Comentario Literario Sobre La Obra De Arte Tartufo
Tartufo es una obra literaria que corresponde al dramaturgo, actor y poeta francés Jean Baptiste Poquelín, un integrante de la pequeña clase burguesa que tuvo gran apoyo del rey Luis XIV y de su hermano Monseñor, a su vez, el escrito de género dramático con subgénero cómico publicado por primera vez ante un público en 1669 luego de cinco años de prohibición por motivos de controversia social emplea recursos característicos a los de su época clasicista, referentes al uso del verso alejandrino, estructura dividida en cinco actos y respeto a las tres unidades ( tiempo, acción y lugar) mencionando que la literatura de su tiempo debía estar regida por las normas de la Corte.
La pieza teatral manifiesta mediante un habla coloquial acompañada de adjetivos y peyorativos una crítica a la hipocresía de la sociedad burguesa en tiempos del autor, aunque, es un distintivo siempre presente en la naturaleza humana, no obstante, en el texto dialogado se argumenta con la actitud irremediable de un falso devoto que mediante el disimulo de la corrupción e inmoralidad pretendía afianzarse de la economía y honor de una familia plutócrata, por ello, el asunto se manifiesta en el protagonista de la historia con el objetivo de enaltecer los atributos humanos aludidos a la falsa virtud y valores sociales así como morales, enfocados por el escritor en el aspecto de la religión, para enfatizar la falsa fe de algunos grupos ‘de clase’.
La estructura del texto dramático dividida en cinco actos con su respectivas escenas emplea un diálogo directo con un discurso narrativo que facilita junto a las acotaciones de actuación y escenario la comunicación de los personajes, dirigidos desde el punto de vista de un narrador objetivo, quien en nombre del autor engloba los sucesos en un espacio cerrado y real, es decir, en la sala de la casa de un burgués parisino, con la finalidad de crear un ambiente psicológico que enfatice un clima emocional tenso, basado en la constante preocupación, conflicto y crítica social en que viven los actores, los mismos que desarrollan los acontecimientos en un tiempo cronológico lineal, para representar el período del escritor durante el siglo XVII.
Los personajes del escrito aludidos a aquellos primarios, secundarios, terciarios e incidentales conllevan una psicología plana y redonda que se encarga de manifestar las características y estereotipos de la sociedad, así pues, los personajes engloban la hipocresía, obstinación, obediencia, autoridad, mentira, prudencia, cualidad de hábil, indecisa, entrometida, colérico, apasionado, impulsivo y endeble, siendo cada uno un rasgo presente y natural del ser humano, lo que sirve para transmitir a los lectores la intención que ha tenido el autor en su manera de relacionarse en un espacio-tiempo distinto, demostrando así, los diferentes tipos de personas integrantes de un colectivo social.
El texto teatral acompañado de ciertos monólogos de los actores mantiene momentos retardantes para la presentación de la tensión dramática, esto explica que antes de que aquello llegara se ha querido acentuar en el desarrollo de las acciones, sobre todo en la hipocresía del protagonista y la prudencia las demás figuras, aunque llegada la tensión estalla el conflicto y se conoce la verdad del engañoso Tartufo, esto se acontece con el uso del verbo en modo imperativo con tiempo presente, de manera que se forma un lenguaje cómico debido a la combinación entre el lenguaje jurídico y devoto.
El mensaje del texto efectuado según la perspectiva del escritor y su lenguaje diacrónico conforme al siglo XVII mantiene la presencia de figuras retóricas en referencia a símil e hipérbole, incluyendo los aóstrofes, quienes otorgan una lectura mas presencial y realista, además de tener una estructura sintáctica con preferencia a la predicación, pues al ser un texto dramático y tener un canal dual: oral y escrito, sus frases son cortas y sencillas.
La obra literaria exterioriza una crítica a la falta de valores acorde a la honestidad, lealtad, ética, confianza, justicia y gratitud, dirigida por el dramaturgo hacia los falsos devotos que manipulan la religión para fines inmorales, por ello, intenta revelar y corregir los vicios de la sociedad, en base a las consecuencias de ser una persona codiciosa, alguien quien desea desmedidamente la economía ajena para lograr el ascenso económico sin un debido esfuerzo, reprimiéndose disfrutar los aspectos buenos de la vida, la autenticidad, el bien común, el vínculo colectivo y acercamiento a la realidad, sin el estímulo de fantasear un futuro con la falsa personalidad, infamia y robo a los demás.
