El Abuso Sexual En Nuestra Sociedad
INTRODUCCIÓN
El abuso sexual es un problema latente que afecta a nuestra sociedad, en mayor proporción a las mujeres, y en especial, en estos tiempos por la coyuntura que estamos viviendo, afectando a todo tipo de estrato social. Actualmente se evidencian estos casos en mayor proporción, a lo que la sociedad se muestra con una actitud de indiferencia ante este tipo de abuso que puede afectar a adolescentes y mujeres, vulnerando a nuestros derechos a una vida segura, normalizándose casa vez más en nuestra sociedad. Este tipo de abuso no distingue la edad, la clase social, la raza, religión o cultura; causando efectos devastadores para quien lo ha sufrido, desencadenando actitudes negativas en las personas que lo han sufrido y a las personas en su entorno.
Estos actos de abuso sexual están presentes en todo momento, antes de la cuarentena, se presentaban en cualquier lugar con simples hechos de ir por la calle, estando en un medio de transporte, con palabras morbosas y mal intencionadas con las que muchas personas lo simplifican llamándolos “piropos”. Así mismo, la OMS, nos dice que “abarca actos que van desde el acoso verbal a la penetración forzada y una variedad de tipos de coacción, desde la presión social y la intimidación a la fuerza física”. Se sabe que muchas víctimas han reaccionado de forma negativa ante este tipo de abuso, mostrando cólera, frustración, resentimiento, problemas antisociales, estrés, problemas del pensamiento, ansiedad, depresión y puede llegar estas crisis a problemas más serios como el suicidio.
Por ello optamos por abordar este tema: “Cambios de actitud en adolescente víctimas de abuso sexual, en tiempos de cuarentena, Chimbote, 2020”. Una vez planteado el tema, formulamos la siguiente pregunta: ¿Cuáles son los cambios de actitud en adolescentes víctimas de abuso sexual, en tiempos de cuarentena?
Por consiguiente, el presente ensayo tiene como objetivo determinar cuáles son los cambios de actitud en adolescente que han sido víctimas de algún abuso sexual, en tiempos de cuarentena; estos estudios abordaran los siguientes tópicos: abuso sexual, causas del abuso sexual, consecuencias del abuso sexual, cambios de actitud tras el abuso sexual, modificación de conducta psicológica y conductas sociales. En síntesis, la temática señalada sobre el tema en este ensayo, es para conocer las causas que se puede evidenciar ante un hecho y las consecuencias que se originan en el individuo, asimismo el apoyo necesario para afrontar este hecho. En este sentido, el abuso sexual, no solo afecta a la persona abusada o violentada, sino también a su entorno familiar, contexto social ante actividades interpersonales.
ARGUMENTACIÓN
Según Fernández, nos da algunos alcances sobre las diferencias entes algunos conceptos importantes, como, por ejemplo: abuso sexual, es sin generar violencia o intimidación y sin que influya consentimiento; Agresión sexual, o conocida como violencia sexual, el cual es el contacto sexual no consentido, con violencia e intimidación; y el acoso sexual, el cual son insinuaciones a través del lenguaje verbal o no verbal para tener relaciones sexuales. Según Viviano, expresa que el abuso sexual se da al momento de interacciones y contactos entre una persona adulta con un adolescente, con la finalidad de complacerse y obtener acto sexual, así mismo el abuso sexual puede ser cometido por un menor de edad que medie una situación de abuso de poder por razón de edad, sexo, clase social, amenazas, entre otros.
Del mismo modo, Berlinerblau, considera que el abuso sexual implica toda interacción sexual con o sin consentimiento, independientemente de si el adolescente entiende el hecho de dicha actividad sexual o no presente rechazo, incluyendo: frotaciones, manoseos, besos sexuales, exhibicionismo, comentario lascivos o subidos de tono para el menor, pornografía (disfrazada de educación sexual), voyerismo, instar a que los adolescentes tengan sexo, contactar a adolescentes vía internet, coito interfemoral, intento o penetración sexual (vaginal, anal o bucal). Se hace necesario resaltar que todas las expresiones de violencia en las relaciones humanas, tanto el acoso como el abuso sexual constituyen un fenómeno complejo, cuya ocurrencia obedece a una serie de aspectos que interaccionan entre sí y corresponden a los diversos niveles del desenvolvimiento humano, haciendo que haya múltiples maneras y modalidades para cometer este tipo de atropellos a las personas, incluso aprovechándose de su vulnerabilidad.
