El Efecto Pigmalión Como Herramienta Academica
Introducción
El efecto Pigmalión aplicado al contexto educativo hace alusión a las expectativas que tiene el profesor sobre el estudiante, las cuales pueden condicionar su comportamiento hacia él ya sea de forma positiva o negativa y afectar o engrandecer su evolución académica. Este concepto tiene sus raíces desde la literatura griega la cual indica que Pigmalión esculpió una estatua de mujer, se enamoró de ella y tanto deseo que fuera mujer real que los dioses le concedieron ese deseo. Desde entonces, los sueños que se realizan han sido un tema literario repetido a lo largo de los siglos.
Merton citado en Ríoslo definió como: “El proceso por el cual las creencias y expectativas que otros tienen sobre alguien afectan de tal manera el comportamiento que llega a actuar confirmando esas expectativas. (p.76). Por ejemplo, si un profesor espera buenos resultados de sus estudiantes el rendimiento de estos tiende a aproximarse a su capacidad intelectual.
Desarrollo.
Por consiguiente se puede decir, que serán capaces de desarrollar todo su potencial, si por el contrario, el profesor espera unos logros mínimos, el rendimiento de los estudiantes será bajo también, independientemente de las capacidades que tengan. Burón, señala que: “Si bien es cierto que el rendimiento escolar es el resultado de diversas variables, también hay que considerar, como importante, la actitud del profesor y sus expectativas hacia sus alumnos”. Ellos verán en él imaginaros negativos o positivos de acuerdo a como los presente el docente. Al explicar el proceso que da origen al efecto Pigmalión se suele hacer una descripción de los tres pasos fundamentales y la secuencia de los mismos así lo destaca Ríos:
- Formación de las expectativas o profecía; por ejemplo, de un grupo de estudiantes como este poco se puede esperar.
- Se ponen los medios para que esas expectativas se realicen; como no se espera mucho de este grupo, no se usan todos los recursos disponibles.
- Se describe la confirmación de las expectativas: al no poner los medios disponibles, no se consigue del grupo los resultados posibles, la profecía se cumple y el profesor se afianza aún más en sus creencias.
En ese sentido se da lo que se conoce en psicología como profecía autocumplida, es decir, las creencias del profesor acerca de las capacidades de sus estudiantes originaron conductas que el mismo profesor esperaba. No solo las expectativas positivas o negativas del docente pueden afectar al comportamiento del estudiante, sino que, además, pueden afectar al nivel intelectual del mismo. El efecto Pigmalión hace ver que la interacción social afectuosa entre profesores y estudiantes y fortalecer la confianza profunda en la posibilidad de desarrollar sus potencialidades, afín de que el docente comprenda que su imagen es tan importante como el aprendizaje mismo.
Cabe destacar, que el Efecto Pigmalión es uno de los enfoques con los que los profesores deberíamos iniciar toda experiencia educativa, debido a que nos puede permitir lograr de entrada, resultados sorprendentes con nuestros estudiantes. Por lo tanto, un profesor que transmite al alumno una razonable confianza en que lo hará bien irá mejorando, es más suele conseguir que realmente mejore y si construye caminos de paz el efecto es aún mejor.
En concordancia con las especificidades expuestas en torno a las referencias o constructos conceptuales exteriorizados a lo largo de este estudio el aporte de esta teoría permite fijar una posición teórica, filosófica y científica desde la perspectiva compleja y transdisciplinaria de la imagen que debe tener el docente en el contexto educativo, pues de acuerdo las diferentes interpretaciones de las mismas, resulta de vital importancia, para la construcción del acercamiento teórico del fenómeno de estudio, dado que es desde el contexto educativo empezando por la educación Inicial donde se cimentan las bases del futuro personal y profesional del futuro.
Conclusión.
Definitivamente, abordar esta teoría en el contexto educativo es un interesante aporte para este estudio, la misma exige una imagen del docente con visión onto- axiológica y transdisciplinaria positiva; lo cual significa que el docente puede incorporar a su vida profesional ideas maravillosas, motivadoras, cuyas competencias de: emprendimiento, innovación, integración y valoración a su profesión, brindan las posibles soluciones a los desafíos que enfrenta en el día a día el proceso educativo, las cuales toma como habilidades transversales para el logro de una mejor educación.