El Debate Que Existió En Atenas Y Esparta

Introducción

El debate, es decir, el intercambio de argumentos que reflejan las posiciones de un bando o de otro y los cuales se apoyan en lo dicho en el intercambio, no pudo ser realizado, dejando para la síntesis de dicha actividad un vacío que, por mucho que se intente, costará o será prácticamente imposible de llenar. A pesar de ello, aquello que sí nos es permitido realizar en la situación extraordinaria en la que nos encontramos es una memoria de uno de los temas a tratar en la actividad. En el caso de un servidor, dicho tema es la guerra, uno de los aspectos más fundamentales de la sociedad espartana. Con guerra no busco referirme tan solo al combate; al conflicto bélico entre dos bandos en el cual, tras el derramamiento de sangre pertinente, uno de los dos participantes se alza vencedor. 

Desarrollo

La guerra en la sociedad espartana es una institución, por nombrarla de alguna manera. Es decir, el manejo de la espada y la lanza; la realización de formaciones, el respeto de la jerarquía militar. Toda la instrucción militar se realizaba mediante la Agogé, sistema educativo estricto como pocos donde se priorizaba el ejercicio físico y la negación a las contrariedades. Comenzaba en niños que habían alcanzado los siete años, y se les incluía en barracones. Eran puestos bajo tutela de otros niños de mayor edad. Entre las pruebas, se les proporcionaba poco alimento para agudizar su sentido de supervivencia. Una vez superada la Agogé, a los 20 años, se pasaba a formar parte de comedores comunales: los Syssitía, donde cada uno accedía a una comida general que marcaba el paso a la edad adulta. 

Guerra en el caso de Esparta también equivale a mito, a leyenda. Conocida por todos es la Batalla de las Termópilas en la que el rey Leónidas y sus hombres enfrentaron con heroicidad a las tropas persas, frenando el avance de estas durante largo tiempo, un tiempo crucial para que los griegos preparasen una defensa feroz contra sus enemigos. Este acto heroico fue posible gracias al estricto modelo educativo lacedemonio: estricto, jerárquico, capaz de forjar en el hombre que lo recibe una figura fuerte e imponente capaz de realizar proezas impensables como la de las Termópilas. Ya hablaba el gran poeta Tirteo sobre el ardor y la disciplina de los espartanos en el campo de batalla y la bella muerte que se producía en la contienda.

Pero no solo es el hombre quien realiza las gestas que pasarán a resonar en cantares e historias. Un hoplita no es nada sin su equipamiento, correspondido de: un casco corintio; una coraza; el escudo redondo u Hoplon/Aspís; las espinilleras/grebas;  una lanza de unos dos metros y debía de manejarse con ambas manos; y, al llegar al cuerpo a cuerpo, una espada corta. Junto a esta panoplia, embellecida por sus portadores antes de entrar en combate para que así fuera más brillante, se extendía a espaldas de los hombres una túnica púrpura que infundía terror en sus adversarios. Esta homogeneización de los hoplitas espartanos es obra del padre de la Gran Retra: Licurgo. Licurgo, uno de los nombres más importantes en la historia de Grecia, sentaría las bases de una Esparta fuerte y guerrera. 

Citando a Analía V. Sapere, en esta constitución, transmitida de manera oral, lo que se trata ‘No es solamente la redistribución de la tierra, la creación de la gerousía, la estricta educación militarizada, la institución de los syssítia, las restricciones en el lujo, los gastos superfluos y los excesos de los ricos, sino el conjunto de todas estas medidas lo que repercute en el pueblo espartano para forjar una imagen positiva de Licurgo’. Con esto se muestra como la sociedad, gracias a la actuación de Licurgo, se transforma en un único ente en el que todos aquellos con la condición de ciudadano se han de mostrar iguales, da igual si se es aristócrata o un simple campesino. Esto, en ámbito militar, lo podemos ver reflejado en la visión de los hoplitas, donde, si bien cada integrante debía costearse su equipo, poseían una larga cabellera y vestían.

Como bien ha sido comentado antes, una túnica púrpura. Esta manera de reflejar la igualdad entre los ciudadanos fue lo que permitió a los lacedemonios alzarse como la más importante de las polis de la Hélade. Me gustaría mencionar un comentario que formuló Heródoto sobre las leyes espartanas. Según el nombrado ‘Padre de la Historia’ “Los lacedemonios habían tenido las peores leyes de casi toda Grecia, tanto en lo que se refiere a su situación interna, como en lo concerniente a su actitud aislacionista para con los extranjeros” La traducción proviene del texto encontrado en la siguiente fuente: Streeter, F. B. “Esparta estuvo siempre libre de tiranos” Algunas consideraciones en torno al mito de la inmunidad espartana a la tiranía. Bien, tengamos en consideración que, de entre todos aquellos pueblos que conviven en la Hélade.

Las desigualdades están presentes en cada esquina y, por consiguiente, dar lugar a algunos actos de rebeldía por el pueblo, auspiciado por personas de alto abolengo. Con la Gran Retra, dichos actos de rebelión no son posibles en la concepción ciudadana, pues todos se muestran iguales ante todos. Así mismo, de esta manera tampoco existe la posibilidad de una tiranía como régimen pues, gracias al sistema de diarquía presente en nuestra tierra, no existe ningún individuo capaz de capitalizar el poder en la totalidad en su persona, pues otro puede frenar su ambición. Es gracias a este sistema que el ejército siempre es obediente a aquel a su mando y feroz contra su adversario, pues uno de los reyes siempre acompaña a los suyos al campo de batalla. Para finalizar este apartado, me gustaría preguntar por qué, si eran las peores de entre todos los griegos.

Conclusión

¿Por qué fueron traídas bajo el auspicio del grandioso oráculo de Delfos? Y, para remontarnos a tiempos más recientes, ¿Por qué fue el modelo lacedemonio elegido de entre los demás modelos helénicos por Roma o la Francia revolucionaria como método de gobierno? Para finalizar, me gustaría hacer un breve resumen de todo lo dicho con anterioridad. La guerra en Esparta no es simplemente un enfrentamiento armado. La guerra para los lacedemonios es una forma de vida en la preparación para ella, se forja al ciudadano espartano fuerte y feroz; que muestra respeto a sus superiores y no conoce la duda. Es gracias a las leyes llegadas de Delfos por medio de Licurgo que Esparta forja su identidad como polis, así como su leyenda, siendo tomada como un modelo a seguir para posteriores civilizaciones con el paso del tiempo.

Bibliografía

Fornis, C. (2009). Esparta, ciudad de la virtud y de la guerra. Historia de tres ciudades: Atenas, Esparta y Utopía, XVI Jornadas Antiqua organizadas por el Centro Koldo Mitxelena de San Sebastián, San Sebastián, 1-13.

Sapere, A. V. (2014). El hombre detrás de la ley: acerca de la caracterización de Licurgo en la Vida de Plutarco.

Streeter, F. B. “Esparta estuvo siempre libre de tiranos” Algunas consideraciones en torno al mito de la inmunidad espartana a la tiranía. Limes R, 105.

22 October 2021
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