Alguna de las modalidades más frecuentes en las que se dan el acoso o el abuso sexual, según Chejter, detalla: Abuso sexual infantil intrafamiliar (donde el abusador es un familiar de la víctima); abuso sexual extrafamiliar (el abusador es un desconocidos o personas dentro de su entorno social); explotación sexual comercial; abuso sexual sistemático (explotación que tiene un veneficio económico); pornografía y grooming (acoso sexual virtual). Es así que Ramos, menciona que el abuso sexual en todos sus niveles, constituye a un problema de salud pública y a los derechos humanos, volviéndose un problema de proporciones incalculables, generando consecuencias emocionales y psicológicas devastadoras para quienes lo sufren y con consecuencia a corto y largo plazo que afecta a la salud mental de las víctimas.
Por consiguiente, el abuso a los menores de edad trastorna gravemente la vida de los niños y adolescentes, produciéndoles sentimientos de culpa, depresión, ansiedad alteración del sueño, de la alimentación, suicidios, problemas escolares, drogadicción y alteran el desarrollo psicosexual. De otra manera, Baita y Moreno, menciona que en la antigua Grecia era usual y permitido que los padres o cuidadores abusaran sexualmente de los niños, los abandonaran o maltrataran, esto daba pie a “tratos despiadados, la práctica del infanticidio, el abandono, la negligencia, los rigores de la envoltura con faja, las torturas múltiples, la inanición deliberada, las palizas y los encierros alevosos”, a lo que en nuestra sociedad se ha dado fin a este tipo de abusos antiguamente lícitos; ya que Soriano, reconoce cuatro tipos de maltrato como actos importantes de comisión u omisión por parte de los tutores los cuales son: maltrato físico, maltrato emocional o psicológico, negligencia y abuso sexual; pero en los últimos años, las sanciones se han endurecido y los beneficios penitenciarios para este tipo de delitos han sido eliminados, sin embargo, parece no haber sido convincente, ya que el número de casos de abusos sexuales va en aumento.
Zamudio y Valencia en su proyecto, quisieron dar a conocer la necesidad de dar información sobre la sexualidad a los adolescentes y jóvenes en tiempos de cuarentena por el COVID-19, teniendo como intención presentar, información sobre la prevención y el apoyo para adolescentes en caso de acoso o abuso sexual generado durante el aislamiento social obligado por la pandemia mundial del coronavirus; ya que durante los 92 días desde que se había empezado la cuarentena, se registró 342 casos sobre abuso sexual, cabe destacar que estos niños que fueron víctimas de abuso sexual, recién les contaron a sus padres después de muchos años (en la adolescencia), ya que se sintieron con más confianza desde que sus progenitores están más en casa; por esa razón, Vázquez, coordinadora de los Centros Emergencia Mujer en una entrevista en RPP, mencionó que: “…recién les han contado a sus padres hechos de violencia pasados porque se han sentido protegidos por ellos”. Al respecto hay que tener en cuenta los resultados que muestra El MIMP (Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables), el cual desde el 16 de marzo hasta el 15 de julio, por lo menos ha atendido a 900 casos de violación sexual en el país, el 71% ha sido menores de edad: 600 niñas y mujeres adolescentes, y 40 niños y hombres adolescentes, llegando a 5 abusos cada día en los 4 últimos meses..
Por tanto, una víctima de abuso sexual, puede reprimir sentimientos de cólera, enfado y disgusto a su agresor, convirtiéndose en un resentimiento guardado por tal acto de abuso y violencia que sufrió la víctima. Al respecto de esto, durante las primeras 8 semanas del inicio del confinamiento se registraron 226 violaciones, de ellas 132 son a menores de edad; y a su vez, Tolentino, directora ejecutiva de Aura, en una entrevista, lamentó que esta problemática no se haya detenido desde que empezó la cuarentena. En estos casos denunciados, los niños que deberían estar seguros en sus hogares fueron violentados por personas afines a su familia o que son parte de su familia, como por ejemplo tíos, hermanos, vecinos hasta incluso el mismo padre. Uno de estos casos fue la violación de una niña de 11 años que fue violada por su padrastro y el hermano de este, mientras su madre se fue de compras, la misma víctima denuncio el hecho a las autoridades, cabe destacar que la madre no sabía del hecho. En otras ocasiones la madre o un familiar tiene conocimientos sobre estos hechos, pero no quieren denunciar al victimario, como es el caso de una menor en Puno que también fue violada por su padrastro, pero que el hermano menor de la niña denunció el hecho, en esta ocasión la madre sabía lo que pasaba, pero se negaba a denunciar.
