El Error de Descartes: Unión entre El Cuerpo y la Mente
Damasio (1994) refiere que la razón no es tan pura como muchos creen sino que esta ha ido evolucionando gracias a mecanismos de regulación biológicos, de los cuales se destacan la emoción y sentimientos, sugiere que aspectos de estos mecanismos son necesarios para la racionalidad y que la razón humana no depende de un centro único sino de varios sistemas cerebrales que operan conjuntamente en distintos planos de organización neuronal, es por eso que tanto emoción, sentimiento y regulación biológica desempeñan un papel importante en la razón humana. Los niveles inferiores del edificio neural son los mismos que regulan el procesamiento de emociones, sentimientos y funciones indispensables para que un individuo pueda sobrevivir a su contexto. El segundo punto que el autor trata en esta obra, hace hincapié en los sentimientos, refiriéndose a que son tan cognitivos como otras percepciones y permiten vislumbrar al organismo en actividad biológica y captar el reflejo de mecanismos en operación (Damasio, 1994). Es decir, los sentimientos son vistas momentáneas de un paisaje corporal con un contenido específico. Para Damasio (1994) el tercer tópico importante en este libro es el cuerpo, conjuntamente con el cerebro, estos son indispensables para procesos neurales como la mente, puesto que el cuerpo suministra un tópico esencial para las representaciones cerebrales. La actividad mental desde los aspectos más sencillos hasta los más complejos, requieren de la participación activa del cuerpo y el cerebro.
Damasio (1994) en la primer apartado de su libro, nos relata el caso de Phineas Gage, un trabajador de ferrocarriles de Vermont, el cual durante su trabajo sufrió un accidente con una barra, misma que atravesó su mejilla izquierda, la base del cráneo y la zona frontal del cerebro, lo más sorprendente de este caso es que el sujeto después de dicho suceso se mostraba en estado de vigilia y no presentaba signos de algún daño a pesar de la gravedad del acto pero con el pasar del tiempo su personalidad fue variando y se convirtió en un hombre impredecible, irreverente y grosero, incapaz de tener trato alguno con sus semejantes, esto llevó a los investigadores a predecir que en el cerebro habían sistemas de especialización en el razonamiento y sus dimensiones personales y sociales, Harlow, Médico de Gage, concluyó que la disociación afectaba al carácter manteniendo la cognición y la conducta. La gente que conocía a Phineas, después de tratar con él y comparar como era antes de ese suceso, llegó a la conclusión de que el ya no era Gage. Después de la muerte de Gage en el año 1861, no se le pudo hacer una autopsia, Hanna Damasio después de 127 años desarrollo una técnica que reconstruía tridimensionalmente la imagen del cerebro humano “Brainvox” mediante esta técnica se desarrolló un cerebro y una barra de las mismas dimensiones, este estudio arrojó la conclusión de que Phineas tuvo graves daños en la zona ventromedial pre frontal, misma que es esencial al momento de querer tomar una decisión (Damasio, 1994). Gracias a los estudios del cerebro de Phineas, se pudieron obtener conclusiones acerca de las consecuencias que tenía un daño en las capas corticales pre frontales del cerebro. Damasio (1994) fascinado por el caso estudiado, empezó a tratar a pacientes con daños pre frontales, uno de los casos al que definió como el Phineas Gage de nuestros tiempos es el de Elliot, este era un sujeto incapaz de conservar un puesto de trabajo, tenía un tumor cerebral que comprimía los lóbulos frontales, después de la extracción del tumor Elliot seguía siendo físicamente capaz y la mayoría de sus aptitudes mentales estaban intactas pero su competencia para tomar decisiones estaba deteriorada. Elliot tenía deteriorado el sistema de toma de decisiones y esto lo llevo a que no pudiera actuar como un ser socialmente afectivo, en algunos aspectos era similar a Gage pero en otros no, posiblemente eso se debía a la ligeramente distinta localización de las áreas de lesión, estos casos así como muchos más, sirvieron de base en el intento de comprender la base de la razón y la capacidad para tomar decisiones.
