El Crecimiento De La Población En Latinoamérica
Introducción
Luego de la época dorada con crecimiento exponencial en Europa y Asia, buenos vientos se sienten en América Latina, ya que en un mundo tan cambiante algunos países están en recesión, otros con pronóstico reservado y unos más desacelerándose a niveles alarmantes. Según CEPAL, Comisión Económica para América Latina y el Caribe América Latina tendrá un crecimiento como bloque del 1.7 por ciento en el 2019 destacando el país sudamericano de Bolivia y el país centroamericano de República Dominicana como los de mayor crecimiento del continente, incluso superando a países como EE. UU. y Canadá.
Gracias a ello, el aumento anual del PIB, Producto Interno Bruto, se verá reflejado para la mayoría de países latinos al ser como cadena cíclica, es decir, toda la producción de bienes o servicios representa más ingresos, mayor consumo y mayor adquisición e las personas a través del empleo principalmente.
Y es mucho más relevante este auge económico, ya que el FMI Fondo Monetario Internacional pronostico que en los próximos años Latinoamérica tendrá un ritmo constante de 3.5 por ciento anual, abriendo ciertas dudas a mi persona y me hago dos cuestiones primarias: ¿Es real el crecimiento que vivimos hoy en día en Latinoamérica? Y si es así ¿Cuál es el precio que estamos pagando?
Desarrollo
Certeramente, este escenario en América Latina se dio en muchos episodios, especialmente en los decenios de los sesenta y setenta del siglo XX, los cuales son recordados como periodos de alto crecimiento, pero en esos días era el crecimiento latinoamericano más lento que el promedio mundial. En el decenio de los noventa, en cambio, cuando el crecimiento mundial era mucho menor, algunas economías lograron crecer mucho, a tasas mucho mayores que las del resto del mundo. Más recientemente, la atmósfera externa es positiva para los mercados emergentes, pero para muchos países latinoamericanos el gran problema ha sido cómo reiniciar, o en muchos casos comenzar, un proceso de crecimiento sostenido.
Ahora que hemos visto ejemplos en la historia del crecimiento, es necesario saber cuál es el precio que estamos pagando. Pues bien, actualmente los modelos de consumo y de producción industrial utilizar una explotación de materias primas por encima de las consecuencias medioambientales del mismo, sumando al incremento de la población mundial durante los últimos siglos el cual ha aumentado la demanda de alimentos y bienes y la falta de autoridad del poder político al tomar medidas globales de calado para abordar problemas medioambientales trascendentales; han provocado una gran falta de sensibilidad y de conocimiento sobre las perniciosas consecuencias que supone la degradación del medio que nos rodea.
Terrible situación que se nos ve venir, tomando en consideración que la mayoría de nuestras exportaciones son materias primas no renovables como minerales e hidrocarburos los cuales traen consigo gran contaminación primordialmente del suelo y la tierra. Sin ir muy lejos, en el país vecino de Bolivia se tiene pronosticado un crecimiento del 4.3 por ciento para el presente año basado en su recurso más importante el gas.
Trayendo consigo la deforestación de bosques a gran escala o Perú el cual se vio drásticamente perjudicado por la caída de precios de los minerales en el mercado internacional en los últimos 5 años, eso es lo que sucede cuando una nación se arraiga a un tipo de materia prima trayendo consecuencias en los ingresos para sus ciudadanos.
Estabilidad, es el ideal de toda nación; pero estas deben ir de la mano con el crecimiento económico. Esta realidad no es compartida por algunos miembros del MERCOSUR, Mercado Común del Sur, especialmente en Argentina, donde su economía se ha visto impactada por la caída en los precios de las materias primas, salida de más de un centenar de compañías extranjeras y la inflación llegará este año a 36 por ciento. Los últimos gobiernos trataron revertir la situación a través de políticas públicas, sin embargo no hay solución pronta.
Situación similar es la que vive Venezuela con la peor crisis económica de los sudamericanos. Hiperinflación, problemas con la tasa de cambio y con la balanza de pagos, pérdida de las reservas internacionales y escasez de productos son los principales problemas que su nación enfrenta. Incluso medios internacionales como la revista británica The Economist calificó a Venezuela como el país que tiene la economía peor administrada en el mundo, incluso con las mayores reservas de petróleo y las deudas más altas para pagar.
En estos dos últimos países apreciamos grandes reservas de materia prima las cuales no ayudan para salir de su inflación y muy por el contrario se explotan a grandes pasos como medida desesperada para salir de esta situación. Dicho esto, es imposible no sentir el choque indirecto de la crisis para los demás países latinos. Ahora bien como solución pronta y viable vemos cambios importantes en la estructura empresarial / sectorial, destacando las actividades productivas de bienes transables con un uso intensivo de recursos naturales.
En la configuración de esta nueva estructura productiva, tienen papel importante la incidencia de las principales reformas estructurales: apertura comercial, que incorpora una nueva lógica a los mercados, las privatizaciones y des reglamentaciones, que configuran un nuevo escenario para los agentes y las políticas públicas, la liberalización del mercado de capitales, que permite la llegada masiva de capital, en buena medida, en forma de inversión extranjera directa.
Otro factor resaltante da un incremento modesto de la productividad total de los factores y materia prima que expresa el escaso papel jugado por la incorporación de las nuevas tecnologías en el crecimiento económico, dado el rezago tecnológico de la región, así como los modestos avances conseguidos en la productividad del trabajo, más resultado del ciclo económico y las condiciones de trabajo, que de la mejora en la cualificación de la misma; por ende un comportamiento muy desigual de los sectores y empresas, según su grado de presencia en los mercados y su capacidad de adaptación a las nuevas condiciones internas y externas mejorara el crecimiento esperado para los países latinos.
Más resultado del ciclo económico y las condiciones de trabajo, que de la mejora en la cualificación de la misma; por ende un comportamiento muy desigual de los sectores y empresas, según su grado de presencia en los mercados y su capacidad de adaptación a las nuevas condiciones internas y externas mejorara el crecimiento esperado para los países latinos.
Conclusión
Entonces, si bien América Latina entró en un ciclo dinámico, ya que ha salido de la situación crítica del pasado. Muchas de sus economías están en una posición más sólida, los países políticamente son más estables y tienen mayores reservas internacionales, lo que les da un colchón de seguridad. Pero hay que reconocer que algunos países no lo hacen a la par y a largo plazo traerá como consecuencia un estancamiento de las economías si se sigue dependiendo meramente de materias primas en vez de la producción de bienes finales.