El Medio Ambiente Urbano Y La Modelización
Antes de desarrollar el modelo ambiental cabe destacar que cualquier lugar de la tierra forma parte de un ecosistema, Los ecosistemas, cuanto más tiempo tienen, se adaptan a las necesidades y agentes externos de la zona donde se desarrollan, es decir, se generan una serie de recursos naturales en función de las características y demandas del propio terreno, meteorología, biología, etc… y por ello mantienen un equilibrio propio; a veces contaminante (por ejemplo yacimientos minerales de metales pesados, hidrocarburos…), a veces en forma de incendios, etc… Debido a esto, se debe tener en cuenta que cualquier actuación urbanizadora afectará al ecosistema (micro ecosistema en muchos casos) y por ello se hace imprescindible realizar estudios medioambientales que valoren el impacto sobre la zona que se pretende transformar; por un lado para mantener los valores medioambientales que poseía y sobre todo para garantizar el equilibrio previo que existía.
Entendiendo el medio ambiente como un sistema formado por elementos naturales y artificiales que están interrelacionados y que son modificados por la acción humana, es decir, el entorno que condiciona la forma de vida de la sociedad y que incluye valores naturales, sociales y culturales que existen en un lugar y momento determinado, cualquier modelo de planeamiento urbano que se planifique, de manera irrevocable afectará al territorio donde se implemente y lo transformará en otro nuevo. Resulta necesario tener en consideración que la integración de la ordenación del territorio y el urbanismo son claves para el desarrollo sostenible, por lo que la convivencia entre estas disciplinas resulta imprescindible para alcanzar la sostenibilidad.
En el urbanismo se ha implementado un significado de medio ambiente que se define como “medio ambiente urbano”, el cual es un sistema formado por elementos naturales y artificiales se relacionan y que son modificados por la acción humana. Martín Bassols Coma (1981) lo define como; “el entorno que condiciona la forma de vida de la sociedad y que incluye valores naturales, sociales y culturales que existen en un lugar y momento determinado”
Según fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica, las ciudades en España han seguido a lo largo de su historia el modelo de ciudad mediterránea compacta, compleja, eficiente y cohesionada socialmente. Si bien de un tiempo a esta parte, se adoptado un modelo importado del mundo anglosajón, el cual se basa en un modelo urbanístico disperso y en el que se hace una separación de usos; ocio, viviendas, actividad industrial, etc…, siendo más ineficiente y segregando a la población en base a su nivel económico.
El medio ambiente urbano
El medio ambiente urbano es una visión amplia de la ciudad e integra gran parte de aspectos, tales como; movilidad, urbanismo, edificación, biodiversidad, metabolismo urbano, gestión urbana, relación entre medio ambiente urbano y rural. Sin embargo, una interpretación menos amplia del medio ambiente urbano, nos lleva a una modelización que persigue los siguientes objetivos:
- Control de la calidad del aire (contaminación atmosférica)
- Control de ruido y vibraciones
- Control de la calidad los suelos, reduciendo el sellado y la impermeabilización
- Control de la iluminación pública
- Tratamiento y reciclado de residuos sólidos
- Tratamiento y depuración de aguas
- Protección de suelos urbanos y periurbanos, cuya biomasa incide en la calidad del aire y en el ciclo de agua de la ciudad; escorrentía, calidad del agua, estado y evolución de las la calidad de los percolados, la presencia de contaminantes, su evolución en el tiempo, así como los volúmenes recogidos en las diferentes estaciones del año.
- Protección de las aguas superficiales circulantes o en reposo; ríos lagos, estanques, fuentes, etc…
- Protección de la naturaleza biológica de la ciudad, compuesta por animales urbanos, libres o cautivos, los espacios verdes urbanos y los elementos vegetales diseminados.
- Protección del mobiliario urbano
La ciudad actual está pensada primordialmente para el peatón y esta disposición tiene muchas repercusiones en la forma física de la misma. Siendo los peatones los protagonistas principales de las ciudades, esto nos remite a diversos aspectos que influyen en los mismos, tales como:
- La movilidad; entendida como la accesibilidad y facilidad de poder llegar a cualquier punto tanto a pie como en vehículo privado o transporte público.
- La movilidad entendida como el traslado de mercancías que proveen a comercios, organismos (empresas, colegios, centros de salud…) y hogares.
- La habitabilidad, es decir, la capacidad de la ciudades o áreas de ser habitadas.
La ciudad prevé accesibilidad a todos los sectores mediante el uso del transporte público, sin embargo, las molestias ocasionadas por los actuales vehículos de superficie son varias y se pueden definir, entre otros, en un impacto al medio ambiente urbano relacionado con contaminación atmosférica, acústica, así como del terreno, sobre todo en caso de uso de transporte rodado sobre neumáticos (el cual afecta al terreno y a las aguas de escorrentía) así como supone un peligro físico y gran ocupación del espacio público e interferencia visual. Las primeras atentan al medio ambiente y las otras suponen una excesiva intromisión en el espacio público con lo que restan mucha superficie al peatón y a los ámbitos de encuentro, al mismo tiempo que afecta a la visión de perspectivas ambientales, arquitectónicas y urbanas. Hace años el “Informe Buchanan”6 (1963) alertó del grave conflicto entre la calidad ambiental en sentido amplio y la accesibilidad. Encontrar el punto de equilibrio entre ambas cuestiones no es nada fácil y mucho más tratándose de la ciudad actual. Cualquier área urbana tiene una capacidad máxima de tráfico y, superado ese límite, se pone en peligro el medio ambiente urbano.
La ciudad también intenta integrar el máximo número de industrias en su interior, pero hay tres aspectos que se oponen a este propósito:
El primero se refiere a las molestias de todo tipo que algunas industrias pueden causar al entorno, razón por la cual no son aptas ni resulta conveniente situarlas en proximidad a las viviendas o a los equipamientos. Se trata de la emisión de malos olores o de gases y polvo que puedan contaminar la atmósfera y sean nocivos para la salud. En este sentido también encontramos la contaminación acústica o producción de ruido. Por último, nos encontramos que algunas industrias incrementan la densidad de tráfico rodado debido a su actividad constante y su necesario trasiego de mercancías, que supone un perjuicio al entorno urbano. Las ordenanzas municipales hablan de situaciones de riesgo para la salubridad y la seguridad.
Encontramos ejemplos claros en la industria petroquímica, los mataderos (incluidas las industrias cárnicas), las fábricas de curtidos, los grandes aserraderos, las fábricas de pasta de papel, de productos químicos básicos, de productos agroquímicos, pinturas y fibra, caucho, vidrio, cemento, piedra y minerales, y probablemente en menor medida las fábricas textiles. En general, se pueden englobar en los casos de extracción de materias primas y de industrias básicas, es decir, en el primer proceso de elaboración, además de la fabricación de grandes motores, vehículos y fabricación de muebles y otros.