Conceptos Contemporáneos de Terrorismo y las Consecuencias en la Guerra Fría

Desde que finalizó la Segunda Guerra Mundial y a lo largo de todo el periodo en el que duró la llamada Guerra Fría, que tuvo enfrentados al bloque aliado encabezado por los norteamericanos e integrados en la OTAN y al de los países soviéticos que formaron el denominado Pacto de Varsovia, muchos han sido los momentos en los que cundió la alarma ante un posible conflicto entre ambos gigantes.  En este trabajo vamos a desgranar las razones que nos llevaron a dicha «olvidada» situación, los actores que en mayor y menor medida intervinieron en ella, los principales eventos que acontecieron, el final del soterrado conflicto, su posterior evolución y la situación en la que posiblemente nos encontramos ahora o en un futuro no muy lejano. La violencia política reflexiona sobre el significado real de términos como guerra y terrorismo, y descubre las irracionales implicaciones que conlleva una deliberada y desacertada respuesta bélica, en vez de otra racional, proveniente del derecho penal, ante un hecho delictivo cometido por un grupo terrorista y no por los inocentes habitantes de naciones enteras. La Guerra Fría es el nombre que define las tensas relaciones durante más de cuatro décadas entre Estados Unidos y sus aliados por una parte y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas o Unión Soviética y los suyos por la otra tras haber combatido en el mismo bando, aunque en frentes y con objetivos finales diferentes, durante la Segunda Guerra Mundial. 

Se le denomina como Guerra Fría porque EEUU y la Unión Soviética, aunque forjaron muchas tensiones y llegaron en varias ocasiones al borde de la confrontación, nunca se enfrentaron directamente desde el punto de vista militar, a pesar de que ambas eran las únicas súper potencias militares y con capacidades nucleares de la época, capaces por si mismas de provocar la aniquilación de la humanidad. La Unión Soviética, al no estar de acuerdo con la partición de la capital de Alemania al finalizar la Segunda Guerra Mundial, bloqueó todos los accesos a Berlín Occidental en manos aliadas con la intención de que esa parte de la ciudad cayese también bajo su control. En esta ocasión, es donde más cerca se estuvo de una guerra nuclear que hubiera sido global y que se solventó gracias a la pericia del Presidente J. Mediante la condena por parte de la URSS de la política imperialista de EEUU sobre el territorio y la proclamación oficial de su apoyo a Vietnam del Norte y al Frente de Liberación Nacional de Vietnam del Sur. Antes y durante este conflicto armado, que tan solo duró tres semanas los soviéticos llevaron a cabo importantes suministros de todo tipo de todo tipo de armas y municiones, incluso algún tipo de asesoramiento a los países árabes que atacaron Israel mientras que EEUU hizo lo propio con el país hebreo. La guerra se estancó y mientras más de 100.000 soldados soviéticos controlaban las ciudades la guerrilla dominaba las zonas rurales. La guerrilla, una vez fue armada eficazmente por EEUU y reforzada con voluntarios árabes y musulmanes imbuidos de una ideología intransigente islamista, mantuvo en jaque a un ejército soviético cada vez más desmoralizado a la vista de su incapacidad de combatir contra un enemigo asimétrico, pero con capacidad de hacer blanco efectivo sobre sus medios militares más eficaces. 

Por ejemplo, el apoyo de EEUU al golpe que derrocó al gobierno de Jacobo Arbenz en Guatemala en 1953, el golpe en Brasil del año siguiente, el apoyo a Pinochet en el golpe de Chile de 1973 o el respaldo a la Contra en Nicaragua en los años 80 y otros conflictos en Centroamérica y Sudamérica. Así el primer esfuerzo para el control de las pruebas nucleares se plasmó en el conocido como el Tratado del Antártico que se abrió a la firma el 1 de diciembre de 1959 y entró en vigor el 23 de junio de 1961. El tratado más importante y conocido en materia del control y reducción de armas nucleares es el denominado Tratado de no Proliferación Nuclear que quedó abierto a la firma el 1 de julio de 1968 y entró en vigor de 1970. Que puedan desarrollar la energía nuclear, aunque solo con fines pacíficos, pero no pueden producir el arma nuclear ni transferir o derivar sus trabajos y logros nucleares al doble uso. Los Tratados para la Reducción de Armas Estratégicas El star que se firmó al final de la Guerra Fría para auto limitar el número de misiles con cabezas nucleares de cada parte. Probablemente, dichas circunstancias no eran más que una consecuencia o referencia a los planes norteamericanos de establecer parte de su sistema de defensa antimisiles en Europa, concretamente en Polonia y en la República Checa, lo cual no sería posible sin la ya mencionada retirada unilateral de EEUU en 2002 del Tratado sobre Misiles Anti-Balísticos que evitaba el establecimiento de nuevos emplazamientos de defensa anti-misiles. Rusia sigue sin aceptar dicho escudo al considerar que la excusa de su necesidad por parte aliada supone en realidad una constante vigilancia sobre su territorio y una enorme limitación de su capacidad de respuesta ante un posible ataque proveniente desde Europa. 