Para Damasio (1994) el cuerpo y el cerebro están integrados por circuitos bioquímicos y neurales que no solo interactúan entre sí para generan respuestas espontáneas o reactivas sino también internas. Es decir que un organismo que tiene mente elabora dichas representaciones neurales que pueden transformarse en imágenes y manipularse en el pensamiento para influir en la conducta de predicciones futuras. Según Damasio (1994) las imágenes se basan en estas representaciones topográficamente organizadas, mismas que ocurren en las capas corticales sensoriales primarias, dichas imágenes no se almacenan solo como cosas, acontecimientos, palabras, frases o recuerdos, las evidencias encontradas han demostrado que no se puede recuperar una reproducción exacta sino más bien una interpretación reconstruida de las mismas. Se podría decir entonces, que la memoria puede ser básicamente reconstructiva. Damasio (1994) sospecha que las imágenes que llegan a la mente se crean a partir de la activación transitoria y sincrónica de patrones neurales de descarga, de manera peculiar en las capas corticales primarias donde ocurrieron los patrones de activación correspondientes a representaciones perceptuales. La recuperación de las imágenes visuales podría causar una gran activación de las capas corticales primarias. La forma que se le da a las representaciones topográficamente organizadas se denominan patrones neurales disposicionales, estos no almacenan cuadros de información tal y como son sino que los reconstruyen, estas representaciones disposicionales son el depósito general del conocimiento poseído (Damasio, 1994). Estos se desarrollan en un estado potencial y susceptible a activación. Para Damasio (1994) las imágenes podrían ser el contenido fundamental de los pensamientos y las que llegan por evocación se presentan en conjunto con las que se adquieren por medio de estímulos externos. Las imágenes reconstruidas desde el interior del cerebro suelen ser menos nítidas que las captadas desde el exterior. La supervivencia de un organismo depende de un conjunto de procesos biológicos que mantienen la integridad de las células y tejidos en toda su estructura, el cerebro posee circuitos neurales innatos cuyos patrones de actividad, controlan de manera confiable reflejos, pulsiones e instintos. Existen circuitos neurales que tienen la misión de evitar la destrucción por parte de depredadores o condiciones ambientales adversas (Damasio, 1994, p.137). Damasio (1994) afirma: “Aparentemente los patrones innatos más decisivos para la supervivencia están alojados en los circuitos del tallo cerebral y del hipotálamo. La regulación biológica controlada por el tallo cerebral y el hipotálamo se complementa con la ayuda de controles del sistema límbico” (p.141). La regulación endócrina depende más de sustancias químicas liberadas por el torrente sanguíneo que de impulsos neurales. Damasio (1994) refiere que la mente no es un espacio vació cuando se empieza a razonar sino que está llena de muchas imágenes para sintonizar de acuerdo a la circunstancia. Estas imágenes entran y salen de la conciencia y se van configurando de acuerdo a las experiencias. Para Damasio (1994) es posible que la mayoría de los marcadores somáticos se hayan creado en el cerebro mediante el proceso de educación y socialización o mediante la asociación de tipos específicos de estímulos y de estados somáticos y el sistema neural para adquirirlos se encuentra en las capas corticales pre frontales, estos marcadores obligan a prestar atención en resultados negativos de determinadas acciones pero estos no bastan para tomar decisiones ya que se necesita de un proceso de razonamiento y selección final. Estos aumentan la precisión y eficacia al momento de tomar una decisión y si están ausentes en este proceso las disminuye. Damasio (1996) menciona que los estados somáticos marcan resultados de respuestas que pueden ser positivas o negativas, estas pueden operar también fuera de la conciencia mismo al que se denomina como intuición, la intuición juega un papel importante al momento de tomar una decisión. Es un mecanismo muy misterioso que ayuda a tomar una decisión sin razonarla. Damasio (1994) refiere que solo es posible que se dé un conocimiento si se cumplen dos postulados, el primero es la atención básica, esta permite la mantención de una imagen mental y el segundo es la memoria operativa básica en la cual se conservan imágenes distintas por períodos relativamente extensos, esto quiere decir que el cerebro reitera en el tiempo las representaciones topográficamente organizadas que soportan imágenes distintas. Hay tres participantes al momento de generar conocimiento, los estados somáticos automatizados, la memoria operativa y la atención.
