Efectos Negativos De La Publicidad Alimentaria
Existen algunas evidencias acerca de que la publicidad alimentaria produce un efecto negativo con respecto a los hábitos alimentarios tanto en adultos como en niños. Dicha influencia se ve más afectada en personas que poseen un nivel socioeconómico bajo, así como cuando estas se encuentran realizando actividades que requieren su total atención.
El hecho de ver la televisión tiende a la ingesta de comida y bebida de cualquier tipo, aunque estos no se correspondan con los alimentos que se anuncian en ese momento. Esto es debido a que muchas veces, los anuncios publicitarios utilizan estrategias para hacer que el producto anunciado, evoque sensaciones positivas en los receptores del mismo(por medio de imágenes, sonidos o emociones que llamen la atención de los espectadores). Todo ello influye en la elección de los productos a la hora de hacer la compra y en el consumo alimentario de los/as niños/as.
A pesar de que muchos padres y madres se preocupan por la alimentación de sus hijos/as e intentan aconsejarles acerca de una “alimentación saludable”, por lo general, la población infantil tiende a elegir los productos que más les atraen debido a la gran influencia que ejercen los anuncios publicitarios.
En determinadas ocasiones, algunos famosos, incluyendo deportistas de élite, anuncian productos ricos en ácidos grasos, grasas saturadas, con excesivo contenido en sal, etc. que son nocivos para la salud, y cuando la población ve ese tipo de publicidad, tiende a relacionar que ese producto es consumido por la persona que lo anuncia y da por hecho que es más saludable de lo que verdaderamente es.
Asimismo, hay diversos estudios que muestran una posible asociación directa entre la publicidad alimentaria por televisión y la obesidad infantil en muchos países, sobre todo en países desarrollados.
Según un estudio desarrollado por el departamento de enfermería de la Universidad de Extremadura: “La visualización abusiva de la televisión consume el tiempo que los niños deben dedicar al juego y deporte, estimula el “picoteo” de chucherías y la inclusión en la dieta de los productos alimenticios anunciados, muy calóricos y poco nutritivos, que fomentan trastornos nutricionales como la obesidad e hipercolesterolemia”.
Un aspecto a destacar es que varios estudios han demostrado que la limitación del tiempo de exposición de publicidad alimentaria por televisión está relacionada con reducciones importantes en las cifras de obesidad infantil.
Por ello, se ha determinado que actualmente entre un 16 y un 40% de la población infantil sufre obesidad secundaria a la publicidad por televisión.
Es necesario resaltar que la publicidad alimentaria por televisión no solo está relacionada con la obesidad infantil, sino que también influye en gran medida la salud mental y psicológica de los niños/as en la etapa de la adolescencia. Ello puede ser ejemplificado con la tendencia a la aparición de determinados trastornos del comportamiento alimentario como pueden ser la bulimia o la anorexia nerviosas, que se debe principalmente al canon de belleza que nos impone la sociedad y que deriva en una obsesión por conseguir ese “cuerpo perfecto”.
