva de los hombres pues hay mujeres que también las practican a través de la manipulación emocional y psicológica, como también teniendo en cuenta que muchas emplean la agresión física.
En muchos casos es normal que se comience al inicio del noviazgo teniendo presente que, “la violencia en esta a sido definida como aquella en donde ocurren actos que tienen como intensión lastimar o general algún daño en la pareja, en el contexto de una relación en la que existe atracción y en la que dos miembros salen juntos” (close, 2005); ya que “los noviazgos pueden catalogarse como una experiencia normativa que pueden sentar las bases para las relaciones intimas de los adultos” (furman, simon, shaffer y bouchey, 2002).
En la adolescencia, etapa de despertar y experimentación en las relaciones afectivas, supone un periodo crucial para educar en valores de igualdad entre mujeres y hombres y prevenir el establecimiento de relaciones de violencia. Las relaciones de noviazgo, que suponen el aprendizaje de los modos de relación que se desarrollarán a lo largo de la vida, no están exentas de violencia.
En muchos casos es normal que se comience al inicio del noviazgo y se mantenga en silencio con posibilidades de que eso vaya a cambiar, cuando en realidad sucede todo lo opuesto. Primero van a aparecer las agresiones psicológicas, luego las físicas y finalmente las sexuales, también es claro tener en cuenta que estas situaciones se pueden presentar en cualquier estrato social.
Porque todas las personas hemos tenido relaciones de pareja, o hemos sido testigos de esas relaciones, y nuestras experiencias (positivas o negativas), nuestra forma de percibir esas relaciones, nuestro ideario sobre cómo debería ser una relación afectiva, nuestros prejuicios sobre los comportamientos típicos de las mujeres y de los hombres en las relaciones de pareja, nuestros deseos y nuestras creencias personales, impregnan de “intimidad”, de “personalismo” y de subjetividad por tanto, nuestra percepción de la realidad. Así, pensamos en un problema social cuando reflexionamos sobre la violencia de género en términos absolutos y objetivos.
Según una investigación que se hizo en el instituto nacional de medicina legal de ciencias forenses en el año 2014, de los 48.849 casos presentados de violencia contra la pareja, la mujer fue la principal víctima (85% de los reportes) la población que estaría con una mayor frecuencia en el ejercicio de datos de violencia fue la comprendida entre los 15 y 29 años (el 52% de los casos) los mayores agresores, sin distingo de género, fueron los compañeros permanentes, ex compañeros permanentes, esposos, novio y ex novios; por último, las principales razones detectadas para llevar a cabo estos actos de violencia fueron la intolerancia, los celos, la drogadicción y el alcoholismo (2015, pepe,29-213).
Otros estudios revelan que tener amigos o conocidos que han sido víctimas o victimarios de dicha violencia, que aceptan la violencia en la relación de pareja, incluso, el haber sido victima de violencia por parte de alguna pareja o de algún miembro de su familia, podrían relacionarse con aceptar y/o ejercer malos tratos en sus noviazgos (matud, 2007; o´kefee,1997; Price y byers,1999; Rey- Anacona, 2008). En este orden de ideas, un estudio longitudinal, realizado por Williams, connonelly, pepler, craig y laporte (2008), evidencio que, aunque algunos adolescentes pueden dar por terminado una relación donde se han presentado conductas de malos tratos, tienden a repetir los mismos patrones de comportamiento en sus nuevas relaciones amorosas, debido a pocas habilidades para la solución de problemas y la de elección de pareja. La investigación realizada por Weisz, Tolman, Callahan, Saunders y Black (2007) demostró que los adolescentes hablan con mayor frecuencia con sus amigos o amigas sobre la violencia en sus relaciones amorosas o sobre problemas de relación romántica, disminuyendo la probabilidad de buscar ayuda profesional oportuna.
