Don Quijote En Sierra Morena
La penitencia de don Quijote en Sierra Morena es el punto álgido de la primera parte de la obra de Miguel de Cervantes. Dicha importancia se refleja tanto en los simbolismos que encontramos durante el desarrollo de este episodio, como en la importancia que tiene para la estructuración de la novela y la trama. Hemos de decir que todo lo que acontece en Sierra Morena, incluido lo que les sucede a Sancho, al cura y al barbero, va desde el capítulo veintitrés al veintinueve ambos incluidos, pero cuando hablamos de la penitencia nos referimos principalmente a los capítulos veinticinco y veintiséis, pues es cuando don Quijote imita la penitencia de los libros de caballerías que él había leído.
Como bien sabemos, tras haber liberado a los galeotes, don Quijote y Sancho por miedo a la Santa Hermandad se internan en Sierra Morena. Allí el caballero andante decide “suspender transitoriamente su vagabundeo en busca de aventuras y permanecer un tiempo solo en Sierra Morena entregado a la penitencia y al desatino” (De Riquer, 1993, pág. 52). Este momento hace referencia a un tópico de la novela caballeresca, donde los héroes se retiraban a la soledad de un bosque y allí hacían su penitencia, pero, como es de esperarse, Cervantes llevó esto un punto más allá y parodia a todos estos héroes con la figura de don Quijote. Nuestro héroe escribe versos a su amada Dulcinea en los árboles, se deja llevar por su “furia” y da volteretas por el monte en camisa. Este es un momento muy importante, pues el caballero andante, tomado siempre por todos como un loco, decide voluntariamente volverse o al menos comportarse como un loco de verdad. Riley (2005) defiende que esta penitencia es una imitación del retiro que realizó Amadís en la Peña Pobre tras el rechazo de su amada Oriana.
Asimismo, algo muy interesante de este episodio es que don Quijote tiene un momento de cordura cuando le pide a Sancho que le lleve una carta a Dulcinea, y es que el caballero andante reconoce que Dulcinea no existe, que es producto de la idealización de la joven Aldonza Lorenzo, y de este modo se lo explica a Sancho: “Yo imagino que todo lo que digo es así, sin que sobre ni falte nada, y píntola en mi imaginación como la deseo, así en la belleza como en la principalidad.” (Cervantes, 1605, parte I, cap. 25, pág. 244). Esta es una de las pocas veces que don Quijote reconoce la idealización de la joven. No debemos olvidar que don Quijote no tiene motivos para realizar esta penitencia, pues a diferencia de las grandes novelas caballerescas, Dulcinea no le ha rechazado, pues ni si quiera tiene una relación con él y tampoco está enamorada. Una vez más todo es producto de la imaginación del caballero andante y su deseo por vivir las aventuras que él había leído en los libros de caballerías.
Otra gran parodia de este episodio es la carta que realiza don Quijote a Dulcinea. Con dicha carta Cervantes parodia aquellas que aparecen en los libros de caballerías, donde el héroe declara el amor que siente por su amada. Son grandes las similitudes existentes entre la carta que escribe don Quijote y las que aparecen en otros libros de caballerías, sobre todo con la carta que escribe Oriana en el Amadís de Gaula. De hecho ambas cartas comienzan de una forma muy similar; la de don Quijote a Dulcinea comienza de la siguiente forma: “El ferido de punta de ausencia y el llagado de las telas del corazón, dulcísima Dulcinea del Toboso, te envía la salud que el no tiene” (Cervantes, 1605, parte I, cap. 25, pág. 245) y la de Oriana de este modo: “Yo soy la doncella herida de punta de espada por el corazón, y vos soys el que me feristes”. Como se puede ver ambos, Oriana y don Quijote, se encuentran “feridos”, en el caso de don Quijote por la ausencia de su amada y Oriana por la supuesta infidelidad de Amadís. Esta carta nos la encontramos deformada más adelante, a un modo muy rústico, cuando Sancho se la recita al cura para que la transcriba. Es decir, Cervantes hace una parodia de su propia obra.
La penitencia en Sierra Morena termina cuando el cura y el barbero, con ayuda de la joven Dorotea, engañan a don Quijote inventándose una aventura digna de una novela de caballerías. Esta es la primera vez que don Quijote es engañado de este modo en la primera parte del Quijote, pero como bien sabemos Cervantes utilizará este recurso literario para el desarrollo de la trama de la segunda parte, donde el héroe será engañado en numerosas ocasiones, sobre todo con el fin de reírse de él. A partir de este momento la obra continuará con un entramado de historias amorosas, o más bien deberíamos decir que continuará con un laberinto de historias amorosas.
Como ya hemos indicado al inicio de este ensayo, la penitencia en Sierra Morena también tiene una gran importancia para la estructura de la obra, y como indica el profesor Gómez Canseco (2005) la obra fue creada con “cierto equilibrio artificioso, pues la trama está dividida en dos partes proporcionadas, cuyo eje es la penitencia de don Quijote en Sierra Morena” (pág. 46). La penitencia, principalmente, tiene lugar en el capítulo veintiséis, cuando don Quijote se queda totalmente solo tras la salida de Sancho hacia el Toboso, este capítulo es justo la mitad de los cincuenta y dos que forman la primera parte del Quijote. Se podría decir que en este momento la primera parte ha llegado a su cumbre, la de Sierra Morena, y a partir de aquí la trama empieza a descender, el caballero andante pone fin a su segunda salida y comienza su camino de regreso a casa. La primera parte de la obra queda así divida en dos, pero ambas partes tienen muchas similitudes entre ellas. Debido a dichas similitudes son muchos los autores que defienden la premeditación de esta estructura por parte de Cervantes. Además, parece ser que Cervantes utilizó este episodio para realizar un cambio en el género o estilo de la novela, pues la parte anterior a la llegada a Sierra Morena corresponde al género caballeresco, pues sus capítulos están llenos de aventuras, y a partir de la penitencia aparecen una gran cantidad de historias amorosas que son típicas del género sentimental.
Así pues, como hemos podido comprobar a lo largo del ensayo, el episodio de la penitencia en Sierra Morena es fundamental para el desarrollo y la estructuración de la primera parte del Quijote. Es un episodio donde el autor parodia, a mi parecer más que en ningún otro capítulo, a las novelas de caballerías. Además, a partir de él Cervantes da un giro de tuerca a la trama de la obra, pues no solo se centra en los temas sentimentales, sino que don Quijote y sus aventuras, en algunas ocasiones, pasan a un segundo plano y el autor se centra en todo el entramado de historias amorosas. Asimismo, en el episodio también se refleja el gran lector que era Cervantes al hacer tantas similitudes con otras novelas caballerescas como son el Amadís de Gaula o el Florisel de Niquea, entre otros. En conclusión, y tal y como muchos estudiosos han demostrado, el capítulo fue premeditado por el autor, tanto para la estructura de la novela como para la continuación de la trama.