Comunismo, Superación de la Propiedad Privada, Concepto del Estafo: Teorías de Marx

La propiedad privada y el trabajo enajenado: significado y relación

Comenzaremos hablando de la situación del trabajador dentro de la sociedad industrial, ya que el principal problema de la tradición económica liberal es la relación que existe entre el obrero y el capitalista, además de aquellas entabladas entre individuos por medio del intercambio, de manera que si se vende algo material o por medio de trabajo se espera recibir dinero por ello. En este caso, podemos decir que el trabajador vende su trabajo y el capitalista lo compra para producir algo. La unión se presenta voluntariamente, puesto que jefe y trabajador se unen por interés para salir beneficiados.

En las relaciones contractuales, los intercambios entre obrero y capitalista suponen la libertad y la igualdad de los participantes, algo que Marx considera es falso, ya que realmente, la economía política conoce al obrero sólo como animal de trabajo. Esto está lejos de ser real, ya que el trabajador depende cada día más del trabajo, de manera que siempre tendrá la necesidad de participar de un intercambio, a diferencia del capitalista que participa en virtud de su interés. De esta situación se sigue también que, ya desde antes de entablar el contrato laboral, el trabajador no es libre, o al menos no tan libre como lo es el capitalista.

Este es solo un poco de lo que se considera la argumentación marxista, ya que al profundizar en la relación que encontramos entre el trabajador (obrero) y el capitalista, o visto como el trabajo y la propiedad, podemos ver que la libertad del trabajador es debilitada o destruida. Según esto, podemos ver que Marx dentro del capitalismo, rebaja al obrero y lo categoriza como una simple mercancía, la cual va reduciendo su calidad en lo corporal como máquina. “Lo que interesa del obrero al capitalista no es el hombre, sino su fuerza de trabajo; su lugar en el intercambio y en el mundo, y no tiene otra razón que la de producir para el capitalista”

Finalmente, al hablar del sentido de alienación con respecto a otra persona, Marx lo expresa como una consecuencia inmediata de la enajenación con el ser genérico, puesto que “si el hombre se enfrenta consigo mismo, se enfrenta también al otro” dentro de lo que se considera el trabajo enajenado, ya que cada hombre considera al otro según su propia medida, en especialmente con relación al trabajo, al producto de este y a la persona que entabla el proceso de producción. De manera que los cuatro aspectos que adquiere la alienación en el trabajo desde la perspectiva del trabajador son la relación con la cosa, con el acto, con sí mismo y con el otro.

La relación principal entre trabajo alienado y propiedad privada, es tan propia de uno como de otro de los términos que son utilizados por Marx al hablar del salario, ya que al entender el salario dentro de la relación de enajenación, una propuesta como el alza forzada de los salarios sería tan solo mejorar la remuneración de los esclavos y no podría nunca revertir realmente la situación de explotación del trabajador.

¿Qué es el comunismo? superación de la propiedad privada

La propiedad privada es un término que se usa constantemente en ideologías, en el caso del comunismo y el socialismo, se sostiene que el medio de producción ideal es el comunitario y no el individual. En este caso, es necesario aclarar que al movimiento comunista se le ha reprochado el querer abolir este tipo de propiedad, más esta es una alteración de las críticas comunistas.

Marx al hablar de propiedad privada, no comienza refiriéndose a los objetos que son usados cotidianamente por los hombres sino a los medios de producción, los cuales son usados por las clases altas para dominar sobre otros. Podemos decir que, existen dos conceptos opuestos descritos en El Capital que pueden ayudarnos a comprender mejor las ideas del marxismo, entre estos están la propiedad privada capitalista y la propiedad privada que se fundamenta en el trabajo personal. Para ser más exactos, lo que Marx plantea es el impedimento de que unos individuos con cierta influencia social y económica se apropien del trabajo de los otros, de sus facultades o habilidades y los condenen a una vida privada de libertad. La primera superación positiva de la propiedad privada es el comunismo grosero, no es por tanto más que la forma de mostrar la crueldad de la propiedad privada.

Posteriormente, al hablar del comunismo como superación positiva de la propiedad privada en cuanto al entrañamiento del hombre y como apropiación real de la esencia humana, podemos decir que es el retorno del hombre al ser social y del retorno humano hasta el presente. El comunismo es la solución del conflicto entre hombre y naturaleza y entre hombre y hombre, la solución entre la esencia y la existencia, entre la objetivización y la autoafirmación, entre la libertad y la necesidad y, entre el individuo y el género.

Marx vs Bauer: ¿la emancipación política suprime la religión?

