El Alboroto Causado Por Un Cuadro de Manet

Esta obra tiene una historia interesante, fue una pintura que en su tiempo causó un alboroto, pero a la vez es hipnotizante tanto por sus detalles como por su contenido.

Para comenzar es necesario hablar de la parte más importante que se puede notar de la obra: la iluminación. No necesitas ser experto para notar que coexisten dos sistemas de iluminación que expresan dos esencias profundamente diferentes…

El cuadro se puede dividir en dos partes (la ‘división’ es la línea sobre la hierba), en la segunda parte se puede apreciar una iluminación tradicional que nace desde la parte superior izquierda que pasa por toda el área e ilumina el prado y cae sobre la espalda de la mujer al mismo tiempo que detalla su rostro. Luego, esta iluminación llega a su fin cuando choca con dos arbustos, en este punto en específico coinciden dos iluminaciones (lateral y triangular), esta iluminación crea la presencia del relieve por luz interior.

Por el contrario, vemos que los personajes que están en un primer plano poseen una luz totalmente diferente. A diferencia de la iluminación anteriormente mencionada, esta es frontal y ortogonal. Esta luz le llega directamente a la mujer, iluminando su cuerpo desnudo y tiene la apariencia de una pintura de estilo japonés, esta misma iluminación también recae en la faz del hombre a su lado, pero muere al caer sobre los cuerpos de los dos hombres presentes en la pintura, finalmente un detalle muy interesante es la mano en el medio del cuadro, esta mano (por más sencillo que parezca) crea los ejes cruciales del cuadro.

Para finalizar es importante mencionar la reacción del público ante semejante obra (considerando la época). En resumen, la obra causó un revuelo en la sociedad por la mujer desnuda mirando fijamente al espectador, por el ave (esta criatura se guardaba para pinturas religiosas) y la presencia del anfibio (rana) que representa a las mujeres independientes y libres. También, recibió críticas por la iluminación, la falta de profundidad y por la combinación de géneros. Todo esto y más hizo que la obra fuera rechazada para la exposición en el Salón de 1863 y terminó en ‘El Salón de los Rechazados’. Esta obra se considera parte del estilo Impresionismo por sus pinceladas, la naturaleza, personas y la cotidianidad.

Las dimensiones de esta obra son 208 cm x 264,5 cm y se encuentra expuesta en el Museo d’Orsay, París, Francia.