Componentes Y Clasificaciones De Las Emociones
Conceptos y componentes de la emoción
Se conoce por definición de emoción al conjunto de respuestas orgánicas que siente una persona cuando reacciona ante algunos estímulos externos que le facilita adaptarse a una circunstancia con relación a un individuo, lugar, objeto, entre otros. Éstas se caracterizan por ser una perturbación del ánimo por un periodo corto pero, de mayor ímpetu que un sentimiento. Por otro lado, los sentimientos son los resultados de las emociones, por ende son más largas y se pueden expresar. Según se ha confirmado en distintos estudios sobre qué son estas respuestas orgánicas, se revela que éstas tienen un rol muy importante en los sistemas de salud de un individuo. (Sánchez, 2019).
Damasio (2003), establece que: las emociones proporcionan un medio natural para que el cerebro y la mente evalúen el ambiente exterior que rodea al organismo y para que respondan en consecuencia y de manera adaptativa: el aparato de las emociones evalúa de forma natural, y el aparato de la mente consciente coevalúa racionalmente (p.57).
Es necesario ratificar, por tanto, que emociones y sentimientos no son términos equivalentes. Mientras las primeras ocurren en el escenario del cuerpo (aumento de la tensión sanguínea y del ritmo cardíaco; subida del umbral de dolor, dilatación de los vasos capilares, etc.) los segundos se manifiestan sobre todo en la mente y serían ellos, precisamente, quienes la habrían fundado, a través del condicionamiento de procesos intelectuales fundamentales como la atención, la memoria y la toma de decisiones. Si las emociones son cambios en el estado del cuerpo como reacciones a los cambios del medio ambiente, natural o social, los sentimientos serían la conciencia de la experiencia de esos cambios. Traducirían el estado de la vida biológica al lenguaje de la mente y del intelecto. El paso de la emoción al sentimiento es automático y de ahí su frecuente (aunque erróneo) uso como sinónimos. (Rodríguez, Angulo, & Rocha, 2015).
El concepto de emoción para Bisquerra (2000) puede ser definida como:un estado complejo del organismo caracterizado por una excitación o perturbación que puede ser fuerte. Son reacciones afectivas, más o menos espontáneas, ante eventos significativos. Implica una evaluación de la situación para disponerse a la acción. La duración de una emoción puede ser de algunos segundos a varias horas (p.20).
Frijda & Mesquita, describen sentimiento como el componente subjetivo o cognitivo de las emociones, es decir la experiencia subjetiva de las emociones. En definitiva, la etiqueta que le ponemos a la emoción. Ambos son conceptos interrelacionados, la emoción engloba al propio sentimiento. (Rosas, 2009).
Las emociones no se limitan a aquello que sentimos, sino que provocan una reacción en cadena en nuestro organismo y nuestra conducta. La naturaleza de las emociones es cambiante, no permanece la misma emoción durante un largo período de tiempo; si esto así sucediera, hablaríamos más bien de un sentimiento, como por ejemplo el amor, antes que de una emoción.
Otros autores señalan que, “podemos estar enfadados e instantes después reírnos de una broma que nos hayan hecho. De hecho, la propia morfología de la palabra ya nos informa de la naturaleza cambiante de su significado: moción, o lo que es lo mismo, movimiento” (López, 2019).
Bisquerra (2003) señala en uno de sus artículos que hay tres componentes básicos en una emoción, los cuales pasamos a describir:
- Neurofisiológico: se manifiesta en respuestas como taquicardia, sudoración, hipertensión, tono muscular, rubor, sequedad en la boca, secreciones hormonales, respiración. Todas ellas son respuestas involuntarias, que el sujeto no puede controlar, sin embargo se pueden prevenir mediante técnicas apropiadas como la relajación.
- Comportamental: conjunto de conductas externas como; expresiones faciales, movimientos corporales, conducta de aproximación, evitación, conducta verbal (entonación de la voz, intensidad, sonidos, etc).
