El Fenomeno De La Migracion Y Los Refugiados En America Latina

INTRODUCCION

Hay muchas personas de diferentes nacionalidades que por diversas situaciones salen de sus países a buscar mejores condiciones de vida a países vecinos, a esto se lo denomina flujo migratorio, este desplazamiento lo hacen en grupos, de forma irregular, por las mismas rutas, utilizando el mismo medio de transporte, quienes vienen huyendo de la guerra, de los malos gobiernos que tienen al pueblo sumido de hambre, desesperación, angustiados por no tener trabajo, ni alimentos, familias enteras emprenden esta travesía buscando una mejor vida.

Al término de la Segunda Guerra Mundial se crea la oficina del alto comisionado para la Naciones Unidas (ACNUR), desde aquella época han transcurrido más de 68 años y continúan con su labor de asistir y proteger a los refugiados a nivel mundial como la crisis en África, Asia y Medio Oriente este desde el inicio del siglo 21, actualmente usa su experiencia en varias partes del mundo como en América Latina que viven la angustia del desplazamiento interno en países de nuestro continente americano.

Considerado una fuente de inspiración en momentos de conflictos en países o personas que sufren represión, sin distinción de raza, etnia, creencia religiosa de manera igualitaria, nacidos libres, con igualdad de dignidad y de derechos, indistintamente de su nacionalidad, lugar de residencia, genero e inspirado en tratados de derechos humanos hace más de un siglo se aprobó la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH).

Existiendo un compromiso en tratados de derecho internacional, acuerdos regionales o leyes nacionales, a través de ellos en el transcurso de los años se expresa y garantizan los derechos humanos en el campo del derecho.

DESARROLLO

Las consecuencias de este fenómeno migratorio desencadena una avalancha de migrantes que buscan llegar a Estados Unidos al querer cumplir el tan anhelado sueño americano, últimamente los venezolanos copan las carreteras de varios países como Colombia y Ecuador muchos de ellos con destinos hacia el Perú o Chile, prefieren arriesgarse y vivir este desafío.

La migración debe ser abordada como un fenómeno global ya que han acompañado al ser humano a lo largo de la historia en la búsqueda de un futuro mejor, siendo gran parte resultados de las fuertes desigualdades en los países a nivel mundial en términos de desarrollo y poder entre unos y otros como consecuencia de la independencia económica, comercial, tecnológica, política e incluso cultural teniendo un impacto en las sociedades de origen como en las de acogida, desde el punto de vista de las consecuencias económicas, ya sea desde el rechazo porque los inmigrantes reducen las oportunidades laborales de la población local o desde la aceptación porque el migrante oferta la mano de obra barata ya que tiene importantes consecuencias por la escases de trabajo para quienes viven en los países que acogen a estas personas.

Emanuel Díaz

El éxodo venezolano y las caravanas de migrantes procedentes de Centroamérica suponen para la región un inédito desafío migratorio. En comparación con la crisis de refugiados en Europa, los expertos destacan un buen recibimiento y una mayor flexibilidad en los países receptores.

La cifra de migrantes en el mundo ha sido particularmente alta en los últimos años según demuestran los datos de Naciones Unidas, desde la crisis de refugiados en Europa en 2015. El año pasado, había 258 millones de migrantes en el mundo, un 3,4% de la población. En 2010 esa cifra llegaba a los 220 millones. Los desafíos y consecuencias de este fenómeno, que cada vez amplía más sus horizontes, están a la vista con las masivas caravanas de migrantes centroamericanos que buscan llegar a Estados Unidos, y los venezolanos que siguen huyendo en masa de su país.

En lo que va del año, se han reportado cerca de 4.500 muertes de migrantes en sus travesías hacia otros países en todo el mundo, en especial en el mortal trayecto por el Mar Mediterráneo desde África a Europa.

El revuelo que generó el Pacto de Migración de la ONU da cuenta de la importancia de este fenómeno y sus implicancias a nivel global: intereses nacionales, populismo, rechazo al multilateralismo. El 85% de los 193 miembros de la ONU apoyaron el Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular, que propone 23 medidas para regular los flujos migratorios y los derechos de los migrantes mediante una cooperación internacional (Chile se abstuvo).

Pese a que el Pacto no es vinculante y ‘no impone y respeta totalmente la soberanía de los Estados’, el documento generó críticas de países como Estados Unidos, Hungría, Israel, Austria, Australia, Chile, entre otros, que se restaron de la firma. Estados Unidos se retiró del acuerdo incluso antes de que se comenzaran a discutir las medidas. La principal crítica es que el Pacto podría afectar su soberanía nacional para decidir sobre sus políticas migratorias, hecho que ha sido desmentido por las autoridades de la ONU.