Damasio (1994) al poner a prueba la hipótesis del marcador somático estudio el uso de respuestas del sistema nervioso autónomo constituidos por centros de control autónomo situados en el sistema límbico y en el tallo cerebral y por proyecciones neuronales que nacen de esos centros y se dirigen a las vísceras por todo el organismo, cuando se genera el estado somático de una emoción, el sistema nervioso autónomo parece ser una modificación adecuada de los parámetros corporales, Damasio utilizó un experimento denominado respuesta de conductividad dérmica la cual pretendía demostrar que el cuerpo puede cambiar después de un pensamiento o percepción y mientras se empieza a producir el estado somático, el sistema autónomo incrementa la secreción de glándulas sudoríparas, se compararon a pacientes con daño en el lóbulo frontal con otros normales y otro grupo con daños en otras zonas. En este estudio se pretendía verificar si los pacientes son capaces de generar este tipo de respuestas. Según Damasio (1994) los resultados que arrojaron estas pruebas son que los sujetos normales y los que tenían daos en otras áreas, generaron abundantes respuestas dermoconductivas mientras que los pacientes con daños en el lóbulo frontal no lo hicieron. El estímulo dado a los pacientes con daño en el lóbulo frontal les evocaba un gran número de conocimientos y sin embargo no sentían, de ahí el hecho de decir que saber no es lo mismo que sentir. Según Damasio (1994) se les aplicó posteriormente a los pacientes una tarea diseñada por uno de sus alumnos para medir el desempeño en la toma de decisiones, esta prueba se denominaba “apuestas experimentales” a manera de que los evaluados se entretengan, una vez más los resultados arrojaron que en los pacientes con daños frontales en el cerebro no se compromete solo el almacén de conocimiento sino que disminuye la capacidad de adquirir nueva información. Es decir que los sistemas neurales que les permitían aprender ahora no pueden generar respuestas adecuadas ante situaciones nuevas. Para Damasio (1994) tanto las representaciones que el cerebro construye para describir una situación como los elementos formulados para responderla dependen de la interacción del cuerpo y la mente. El cerebro contribuye con un contenido esencial para la ejecución de una mente normal y la representación colectiva del cuerpo constituye la base del self. Para Damasio (1994) la relevancia de los sentimientos para la razón, no sugiere que esta sea menos importante. Es decir hay que proteger a la razón de la debilidad de los sentimientos.
Finalmente, Damasio en su obra titulada El Error de Descartes hace referencia a Descartes como el símbolo de conjunto de ideas erroneas sobre el cuerpo, cerebro y mente, a través de los casos presentados como el de Phineas Gage y otros de daños cerebrales, mediante los cuáles argumentó que la razón proviene de la emoción, y que la emoción proviene de las sensaciones del cuerpo. A los largo de la travesía del texto, el autor nos da a conocer que descartes estaba equivocado y que tanto cuerpo como mente no están separados sino que son los mismo puesto que la actividad mental por más sencilla o compleja que sea, requiere de la interconexión de estos elementos, puesto que la mente no solo provine del cerebro, sino también del cuerpo entero como un conjunto en general. Para Damasio, las emociones y los sentimientos no sólo tienen un papel importante en la racionalidad humana, sino que a través de su obra demostró que cualquier daño en la corteza prefrontal puede hacer que un individuo sea incapaz de generar las emociones necesarias para tomar decisiones de forma efectiva, sosteniendo que el entendimiento exhaustivo de la mente humana, requiere de una perspectiva organísmica, es decir la mente debe conservar una relación con el organismo y el cerebro, mismos que deben estar en interacción en un entorno físico y social.
Referencias Bibliográficas
- Damasio, A. (1994). El error de Descartes. Nueva York, EEUU: Grosset/ Putnam Book. G. P. Putnam´s Sons.