El Año de la Peste: Daniel Defoe

COMENTARIO DE TEXTO: DIARIO SOBRE EL AÑO DE LA

PESTE 

Análisis

El texto nos muestra la visión de un superviviente de la gran peste que asoló Londres en 1665, con mucho nivel de detalle. El periodista británico, que vivió la peste en su infancia, recogió en su novela “El diario de la peste” los principales acontecimientos diarios en la ciudad de Londres durante el fatídico año en que la peste causó estragos en la población londinense. Sin duda, un evento devastador que mermó en considerable proporción a la creciente población de la capital británica.

En el fragmento del libro que se nos ofrece, se hace alusión a las consecuencias que tuvo el paro de toda actividad económica. Dado que la peste se extendía con rapidez y la mayoría de los ciudadanos se encerraron en sus casas, la actividad industrial y comercial se frenó en seco. Defoe destaca que esto afectó, fundamentalmente, a los ciudadanos más pobres. En muchos casos, aquellas personas sin recursos para sobrevivir en la ciudad escaparon al campo. Otros aguantaron hasta que no les quedó más remedio, pero finalmente salían, aunque en su mayoría morían fuera de la ciudad, e incluso propagaban más la enfermedad por todo el país.

Finalmente, en el texto, Defoe reconoce que, si bien se trató de una tragedia, la muerte de tantos pobres fue una “liberación”. Con ello determina que, para la reconstrucción de la ciudad, la ingente cantidad de pobres que ya había y los generados por la peste, habría sido una losa demasiado pesada para dicha empresa.

Comentario

La peste de Londres de 1665 no fue, ni mucho menos, la única que asoló a Inglaterra ni a Europa. A lo largo del siglo XVI se recogen datos de epidemias de peste desde 1523 en Milán hasta 1599 en Santander (Floristán, 2018). Posteriormente, en el siglo XVII se seguirían dando casos de peste en muchas ciudades y pueblos de toda Europa. Todo esto transcurre en un contexto demográfico en el que había imperado el crecimiento poblacional en buena parte del siglo XVI. Las principales regiones europeas finalizaron este siglo con un crecimiento notable de su población, llegando a porcentajes de crecimiento acumulado de entre el 2-4‰ anual en cada país. Pese a las epidemias de peste, la guerra y la hambruna, el siglo XVI finalizó con un aumento de población. Sin embargo, la persistencia de estos tres males provoco que a lo largo del siglo XVII Europa viviese un retroceso poblacional.

Si nos centramos en la peste que asoló Londres en el año 1665, podemos destacar que, durante el siglo anterior, Inglaterra y, en especial su capital, experimentaron un boom demográfico. Este crecimiento tuvo una desventaja. Las ciudades no estaban preparadas para este nivel de población, lo que se tradujo en condiciones de vida que derivaron al hacinamiento y, por ende, un empeoramiento de unas condiciones de higiene y salubridad que no eran antes las óptimas. Por otro lado, desde el segundo cuarto del siglo XVII la peste asolaba a de forma intermitente a Holanda. En el libro de Defoe, este comienza escribiendo: “Fue a principios de septiembre de 1664 cuando me enteré, al mismo tiempo que mis vecinos, de que la peste estaba de vuelta en Holanda. Ya se había mostrado muy violenta allí en 1663, sobre todo en Ámsterdam y Rotterdam” (Defoe, 1722). Se cree que la peste llega a Londres procedentes de las mercancías de un barco holandés. De ahí, se propagó rápidamente en una ciudad muy poblada (más de 120.000 habitantes) y de allí al resto del reino. Durante el año que duró la epidemia de peste fallecieron, según diversas estimaciones, unas 90.000 personas (Milán y Bayés, 2011), es decir, la mayor parte de la población londinense. La situación durante ese año, tal y como describe Defoe, fue catastrófica. La actividad económica paró, los ciudadanos se quedaron en sus casas y los que no tenían donde vivir y carecían de recursos para alimentarse, eran un foco a través del cual la enfermedad se propagaba. Además, Defoe indica que el alcalde, ante el rumor de que la peste se transmitía a través perros y gatos, ordenó que se sacrificaran estos animales. Lo cierto es que esto dejó vía libre a las ratas, que eran el principal agente transmisor de la enfermedad. Por otro lado, los conocimientos médicos de la época dejaban que desear en el tratamiento de las enfermedades, resultando del todo ineficaces (Sánchez-David, 2008).

Como resalta Defoe, muchos murieron no por la peste en sí, sino por la escasez de recursos, alojamiento, dinero, etc. Cuando los enfermos, desesperados, abandonaban la ciudad, el final era la muerte y la propagación de esta a otras partes del Imperio. Tras el fin de la peste, aproximadamente en septiembre de 1666, junto con el gran incendio de Londres, se realizó una reconstrucción de la ciudad a cargo de Christopher Wren (Milán y Bayés, 2011), en el que se aprovechó para construir calles más anchas y espacios abiertos, mejorando además las condiciones de salubridad. Esta sería la última gran peste de la ciudad. Sobre Daniel Defoe, se trataba de un periodista y escritor británico que vivió la peste de Londres en su infancia. Además, fue uno de los máximos exponentes de la novela en su tiempo, escribiendo su obre más conocida, Robinson Crusoe. En el año 1722 publica su “Diario del año de la peste”, que se trata de una novela ficticia, aunque con la intención del autor de reflejar verosimilitud y credibilidad s u historia. Para escribir su historia con tal nivel de detalles se cree que se basó en los diarios de un tío suyo que también vivió la peste. Defoe en su obra ofrece un recuento sistemático de los acontecimientos ocurridos ese año en Londres, así como de los recuentos de fallecimientos en ese año, que, no obstante, son aproximados. El libro carece de capítulos, pero presenta los hechos en un escrupuloso orden cronológico.

Conclusiones

La peste fue uno de los principales impedimentos que evitó, durante décadas, la expansión poblacional a la que tendía la raza humana. Fue una de las tres causas fundamentales de sobremortalidad de la era moderna y la imagen de cualquier ciudad tras el paso de la peste debió ser desesperanzadora. A ello contribuyó como se resalta en mucha documentación de la época las condiciones de salubridad y la higiene, además de las posibilidades económicas (estas últimas en menor medida). Los nucleos poblacionales de la época sin duda fueron pasto de las plagas que se sucedieron desde mitad del siglo XVI hasta el siglo XVII. De la última plaga de Londres se extrae la necesidad de un cambio en la arquitectura de la ciudad, así como la determinación de los supervivientes de levantarse de nuevo. Sin embargo, algo que me gustaría resaltar es el comentario del último parrafo del texto de Defoe. Si la cantidad de personas pobres, que por desgracia fallecieron, hubiesen sobrevivido, hubiera supuesto un lastre para la recuperación de la ciudad. Da sin duda que pensar.

Bibliografía

  1. Defoe, D. (1722). Diario del año de la peste
  2. Pla, P.J. (2018). “Crecimiento demográfico y expansión económica”. En A. Floristán (Ed.),
  3. Historia Moderna Universal (pp. 243-254). Barcelona, España: Ariel.
  4. Millán, A. y Bayés, M. (2011). Una aproximación a la historia del desarrollo de Londres. 2c: construcción de la ciudad.
  5. Ramírez de Verger, A. (1985). “La peste como motivo literario”. A propósito de Coripo, Ioh.III, 338-379”, CFC, 19, 1985, 145-156.
  6. Sánchez-David, Carlos. (2008). La muerte negra: “el avance de la peste”. Revista Med, vol.16, núm 1. pp. 133-135.
24 May 2022
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