Contrato Social, Rousseau Y Montesquieu

 

Si bien, la filosofía política comenzó la producción de conocimiento respecto a nuestro estado natural, la construcción del estado y las nociones del estado moderno con autores como Hobbes y Locke, el contractualismo es perteneciente y es desarrollado por otros personajes dentro de la ilustración o siglo de las luces. Para hablar de ello, abordaremos a autores como Rousseau y Montesquieu. Pero es necesario aportar un panorama general y contextual de lo que se vivía en el tiempo.

Autores como Hobbes aportaron los primeros conocimientos del contrato social y estado natural, pero seguían inmersos en la religión y por consecuente apelaban a la monarquía. En el siglo de las luces, se hacían diferencias por buscar la soberanía del pueblo, explicar de donde provenía ese estado absolutista, la división de estados, y que hacer para que pudiéramos convivir y mejorar las condiciones de las personas que pertenecían a cierto estado.

Esta convivencia, según el contractualismo, se conoce como contrato social, donde las personas aceptamos perder libertades que tenemos en el estado natural para ser pertenecientes a la sociedad y así se logra la generación del estado. Los autores que mencionamos anteriormente (Hobbes y Locke), sentaron las bases del contractualismo que se vio mas trabajado en el siglo de las luces. Si bien, ya analizamos que los dos afirman la existencia de un estado natural (con sus diferencias previamente mencionadas), también coinciden en la necesidad del pacto social para la conformación del estado y las sociedades.

Pero es hasta la época de la ilustración cuando este conocimiento comienza a evidenciarse, a pragmatizarse (al menos un intento) y a analizarse. Personajes como Rousseau, aportaron al contractualismo y a la conformación del estado moderno; su filosofía política esta vigente en nuestros días, sentada en las bases del estado de derecho o hasta de los derechos humanos.

Como ya se menciono vagamente en esta introducción, la época del siglo XVIII, específicamente la segunda mitad, avanzó rápidamente en el terreno de las comunicaciones, la ciencia y la tecnología; por mencionar solo algunos de los tantos avances. Pero el mundo a pesar de ser revolucionario en varios sentidos, seguía siendo muy limitado en otros, como explica Eric Hobsbawm, la cantidad de superficie que trabajaba en un modo de vida rural, era superior a la urbana. Esto implicaba una economía basada en la producción agraria, con un avance en las comunicaciones para facilitar el comercio internacional.

A pesar de este supuesto avance en el terreno de la comunicación, de la economía, etc. Las fracciones del feudalismo, seguían acumulando esclavos y propagando la subordinación de las personas. Pensadores como Rousseau decidieron tomar en cuenta este contexto para genera ideas de filosofía política, ligadas a los contractualistas del siglo pasado, para reestructurar el aparato estatal que regia en la época. Ahora, siguiendo la línea del contrato social, Rousseau entiende que la soberanía del pueblo debe regir y sustentarse en la comunidad; la unión para fortalecer la sociedad. Y explica “…como los hombres no pueden engendrar nuevas fuerzas, sino solamente unir y dirigir las que existen, no tiene otro medio de conservación que el de formar por agregación una suma de fuerzas, capaz de sobrepujar la resistencia…” (Rousseau, 1999)

En este sentido, el contrato social resulta de un alejamiento de las pasiones, la libertad del estado natural, para racionalizar la unión con los demás y regirse con la copresencia de los otros; significa pactar con la sociedad el control y la conservación del individuo.

Esta ideología contractualista que comenzaba desde el siglo XVII, rindió frutos para finales del siglo XVIII, el poder del feudalismo caía, al menos en el plano económico: Hobsbawm, explica “En muchos países de Europa occidental el orden feudal implicado por tales maneras de pensar estaba vivo políticamente, aunque cada vez resultaba mas anticuado en lo económico.” (Hobsbawm, 2005)