Bauer escribió un artículo denominado “La cuestión judía”, en esta hablaba de la polémica que se presenta como reclamo de igualdad política y civil por parte de los judíos. Lo que se reclama en este documento es que el Estado obligaba a abandonar sus prejuicios religiosos más este no lo hacía. Lo que se planteaba era una emancipación política que sólo podría realizarse en un Estado laico y moderno, donde se hiciese una abstracción religiosa de los hombres que lo integran; de esta manera podemos ver las apelaciones que hacen los judíos y los cristianos al abandonar sus creencias y transformarse en ciudadanos libres e iguales en el Estado moderno.

Marx, escribió un artículo nombrado “sobre la cuestión judía”, en el cual criticaba el hecho de que el Estado se emancipe de la religión, no hace que el hombre también lo haga ya que “el Estado puede ser un Estado libre, sin que el hombre sea un hombre libre”. Existe un error en el pensamiento de Bauer al criticar al Estado cristiano y no al Estado en general, y no examinar esta relación entre la emancipación política y la emancipación humana, y en establecer así, condiciones que no se explican porque, exento de sentido crítico, confunde la emancipación política con la emancipación humana en general. Más por el contrario, Marx ve en la religión una creación humana que más allá de ayudar al hombre, lo condena a pensar de qué sirve como una forma de consciencia.

También podemos decir que la emancipación no llega a través de la religión, y esta es el resultado de la miseria y al mismo tiempo la desaprueba. Por lo tanto, ir a la alienación provoca que el hombre cree la relación y solvente el problema religioso que podrá acabar con la religión en general. En este caso, donde mayor se ve la relación de religión cristiana con el poder político. Si decimos que debemos recurrir a los artículos de fe para determinar al estado, según su naturaleza específica; esto quiere decir: convertir la esencia particular de la religión en horma del estado, se afirma la intromisión de la fe en la política, y muestra cómo esta se impone en la sociedad y en el Estado.

Finalmente se debe afirmar que la emancipación humana es la liberación del hombre de la moral religiosa, tanto en lo público como en lo privado, por cuanto esta solo se logra únicamente al separarse de la religión, sin dar oportunidad a que esta se entrometa en asuntos del Estado, de otra manera: “el estado se emancipa de la religión al emanciparse de la religión del estado, es decir, cuando el estado como tal estado no profesa ninguna religión, cuando el estado se profesa más bien como tal estado”

Críticas al Estado político: contradicciones

La concepción del Estado se ve como el resultado de las relaciones de poder, y para Marx, como el producto de las diferencias entre las clases, por esto es que se afirma que la sociedad civil es buscada en la economía política. Gracias a esto, vemos que el Estado siempre está a manos de la clase poderosa: la clase que domina económicamente. Posteriormente hemos de incluir que la base de la emancipación es la economía, la política y las ideologías actuales, los cuales son los pilares basicos que logran y mantienen la alienación.

No debemos olvidar el poder del Estado, y como este monopoliza una dimensión negativa al igual que una dimensión positiva que ayuda a construir lazos sociales, esto podemos encontrarlo al leer “la cuestión judía”. Pero también sabemos que existen diferencias entre el Estado liberal, el cual está organizado en torno a la lógica o la alienación política que el Estado bonapartista que contiene practicas carismáticas y clientelares o fichajes políticos. Bien sabemos que no existe teoría general para explicar el significado del Estado, por cuanto para responderla debemos ver la historia del hombre con respecto a la lucha de clases y no analizando las relaciones políticas ya que estas no constituyen instancias separadas de las relaciones económicas y son solo el relejo de la relación de producción, de manera que generan un nudo donde estas relaciones son de una manera y no de otra.

No hemos de perder de vista las interacciones existentes entre la economía que esta determina por lo político y lo cultural, así como estas condiciones que establecen lo económico. Si bien el Estado no decora las relaciones de producción, tampoco debería delimitar su influencia a la reproducción de las relaciones de producción.

En definitiva, como se puede advertir, el marxismo no es la respuesta para todas las preguntas, sino el pretexto para continuar ensayando la crítica, orientando nuestras dudas y formulando preguntas, así como la excusa para continuar debatiendo sobre las sospechas encontradas colectivamente.

Antagonismo de clase en la sociedad moderna

En el manifiesto comunista, Marx expone su teoría política sobre la lucha de clases, donde se presentan los señores y los siervos, opresores y oprimidos, explotadores y explotados, basándose en la dialéctica de Hegel de los contrarios, donde estos se relacionan entre sí a través de su opuesto.

Cabe decir que, las clases en Marx se les toman en cuenta con categorías reacionales y opositoras, y no como entidades monolíticas, abstractas o inmutables. La clase es la que se concibe en si, como para sí, donde la primera denota las condiciones sociales objetivas, mientras la segunda es la conciencia subjetiva de tales condiciones sociales y materiales.

