Dossier De Dificultades De Aprendizaje: La Dislexia
La decodificación es la capacidad de reconocer las palabras y además de ser uno de los dos procesos más importantes de la lectura, su dominación implica saber discriminar e identificar las palabras de forma aislada formando grupos y sobretodo tener la capacidad de identificar cada palabra como una forma ortográfica con significado y además atribuirle una pronunciación. Para poder decodificar debemos entender cómo se relacionan los símbolos gráficos con los sonidos y adquiriendo el procedimiento de lectura de palabras. Los lectores con dificultades generalmente fracasan en la utilización de las letras como señales para decodificar las palabras y acceder a su significado, el reconocimiento de palabras, debe ser un procedimiento automático cuántos menos recursos atencionales utilicemos en las operaciones de bajo nivel, mayor será la capacidad de ejecución de los procesos de un nivel más elevado.
La habilidad lectora necesita un prolongado esfuerzo y muchas horas de práctica, ya que es una actividad compleja que requiere un alto grado de abstracción, para poder llevar a cabo esta tarea, el texto proporciona diferentes tipos de señales según Gelzheiser y Clark (1991).
El primer tipo serían los símbolos gráficos, representan los sonidos siempre y cuando los individuos conozcan las correspondencias necesarias (RCGF) podrán interpretarlas, es decir, es importante conocer los signos gráficos y además sus correspondencias fonológicas, es por esto que en la enseñanza inicial de la lectura se presta mucha atención a las letras y sus diferencias para ver lograr la discriminación y la identificación de las mismas por parte de los niños.
La lectura siempre se inicia de un input visual, los aspectos perceptivos visuales no se consideran determinantes en las dificultades lectoras iniciales, cuando estas se producen es necesario asegurarse de que los niños han realizado adecuadamente una serie de aprendizajes para hacer frente a las demandas de esta tarea de acuerdo con Windows (1991) estos serían:
- Precisión en la percepción visual
- Análisis visual
- Discriminación visual
- Memoria visual
- Habilidad viso espacial y direccional
- Habilidad motora
- Y habilidad lingüística (procesamiento fonológico de las palabras).
Las siguientes señales serían las contextuales, cada palabra de un texto está rodeada por otras palabras, estas funcionan como señales para ayudar a decodificar a otras, si una palabra no se reconoce puedes adivinarla por el contexto.
Finalmente el tercer tipo de señales serían las estructurales, se trata de una serie de convenciones características del lenguaje escrito, como por ejemplo que se lee y escribe de izquierda a derecha. Los lectores expertos conocen y utilizan todo este tipo de señales, en general, el fallo de los niños que fracasan en el aprendizaje reside en el primer tipo de señales, ya que en su mayoría tienen problemas con decodificar las palabras, y no puede darse una lectura competente sin una decodificación fluida (automatizada).
Es muy importante centrarse en cómo funciona el sistema de lectura en los lectores adultos, cuando estos se encuentran con palabras escritas las analizan visualmente (rasgos físicos de los gráficos) y las identifica, el desplazamiento de los ojos, como observó Javal (1879) no se hace siguiendo una línea regular, sino que los ojos se desplazan de izquierda a derecha mediante unos saltos rápidos llamados movimientos oculares sacádicos, que se alternan con periodos de inmovilización llamados fijaciones, donde se extrae la información.
La información pasa a la memoria sensorial llamada memoria icónica, inmediatamente después a la memoria a corto plazo, dónde se lleva a cabo las operaciones destinadas a reconocer las letras y los patrones visuales como palabras.
Las palabras se reconocen mediante los datos almacenados en la memoria a largo plazo, qué es un léxico mental dónde se encuentran los conocimientos lingüísticos fonológico semántico y ortográficos de las palabras que ya conocemos, en conjunto estos procesos constituyen lo que se denomina proceso de acceso léxico a los que se añaden los de pronunciación en el caso de la lectura en voz alta.
Existen dos procedimientos uno consiste, en la lectura léxica directa y visual en el que las palabras se asocian directamente con su significado, el reconocimiento es global e inmediato ya que las palabras han sido anteriormente almacenadas en el léxico mental, y en el segundo procesamiento, subléxico indirecto o fonológico, la conversión de las palabras en un sonido se llevará a cabo mediante la aplicación de las reglas de correspondencia grafema fonema. Utiliza por lo tanto un ensamblador fonológico absolutamente necesario en el caso de esta lectura generalmente se utiliza para leer pseudopalabras o palabras desconocidas.
Estás formas de lectura no son mecanismos independientes ya que lectura hábil implica ambos, serían dos partes sinérgicas del mismo proceso ya que están íntimamente conectadas y dependen de tres tipos de informaciones sobre las palabras que ya posee el lector, como las representaciones de tipo fonológico semántico y ortográfico (Adams 1990). Estos conocimientos son altamente interactivos, tienen múltiples interrelaciones que se adquieren con las experiencias lingüísticas.
El conocimiento ortográfico se refiere al reconocimiento de las letras, la información semántica al conocimiento del significado de las palabras, y el fonológico a la información almacenada sobre la representación auditiva de las palabras. Estos conocimientos simultáneamente se necesitan para el reconocimiento de las palabras siendo mayor o menor la aportación de cada uno de ellos dependiendo de los estímulos a procesar y la habilidad del lector, un incorrecto funcionamiento de cualquiera de estos procedimientos producirá dificultades.Por tanto la adquisición de la lectura va a depender del funcionamiento del ensamblador fonológico, ya que es el único procedimiento para generar identificación de palabras nuevas que nunca han sido leídas o procesadas previamente. Como conclusión, el principal esfuerzo del aprendizaje inicial de la lectura, sin descuidar el fomento de la ruta visual, debe dirigirse a la adquisición de procedimiento indirecto o fonológico, que es la clave para lograr una lectura competente, ahora bien, este aprendizaje presenta dificultades para muchos niños a estos se les denomina dificultades lectoras aunque podemos distinguir distintos tipos.
