Cognitivismo como Desarrollo de Habilidades Intelectuales, Comunicativas y Lógicas
Introducción
El cognitivismo fue una corriente dominante en la psicología experimental del siglo XX. Es una corriente contemporánea que intenta explicar el funcionamiento psicológico de las personas, introduciendo una interpretación respecto a cómo aprenden los seres humanos.
La psicología cognitiva se entiende como el conjunto de perspectivas para el estudio del comportamiento humano que se basan en los aspectos no observables, mentales, que median entre el estímulo y la respuesta abierta.
Para los psicólogos cognoscitivos, los procesos mentales son de gran importancia, especialmente de aquellos denominados cognoscitivos, como factor explicativo del comportamiento humano. La Psicología Cognoscitiva otorga particular atención a las representaciones mentales que los seres humanos elaboran como réplicas del entorno.
La teoría de Piaget (principal exponente del enfoque del desarrollo cognitivo) explica el comportamiento observable del niño y sus cambios a lo largo de su desarrollo como una expresión de estructuras mentales subyacentes que el propio niño construye. También esta teoría resalta la descripción y explicación del individuo y su aspecto racional, por encima de las relaciones entre individuos y los aspectos afectivos.
En cambio, Lev Vygotsky propone que no es posible entender el desarrollo del niño si no se conoce la cultura donde se ha criado. Los patrones de pensamiento del individuo son producto de las instituciones culturales y de las actividades sociales y no se deben a factores innatos.
Piaget dividió el desarrollo cognoscitivo en cuatro etapas: etapa sensoriomotora, etapa preoperacional, etapa de las operaciones concretas y etapa de las operaciones formales. En cada etapa se deja entrever que el pensamiento del niño es cualitativamente distinto al de las restantes.
Según Piaget, el desarrollo cognoscitivo no sólo consiste en cambios cualitativos de los hechos y de las habilidades, sino en transformaciones radicales de cómo se organiza el conocimiento. Una vez que el niño entra en una nueva etapa, no retrocede a una forma anterior de razonamiento ni de funcionamiento. Es decir, todos los niños pasan por las cuatro etapas en el mismo orden. No es posible omitir ninguna de ella. (Linares, 2008)
Desarrollo
El desarrollo cognitivo según Piaget no es el resultado solo de la maduración del organismo ni de la influencia del entorno, sino la interacción de los dos. Para Piaget la inteligencia es una adaptación. Está interesado entre el pensamiento y las cosas. Existen las funciones invariables y las estructuras cognitivas variantes, es decir, las estructuras cambian a medida que el organismo se desarrolla. Son las estructuras cognitivas variantes las que marcan la diferencia entre el pensamiento del niño y del adulto (Bazán Vera, 2012).
El desarrollo como cambio de las estructuras del conocimiento
Piaget pensaba que todos, incluso los niños, organizan el conocimiento del mundo en esquemas. Los esquemas son conjuntos de acciones físicas, de operaciones mentales, de conceptos o teorías con los cuales organizamos y adquirimos información sobre el mundo. El niño de corta edad conoce su mundo a través de las acciones físicas que hace, mientras que los de mayor edad pueden realizar operaciones mentales y usar sistemas de símbolos como el lenguaje. Conforme el niño pasa por las etapas, mejora su capacidad de emplear esquemas complejos y abstractos que le permiten organizar su conocimiento. El desarrollo cognoscitivo no consiste tan sólo en construir nuevos esquemas, sino en reorganizar y diferenciar los ya existentes (Octavio G., 2015).
Etapas del desarrollo
La Noción Piagetiana de Estadio.
Piaget creía que el conocimiento evoluciona a lo largo de una serie de etapas. El pensamiento de los niños en cualquier etapa concreta es cualitativa y cuantitativamente diferente del pensamiento en la precedente o en la etapa siguiente. Hay cuatro características de los estadios piagetianos.
En primer lugar, la secuencia de aparición de las etapas es invariante, esto es, los estadios siguen un orden fijo determinado. No obstante, las personas avanzan a distinto ritmo, es decir, se producen fluctuaciones en cuanto a la edad de su aparición y no todos los individuos alcanzan las etapas finales.
En segundo lugar, existe una estructura de conjunto característica de cada estadio. Piaget consideraba que el pensamiento de los niños experimenta algún cambio abrupto en períodos breves. En estos momentos surgen las nuevas estructuras cognitivas. La emergencia de distintas estructuras explica el hecho de que todas las tareas que es capaz de resolver un niño tengan una complejidad similar.