En la sociedad moderna se han simplificado las clases y se han polarizado, dando lugar a dos clases: la burguesía y el proletariado. La primera se caracteriza simplemente porque tiene la posesión de los medios de producción, mientras que el proletariado carece de aquellos. Por otro lado, están los proletarios, los cuales no teniendo los medios de producción, se dedican a fabricar una determinada mercancía relativamente elaborada. Para Marx, el proletariado es la única clase revolucionaria porque a diferencia de los liberales, aquellos quieren profundizar más los cambios sociales mientras que éstos sólo deseaban cambios suficientes en la sociedad que les aseguraran el capitalismo.

Para Marx el Estado es un poder político, y como tal es “la violencia organizada de una clase para la opresión de otra”, y arguye simultáneamente que si el proletariado en cuanto clase dominante de la sociedad, “suprime por la fuerza las viejas relaciones de producción, suprime al mismo tiempo que estas relaciones de producción, las condiciones para la existencia del antagonismo de clase y de las clases en general, y, por tanto, su propia dominación como clase” Sin embargo, el antagonismo que se expresa en la lucha de la clase trabajadora por liberarse del trabajo como imposición, es decir, el “movimiento real” del comunismo, no conduce o lleva automáticamente a la conquista del comunismo como sociedad libre de clases, Estado, explotación y opresión.

Para ello es necesaria una organización política con la estrategia consciente de la revolución social. Un partido revolucionario que combatiendo en la lucha de clases como parte del “movimiento real” luche por la conquista del poder de los trabajadores como condición para avanzar hacia el objetivo del comunismo. Por eso Marx y Engels, no se dedicaron a la militancia en general, sino a la militancia revolucionaria.

Para Marx y Engels, los comunistas “no tienen intereses propios que se distingan de los intereses generales del proletariado”. Lo que distingue a los comunistas dentro del “movimiento real”, dice el Manifiesto, es que defienden “los intereses comunes y peculiares de todo el proletariado, independientes de su nacionalidad”; que “mantienen siempre el interés del movimiento enfocado en su conjunto”; que son “prácticamente, la parte más decidida” y “teóricamente, llevan de ventaja a las grandes masas del proletariado su clara visión de las condiciones, los derroteros y los resultados generales a que ha de abocarse el movimiento proletario”.

Reivindicaciones comunistas: más allá de la errónea interpretación

Aunque muchos de los análisis que hizo Marx sobre la sociedad de su tiempo fueron acertados, por lo que respecta a las predicciones sobre la evolución social del futuro, hay que reconocer que la mayoría no se han cumplido. Esto se comprueba de manera especial con el tema de las religiones.

Marx proclamó la desaparición del Estado en una sociedad sin clases ni luchas económicas. Sin embargo, la historia posterior ha confirmado que no es posible la existencia de una sociedad moderna e industrializada carente de administración y autoridad centralizada. Si lo que se pretende es una economía planificada, no es posible que desaparezca el Estado. Tiene que haber un ente que proyecte, diseñe y vele por el cumplimiento de las directrices económicas y sociales. Tampoco parece posible el que en una sociedad humana no se den los antagonismos, ya que la mejor idea para solucionar los conflictos de clase es hacer del proletariado la clase universal que asuma el poder y gobierne, es algo bastante utópico.

Ni siquiera en las sociedades comunistas se ha podido prescindir del Estado e incluso en algunas, su régimen socialista se llegó a convertir en un auténtico capitalismo de Estado. Marx estaba convencido de que el capitalismo se autodestruiría irremediablemente como consecuencia del enfurecimiento y la rebelión de los obreros del mundo. El descontento crecería entre los trabajadores hasta que estallara y provocara la destrucción del universo capitalista. Pero resulta que esto no ha sido así, sino que más bien ha acontecido todo lo contrario. En general, las condiciones laborales de los diferentes países donde impera el régimen del capital han ido mejorando y, hoy por hoy, no existen suficientes motivos para creer que tal sistema esté condenado a desaparecer, al menos en un futuro próximo.

Marx y Engels escribieron en su Manifiesto comunista que “el aislamiento nacional y los antagonismos entre los pueblos desaparecen de día en día con el desarrollo de la burguesía, la libertad de comercio y el mercado mundial, con la uniformidad de la producción industrial y las condiciones de existencia que le corresponden”.

El comunismo es entonces para Marx y Engels dos cosas: por un lado, un “movimiento real” que se desarrolla “a la vista de todos”, y por otro lado, un objetivo, el de una nueva sociedad conformada por “una asociación de hombres libres que trabajen con medios de producción colectivos y empleen, conscientemente, sus muchas fuerzas de trabajo individuales como fuerza de trabajo social”.  

07 July 2022
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