Un aspecto importante a valorar, además de las cifras o estadísticas, y de las percepciones que desde el mundo adulto tenemos sobre el modo en que se relacionan las y los jóvenes, es precisamente tener en cuenta cómo percibe la propia juventud la violencia de género. En este sentido, es importante destacar una serie de aspectos que tienen que ver con la etapa evolutiva de la adolescencia, que se caracteriza por ser un periodo de adquisición de la identidad personal. Aspectos que son claves influyentes en el modo en que chicas y chicos perciben estas situaciones y que deben ser valorados tanto a la hora de diseñar intervenciones dirigidas a la adolescencia, como a la hora de comprender las circunstancias en las que se relacionan.
Las adolescentes están comenzando sus primeras relaciones de pareja, probando y experimentando sentimientos encontrados y frustraciones nuevas, explorando emociones novedosas y agradables e intentando dar respuesta a miles de preguntas que tienen un nexo común: “¿es normal que…?
indecisiones personales. No es difícil, por tanto, comprender que esta influencia afecte especialmente a las adolescentes en su proceso de conocimiento y descubrimiento de las relaciones, y que ello los pueda llevar a aceptar como normales comportamientos o experiencias de control o dominio por parte de sus parejas, justificados por el sentimiento pasional del amor. De este modo, una visión excesivamente romántica del amor puede contribuir a que los jóvenes construyan una relación asfixiante (te quiero -sólo para mi) y que el control que se ejerza sobre la pareja se justifique por el sentimiento amoroso (González y Santana, 2001).
Los jóvenes acuden al punto de información inadecuado: “Sin ninguna experiencia vital y con las mismas necesidades y falsas creencias del agresor y la víctima, difícilmente pueden contener y menos orientar y comprender lo que sucede” (Meras Lliebre, 2003).
Las atendidas por violencia de género manifiestan que el maltrato ya había comenzado durante su noviazgo. Incidentes que en su momento no fueron considerados importantes, o que fueron tolerados “por amor” (Ferreira, 1992), se convierten con el paso del tiempo en rutinas normalizadas, pero buena parte comienzan a hacer breves apariciones desde el mismo inicio de la relación.
Repasaremos los distintos tipos de violencia y analizaremos las claves para saber identificar las diferentes facetas; el objetivo de esta es hacer más fácil la tarea de reconocer los patrones de conducta. La violencia no siempre es fácil de identificar ya que la tenemos muy normalizada y bajo ciertas formas de expresarse puede pasar desapercibido o formada como algo que es “esperable”.
Los diferentes tipos de violencia los mas comunes suelen partir de dos factores el modo en que se ejerce la violencia y el sujeto o sujetos que la ejercen; estos influyen el abuso físico, sexual, psicológico y económico, esta violencia se manifiesta cuando hay patrones de comportamiento que una persona utiliza para ganar poder y ejercer control sobre su pareja, cada tipo de violencia tiene sus características particulares.
Generalmente el maltrato en las parejas presenta las siguientes etapas:
- En la primera etapa el agresor se vuelve tenso constantemente, esta se acumula, crece hasta que insulta y reprocha.
- En la segunda etapa el victimario procede a la agresión emocional y física.
- En la tercera etapa el agresor busca la reconciliación, muestra arrepentimiento y dice cambiar de actitud.
Cuando esta situación ocurre más de una vez o la pareja tiene momentos de agresión sin motivo la violencia es más que evidente.
Clasificación
En la clasificación se pueden evidenciar 4 tipos de violencia.
- VIOLENCIA FISICA: son actos de ataques intencionales en los que se utiliza cualquier parte del cuerpo, objeto con el fin de retener, inmovilizar y causar daño a la integridad física de la persona, de forma que se logre el dominio de la víctima. Las lecciones pueden ser leves hasta causarle la muerte. Cualquier acto dirigido al cuerpo de la persona, que produce daño o dolor sobre la misma (golpes, patadas, cachetadas, pellizcos, intento de estrangulamiento, etc.).