El siglo XVIII se caracterizó por un creciente desarrollo económico, la transición de un sistema feudal hacia un sistema empresarial, que conoceríamos como capitalismo. Por otro lado, el desarrolló alcanzo el plano científico, también; si bien no fue tan relevante como lo fue el siglo XIX en el plano de la ciencia, el racionalismo económico del siglo XVIII se vio apoyado por el surgimiento de la enciclopedia. “La gran enciclopedia de Diderot y D´Alembert no fue solo un compendio del pensamiento progresista político y social, sino también del progreso técnico y científico…La ilustración, debió su fuerza, ante todo, al evidente progreso de producción y el comercio, y al racionalismo económico y científico.” (Hobsbawm, 2005)

La ilustración

Es claro el objetivo del siglo de las luces. El uso de la razón como nueva forma de dirigirnos socialmente, de producir conocimiento, de desarrollar la sociedad y dirigirla; la razón fungió como premisa en todos los pensadores de la ilustración. Se buscaba criticar los gobiernos y buscar la unión de las personas. Se buscaba educar a la sociedad para salir del antiguo régimen, salir de la ignorancia de la que el absolutismo se sujetaba para legitimarse.

Un claro ejemplo de esto, es la ideología que Voltaire desarrolló. Al sufrir una vida de exilios, debido a sus ideas políticas, en las que expresaba la critica al régimen, buscaba la permanencia de la libertad de expresión. Apoyaba la libre expresión y libertad de pensamiento para un bienestar social.

La base de este pensamiento era buscar las demás libertades que los individuos debemos tener. Para Voltaire la libertad de expresarnos permitiría al individuo a expresar sus ideas y generar un flujo de conocimiento y debate, y eventualmente conseguir las demás libertades.

Evolución de pensamiento

Durante el desarrollo de este trabajo, se ha aprendido la evolución del pensamiento, en cuanto a filosofía política se refiere. Los contextos sociales de los siglos predecesores al siglo de las luces, dieron la pauta a varios pensadores a buscar una explicación de la vida social-política. El contractualismo y la ilustración se conjugaron para dar la pauta a nuestro pensamiento moderno, la manera que asimilamos el estado natural del hombre, la formación del Estado y la vida social, y ayudaron a comprender el racionalismo y llevarlo a la practica.

Las aportaciones de pensadores como Hobbes, John Locke, Rousseau, entre otros, vislumbraron el devenir de la ciencia social, como la ciencia política y la sociología, y eventualmente se consolido una corriente de pensamiento que devino en una revolución social, política y económica en Europa durante el siglo XVIII.

Estas aportaciones no se consolidaron ahí, eventualmente el debate se abrió entre otros mas, como es el caso de Montesquieu. El autor a la par de los demás contractualistas, aporto el sentido de las leyes de las cosas y trajo consigo una consagración en el terreno de la política.

Para hablar de Montesquieu hay que tener claro cuales eran sus premisas. Montesquieu habla de las leyes, y las entiende como las relaciones naturales derivadas de la naturaleza de las cosas. Es decir que en cuanto somos seres naturales todos poseemos una legalidad, ósea, leyes. En ese sentido, las leyes son normas adheridas a la naturalidad de las cosas.

Las leyes, como ya mencionamos, son normas que adheridas a la naturalidad de las cosas, en ese sentido, Montesquieu define, o entiende el espíritu de estas leyes como la relación que tienen con todos los elementos o variables que juegan en la naturaleza. Es decir, La ley en los gobiernos, es derivada de la razón humana y como se imprime en los mismos, por ende es necesario contemplar las variables particulares de cada pueblo, para aplicar de manera justa las leyes.

Las leyes deben amoldarse a los gobiernos, al clima del pueblo, a la religión, etc., y eso dará su particularidad de estas leyes.

Es esta relación entre las leyes y los factores, a lo que Montesquieu denomina como el espíritu de las leyes. Si entendemos esto, quedará mas claro entender que Montesquieu apelaba a que si existe esta relación con la naturaleza, los gobiernos y el derecho se generaran de manera mas acorde al pueblo al que pertenecen.

Siguiendo esta línea, Montesquieu hace un análisis de los diferentes Estados que el reconoce: El monárquico, el Republicano y el despótico. Para Montesquieu, cada sistema estatal tiene sus propias normas particulares, y así, sus propias características. Los primeros se fundamentan en el honor, el segundo en la virtud y el despótico en el temor. Con esta naturaleza funcionan cada uno de ellos, y se orientan en su particularidad.