- Cognitivo: es lo que a veces se denomina sentimiento. hace que califiquemos un estado emocional y le demos un nombre. El etiquetado de las emociones está limitado por el dominio del lenguaje. Dado que la introspección a veces es el único método para llegar al conocimiento de las emociones de los demás, las limitaciones del lenguaje imponen serias restricciones a este conocimiento. Pero al mismo tiempo dificulta la toma de conciencia de las propias emociones. Estos déficits provocan la sensación de «no sé qué me pasa».
Belli e Íñiguez (2008) en su estudio científico añaden que:
Por lo general, suele considerarse que las emociones corresponden a experiencias corporales naturales que luego se expresan a través del lenguaje, y ese lenguaje, a su vez, suele calificarse como irracional y subjetivo. Es decir, primero sentimos en el cuerpo lo que más tarde sale por nuestras bocas en forma de un discurso que en cierto modo se opone a la razón. De las emociones también se dice que se gestan en el inconsciente y no en la voluntad, que son más espontáneas que artificiales; más “sentidas” que “pensadas” (p 140).
César Piqueras en su blog personal, establece que podemos partir de cuatro emociones primarias: El miedo, la rabia, la tristeza y la alegría. Desde esta categorización, podríamos aumentar el detalle hablando de más emociones que están contenidas dentro de cada grupo. Por ejemplo, dentro de la rabia podría estar el odio, dentro de la tristeza, la depresión, dentro de la alegría la satisfacción o también el éxtasis. Es decir, que también en las emociones, encontramos tonalidades, distintos colores, tonos, volúmenes. Cada emoción es la expresión de algo, y se expresa de forma única. (Piqueras, 2015).
La psicología evolucionaria ha asumido el estudio de seis expresiones emocionales que se consideran de carácter universal es decir, se observan en la mayoría de las culturas del mundo. Sorpresa, tristeza, miedo, asco, felicidad/alegría, ira. (Zerpa, 2009, p.114).
Vanina Celeste Lopérfido en su artículo “Las emociones básicas de Paul Ekman”, clasifica las emociones básicas en seis:
- Ira: sentimiento que emerge cuando la persona se ve sometida a situaciones que le producen frustración o que le resultan aversivas. De modo genérico se plantea como un proceso vigorizador que urge a la acción, interrumpiendo los procesos cognitivos que se hallan en curso, centrando la atención y la expresión de afectos negativos en el agente que la instiga, y actuando como defensa en situaciones que comprometen la integridad física o la autoimagen y la propia estima.
- Asco: sensación que se refiere en primer lugar a algo que repugna al sentido del gusto, algo percibido en ese momento o imaginado con viveza, y en segundo lugar a algo que produce una sensación parecida en el sentido del olfato, del tacto, o incluso de la vista. En el sentido más general el término de asco define una marcada aversión producida por algo fuertemente desagradable o repugnante. Es una emoción compleja, que implica una respuesta de rechazo.
- Miedo: es la emoción más estudiada en los animales y en el hombre. Tiene un valor de supervivencia obvio. El miedo evolucionó para producir respuestas adaptativas, soluciones conductuales al problema de la supervivencia, cómo detectar un problema y cómo responder al mismo. Es un estado emocional negativo o aversivo, con una activación muy elevada que incita la evitación y el escape de las situaciones que amenazan la supervivencia o el bienestar del organismo.
- Alegría: esta emoción surge cuando la persona evalúa el objeto o acontecimiento como favorable a la consecución de sus metas particulares, o cuando la persona experimenta una atenuación en su estado de malestar, consigue alguna meta u objetivo deseado.
- Tristeza: sentimiento negativo caracterizado por un decaimiento en el estado del ánimo habitual de la persona, que se acompaña de una reducción en su nivel de actividad cognitiva y conductual, y cuya experiencia subjetiva oscila entre la congoja leve y la pena.
- Sorpresa: se produce por lo inesperado o desconocido. Reacción causada por algo imprevisto, novedoso o extraño. (Lopérfido, 2019).
Fernández-Abascal, Martín y Domínguez (como se citó en Vivas, Gallego y González, 2007) afirmaba que a través de otros aportes realizados por algunos autores más, algunas emociones se clasifican en:
- Emociones primarias o básicas: en éstas, englobamos las anteriormente descritas (ira, asco, miedo, tristeza, alegría y sorpresa). Son las que experimentamos en respuesta a un estímulo. Todas, constituyen procesos de adaptación y existen en todos los seres humanos.
