El Estado-nación Colonial En El Indianismo De Fausto Reinaga
En las líneas precedentes se constató que la modernidad occidental produjo el Estado-Nación, por esta razón podemos aseverar que esta institución es la representación más importante de la modernidad europea en cuanto a la organización política, jurídica y social, humana.
Si bien Reinaga es enemigo del occidente y por ende de la modernidad occidental, la tesis es que es uno de los defensores del Estado-Nación colonial dentro del pensamiento indianista. Sin embargo, “…es importante observar que, en un gran número de situaciones, el rechazo inicial proviene de ciertas élites, generalmente aquellas que están familiarizadas con la cultura de la metrópoli que rechazan”. En consecuencia, Fausto Reinaga, rechaza y pelea contra el occidente desde su misma formación moderna y occidental. La juricidad occidental y el pensar en el Estado-nación, son contrastes que reflejan su modernismo europeo. De modo que el intelectual indianista antioccidental está atravesado por la modernidad, por el colonialismo y el Estado-Nación occidental es su máxima aspiración, porque como dijimos, él mismo es resultado de la ilustración occidental y eso es modernidad del occidente.
Propuesto así sobre Reinaga, una modernidad occidental, esto remite (necesariamente) a otra modernidad. Por cuanto, sobre la modernidad, cabe señalar, y es el caso de Bolivia que este tiene otro componente más, el de la propia modernidad que le hace complejo e incomprensible. Por esta razón, Partha sostiene que nuestra modernidad es la de una vez colonizada, y es una del porqué los tejidos del discurso anti-occidental son profundamente ambiguos; y Reinaga es el claro ejemplo de esta tesis. Porque después de afirmar “que en Bolivia existe la Nación boliviana y el Estado-Nación impuesto por los blanco-mestizos, llega a concluir que este es ficta y no existe en realidad”, pero termina de postular lo colonial. Aquí existe contradicción cuando postula (institución colonial) lo que cuestiona. Por consiguiente, se sumerge en analizar el origen y el modo de formación del Estado-Nación, para luego proponer como una nueva alternativa a la misma institución colonial o modernista occidental.
Es preciso señalar que, en cuanto al Estado-Nación, Fausto Reinaga, realiza un análisis teórico político interesante; empezando desde el problema nacional: la nación, el Estado, etc., en el que se interroga si Bolivia ha logrado constituir la Nación o no. Sostiene que desde 1825 hasta 1970 el cholaje blanco mestizo no ha logrado hacer de Bolivia una Nación, menos plantearse el Problema Nacional o haberse interrogado si Bolivia es una Nación. Y sentencia que los intelectuales, interpelados, habían dado por hecho que Bolivia es una Nación al estilo de Europa.
La respuesta a sus interrogantes y análisis es que “El indio de 1810 y de 1970 es una Nación; y el cholaje blanco-mestizo, es otra Nación”. Es decir, identifica a dos naciones y lo que corresponde, según él, es que “la Revolución india debe unirse en carne y alma, orgánica y psicológicamente a ambas naciones, superando la yuxtaposición de la nación mestiza sobre la nación india, en una sola nación y en una sola Bolivia”. La tesis y propuesta de Reinaga, es proyectar la nación única en la convergencia del Estado-Nación Boliviano, a través de la revolución india, pero es sabido que toda revolución, en términos de Taylor (2014), es un producto más de la modernidad como forma de acceso directo, sin mediación y procesos previos, al poder.
En cuanto al Estado-Nación, Reinaga, identifica dos tipos de organización y constitución y analiza comparativamente cada una de ellas, para luego plantearse una nueva y que responda al pasado, vale decir, al Tawantinsuyu, para que este sea aplicado al país.
La primera forma es la europea y esta es: “El Estado en la ‘nación del Occidente’ surge en forma espontánea [natural]…es la consecuencia de la Nación; el efecto de la causa”. Mientras que la segunda, es la afro-asiática, en el que el Estado es la causa de la Nación. Es el Estado el que forma a la nación. Consecuentemente, tendríamos las siguientes fórmulas: Europa, Nación-Estado, primero es la Nación y este se despliega en el Estado; segundo, afro-asiático, Estado-Nación, es el Estado el que lo determina a la Nación. Sobre lo último, esta fórmula se debe a las independencias tardías de estos países. Lo que constataría que en la formación del Estado-Nación, en los países afro-asiáticos que fueron ocupados, invadidos y colonizados, pero después independientes, se constituyen en Estados-Nación; sin embargo, de tipo colonial en el que el Estado define a la nación y no la nación al Estado. ¿Esta operación es posible en un país colonizado? Claro que sí, donde una minoría se impone desde el Estado a la mayoría; tal como denuncia el propio Reinaga.