En tercer lugar, los estadios son jerárquicamente inclusivos, esto es, las estructuras de un estadio inferior se integran en el siguiente. Por ejemplo, en el estadio de las operaciones concretas se mantienen todos los progresos del período sensoriomotor, y puede decirse que las operaciones concretas se construyen sobre los logros del período preoperacional.
Finalmente, la transición entre estadios es gradual. El paso entre estadios no es abrupto, ya que en cada uno de ellos se encuentra una fase de preparación y otra en la que se completan los logros propios de esa etapa (Linares A. R., 2008).
El estadio sensoriomotor (desde el nacimiento hasta los dos años)
En el estadio sensoriomotor el bebé se relaciona con el mundo a través de los sentidos y de la acción, pero, al término de esta etapa será capaz de representar la realidad mentalmente. El período sensoriomotor da lugar a algunos hitos en el desarrollo intelectual. Los niños desarrollan la conducta intencional o dirigida hacia metas (golpear un sonajero para que suene). También, los niños llegarán a comprender que los objetos tienen una existencia permanente que es independiente de su percepción (permanencia de objeto). Además, existen unas actividades que en este período experimentarán un notable desarrollo: la imitación y el juego.
El estadio preoperacional (de 2 a 7 años)
La capacidad de pensar en objetos, hechos o personas ausentes marca el comienzo de la etapa preoperacional. Entre los 2 y los 7 años, el niño demuestra una mayor habilidad para emplear símbolos — gestos, palabras, números e imágenes — con los cuales representar las cosas reales del entorno. Ahora puede pensar y comportarse en formas que antes no eran posibles. Puede servirse de las palabras para comunicarse, utilizar números para contar objetos, participar en juegos de fingimiento y expresar sus ideas sobre el mundo por medio de dibujos. El pensamiento preoperacional tiene varias limitaciones a pesar de la capacidad de representar con símbolos las cosas y los acontecimientos (Octavio G., 2015). Piaget designó este periodo con el nombre de etapa preoperacional, porque los preescolares carecen de la capacidad de efectuar algunas de las operaciones lógicas que observó en niños de mayor edad. Antes de comentar las limitaciones del pensamiento preoperacional vamos a examinar algunos de los progresos cognoscitivos más importantes de esta etapa.
Pensamiento representacional
Durante la etapa preoperacional, el niño puede emplear símbolos como medio para reflexionar sobre el ambiente. La capacidad de usar una palabra (galletas, leche, por ejemplo) para referirse a un objeto real que no está presente se denomina funcionamiento semiótico o pensamiento representacional. Piaget propuso que una de las primeras formas de él era la imitación diferida, la cual aparece por primera vez hacia el final del periodo sensoriomotor (la capacidad de repetir una secuencia simple de acciones o de sonidos, horas o días después que se produjeron inicialmente).
Durante la etapa preoperacional se observan otros ejemplos del pensamiento representacional. A menudo se considera que los años preescolares son la “edad de oro” del juego simbólico (Singer & Singer, 1976). El juego comienza con secuencias simples de conducta usando objetos reales; por ejemplo, fingir beber de una copa o comer con un objeto parecido a la cuchara. A los cuatro años de edad, el niño puede inventar su propia utilería, crear un guión y representar varios papeles sociales.
En términos generales, el juego simbólico se inspira en hechos reales de la vida del niño (por ejemplo, el patio de juego, ir a la tienda, ir de viaje), pero también los que tienen personajes de la fantasía y superhéroes son muy atractivos para él. Muchos expertos piensan que este tipo de juego favorece el desarrollo del lenguaje, así como las habilidades cognoscitivas y sociales. Favorece además la creatividad y la imaginación.
Según Piaget, el desarrollo del pensamiento representacional permite al niño adquirir el lenguaje. Los años preescolares son un periodo de desarrollo acelerado del lenguaje: la mayoría de los niños pronuncian sus primeras palabras hacia el segundo año y van aumentando su vocabulario hasta alcanzar cerca de 2000 palabras a los 4 años.
Cuando el niño comienza a hablar, utiliza palabras referentes a actividades y a eventos, lo mismo que a sus deseos actuales. Durante el periodo preoperacional empieza a emplearlas en forma verdaderamente representacional. En vez de centrarse exclusivamente en las actividades del momento o en sus deseos inmediatos, comienza a usarlas para representar objetos ausentes y acontecimientos pasados (Ginsburg & Sylvia, 1998). Dicho de otra manera, las usa para referirse a eventos que no experimenta de modo directo. Piaget creía que el pensamiento representacional facilita el desarrollo lingüístico rápido en el periodo preoperacional. Es decir, el pensamiento antecedería al desarrollo lingüístico.
