Cómo El Periodo Garciano Afectó Al Ecuador
A pesar de ser Ecuador un país independiente con su propio sistema político y social muchos rasgos de la sociedad colonial duraron más allá de la fundación de la República. “El fuerte sentido corporativo y estamentario continuó sobre las fórmulas republicanas; se mantuvo la discriminación racial y la exclusión de la mujer de la vida política”. Los rasgos aristocratizantes tales como el hedonismo, la corrupción moral y las tradiciones paternalistas continuaron declamando las relaciones sociales, la cultura e ideología en la organización del nuevo Estado. Así mismo, la participación electoral fue limitada y la mayoría de la población quedó al margen de la participación política. Detrás de las fórmulas republicanas sobrevivía una sociedad jerarquizada, testamentariamente estructurada, en la que la autoridad se justificaba por “derecho divino”.
Se llama dominación garciana al periodo histórico de nuestra patria comprendido entre 1860 y 1875, quince años, en los que domina la figura del Dr. Gabriel García Moreno. “La concepción garciana de la nación apunta al desarrollo, la educación y la religión como pilares de un proyecto capaz de integrarse a los mandatos de un mundo cada vez más conectada entre sí”. En su periodo de legislación García Moreno creo la Constitución de 1869 en la cual intervino la octava Asamblea Nacional Constituyente, sin embargo, por su contenido fue calificada por los adversarios garcianos con el nombre de la “Carta Negra” debido a que se creía que atentaba contra los derechos civiles y políticos de la ciudadanía ecuatoriana. Al mismo tiempo que presentaba gran similitud con la Carta de Esclavitud de 1843 creada por el General Juan José Flores. A pesar de ello, al autocrático presidente se lo considera como un conductor del país dentro de las condiciones económicas, políticas y sociales de aquella época.
Sus inclinaciones clericales y su deseo de hacer de Ecuador un país en el cuál la única religión fuera la católica, lo llevaron a firmar con la Santa Sede el célebre concordato de 186,2 en el cual se sometía la vida religiosa del país, la enseñanza pública y privada y la lectura de libros, al control total e inminente de la Iglesia. Este concordato permitía la intervención abierta y obligada de la Iglesia en los fines y la vida del Estado; y por otro lado se convertía en un poderoso instrumento político al servicio del gobernante conservadurista.
Mera afirma que: “La Compañía de Jesús no tiene más doctrina que la que enseña la Iglesia católica. Las Constituciones ordenan que se siga la doctrina más sólida; segura y aprobada; que se desechen los libros de opiniones o autores sospechosos”. Al convertirse el catolicismo como la religión predominante de la República hizo que la base de la constitución sea el poder eclesiástico y debido a esto la Iglesia tomó un papel importante dentro de la educación, dándole el derecho de censurar algunos libros que creían no conveniente para las personas, también sancionó comportamientos que creía no adecuados, ya que no se relacionaban con la religión. Es evidente que la religión fue lo más perjudicial para la sociedad, ya que se posiciona el catolicismo como la religión de la República y al ser así la Iglesia mantuvo bajo su control: el registro de nacimientos, matrimonios y muertes; el púlpito, que era un medio generalizado de comunicación; y la mayor parte del sistema educativo, el cual era muy efímero y dedicado solamente a una minoría de la población, cuyo objetivo era el ser protegida y respetada por el poder público. Sin embargo, se promulgó un excelente reglamento de educación primaria, los cuales contemplaban premios, al mismo tiempo que abolía el castigo corporal e impuso la asistencia diaria a clases. Esto a causa que deseaba que todas las Escuelas, Colegios y Universidades se educara y enseñará con libros católicos, incluso para instrucción de la ética y la moral, ya que creía que así se cultivaría buenas costumbres para el país.
Al mismo tiempo Henderson afirma que: “Como parte del plan de García Moreno para crear una nación católica, él quería difundir la fe y los sacramentos a nivel local. Como resultado, las diócesis, antiguas y nuevas, crearon muchas parroquias adicionales durante estos años’. Es por ello que recibió muchas críticas por parte de los defensores del Liberalismo ya que estos no estaban de acuerdo con la legislación del nuevo presidente, que no compartían la misma ideología para la las gestiones dentro del ámbito de la sociedad.
Por otra parte, su administración se caracterizó por observar una línea estrictamente conservadora y antiliberal, esto se debe a que quiso poner en práctica su concepto autoritario de Estado, en una sociedad jerarquizada que sacrificaba sin contemplaciones la libertad humana esto lo hace notar en los principales artículos que constituyen la carta negra los cuales son: “1. Ser católico, 2. Saber leer y escribir, 3. Ser casado o mayor de veintiún años.”
Es evidente que muchas personas no fueron aceptadas siendo excluidas sin poder gozar de los derechos, al ser una época en la cual, algunos pueblos eran analfabetos, no tenían conocimiento de la lectura ni la escritura; es decir, contaban con poco conocimiento intelectual y no practicaban la religión católica la cual era obligatoria para ser ciudadanos y poder ser tratados como tal.