La migración hoy divide. Y es que pese a que en Europa los flujos parecen estabilizarse, con casi 137 mil arribos al continente este año frente a los cerca de 390 mil en 2016, América Latina ha tenido que hacer frente a la mayor ola migratoria en la historia del continente.

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), a octubre de este año, había cerca de 3 millones de venezolanos desplazados por el mundo, de los cuales 2,4 millones huyeron hacia un país sudamericano.

‘El aumento en los migrantes y solicitantes de asilo venezolanos ha sido abrumador para los países de América Latina, ya que un flujo migratorio tan grande y rápido no tiene precedentes en la región’, dijo a La Tercera Jessica Bolter, asistente de investigación en Migration Policy Institute, quien monitorea de cerca los flujos migratorios de Venezuela y Centroamérica.

‘No estaban bien preparados porque nunca habían tenido que lidiar con una situación comparable. Aun así, la mayoría de los países ha respondido con generosidad y han tratado de ayudar a los venezolanos a obtener estatus legal y acceder a los servicios’, agrega.

Algo similar es lo que opina Cynthia Arnson, directora del Programa Latinoamericano de Wilson Center, con sede en Washington. ‘Hasta ahora los gobiernos, principalmente de Colombia, pero también de Perú, Chile y Argentina, han abierto sus puertas a la gente que huye de Venezuela, aceptando que es un régimen dictatorial y que la economía está colapsando, y han intentado dar estatus de migrante a miles de personas. Es una actitud que es muy distinta a lo que se ve en el resto del mundo’, sostiene Arnson a La Tercera.

Flexibilidad regional

Así, dentro de las acciones que han tenido que tomar los países latinoamericanos se destaca la flexibilidad y agilidad para acoger a los migrantes.

‘Creo que la principal diferencia (con la crisis de refugiados en Europa) es la capacidad de los países latinoamericanos para ser flexibles y ágiles en la creación de nuevas vías legales para los migrantes venezolanos, mientras que Europa se basó únicamente en su sistema de asilo, que ha estado en crisis y no está funcionando bien’, comenta Bolter.

Impacto sobre el desarrollo

Las evaluaciones económicas de la inmigración en los países receptores, suelen confirmar su carácter positivo para los mismos. Un ejemplo es el informe del National Research Council de los Estados Unidos en 1997. En este caso las críticas provienen en mayor medida de sus efectos sociales, de la conflictividad que surge de las diferencias étnicas y religiosas y también de las reacciones de los sindicatos o grupos de presión nacionales, que ven en los inmigrantes competidores en el mercado de trabajo. En los países de origen los balances sobre los impactos económicos son más complejos, ya que se trata de evaluar ausencias y de proyectar situaciones que hubieran sucedido en ausencia de la emigración. La relación entre migración y desarrollo ha sido definida como ‘una relación no resuelta’ (the unsettled relationship) al tiempo que se reseñan “los pro y los contra” de dicho proceso. En muchos casos, los países de origen de los migrantes se ven beneficiados por las consecuencias de la emigración de sus nacionales. La emigración no solamente puede descomprimir las tensiones que se derivan del desempleo, sino que los emigrantes se han convertido, además, en una fuente importante de ingresos de dinero para los países de origen, llegando en algunos casos a constituir un porcentaje importante de los provenientes de las exportaciones. También, las transferencias de los migrantes han hecho su aporte a mejorar la balanza de pagos y constituyen una fracción significativa del producto bruto de los países de origen. 

