El Nuevo Realismo Y Al Influencia De La Tecnología
En el siguiente ensayo voy a intentar llevar a palabras, desde mi perspectiva artística, el problema de la influencia de la tecnología, en principio visto desde las artes visuales y en segundo lugar, con respecto a sus efectos en la relación realidad-imágenes.
Para desarrollarlo realizaré diversos interrogatorios que servirán de puntas para construir la idea principal y despertar quizás nuevos intereses. No pretendo realizar un análisis profundo de cada concepto que nombro sino poder llegar a un planteo general del problema y provocar conciencia en las personas de una evolución, producto de los avances tecnológicos, en las imágenes y en nuestra realidad.
¿Que es la tékne? Para introducirnos voy a volver hacía tiempos remotos, la Antigua Grecia. Según el sentido aristotélico del arte, tékne es todo procedimiento de fabricación con reglas que conduce a la producción de objetos bellos, utilitarios, materiales e intelectuales, mediante la cual es posible transformar lo natural en artificial. Tékne se convirtió en el arte del hacer humano, en un saber necesario para la construcción de imágenes.
¿De qué manera influyó este recurso en la historia del arte? En un principio, el hombre se sirvió de la obra de arte para satisfacer la necesidad humana de escapar de la inexorabilidad del tiempo, arrimarse a la vida y fijar artificialmente las apariencias carnales. Así se definió su carácter de semejanza con el realismo, en función de la mimesis, posible gracias el uso de las diferentes tèknes. Por ejemplo, en la pintura, podemos hablar de un realismo subjetivo, ya que al crear, la persona no debía necesariamente estar presente frente a la realidad que esta siendo representada. Mas adelante, con la aparición de la camera obscura y luego el daguerrotipo, hablamos de la fotografía, un realismo objetivo introducido por la máquina, en donde su esencia es la de ser testigo de que el objeto a existido en determinado tiempo y espacio y en dónde el hombre solo interviene al elegir un encuadre y capturar con ayuda de su mano. Avanzamos al cine, un realismo temporal, veo la pantalla y vivo las imágenes en movimiento como un presente que sucede en ese instante, el aparato superó la percepción natural del hombre y creó una prótesis simbólica como sustituta del cuerpo del espectador. Seguimos con la televisión, incorporamos el vivo y en directo, una duplicación de la realidad. Y de repente llegamos a la actualidad, el realismo virtual, la inteligencia informática, la sustitución de la experiencia humana, del mundo físico, los átomos por bits… ¿Qué se evidencia en este breve recorrido por la historia? La evolución de las imágenes por sobre la realidad, la presencia cada vez mas reducida del hombre en las artes maquinísticas y la construcción de una fuerte cultura visual en donde las tecnologías se convierten en máquinas de imágenes de un nuevo realismo.
Entonces hoy… ¿Qué es la realidad? ¿Coexisten diversos tipos de realidades en el siglo XXI? Me enfrento al problema de querer responder estas preguntas con certidumbre pero la influencia de las tecnologías en mi día a día me genera la confusión de no saber si lo real es mi existencia verdadera o mi existencia como imagen en una red virtual conformada por números y señales electrónicas.
Nos encontramos ante un nuevo mundo, con nuevas reglas de la comunicación, nuevos lenguajes con sus nuevos signos, nuevas sensaciones, formas de crear relaciones… y más. El cambio es acelerado y absoluto.
Durante por lo menos la mitad del día las personas, vivimos en la virtualidad de las redes sociales que nos ofrece la nueva extensión de nuestro cuerpo, el teléfono celular. Este objeto casi humano trajo consigo una revolución en la forma de vida humana…
¿Podemos hablar de un camino hacía la extinción de la lengua por las imágenes? Al nacer convivimos con las imágenes de los celulares de nuestros padres, y sin saber leer ni escribir, tenemos la aptitud para usar y reconocer las aplicaciones sin problema. Así mismo, al chatear con alguien por WhatsApp, hacemos uso de los iconos, stickers o selfies para describir nuestras acciones, experiencias y sensaciones.
¿Existe una masificación de imágenes en el siglo XXI? ¿Porqué? Claramente si, el hecho de crear imágenes ya no se guarda solo para artistas ni momentos especiales, ya no se trata de mostrar la realidad sino de evidenciar nuestra presencia en el suceso, es un “haber estado ahí” de la persona para dar fe de su existencia real en la virtualidad de las redes sociales. Existe, por lo tanto, una perversa fabricación de imágenes.
¿Qué otro valor toman las imágenes hoy? Conocemos a las personas y entablamos relaciones a través de las redes sociales sin habernos visto fisicamente nunca, pero sí sabemos quién es, tenemos fotografías de su cara, familia, experiencias, etc.
En forma de conclusión, ¿podríamos hablar de que nuestra existencia real es sustituida por imágenes? Para ser más concreta, acaso ¿somos imágenes? Aún no, pero estamos en proceso de serlo… Somos homo photographicus, producimos y consumimos imágenes en simultáneo con total naturalidad. Aún así, ¿no es necesario con urgencia una ecología de imágenes? La saturación icónica actual, no solo que provoca ceguera sino que nos lleva a la paradoja de que las imágenes ya no se limitan a representar la realidad sino que se convierten en la realidad misma. Hoy en día, arte y realidad se funden. Vivimos en la imagen, y en esa situación es responsabilidad del artista no incrementar la contaminación visual. Estos son los problemas que acarrea consigo el nuevo realismo en función de las máquinas tecnológicas y no ya del humanismo. Luchar en contra de la evolución seria ilógico y antinatural, pero entonces, que soluciones encontramos para esto? Es necesario que repensemos los cambios producidos, en principio por el poder del hombre y en la actualidad, cediendo el lugar a las máquinas. De no ser así, es probable que el mundo que conocemos y concebimos como hábitat natural del ser humano, ya no será para nosotros. Seremos destruidos por aquello que creamos? O seremos recreados en una virtualidad eterna y perfecta?