- Emociones secundarias: emanan de las primarias, se deben en gran grado al desarrollo individual y sus respuestas difieren ampliamente de unas personas a otras.
- Emociones negativas: implican sentimientos desagradables, valoración de la situación como dañina y la movilización de muchos recursos para su afrontamiento
- Emociones positivas: son aquellas que implican sentimientos agradables, valoración de la situación como beneficiosa, tienen una duración temporal muy corta y movilizan escasos recursos para su afrontamiento.
- Emociones neutras: son las que no producen intrínsecamente reacciones ni agradables ni desagradables, es decir que no pueden considerarse ni como positivas ni como negativas, y tienen como finalidad el facilitar la aparición de posteriores estados emocionales.
- Emociones estáticas: se producen gracias a distintas manifestaciones artísticas, como por ejemplo: la música o la pintura.
- Emociones sociales: no se refieren a las emociones culturalmente aprendidas, sino que es necesario que haya otra persona presente o de lo contrario no pueden aflorar.
- Emociones instrumentales: son aquellas que tienen como fin u objetivo la manipulación o el propósito de lograr algo. Son complicadas de reconocer porque puede parecer que sean naturales. Sin embargo, son emociones forzadas y esconden una intención. (p.25).
Referencias
- Sánchez, A. (última edición: 22 de Noviembre de 2019). Definición de Emoción. Recuperado de https://conceptodefinicion.de/emocion/.
- Damasio, A. (2003). De apetitos y emociones. A. Damasio, En busca de Spinoza: Neurobiología de la emoción y los sentimientos (pp. 56-59). Barcelona, España: Crítica. Recuperado de http://gredos.org/varios/Damasio%20Antonio%En20%Busca%20De%20Spinoza.pdf.
- Somoza-Rodríguez, M., Mahamud-Angulo, K. y Pimenta-Rocha, H. Emociones y sentimientos en los procesos de socialización política: Una mirada desde la Historia de la Educación. Historia y Memoria de la Educación, 2 (2015), 7-44. Doi: 10.5944/hme.2.2015.15541
- Bisquerra-Alzina, R. (2000). El concepto de emoción: Psicopedagogía de las emociones (pp. 20-23). Madrid, España: Editorial Síntesis. Recuperado de http://www.codajic.org/sites/www.codajic.org/files/psicopedagogia%20de%20las%20emociones%20-%20Rafael%20Bisquerra%20Alzina-1.pdf
- Rosas, o. (2010). La estructura disposicional de los sentimientos. Universidad Nacional de Colombia, 60 (145), 5-31. Recuperado de https://revistas.unal.edu.co/index.php/idval/article/view/36686/38636
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- Bisquerra-Alzina, R. (2003). Educación emocional y competencias básicas para la vida. Grupo de investigación en orientación psicopedagógica, 21 (1), 7-43. Recuperado de https://revistas.um.es/rie/article/view/99071/94661
- Belli, S., e Íñiguez-Rueda, L. (2008). El estudio psicosocial de las emociones: una revisión y discusión de la investigación activa. Universitat Autónoma de Barcelona, 39 (2), 139-151. Recuperado de file:///C:/Users/Usuario/Downloads/Dialnet-OEstudoPsicossocialDasEmocoes-5161611%20(1).pdf
- Piqueras, C. (10 de febrero de 2015). Qué son y para qué sirven las emociones básicas [entrada en blog]. César Piqueras. Recuperado de https://www.cesarpiqueras.com/que-son-y-para-que-sirven-las-emociones-basicas/
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- Vivas, M., Gallego, D., Gónzalez, B. (2007). Los diferentes tipos de emociones. En M.Vivas, D. Gallego y B. González (eds), Educar las emociones (pp. 23-31). Mérida, Venzuela: Producciones Editoriales C.A. Recuperado de http://eoepsabi.educa.aragon.es/descargas/H_Recursos/h_3_Educacion_Emocional/h_3.1.Documentos_basicos/10.Educar_las_emociones.pdf