La migración internacional en América Latina y el Caribe: tendencias y perfiles de los migrantes 26 El aporte de las remesas al desempeño individual y familiar de los propios migrantes es indiscutible. Ahora bien, más difusa y variada es la información relativa a la contribución de estas transferencias al desarrollo regional y a la generación de actividades económicas que contribuyan a crear empleos. La duración de las estadías en las sociedades de recepción —así como el grado de interacción de los migrantes con sus familias y sus comunidades de origen— tiene una influencia directa sobre el monto y la intensidad de las transferencias económicas. Cuando la migración se proyecta como transitoria, conduce a la acumulación en el núcleo familiar de origen, con vistas al retorno. Por el contrario, cuando el proyecto migratorio es, o se transforma, en una radicación definitiva en el país de recepción, los vínculos económicos con el núcleo de origen tienden a limitarse y los ahorros comienzan a canalizarse en un mejor desempeño de la integración en el país de recepción. Un tema que debería formar parte de toda evaluación es el de las consecuencias de la dependencia económica que se genera entre los migrantes y sus familias en los países de origen. También requiere consideración el estudio de la dependencia que se genera en el plano de los Estados con respecto a sus ciudadanos que residen fuera del territorio. La selectividad de la migración constituye el aspecto más invocado como factor negativo para los países de origen. Si bien existen evidencias sobre el tema, el verdadero impacto sobre los países de origen ha sido objeto de investigación en mucho menor medida. Por cierto, la migración es intrínsecamente selectiva, en la medida que los que emigran suelen tener incorporada alguna forma de capital humano que los diferencia de su comunidad de origen, ya sea en términos de nivel educativo, de capacidad de asumir riesgos o de enfrentar situaciones nuevas. Las condiciones de demanda de trabajo en los países de recepción y también las políticas de migración tienden a acentuar esa selectividad de los migrantes. 

Esta realidad, muy trascendente para los países de origen de los migrantes, puede contribuir a generar en ellos déficit importantes de recursos altamente calificados en el largo plazo. Algunos autores han puesto en el tapete las ventajas que pueden resultar de la emigración de los recursos calificados. Asumiendo una hipótesis de migraciones transitorias o temporarias, que llevan implícito un retorno o muchos retornos a los países de origen, la sustitución del “drenaje de cerebros” por un criterio de “circulación de cerebros” se convertiría en un factor de estímulo para los países de origen, dado que estos migrantes circulantes estimularían el intercambio y contribuirían a romper el aislamiento en el que pueden quedar sumergidos los sectores más calificados del mercado de trabajo en los países subdesarrollados. Otras visiones mantienen el carácter pesimista implícito en el concepto de “brain drain” y evalúan las emigraciones de personal calificado en términos de pérdida para los países de origen Michel Loriaux (2002), crítico del carácter selectivo de las políticas migratorias implementadas por los países desarrollados pregunta: “Las migraciones de reemplazo ¿serán la última coartada de esta nueva forma de pillaje del Sur por parte del Norte?”. Las posibles consecuencias para los países de origen varían de acuerdo a la escala de análisis. La emigración puede resultar una instancia positiva desde el punto de vista económico para los migrantes a nivel individual y de sus familias. La posibilidad de evaluar el impacto a nivel general de la economía es más dudosa, aunque no debe olvidarse el alto peso porcentual que significan las remesas en el PIB o con respecto al total de las exportaciones de algunos países latinoamericanos. También hay un problema entre las consecuencias a corto y a largo plazo. En el primer caso hay un fenómeno de que, actuando como “válvula de escape”, alivia las presiones sobre el mercado de trabajo y el aporte de las transferencias puede resultar altamente beneficioso. 

A largo plazo, la CEPAL – SERIE Población y desarrollo N° 35 27 descalificación de la fuerza de trabajo, la pérdida de población joven y la dependencia frente a las transferencias de dinero puede constituir un obstáculo para el desarrollo. Una conclusión posible es que la migración no constituye en sí misma un instrumento de desarrollo sino un mecanismo que puede convertirse tanto en un estímulo para aquellas regiones que experimentan transformaciones dinamizadoras de su economía como en un factor de descompresión de tensiones generadas frente al desempleo. Del mismo modo, la emigración puede contribuir a generar un estado de ánimo pesimista y negativo con respecto a las posibilidades de desarrollo futuro del país y —en la medida en que opera casi exclusivamente en la población joven— puede convertirse en una sangría que quita dinamismo y energía a los proyectos innovadores.

Tendencias futuras

Los ejercicios prospectivos sobre los fenómenos sociales presentan un alto grado de complejidad. Si bien las proyecciones de población ya tienen un grado importante de fiabilidad en lo que tiene que ver con la fecundidad y la mortalidad, no sucede lo mismo en el caso de movimientos migratorios. Sin embargo, en la época actual existen muchos factores que permiten prever la existencia de determinantes poderosos para que los movimientos de personas desde los países del sur hacia los del norte continúen aumentando. Las desigualdades en el crecimiento económico y en las posibilidades de acceso al bienestar han tendido a acrecentarse en las últimas décadas; al mismo tiempo, la desigualdad por sectores sociales dentro de los países es un fenómeno creciente. Esta situación, en conjunto con la internacionalización de los medios de comunicación, cuya influencia no sólo permite un mayor acceso a la información sino que también contribuye a la difusión de estilos de vida y pautas de consumo de los países desarrollados, provoca una ‘universalización de las aspiraciones’, que estimula la migración internacional en busca de espacios que permitan el acceso a dichas condiciones de vida o que, al menos, acorten la distancia a las mismas. Por otra parte, los países desarrollados se encuentran, en su mayor parte, en una fase avanzada de la transición demográfica, o ya están insertos en lo que algunos autores han denominado ‘segunda transición demográfica’. Estas situaciones se caracterizan por un descenso importante del ritmo de crecimiento de la población, que en ciertos casos ya se ubica en una fase de decrecimiento y un concomitante proceso de envejecimiento de la estructura de edades. 