- VIOLENCIA PSICOLOGICA: Se puede relacionar con una violencia verbal, se manifiesta a través de palabras fuertes que hieran a la persona, castigos, humillaciones, gritos e insultos. También se puede emplear una atemorizacion hacia la victima por medio de amenazas ya sean directas o indirectas de parte del agresor. Cualquier acción dirigida a: a) controlar, restringir los movimientos o vigilar a la otra persona; b) aislarla socialmente; c) desvalorizarla, denigrarla, humillarla o hacerla sentir mal consigo misma; d) hacer que otros se pongan en su contra, acusarla falsamente o culparla por circunstancias negativas; e) obligarla a ir en contra de la ley o de sus creencias morales y/o religiosas o f) destruir su confianza en sí misma o en la pareja.
La violencia pasiva es aquella violencia psicológica que produce un daño por omisión, es decir, si la violencia activa produce daño con la conducta que se hace, la violencia pasiva lo produce con aquello que no se hace. Ignorar a una persona, no demostrar cariño, no prestar atención, no dirigir la palabra, a pesar de no tratarse de un comportamiento activo, produce en la persona que lo recibe un mensaje: “no eres importante para mí, no me preocupas, no vale la pena ni dirigirte la palabra”.
En el año 2007, desde el Servicio de Atención a la Mujer del Módulo Psicosocial de Deusto – San Ignacio, y bajo la Dirección de la Consultoría Sortzen, se formó un equipo de investigación para estudiar a fondo la problemática de la violencia de género durante el noviazgo adolescente (Cantera, Estébanez, Vázquez, 2009a). A partir de la revisión de los estudios, experiencias y conocimientos existentes hasta esa fecha se detectaron dos áreas de mejora en las que se centró la investigación. El primer aspecto a estudiar más profundamente tenía que ver con el concepto de violencia psicológica. El estudio de la violencia psicológica no había recibido hasta entonces tanta atención como el de las manifestaciones físicas de la violencia, debido principalmente a las dificultades que implica su definición y a la característica subjetiva de su percepción. Sin embargo, la mayor parte de los estudios mostraban que era frecuente encontrar en las parejas adolescentes múltiples comportamientos que tienen que ver con los aspectos psicológicos de la violencia, por lo que decidimos centrar la investigación en intentar definir y cuantificar esos comportamientos más frecuentes en el noviazgo adolescente. El siguiente aspecto que centró el estudio fue el de evaluar un concepto que se nos presentaba difícil pero interesante: la percepción de esta violencia por parte de las chicas jóvenes. Diversos estudios confirmaban que era el grupo de las chicas en el que frecuentemente se encontraban dificultades y sesgos de percepción con respecto a la violencia que recibían en su pareja; y no se encontraba este efecto en el conjunto de los chicos. Los chicos, de acuerdo a su rol de género, probablemente tengan más facilidad para percibir cuándo están siendo controlados por su pareja, o tengan mayor capacidad para tomar decisiones o establecer límites en su relación. Ambos aspectos, en cambio, generan dificultades entre las chicas, también de acuerdo a su rol de género (las chicas deben aguantar, comprender, tolerar, ayudar a que cambie… y de ahí se llega a confundir, aceptar y perdonar), por lo que la decisión del equipo de investigación fue investigar la percepción que las chicas jóvenes tienen de la violencia psicológica recibida en sus relaciones de noviazgo. Fruto de esta investigación nació una escala para evaluar la percepción de la violencia psicológica por parte de las chicas. La escala VEC, resultó un instrumento con una alta fiabilidad y validez estadística, para poder ser utilizado por cualquier profesional y en distintos entornos. Si bien el instrumento fue diseñado para la evaluación, puede ser utilizado como instrumento educativo o preventivo, para que las chicas comiencen a explicitar sus opiniones y reflexiones con respecto a la lista de conductas que se incluyen en el mismo. La Escala VEC incluye 25 manifestaciones de diversos tipos de violencia psicológica, que se definieron a partir de la revisión teórica.
Las categorías de violencia más fácilmente percibidas por las chicas tenían que ver con las conductas de amenaza, aislamiento, humillación, y presión o negligencia sexual. Las actitudes de descalificación y control fueron percibidas de una forma baja, pero las que realmente suponían un ejercicio mucho más difícil tenían que ver con los celos, la indiferencia afectiva, la manipulación emocional o el acoso.