Es por ello que debido al confinamiento social de la cuarentena por COVID-19 obliga a las familias a mantener un mismo espacio por periodos más prolongados de tiempo; con esto, la ONU advirtió el 08 de abril del 2020 sobre el incremento de violencia y abuso sexual contra menores durante confinamiento por COVID-19, siendo los lugares más comunes los instituciones psiquiátricas y de asistencia social, orfanatos, campamentos de refugiados, centros de detención de inmigrantes y otras instalaciones cerradas, así como el ciber-acoso en menores con acceso a internet, sin descartar el abuso que ocurre al interior del hogar del menor. Según el Ministerio de Salud y Desarrollo Social Argentino, nos dice que las consecuencias del abuso sexual en menores son muy variadas. En determinados casos actúan como hechos traumáticos, provocando daños considerables; en otros quedan huellas como cicatrices que pueden tener sus consecuencias en el relacionamiento y personalidad de la víctima; otras veces se vive como una experiencia negativa, pero sin mayores consecuencias. Para Álvarez, las consecuencias dependen en gran medida del tipo de abuso y sus circunstancias; un alto porcentaje de las víctimas de violencia o abuso sexual presentan secuelas, dentro de las que están: desconfianza, miedo, hostilidad hacia el sexo de quien agredió o hacia la familia si se siente que no se protegió, también se encuentra la vergüenza, ansiedad, culpa, fracaso escolar e ingestión de drogas, alta incidencia de insatisfacción y disfunciones sexuales, depresión, angustia, mayor incidencia de embarazos no deseados y embarazos a temprana edad, inicio temprano de las relaciones sexuales e infecciones de transmisión sexual. En consecuencia, el comportamiento del adolescente se ve afectado por estos abusos, en algunos casos son asintomáticos y en otras presentan síntomas como: pesadillas constantes o problemas para dormir, falta de concentración, angustia desmesurada, ansiedad, depresión, rechazo a estar solo con una persona en particular, conocimiento temprano de la sexualidad que se refleja en la conducta y el lenguaje.
El Abuso Sexual puede afectar también a la percepción de sí mismas de las víctimas en las relaciones con los otros; así mismos problemas interpersonales comunes de las víctimas que incluyen dificultades para iniciar, mantener y desarrollar relaciones interpersonales, así como dificultades para confiar en los demás. Según el psiquiatra Villafane, del centro comunitario de Salud Mental San Gabriel Alto que pertenece al Ministerio de Salud, menciona en los niños de nivel primaria de 6 a 12 años puede verse afectado su rendimiento académico, al igual que también pueden aislarse de sus amigos o hablan poco; en el caso de los adolescentes, ellos tienen la plena consciencia que han sido víctima de abuso sexual, pero callan por vergüenza, rechazo o temor al castigo, ya que según el psiquiatra muchos de esos casos se dan en situaciones de consumo de drogas o sustancias adictivas y es por eso que los adolescentes callan para no responder sobre estos temas, también suelen mostrar repentinos cambios de conducta con actitudes más rebeldes o buscando soledad, incluso no se podría evidenciarse fácilmente los indicadores, a menos que exista un gran vínculo de confianza con los padres, ya que ocultan lo que están pasando por miedo y temor, ya que los padres como los profesores deben estar alertas a las diferentes conductas del adolescente, para prestarle ayuda necesaria.
Para Casafranca, dice que la mayoría de los traumas que ocasiona la violación sexual en menores de edad, son de naturaleza psicológica debido a que, inicialmente al menos, la mayoría de las víctimas reaccionan con pasividad ante el abuso. Las razones que explicarían esta no resistencia al abuso pueden ser el miedo al uso de la fuerza física por parte del agresor, ignorancia, amenazas del abusador hacia su familia, sentimientos de desamparo, miedo a que sus madres o padres no les crean, o porque el abusador está en autoridad y dependencia económica. Sin embargo, una proporción de los niños, adolescentes y jóvenes sufren traumas físicos tales como lesiones, infecciones vaginales, dolor, prurito, lesiones o heridas, irritación en el área genital, sangrado o goteo inter- menstrual. Otros síntomas conductuales o psicológicos pueden ser ansiedad, jaquecas, irritabilidad, disturbios del sueño, cambio en los hábitos del comer, pesadillas, fatigas, quejas somáticas difusas.