Ahora, si bien los entiende como aparatos gubernamentales con sus propias leyes de funcionamiento, también existe la posibilidad de que fallen o se deformen: El gobierno republicano, por ejemplo: encontraría su deformación en una equidad exagerada; si sus partes son tan equitativas que no se encuentra un orden de funcionamiento. Por otro lado el gobierno monárquico podría encontrar su falta de funcionamiento cuando se pierde la legitimidad, es decir, que ya no se reconoce el titulo del soberano y este ve la necesidad de la arbitrariedad. Por ultimo, para Montesquieu, el gobierno despótico, se corrompe de una manera mas violenta o brusca, puesto que el despotismo se corrompe con mas despotismo.

Así bien, también definió los tres poderes que deben pertenecer a cada estado. “El legislativo…El príncipe o el magistrado hace leyes, para algún tiempo o para siempre, y corrige y abroga las que existen. Por el segundo, hace la paz o la guerra, envía o recibe embajadas, vela por la seguridad, previene las invasiones. Por el tercero, castiga los crímenes o juzga los pleitos de los particulares. Este ultimo debe llamarse poder judicial y el otro simplemente poder ejecutivo” (Montesquieu, 2000)

Esta definición y división de los poderes dentro del estado, se vuelve crucial en el pensamiento de Montesquieu, puesto que es lo que ayuda a afianzar una idea de libertad política. Para el autor, la libertad se define y se regula mediante el poder del estado. La libertad política, dice Montesquieu, no se basa en el hacer lo que se quiera, sino en “hacer lo que se debe querer, y en no ser obligado a hacer lo que no debe quererse” (Montesquieu, 2000) En este sentido, la libertad esta determinada por las posibilidades que permiten las leyes, puesto que si esta libertad permitiera hacer lo que las leyes prohíben, se supondría la misma capacidad para todos, lo que significaría una falta de libertad.

En este sentido, la libertad política bien efectuada supone un gobierno donde no se tenga temor del otro, o de sus actos.

Esta noción de cierto “control” en las libertades de las personas, por parte de la institucionalización de las leyes, es lo que lleva a Montesquieu a analizar la integridad de los Estados, es decir, encontrar las contrapartes y las relaciones que se necesitan para que exista el equilibrio entre libertades e independencia. La división del Estado en tres poderes, es el análisis consagrante de la obra. Evidentemente lo encontramos en nuestro Estado moderno, la vigencia y evolución de pensamiento que Montesquieu produjo, ha ayudado a conformar una tradición teórica en el terreno de la sociología, la ciencia política y el derecho.

El análisis que hace Montesquieu respecto a los tres poderes y a la libertad política, específicamente en su Libro XI del espíritu de las leyes, es sumamente exhaustivo, pero para este trabajo no será necesario describir cada cualidad y deber de los tres poderes mencionados. Con el simple hecho de mencionar la relevancia en el contexto de la ilustración y la herencia que dejó para los demás pensadores será suficiente.

Las tesis de Montesquieu que expresó estaban ligadas a la defensa de la Republica, había que apelar a la democracia y a la soberanía del pueblo, para acabar con la soberanía de uno solo que se vivía plenamente aun en Francia.

A pesar de las propuestas, la monarquía y el poder de los soberanos no se acababa del todo: Ahora el monarca se valía de los argumentos de los ilustrados para continuar en su poder, se aprovechaba de las ideas de progreso y democracia para legitimar su estadía como soberano. 

21 April 2021
close
Tu email

Haciendo clic en “Enviar”, estás de acuerdo con nuestros Términos de Servicio y  Estatutos de Privacidad. Te enviaremos ocasionalmente emails relacionados con tu cuenta.

close thanks-icon
¡Gracias!

Su muestra de ensayo ha sido enviada.

Ordenar ahora

Utilizamos cookies para brindarte la mejor experiencia posible. Al continuar, asumiremos que estás de acuerdo con nuestra política de cookies.