- VIOLENCIA VERBAL: Emerge en público, con gritos, mentiras, insultos, comentarios degradantes, burleteos, acusaciones y chantajes.
- VIOLENCIA SEXUAL: El más frecuente es llamado violación por confianza, sucede cuando la pareja es obligada a tener actividad sexual atreves de insinuaciones, chantajes. Cualquier acto obligado, no consentido por la víctima, dirigido a satisfacer necesidades o deseos sexuales del victimario.
- VIOLENCIA EMOCIONAL: Cualquier acto de naturaleza verbal o no verbal que provoca intencionalmente en la víctima una reacción de ansiedad, temor o miedo, como las intimidaciones y las amenazas; incluye los actos de violencia dirigidos a un familiar o a un conocido de la víctima, a sus bienes o hacia el agresor mismo, realizados con el mismo fin.
- VIOLENCIA ECONOMICA: Forzar a la otra persona a depender económicamente del agresor, no dejándola trabajar o por otros medios; ejercer control sobre los recursos financieros de la víctima o explotarla económicamente.
- Negligencia. No proporcionar (o no hacerlo debidamente) recursos financieros o materiales, información o servicios a la pareja, a pesar de que el agresor está obligado legalmente a hacerlo; no brindar ayuda económica o material a la pareja cuando ésta lo necesitaba y el victimario estaba en capacidad de hacerlo o no advertir a la pareja sobre algún peligro para su integridad física o psicológica (Rey-Anacona et al., 2010, p. 171).
Causas
“la causa central de la violencia en el noviazgo es la construcción social en que vivimos, la cual parte de una mirada machista y patriarcal, la familia, la religión, los medios de comunicación, la escuela, el entorno social en que nos desarrollamos, se encarga de producirla y difundirla” (Ángello baños terrazas, coordinador del área equidad en infancia y juventud del inmujeres)
Unas de las causas son:
- Violencia en la niñez por parte de los padres o terceras personas
- Incomprensión de los padres, soledad o abandono
- Complejos de inferioridad
- No se tiene otro conocimiento de formas para resolver los problemas
- Incapacidad para controlar los impulsos
- Posibles trastornos mentales
Sintomalogía
El agresor:
- Quiere dominar todo lo que hace y piensa su pareja, incluso su arreglo personal.
- Quiere saber todo lo que hace su pareja en el tiempo en que no se encuentra con él.
- Se enoja frecuentemente
- Quiere que su pareja le adivine todo lo que desea y piensa
- Culpa a su pareja de todo lo malo y de los errores que suceden
- Toma el dinero y los objetos de su pareja y los vuelve de el
- No tiene un respeto hacia la intimidad de su pareja
- No se fija en las cualidades de su pareja si no que siempre hace referencia a sus defectos
- Tiende a hacerle escándalos en público como en privado
- Promete cambiar, pero nunca lo hace
Consecuencias
Que se pueden presentar, después de haber vivido o vivir violencia en el noviazgo, son:
- Depresión que puede llevar al suicidio
- Baja autoestima
- Aislamiento
- Incapacidad para relacionarse afectivamente
- Problemas legales
- Fracaso escolar
- Trastornos de alimentación
- Embarazos no deseados
LO QUE NIEGO NO EXISTE:
La negación de la violencia es el principal argumento utilizado por las chicas para quitarle importancia a la gravedad de las conductas de violencia psicológicas que sufren. “Si no le haces caso a lo que te dice, pues no es violencia”, es una falsa creencia sobre su capacidad de control, de un modo similar al “si no lo veo, no existe”, lo que, por un lado, no les permite afrontar la realidad, ni por otro, defenderse de la misma. Una de las formas de negar el carácter violento de la conducta consiste en cambiarle el nombre y denominarla de una forma distinta. “Eso no es violencia, está mal, pero no es violencia”; “eso es egoísmo, no violencia”; “eso es una falta de respeto”. De esta forma, las chicas se autoconvencen de que lo que ocurre no tiene excesiva importancia, de que su relación es normal, de que, en definitiva, la violencia psicológica sólo tiene la importancia que se le quiera dar. Así se subjetivista en exceso la violencia, dejándola al criterio de cada cual, olvidando que la conducta supone un daño objetivo, aunque sea emocional, que no deja de existir por llamarlo de otro modo, pensar que no es tan importante o creer que es una tontería. Realizando una analogía con la violencia física, un puñetazo no dejaría de ser un puñetazo por llamarlo caricia fuerte, o por pensar que, si no se le da importancia, no se trata de un puñetazo. De la misma forma, una amenaza no deja de ser amenaza por pretender negarla.