Refiriéndonos a los disléxicos, encontramos diferentes tipos, dislexias adquiridas y dislexias evolutivas, las primeras son personas que aunque eran lectoras, tras un accidente o lesión cerebral han perdido esta habilidad. Las evolutivas por su parte, engloban las personas que experimentan dificultades en la adquisición de la lectura, la principal diferencia entre ambas es que en la primera existe un accidente o una afectación cerebral que explica la alteración.
Existen distintos tipos de dislexia adquirida en función del tipo de errores que se manifiesta en los pacientes, todas tienen en común que presentan lesiones en el hemisferio cerebral dominante.
Las dislexias evolutivas se caracterizan por la presencia de inteligencia normal, además de excluir otros problemas como alteraciones emocionales, contextos desfavorecidos, carencia de oportunidades educativas… estas se se dan a conocer por una deficiencia en el aprendizaje de la lectura. La concepción de las dislexias evolutivas ha variado a lo largo del tiempo, durante mucho tiempo se consideraron síndrome unitario, se conocía como una “ceguera congénita para las palabras”, ahora más actualmente la investigación ha puesto en relieve la importancia de aspectos psicolingüísticos, tanto en el desarrollo como las dificultades de adquisición lectora. Los disléxicos evolutivos no forman una población homogénea, su fracaso surge de la imposibilidad de desarrollar uno o dos de los mecanismos que utilizamos para desarrollar el sistema de lectura, además la dislexia evolutiva se dividirá en tres grupos fonológicos, superficiales y mixtos.
Según la perspectiva neurobiológica los estudios genéticos y neuroanatómicos sobre la existencia de componente genético en la dislexia, se observa en que la propia dislexia se da más en niños que en niñas, es por eso que se realizaron muchos trabajos utilizando estudios de antecedentes familiares y concordancia genética en gemelos. En estos estudios se observó que si existen concordancias genéticas ya que en gemelos dicigóticos se sitúa en torno al 30 % la probabilidad de que si uno lo tiene el otro también y en gemelos monocigóticos se eleva hasta un 85 o 100%.
Otros estudios ponen más énfasis en alteraciones neurosomática y su relación con la dislexia, aunque estos estudios están actualmente en fase de expansión, debido a los avances tecnológicos interesa profundizar más en perspectivas como la psicolingüística que propone indicaciones referidas a la intervención desde la psicolingüística, los problemas lingüísticos pueden situarse en dos categorías, procesamiento del lenguaje hablado y conocimiento fonémico (Defior 1993).
Dentro de la primera categoría man en 1991 distingue cuatro niveles diferentes:
- Habilidades finas de percepción del habla que son las que posibilitan distinguir palabras que se parecen mucho entre sí
- Habilidades de vocabulario principalmente denominación rápida para poder acceder inmediatamente el significado de las palabras
- Adecuada memoria verbal a corto plazo
- Capacidad de detectar estructuras sintácticas y semánticas en frases y oraciones.
Los malos lectores serán deficientes en todos estos aspectos del procesamiento lingüístico, aunque la propia experiencia lectora facilita el dominio de estos aspectos según Stanovich ( 1986).
También ocurre con el dominio del conocimiento fonológico o la conciencia fonológica, esta juega un papel muy importante en la adquisición y el desarrollo de la lectoescritura.
En resumen los malos lectores muestran una amplia inventario de déficit del lenguaje que generalmente son interdependientes, aunque en general coinciden en problemas comunes a nivel fonológico.
Las habilidades fonológicas implican conocimiento y capacidad de analizar y manipular elementos que construyen el lenguaje y que se encuentran relacionado con la lectoescritura de palabras, estas habilidades permiten aprender la estructura fonológica de las palabras además de utilizar la información fonológica en el lenguaje oral y escrito.
La conciencia lingüística o metalingüística es la capacidad para reflexionar sobre aspectos formales de la lengua dejando a un lado la función comunicativa, es indispensable para dominar la habilidad lectora comprender el sistema de representación ortográfica y la estructura del lenguaje fonológicamente hablando.
El entrenamiento de estas habilidades, potencia la adquisición de la lectoescritura no sólo en lectores deficientes, sino también el lectores normales, aunque el entrenamiento exclusivamente fonológico no es suficiente, hay que acompañarlo de enseñanza de los grafemas.
La lectura, al igual que las dificultades en general no se pueden evaluar mediante un diagnóstico general, si no que debe detallarse dónde residen las dificultades, por eso es necesario registrar con exactitud las respuestas que proporcione el niño y determinar el funcionamiento de las dos rutas de acceso al léxico.
Podemos distinguir entre pruebas generales y específicas en el primer grupo existen gran cantidad de pruebas en el mercado válidas para el pronóstico de la dislexia.
Es necesario de cara a la intervención, buscar procedimientos que mejoren las habilidades de reconocimiento de palabras, diseñar estrategias dirigidas tanto al establecimiento de la vía directa como la indirecta y automatización.
Es importante destacar procedimientos que se pueden tener en cuenta en la intervención hacia estas dificultades como son el entrenamiento de habilidades fonológicas, programas especiales centrados en la enseñanza de las RCGF, el método de lectura repetida, el entrenamiento en reconocimiento global de palabras, la enseñanza con apoyos gráficos, y el uso de programas de ordenador.