Desafíos De Una Universidad Pública, Popular Y Democrática

Estudiar en la Universidad es un bien público y social, y un derecho fundamental de todos los seres humanos, donde los estudiantes asumimos el rol de protagonistas, como sujetos de aprendizaje para convertirnos en profesionales al servicio de nuestra sociedad. Un derecho el cual ha sido construido sobre los cimientos de las luchas sociales y transformaciones históricas que trazaron nuestro camino, logrando convertir en la actualidad las bases de una educación pública, popular y democrática. Es en este sentir; y a su vez citando una célebre frase del Manifiesto Liminar de la Reforma Universitaria de 1918: “Los dolores que nos quedan son las libertades que nos faltan”, que buscaré generar un análisis y reflexión sobre aquellos desafíos que enfrenta la universidad pública actualmente. Para lograr una introducción acertada al tema es necesario adentrarse a los actores significativos que conforman la estrecha relación ligada entre la Universidad y la sociedad como tal.

Ernesto Villanueva, rector de la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ), dijo a Télam que ‘la gratuidad ha dado casi todo de sí, y ahora tenemos que agregar otros ingredientes”

A lo cual podemos afirmar que; la realidad política de un país en el que está inserta una universidad refleja en la vida cotidiana de esta. Tasas de egresos aún bajas, deserción estudiantil, ingresos restrictivos, superpoblación en aulas, reducido presupuesto de inversión, la necesidad de expansión territorial de las universidades, la búsqueda de alternativas y mecanismos de inclusión que amplíen las posibilidades del acceso a los sectores más desprotegidos, entre otros; son algunas de las problemáticas que afligen a la Universidad Pública hoy.

A esto debemos sumar aquellas prácticas clientelistas y prebéndales arbitrariamente en los distintos niveles institucionales y académicos, consecuentes de aquellas corporaciones financieras con peso en el mercado educativo que buscan captar la demanda de la educación, pero no con un sentido de pertenencia social, dañando las bases mismas de su existencia y arrebatando toda iniciativa crítica, tanto a docentes como a estudiantes, en las distintas instancias.

Pero la Universidad no surge solo como receptora de lo que ocurre en la sociedad, sino también como agente de cambio, reproductora de un conjunto de principios y valores, no simplemente actuando como centro formador de intelecto y conocimiento, sino al mismo tiempo, como institución viva en dialéctica con la sociedad.

Es a partir este punto que se subyace en la necesidad de reactivar mecanismos de participación y compromiso de los protagonistas centrales de esta ecuación educacional. Surgiendo como uno de los principales desafíos a sobrellevar actualmente, nos encontramos con una tarea pendiente, el de lograr poner en manifiesto la necesidad de vincular a la institución con el medio social en la que está inserta, subrayando la independencia filosófica, la libertad de enseñar, difundir e investigar, manteniendo el clima de apertura y tolerancia, ajeno a presiones políticas y necesario para el fecundo ejercicio de las funciones académicas. Construyendo los pilares estructurales a la democratización y autonomía de la educación en la universidad. Trascendiendo los límites del proceso de enseñanza, aprendizaje de carreras o especialidades profesionales, con el fin de que esta atienda las necesidades y problemas sociales.

A su vez, no debemos olvidar otro punto importante a la hora de indagar sobre la democratización universitaria y los desafíos que esta enfrenta: La desigualdad social de la población estudiantil y general de la sociedad. Es aquí, como punto de partida, que urge la necesidad de proponer estrategias que promuevan la equidad en el acceso al conocimiento. Cuando hablamos de equidad estamos avanzando un paso más que del concepto de igualdad. Y es la función de este nivel Superior el generar “puentes” que permitan la equidad en el acceso al conocimiento.

Para concluir, el derecho a la educación integra un campo de batalla global donde la democratización universitaria juega un rol fundamental como promotora de este cambio y está en su capacidad el incorporar al proceso educativo aquellas herramientas que fomentan la inclusión, la calidad y el fortalecimiento de la sociedad. Defendiendo una Universidad libre, independiente, laica, gratuita e inclusiva. Una Universidad para todos, todas y todos, solidificándose en un sentimiento fundamental de libertad y compromiso social, el de una Universidad formando profesionales para estar al servicio del pueblo y hacer posible “la utopía del mañana” en cada paso del hoy.

16 April 2021
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