Recomendaciones
Las parejas deben recibir una asistencia psicológica, en caso de que el victimario se niegue lo recomendable es terminar con la relación, denunciar al agresor, también es importante que en cualquier caso allá un apoyo familiar, hacer conciencia de la problemática que hay en los hogares es muy importante para la recuperación tanto de el victimario como del agresor ya que es probable que el problema radique en los padres.
Todos los adolescentes deberían ser educados sobre qué son las relaciones saludables. Con el objetivo de que la mayor parte puedan entender e identificar las relaciones sanas e insanas que tienen en sus vidas, así como formas de comunicación, técnicas de resolución de conflictos y estrategias para evitar o terminar con las relaciones insanas.
También se pueden realizar intervenciones en determinadas personas que se encuentran en un ambiente o que parece que están en riesgo de desarrollar este tipo de relaciones.
Ya que la violencia física suele aparecer durante el conflicto, las intervenciones deberían centrarse en habilidades de comunicación y resolución de conflictos en el marco de las relaciones sentimentales
La violencia en el noviazgo se da dentro de las relaciones y necesita ser entendida en ese contexto. Campañas antiviolencia deben centrarse en cómo la intimidación por parte de uno de los miembros de la pareja puede resultar en violencia y darles herramientas para afrontar el conflicto de forma efectiva y evitar conductas violentas. Aquellas campañas que solo se centran en condenar a los perpetradores de la violencia son menos efectivas.
Debemos asumir que muchas veces, aunque preguntemos directamente por la existencia de la violencia, nos lo ocultarán. Por eso podemos darles información sobre este tipo de violencia y decir que estamos ahí por si en algún momento necesitan nuestra ayuda.
También conocer los síntomas de personas violentas durante el noviazgo y su nexo con la depresión ,violencia, física, psicológica y sexual, entre parejas de adolescentes, adultos, jóvenes que viven en unión libre, hay muchas versiones de violencias durante el noviazgo, (dating violence) se define como todo ataque intencional de tipo sexual, físico o psíquico de un miembro a otro, por ello este estudio tiene la finalidad de obtener conocimiento y comprensión mas profunda acerca de esta problemática en la población adolescente y joven.
Examinando sus comportamientos, variables y relación con el estatus socio económico, la edad, su relación con la niñez, el tiempo de la relación, la tolerancia a la frustración y la existencia.
En conclusión, todos los adolescentes tienen el derecho de mantener relaciones sanas que aseguren su bienestar ya sea físico o emocional. La violencia en el noviazgo afecta a personas jóvenes y puede tener efectos negativos físicos y psicológicos a largo plazo. Proporcionar a las jóvenes estrategias de comunicación y de resolución de conflictos, apoyo y recursos suficientes para evitar o acabar con las relaciones violentas es fundamental para asegurar su bienestar. Mientras que algunos factores de riesgo subyacentes como la pobreza, la violencia como normal social deben ser tenidos en cuenta para acabar con la violencia en el noviazgo.
Referencias
- (Jorge Arturo Martinez, Cesar Armando Rey , 2012)
- (Sofia Muriel Suarez, 2013)
- (Suay, 2015)
- (CASTAÑO, ESTÉBANEZ, 2010)
Bibliografía
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