El Lado Artístico De Adolf Hitler
Adolf Hitler es sin duda alguna el dictador más reconocido de la historia. Responsable de la muerte de 16 millones de personas y del estallido de la Segunda Guerra Mundial es sin duda conocido por casi todo el mundo.Sin embargo, este temido dictador tenía una faceta que no todo el mundo conocía, y es la que hoy nos trae aquí. El controvertido líder era un pintor frustrado el cual fue rechazado en dos ocasiones por la Academia de Bellas Artes de Viena, una en el año de 1907 y la otra en 1908. Se dice que el instituto lo consideró más talentoso para la arquitectura que para la pintura, y el mismo Hitler describió en su controvertida biografía titulada “Mein Kampf” o “Mi Lucha” sus frustrados deseos de ser pintor. Incluso este se dedicaba a pintar en su tiempo libre cuando servía al ejército alemán en la Primera Guerra Mundial en el año 1914.
Sus pinturas que en su tiempo fueron menospreciadas, hoy en día cuestan una considerable suma de dinero. Una serie de pinturas de Hitler fueron capturadas por el Ejército Norteamericano a finales de la Segunda Guerra Mundial (conflicto bélico que acabó con más vidas humanas en la historia). Estas aún están en manos del gobierno de los Estados Unidos, y este se niega rotundamente a permitir la exhibición de estas mismas. En la década del 2000 algunas de sus obras empezaron a ser subastadas.Hitler era un gran fanático del arte, de hecho él se consideraba un intruso en la política, se dice que soñaba con retirarse de la política para dedicarse al arte. Algunos estudios revelan que las habilidades para la pintura de Hitler eran escasas debido a que este en pocas ocasiones, por no decir nunca, pintaba personas.
Aunque algunos críticos apuntan que no se debe a una falta de talento de Hitler, sino que era una falta de voluntad por parte del “führer” (como lo conocían sus seguidores). Sus pinturas presentan un interesante énfasis hacia lugares públicos, edificios o casas de campo. Otro crítico de arte calificó sus obras como “muy buenas”, por supuesto nadie le había informado que el autor de las pinturas era el ya mencionado dictador, ya que su crítica iba a ser negativa sabiendo quien era su autor.
Algunas de sus pinturas fueron exhibidas en un museo italiano como parte de una exposición de autores “mentalmente perturbados”, esta había sido exhibida junto con pinturas de autores como Goya y Francis Bacon. El curador de la muestra, Vittorio Sgarbi, criticó duramente las obras de Hitler y dijo que estas eran de mala calidad.
También es sabido que un socio de Hitler llamado Samuel Morgenstern compró muchos de sus cuadros. Según Morgenstern su primer contacto con Hitler se dio en la década de 1910 cuando este llegó a su almacén, y le ofreció tres de sus cuadros. Siempre tendremos la duda de que hubiese pasado si la Academia de Bellas Artes de Viena hubiese aceptado a Hitler, o si este hubiera escuchado a quien alguna vez le aconsejó estudiar arquitectura. Tal vez no hubiese sido el tirano que conocemos hoy en día, y que aparece en millones de libros de historia, tal vez lo conoceríamos como un gran pintor (aunque muchos opinan lo contrario) o un gran arquitecto.
De todos modos eso nunca lo vamos a saber y siempre lo recordaremos como lo que fue y como lo recuerdan las millones de víctimas del Holocausto o de la Segunda Guerra Mundial y quedará en la memoria colectiva como uno de los mayores genocidas de la historia.