¿Y cuál es la fórmula planteada para Bolivia desde Reinaga? Cabe aclarar que en el análisis teórico político, en cuanto al Tawantinsuyu, solo prioriza a la nación y no al Estado-Nación. Sostiene que “El cholaje blanco-mestizo marxista o antimarxista de Indoamérica no podrá jamás ponerse de acuerdo y menos edificar el Estado-Nación en este Continente”. Sostiene que los únicos que van a liberar a su Estado-Nación y van a constituir el Estado-Nación boliviana son los indios.
Lo boliviano tiene un sentido y es así como entienden los blanco-mestizos, al que tanto los acusa de destruir la patria. Ese sentido y existencia, únicamente se fundamenta a partir de su origen y constitución. Esa constitución está determinada por el blanco y no por el indio. Además, esa determinación y proyección (deseo) no está sujeto al indio. Por lo tanto, la Nación única será blanco, pero tampoco, no un blanco indianizado sino un blanco europiezado desde la misma propuesta colonial del Estado-nación.
Es en esos argumentos que cabe hacer la diferenciación entre lo colonial y lo anticolonial, en los mismos argumentos de Reinaga. Él sostiene que el modelo europeo es por naturaleza Nación-Estado, pero por contradecir (o por falta de interpretación) y por no copiar (eso sería colonial) sugiere que sea parecido al de los asiáticos y africanos, dicho de otra manera que sea Estado-nación.
El planteamiento descrito es el derrumbe de lo anticolonial de Reinaga, porque confunde dos cosas. Primero, los de Europa en su constitución y construcción de los Estados, no tienen el componente y el problema colonial. Segundo, el error consiste en la elaboración del hacer o constituir el Estado, a partir de la mala interpretación y confusión, pensando que el Estado boliviano no tiene que ser bajo la fórmula de la Nación-Estado, porque este sería colonial. Por lo que, nos plantea el Estado-nación.
El planteamiento es problemático, porque el Estado-Nación es el resultado de la imposición, como él mismo demuestra desde el Estado colonial y no desde las naciones. No es un planteamiento del Estado Plurinacional. Según esta teoría, desparecerían las naciones aymara, quechua, etc., para converger en la Nación única, el Estado-Nación Boliviano.
Esta propuesta es colonial, porque como se ha observado y constatado (en el mismo Reinaga), en Europa la Nación devino al Estado, y lo anticolonial debe necesariamente ir en esa corriente. Ya que es el “Estado el que se subsume a la Nación y no a la inversa. Pues son las naciones los que definen al Estado y no el Estado a las naciones”. Bajo esta fórmula natural o espontaneo que describe Reinaga, lo correcto sería para nosotros Nación-Estado. Y las naciones son las aymara, quechua y guaraní.
Por cuanto, cuando la nación no está atravesado por el colonialismo. Es decir, por principio o regla teórica, donde no hubo colonización, así como Reinaga ha sostenido que el Estado es consecuencia de la Nación, esto necesariamente deviene en Nación-Estado, aunque su traducción literal y formal sea Estado-Nación. En esta misma línea Taylor argumenta que si bien las naciones luchan para convertirse en Estados, lo que es lo mismo Nación-Estado, también los Estados crean lealtades, es decir, Estado-Nación; a nuestro juicio la que tiene aplicación coherente es el primero, cuando se pretende construir el Estado-Nación real.
En suma, el pensamiento indianista de Reinaga, se ha planteado retomar el pasado para superar el presente. En ese sentido se pretende volver al pasado (en términos de Berman), porque ese pasado era mejor que el presente colonial, eso significa avanzar y progresar; y la modernidad siempre es para progresar o mejorar. Eso es fundamental para la modernidad. De modo que, retornar al pasado del Kullasuyu y reactualizarlo es para progresar. Esa búsqueda y discurso indianista es totalmente modernista.
Por otro lado, cabe señalar que el discurso indianista de Reinaga, está marcado por su anti-occidentalismo radical. En él se manifiesta y constata el odio y la guerra anti-occidental contra las instituciones coloniales y, por su puesto, contra la modernidad europea. Sin embargo, en el presente trabajo se ha demostrado que ese anti-occidentalismo, tiene sesgos modernos y más bien coloniales; propios del modernismo occidental. Por tanto, ni siquiera intenta construir otra modernidad, en la etapa indianista.