Tal y como ya se ha mencionado, Rusia siempre está presente en apoyos puntuales, diplomáticos, económicos o militares sobre países que entran en conflicto de relaciones con EEUU con independencia del continente en que se produzcan y, al mismo tiempo, actualmente mantiene determinadas amenazas sobre el continente europeo en el sentido de anunciar varias veces su intención de cortar el suministro de gas al centro y norte de Europa y últimamente viene tonteando con Chipre y Grecia como una forma de ejercer presiones para asegurarse sus bases en el Mediterráneo una vez que su base naval de Tartus en Siria pudiera estar en peligro por la situación interna del país y la acción del Estado Islámico, razones por la que dicha base se ha venido desmantelando en los últimos años. Su interés, de nuevo, se centra en dominar zonas cercanas a sus fronteras, controlar los movimientos de los demás y explotar en su día los recursos naturales de su subsuelo, así como los beneficios del control del cada vez más próximo tráfico marítimo que se acabará imponiendo a través de dicha zona para acortar los desplazamientos entre Europa y EEUU con Asia.

Pues bien, al terrible atentado del 11 de septiembre la administración de los Estados Unidos ha respondido con la guerra, primero en Afganistán y luego en Irak, justamente porque fue calificado no solamente como acto terrorista sino también como acto de guerra. Debemos preguntarnos si no es justamente la guerra, la espiral incontrolable de la violencia y la derrota de la razón y del derecho lo que los terroristas persiguen como su principal objetivo estratégico. Fue para todos muy claro, en esos años, que la respuesta de la guerra, más allá de las cuestiones de principio, jurídicas y morales, es insensata justamente desde el punto de vista de la lucha contra el terrorismo, que, como guerra, y por ella, acaba siendo legitimado y alimentado. Pero no fue solamente la calificación del terrorismo como guerra y de la guerra como lucha al terrorismo lo que ha trastornado el lenguaje de la política y del derecho. Está claro que una generalización tan amplia del lenguaje, en virtud de la cual fenómenos diversos son reunidos bajo una única etiqueta, corre el riesgo de favorecer la alianza entre los diversos terrorismos y a la vez el de impedir, por la simplificación maniquea, cualquier conocimiento y comprensión del fenómeno que se intenta combatir. 

El propio terrorismo islámico está conformado por grupos distintos, localizados en Irak, Chechenia, Egipto, Indonesia, en Europa, cada uno con historias, identidades y motivaciones distintas que solamente la respuesta de la guerra puede unir. No es por tanto la guerra, sino solamente la acción coercitiva internacional y el derecho natural de auto tutela, tal como están previstos y regulados por el capítulo VII de la Carta de la ONU, los que integran el uso legítimo de la fuerza y por tanto son precisamente las alternativas a la guerra y, a la vez, las garantías de su prohibición. El derecho o sea los tratos pacientes, luego los diversos tipos de sanciones disuasorias y luego el empleo limitado y controlado de la fuerza con sus presupuestos, sus formas y sus límites es por naturaleza un medio más costoso, más lento y menos eficaz que el uso no regulado de la fuerza en que consiste la guerra. Si todo esto es verdad, entonces ninguna de las cuatro guerras desencadenadas por Occidente en los últimos quince años las nuevas guerras o guerras globales como se les ha llamado ha sido jurídicamente legítima. Con estas guerras, respecto a la primera guerra del Golfo, se realiza un salto cualitativo en su relación con el derecho. La guerra, por el contrario, es una regresión al estado salvaje y la violación masiva de los derechos humanos, primero entre todos es el derecho a la vida de todas las personas involucradas en ella. Por eso la respuesta al terrorismo es tanto más eficaz cuanto más asimétrica: cuanto más el terrorismo no es elevado al nivel de un Estado beligerante y sus agresiones son reconocidas como delitos y no ya como actos de guerra; tanto menos cuando se le responde con la lógica primitiva de la guerra, simétrica a la del terrorismo porque también ella se dirige inevitablemente contra los inocentes, y opuesta, al igual que el terrorismo, a la lógica del derecho. 

En definitiva, podríamos resumir todo lo dicho hasta este punto en que la Guerra Fría supuso una confrontación política, económica, diplomática y militar entre dos bandos que trajo como consecuencias: una gran carrera de armamentos; una desmesurada producción y mejora de la capacidad de las armas de destrucción masiva, muy especialmente de las nucleares; sofisticados sistemas de espionaje; desencuentros diplomáticos por cualquier motivo en todos los continentes; enormes tensiones de carácter militar, algunas de elevada gravedad; ingentes gastos en defensa a pesar o en favor de la marcha de las respectivas economías y una sobre todo, una gran desconfianza a nivel mundial. Rusia, aprovechando las ventajas que le otorga su situación geoestratégica y la gran dependencia de sus vecinos europeos debido a la importancia de sus reservas en productos derivados del petróleo, es consciente de la situación de ventaja que este factor le otorga; además, también confía en la mejora de su capacidad militar en aspectos muy relevantes.

Referencias

  1. National University College. (2020). Conceptos del terrorismo. Recuperado. https://nuc.instructure.com/courses/26263/discussion_topics/477736?module_item_id=939783
  2. Artículo de Javier Blasco. (30 de abril de 2015) LA GUERRA FRÍA, ¿SIGUE O ESTAMOS ANTE SU SEGUNDA EDICIÓN? . Recuperado. https://sites.google.com/site/articulosfjavierblasco/la-guerra-fria-sigue-o-estamos-ante-su-segunda-edicion
01 August 2022
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