La migración internacional en América Latina y el Caribe: tendencias y perfiles de los migrantes 30 Este tema se relaciona con el retroceso de la fecundidad que se viene dando desde hace varias décadas y con la reducción de la mortalidad en las edades adultas, que tiende a engrosar el extremo superior de la pirámide de edades. Ello genera déficit en el número de jóvenes que acceden al mercado de trabajo y también un creciente desbalance entre la población activa y la pasiva, provocando dificultades en los sistemas de seguridad social. Un informe de las Naciones Unidas, Replacement Migration (United Nations Population Division, 2000) ha tenido gran repercusión en el contexto internacional al predecir la posibilidad de incrementos muy importantes de la migración internacional desde aquellos países del sur que son demográficamente dinámicos hacia los países industriales en proceso de envejecimiento y de crecimiento de la población negativo o muy lento. En este contexto, el documento citado de las Naciones Unidas contribuyó a poner el tema demográfico en el centro de las discusiones sobre el futuro de los países desarrollados y sobre las políticas migratorias que es necesario implementar. La discusión no puso en duda la validez de los supuestos demográficos de las proyecciones realizadas sino la viabilidad del proyecto de “reemplazo” desde el punto de vista de sus consecuencias políticas y sociales. El informe tuvo gran repercusión en el contexto internacional y ha sido profusamente citado en los comentarios y evaluaciones sobre el destino de las sociedades industriales en el siglo que acaba de comenzar. Algunos autores han puesto en tela de juicio sus conclusiones (Coleman, 2000, 2001, OCDE, 2001). Más allá del debate sobre las estimaciones de los volúmenes de personas que demandarían las sociedades industriales en las próximas décadas y sobre la “capacidad” de las sociedades receptoras de seguir incorporando migrantes, lo que parece ser una realidad es que la demanda de trabajadores inmigrantes continuará estando presente. En el análisis de los mercados laborales en los países desarrollados, existe coincidencia en algunos autores (Sassen, 1988; Martin, 2000) en señalar que existen condiciones de demanda de trabajadores inmigrantes y que esta demanda se ubica en los dos extremos del mercado. Por una parte, crece la demanda en sectores poco especializados o en trabajos que son rechazados por los trabajadores de los propios países y crece también la demanda por los trabajadores altamente especializados, tanto en el campo científico y tecnológico como en los planos administrativos y gerenciales (véase también Mc Donald, P, Klippen, R, 2001, cuyas conclusiones son similares). 

A su vez, los procesos de internacionalización económica seguirán generando condiciones propicias para la movilidad de las personas y los procesos de transnacionalización en el plano de la cultura estimularán los traslados del sur hacia el norte, haciendo más accesible la información, acortando las “distancias” culturales y permitiendo una intensificación de los vínculos y las redes de las comunidades dispersas. En todo caso, la persistencia de la desigualdad económica y de la disparidad demográfica entre los países centrales y los latinoamericanos durante las próximas décadas no permite pronosticar cambios significativos en las tendencias generales que, en materia de migración internacional, se han expresado en los últimos años. 

Más difícil resulta hacer un pronóstico sobre la migración intrarregional y es probable que la movilidad no se interrumpa y en aquellas fronteras con una larga historia de circulación y vínculos, los movimientos migratorios a escala significativa solo se darán si la crisis generalizada da paso al crecimiento económico y éste genera la formación de núcleos dinámicos que estimulen la atracción de inmigrantes.

REFERENCIAS

  • https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/7172/S033146_es.pdf
  • https://gk.city/2018/06/17/cifras-de-la-migracion/
  • [image: Las cifras de la migración: una oportunidad más que un problema]
  • Fuente Organización Mundial de Migraciones
  • [image: remesas migración]
  • Fuente: Organización Mundial de Migraciones y Banco Central del Ecuador
22 October 2021
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