Darriulat, plantea que la vivencia de una experiencia estresante, como lo es el Abuso Sexual, coincide con un período de alta configuración y plasticidad neuronal, pudiendo desencadenar consecuencias físicas graves. Se puede observar un aumento de la presión arterial, la frecuencia y el ritmo cardíaco e incluso la inhibición del sistema reproductivo y del crecimiento; es por ello que las consecuencias que se manifiestan en el área física se encuentran: Pesadillas y problemas de sueño, cambios en los hábitos alimenticios y pérdida de control de esfínteres; también que tanto las consecuencias a corto plazo como a largo plazo presentan efectos. En los impactos emocionales se presenta el sentimiento de miedo generalizado, hostilidad y agresividad, aislamiento, ansiedad, depresión, rechazo al propio cuerpo, desconfianza y rencor hacia los adultos y síndrome de stress postraumático; lo que se refiere a las consecuencias en el área sexual se manifiesta el conocimiento sexual precoz e inapropiado para su edad, la masturbación compulsiva y problemas de identidad sexual; y en los efectos sociales se encuentra el déficit en habilidades sociales, el retraimiento social y conductas antisociales.
CONCLUSIONES
Las experiencias de abuso sexual en los adolescentes ocurren en un marco de presiones, chantajes, imposiciones violentas y es necesario que los adolescentes denuncien y se sancione con cierta radicalidad al agresor. Sin embargo, a pesar de la gravedad y de los negativos efectos que produce en las víctimas, suele silenciarse y sobre la cual poco se conoce, llegando a actuar en la familia como en los demás ámbitos de la sociedad.
El abuso sexual se puede dar a nivel físico o psicológico, sin el consentimiento del adolescente ya sea por un extraño o familiar, es por ello que es importante dar información sobre la sexualidad a los adolescentes y jóvenes en tiempos de cuarentena por el COVID-19.
Es de vital importancia, ya que se debe trabajar con las consecuencias derivadas del abuso sexual en los adolescentes; si bien la manifestación es multifactorial y su gravedad depende de diversos aspectos, es esencial brindarle a toda la mejor atención según sus necesidades, una atención individualizada, para asegurarles un mejor futuro, el abordaje del abuso sexual debe hacerse desde distintas perspectivas; y que es importante tomar medidas y enseñar al adolescente desde edades tempranas sobre la sexualidad, de cuando decir no, que otras personas respeten tu integridad física y emocional y si ha sufrido algún acto, busque apoyo y contar lo ocurrido a una persona de su confianza, busque medios de distracción para evitar cambios emocionales o conductuales, generando en el adolescente confianza y seguridad de que no está solo.
Las víctimas de abuso sexual, en tiempos de cuarentena, se ven afectados a nivel psicológicos como problemas de sueños, cambios de hábitos alimentarios, hostilidad, agresividad, aislamiento, depresión e intento de suicidio. Así mismo a nivel físico como lesiones corporales, infecciones vaginales, dolores crónicos, desórdenes alimenticios, cambios que modifican la conducta social y hacen que el adolescente se muestre agresivo o temeroso ante la sociedad, muestren dificultad para entablar amistades, desconfianza (sobre todo hacía figuras significativas), bajo rendimiento en el ámbito escolar.
Los cambios de actitud en los adolescentes que han sido víctima de abuso sexual en esta cuarentena han venido en incremento, ya que las victimas siente a no confiar en nadie, a estar aislados en sus cuartos, ser más bruscos en sus conductas, miedo a estar solos y eso hace a que cambien de actitud en casa.
El abuso sexual es un problema que nos incumbe a todos y por ende debemos estar en la capacidad de contribuir con la disminución del abuso sexual, ya que al ser víctimas de abuso sexual nuestras conductas en gran parte cambian y eso se debe a que en casa no contamos con apoyo familiar, los padres tienen que estar más cerca de sus hijos, hablar con ellos, entrar en confianza para que cuenten, si uno cambia de actitud no se debe a la mala crianza que les están dando en casa, sino se debe a que muchos de los adolescentes están pasando por problemas, y uno de esos son los abusos sexuales.