Durante la etapa preoperacional, el niño comienza a representarse el mundo a través de pinturas e imágenes mentales, lo cual ha hecho que algunos expertos califiquen de “lenguaje silencioso” el arte infantil. Los dibujos nos revelan mucho sobre su pensamiento y sus sentimientos. Por ejemplo, cuando a los niños de 2 y 3 años de edad se les pregunta qué están dibujando o pintando, lo más probable es que respondan: “Nada más estoy dibujando”. Sin embargo, entre los 3 y 4 años comienzan a combinar trazos para dibujar cuadros, cruces, círculos y otras figuras geométricas. Inician la etapa representacional del dibujo hacia los 4 o 5 años. Dibujan casas, animales, personan, personajes de caricaturas y otros objetos. Las figuras pueden representar objetos reales del entorno o personas de la fantasía que han visto o de los cuales han oído hablar. En la figura se muestra este avance evolutivo en los dibujos infantiles. A medida que va creciendo, el niño enriquece sus dibujos con detalles, incorporando incluso palabras que desarrollan el guión (Linares A. R., 2008).
El estadio de las operaciones concretas (de 7 a 11 años)
Durante los años de primaria, el niño empieza a utilizar las operaciones mentales y la lógica para reflexionar sobre los hechos y los objetos de su ambiente. Por ejemplo, si le pedimos ordenar cinco palos por su tamaño, los comparará mentalmente y luego extraerá conclusiones lógicas sobre el orden correcto sin efectuar físicamente las acciones correspondientes. Esta capacidad de aplicar la lógica y las operaciones mentales le permite abordar los problemas en forma más sistemática que un niño que se encuentre en la etapa preoperacional.
El estadio de las operaciones formales (de 11 a 12 años en adelante)
Una vez lograda la capacidad de resolver problemas como los de seriación, clasificación y conservación, el niño de 11 a 12 años comienza a formarse un sistema coherente de lógica formal. Al finalizar el periodo de las operaciones concretas, ya cuenta con las herramientas cognoscitivas que le permiten solucionar muchos tipos de problemas de lógica, comprender las relaciones conceptuales entre operaciones matemáticas (por ejemplo, 15 + 8 = 10 + 13), ordenar y clasificar los conjuntos de conocimientos. Durante la adolescencia las operaciones mentales que surgieron en las etapas previas se organizan en un sistema más complejo de lógica y de ideas abstractas.
Conclusión
El desarrollo cognitivo es el conjunto de transformaciones que se dan a lo largo de la vida de las personas, donde se aumentan los conocimiento y habilidades para percibir, pensar y comprender, las cuales son utilizadas para la resolución de problemas prácticos de la vida cotidiana.
Las teorías que explican el desarrollo cognitivo son dos: La perspectiva piagetiana, donde explica cómo el niño interpreta el mundo a edades diversas. La perspectiva sociocultural de Vygotsky donde explica los procesos sociales que influyen en la adquisición de las habilidades intelectuales.
En este trabajo nos basamos en la teoría de Piaget, el cual divide el desarrollo cognoscitivo en cuatro etapas:
- Sensoriomotora (0 – 2 años): donde la inteligencia es practica y se relaciona con la resolución de problemas a nivel de la acción.
- Preoperacional los niños (2 – 7 años): La inteligencia ya es simbólica, pero sus operaciones aun carecen de estructura lógica. Adquieren la capacidad para manejar el mundo de manera simbólica o mediante representaciones, pueden pensar en hechos o personas ausentes. Entre los 2 y los 7 años, el niño demuestra una mayor habilidad para emplear simbolos (gestos, palabras, numero e imágenes) con los cuales representar las cosas reales del entorno. Ahora puede pensar y comportarse en formas que antes no eran posibles. Puede servirse de las palabras para comunicarse, utilizar números para contar objetos, participar en juegos de fingimiento y expresar sus ideas sobre el mundo por medio de dibujos. Piaget designó esta etapa con este nombre porque los preescolares carecen de la capacidad de efectuar algunas operaciones lógicas que observó en niños de mayor edad. (Linares A. R., 2008)
- Operaciones concretas (7 – 12 años): El pensamiento infantil es ya un pensamiento lógico, a condición de que se aplique a situaciones de experimentación y manipulación concretas.
- Operaciones formales (12 años en adelante): Aparece la lógica formal y la capacidad para trascender la realidad manejando y verificando hipótesis de manera exhaustiva y sistemática.
Bibliografía
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